Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 1

Viktor Devereux se recostó en su silla, observando la mesa vacía frente a él. Las palabras del Gobernador, los gestos de Rick, incluso la tensión palpable en el aire, todo eso se desvanecía en su mente, eclipsado por una figura que, sin pretenderlo, había capturado su atención: Daryl Dixon.

Había algo fascinante en ese hombre, algo crudo y sin pulir, como una bestia salvaje que se negaba a ser domesticada. Su mirada era un desafío en sí misma, una mezcla de odio y cautela que delataba más de lo que seguramente quería. Viktor no pudo evitar sonreír ante ese pensamiento. No era habitual que alguien despertara su curiosidad tan rápido, mucho menos alguien tan... visceral.

Daryl era un rompecabezas curioso. Su hostilidad no era simple agresión; no, había una complejidad ahí, un trasfondo de dolor y lealtades profundas que lo hacían más interesante de lo que a primera vista parecía. Un hombre como él actuaba por instinto, sí, pero esos instintos estaban arraigados en algo mucho más profundo.

Una criatura fascinante, pensó Viktor mientras entrelazaba los dedos, tan impredecible como un animal herido, y aun así, sorprendentemente noble.

Ese pensamiento lo inquietó, pero también lo entretuvo. Había algo en Daryl Dixon que le recordaba a los lobos que cazaban solos, orgullosos y peligrosos. ¿Qué lo había hecho así? ¿Qué lo mantenía de pie en un mundo que devoraba a los débiles? Viktor sabía que no era compasión lo que lo hacía querer entender a ese hombre, sino pura curiosidad, la misma que lo llevaba a diseccionar lo desconocido.

No te imaginas lo interesante que eres, señor Dixon, murmuró Viktor para sí mismo, mientras una leve sonrisa se curvaba en sus labios. Un hombre como tú podría ser una obra de arte, si se sabe cómo moldearlo.


————————————


El Gobernador se encontraba reclinado en su silla, su rostro sombrío mientras observaba las cartas sobre la mesa. Viktor, que permanecía de pie junto a la ventana, observaba el paisaje con la misma calma inquietante de siempre. La tensión en la habitación era palpable, un susurro de peligro que no necesitaba ser verbalizado.

— Ese grupo de Rick... No sé qué hacer con ellos. Tienen lo que necesito, pero son peligrosos. Lo peor de todo es Merle. — dijo el Gobernador.

Viktor se giró lentamente, como si acabara de despertarse de un profundo pensamiento. Sus ojos brillaban con un interés frío mientras escuchaba las palabras del Gobernador.

— Merle Dixon... Un hombre que busca redención, ¿no es así? Un traidor en busca de justificación, temeroso de ser percibido como débil. Un hombre como él... tiene miedo. Y el miedo lo hace predecible.

— Exactamente. Y es ese miedo lo que lo hace peligroso. Pero no puedo permitir que siga jugando ambos lados. Necesito tomar una decisión.

— Entonces no debería ser tan difícil. Un hombre que traiciona una vez, traicionará de nuevo. La solución es simple: debes hacerle sentir que su lealtad no tiene valor. No basta con matarlo, Gobernador. Hay que hacerle entender que el precio de la traición es mucho más... personal.

El Gobernador levantó una ceja, intrigado pero cauteloso.

— ¿Qué sugieres?

— Merle necesita ser... ejemplificado. Hacerlo sufrir de una forma que todos los demás vean, que todos sientan el peso de su deslealtad. La muerte sería demasiado rápida, demasiado fácil para él. Pero... si lo haces sufrir antes, si lo haces sentir que su traición le costó su humanidad, su sentido de ser... entonces todos entenderán lo que pasa cuando se traiciona.

La habitación se llenó de un silencio tenso. El Gobernador observaba a Viktor, sopesando sus palabras, mientras Viktor lo miraba fijamente, sin prisa, como si ya hubiera visualizado todos los pasos a seguir en su mente.

— Y después, cuando su cuerpo no sea más que una advertencia, puedes ir por el resto de su grupo. La lección se quedará con ellos... un recordatorio constante de que traicionar al Gobernador tiene un costo que no pueden imaginar.

El Gobernador asintió lentamente, un destello de aprobación en sus ojos. Viktor había planteado un plan efectivo, y la frialdad con que lo había hecho solo confirmaba que sus sugerencias eran tanto calculadas como letales.

— Muy bien, Viktor. Hazlo.

— Será un placer, Gobernador.

Después de haber expuesto su plan al Gobernador, Viktor se retiró a una esquina de la habitación, su mente ya divagando en el siguiente paso. Pero no podía evitar volver una y otra vez a la figura de Daryl Dixon, esa constante en su pensamiento que lo intrigaba más de lo que esperaba.

Merle, el traidor, era solo una pieza en su juego. La muerte de Merle, inevitable y ya decidida, serviría para demostrar el precio de la traición. Pero lo que realmente lo fascinaba no era la muerte del hombre, sino la reacción de Daryl.

¿Qué hará Daryl? ¿Cómo reaccionará cuando su hermano caiga? ¿Será la rabia lo que lo consuma o se sumergirá en un vacío de impotencia, como un lobo perdido sin su manada? Eso será... fascinante.

La idea de ver a Daryl enfrentarse a la muerte de Merle despertaba algo en Viktor, una especie de expectativa morbosa. Era un hombre que siempre se había interesado más por los efectos que sus acciones causaban en los demás que por los propios resultados.

La lealtad fraternal es un lazo tan primitivo, tan visceral. Romperlo no solo destroza a una persona, la consume. Y Daryl... Daryl no es alguien que se rompa fácilmente. El caos que podría desencadenar, el dolor que llevaría consigo... eso es lo que quiero ver. Cómo se desintegra un hombre cuando le arrancan su razón de ser.

Se permitió una leve sonrisa, disfrutando de la imagen que se formaba en su mente. Viktor no solo disfrutaba de la perspectiva de destruir a Daryl emocionalmente, sino de experimentar el espectáculo de la caída de un hombre, algo que le proporcionaba un tipo de satisfacción oscura.

Será... un espectáculo digno de presenciar, pensó Viktor mientras sus ojos brillaban en un interés sombrío

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro