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Capítulo 18

Pilar

—Él está aquí —mi madre asoma la cabeza por la puerta de la cocina que da al jardín interno y sacude la cabeza.

Ella y mi padre no intervienen en mi vida, suelen ser solo espectadores, desde que cumplí la mayoría de edad lo son. No se equivoquen, son mis motores, mi apoyo y mi roca, solo que jamás imponen su voluntad. Con Liam el problema es distinto, pidió mi mano y aseguró amarme, estar dispuesto a formar un hogar. Cinco meses después, dice que embarazó a otra mujer y que dicha mujer es la esposa de su mejor amigo. Para empeorar la situación, Axel era hijo del mejor amigo de mi padre en la isla.

Darek Milani, mi padre, fue tres veces alcalde de San Juan de los Vientos. Se retiró de la carrera política, en la cima del éxito, dejando en los corazones de todos y en su memoria, como uno de los mejores que han ocupado tan distinguido cargo. Sin duda, ser desentiendes de los pobladores de la isla, le hizo tener amor a su labor y visión para dirigir las riendas de su cargo.

—Voy, mamá —dejo las tijeras de podar a un lado, me quito los guantes y el delantal. Mamá sigue contemplándome con rostro decepcionado y sonrió —no lo dejaré entrar a la casa, no te preocupes.

—Lo que nos preocupa a tu padre y a mí, es que te haga daño. Quizás solo es una pelea de casados Pilar, ve con cuidado.

—Lo haré mamá, prometo hacerle sufrir antes de darle un si —respondo besando su mejilla y sonríe.

—Eres un caso perdido niña, recuerda que debes ir con Zack —detengo mis pasos hacia la puerta y bajo los hombros —es un buen chico, a tu padre y a mí nos gusta.

Pero a mí no, quise decirle, pero solo logré mirarla y sonreír. Zack era una gran persona, buen amigo y me ha ayudado con algunos temas en mi carrera. Sin embargo, no me gusta, físicamente y su forma de ser, lo hacen un buen partido, pero no me atrae. Lo encuentro contemplando el mar, con su hijo en brazos. La casa de mis papas, heredara por mi padre, conserva la arquitectura de la época de la conquista, frente al mar y de dos plantas, como ella sólo existen tres, las otras han sucumbido al tiempo y al descuido de sus dueños.

—Liam ¡Qué sorpresa! —digo y lo veo girar hacia mí.

Realmente no es una sorpresa, sé a qué viene por una respuesta de lo que me ha dicho, por días. Además, que, desde que nos dejamos y él se casó, no ha dejado de llamar y estar pendiente a mí. Los celos continuaron como si en fuera de su propiedad u olvidara que él me dejó por otra. Su pequeño, está asido de su corbata y tiene parte de ella en sus labios. Es tan identifico a su padre que es imposible no amarlo, me acerco a él y tomo una de sus manos, sus pequeños dedos se agarran de mí dedo índice, mientras la otra mano sigue con la corbata en su boca.

—Vengo por una respuesta —suelto el aire, sin saber que decir —sé que tus papás no gustan de mí y tienen motivos, pero acepté mi error —arropa con su mano, la mía que cubre la de su hijo, lo que me hace verle —Jamás he dejado de amarte, siembre dije que me casaba por el niño. ¿Es por lo que te conté? Que oculté a mis padres lo de Alana.

Negué porque pese a todo lo que ha hecho conmigo lo sigo amando, se trata más que nada de no defraudar a mis padres o salir lastimada otra vez.

— ¿Qué pasa si Caitin regresa? Si decide darle un hogar real a su hijo. Me has demostrado que estás dispuesto a hacer lo que sea por él y no deseo eso para mí vida Liam. Merezco algo mejor. —concluyo.

—Solo déjame demostrar que tengo buenas intenciones, cuando tus papás estén seguros, nos casamos. —inspiro y contempló el mar.

La decisión está allí, no es necesario que el esperara dos meses para saber mi respuesta. Eran terceros los que me impedían darle ese Sí, Lena me va a matar, es lo último que pienso antes de responder.

—Está bien, Liam —mi respuesta hace pase una mano por mi cintura y me atraiga hacia ellos.

Lleva cruzado un enorme bolso de maternidad, con un pequeño de ocho meses en brazos y su vivo retrato, son realmente adorables para mí. El pequeño se lo cuida una niñera en casa de sus padres, pero la mujer se enfermó, sus padres están demasiado anciano para lidiar con la energía de Liam, me dice mientras besa a su hijo quien solo le sonríe. Sin saber cómo o por qué lo hizo, me veo diciéndole que yo lo cuido ese día.

—¿Estas seguras? —me pregunta con duda —no soy el más popular con tus padres.

—Pero aman a los niños y tienen que acostumbrarse a esta belleza—está por negarse, cuando su busca suena y baja los hombros derrotado.

—Tendré que aceptar, te juro que no pensaba en dejártelo, iría con Lena para que me ayudara a...

—No tienes que excusarte, no soy una desconocida Liam, ve con tranquilo. —le interrumpo.

—Hablaremos con tus padres al regresar esta tarde, dile al Señor Darek, que estoy dispuesto a firmar lo que me diga... Solo no me nieguen esa oportunidad. —sonrió y acerca su rostro al mío, giro para que el beso lo de en la mejilla y no en los labios.

Que dijera que sí, era solo el comienzo, faltaba que todas sus promesas fueran ciertas y no estaba vacías. Podría ser, el desespero de verse solo, con un niño que cuidar lo que le hacía volver a mí y no ese amor que tanto pregonaba. Sonríe triste y acaricia mi rostro al ver mi rechazo.

—Me lo merezco, lo sé... Pero estoy dispuesto a soportar lo que sea para demostrar que te amo Pilar —habla firme e intento que no note los latidos de mi corazón —no podrás con el bebé y el morral, te acompaño a casa.

Temí que mi madre o padre le hicieran un desprecio a él o a su hijo, pero otra vez me demostraron que tanto confiaban en mí. Liam les explicó lo que sucedía y que yo me había brindado a cuidarlo solo por el día de hoy, pues el pequeño tenía su niñera. Fue papá el que lo tomó en brazos y le dijo que se fuera tranquilo, mi madre y él, lo cuidaban porque yo tenía que estudiar.

—Esta noche hablaremos jovencito —le advierte y asiente solemne.

Descubrí que el pequeño se dio con papá rápidamente, no dejaba que nadie más lo cargará y fue en sus brazos que comió e luego de durmió. Mis padres quedaron sorprendidos por lo ordenado del morral que Liam les entregó. Terceros, pañales, paños húmedos, un muñeco de hule y que mamá reconoció que era para distraerlo durante el baño, un sonajero y hasta medicamentos (fiebre, gripa, cólicos, etc.) Sin duda, Liam era un excelente padre habían dicho y eso era un punto a su favor.

—¿Ya te vas? —pregunta mamá al verme al pie de las escaleras y niego.

—Me gustaría esperar a Liam, el me dejó al pendiente del niño y no se verá bien. —en respuesta mi madre niega y señala a mi padre.

Esta frente a la TV, con un Liam pegado de su pecho y jugando con su cadena. Me aclara que ellos lo atenderán y así podrán hablar con claridad sobre nuestro futuro, al ver mi rostro pálido sonríe.

—No te preocupes, evitare que tu padre diga algo indebido. —dice en tono conciliador.

Tras pensar mucho y leer el mensaje de Zack, que me dice dejó las llaves en el lugar de siempre y que llegará tarde, porque está pendiente Lena, decido ir a su casa y esperarlo allí. Cojo un taxi que me deja en la puerta de la casa de Zack, pago y salgo hacia el jardín trasero. No es la primera vez que me deja las llaves en ese lugar o que estoy sola en su casa. Tiene una planta colgada en una ventana en donde suele dejarme las llaves, las flores rojas les dan un colorido a las paredes blancas de la casa. La gran mayoría de flores, son de ese color, según tengo entendido el preferido de Zack.

Abro la puerta con cuidado y enciendo las luces, normalmente lo espero en la sala, pero mi móvil se ha quedado sin batería y sé que tiene un cargador en su habitación. Lo vi en una oportunidad que utilicé el baño de su pieza. Subo las escaleras, contemplado con admiración el lugar y viendo lo lujoso que es. Recordando que Zack solía hablar mucho de su madre e incluso llegamos a conocerla, pero de su progenitor jamás lo hacía.

Una vez entró a la habitación, me doy cuenta que he cometido un error. No sólo porque no es la habitación, también por todo lo que estoy viendo en ella. Lo más sensato sería retroceder, pero al ver las fotografías dispuestas en una pared, mis pies cobraron voluntad propia. Era mi amiga, desde todas las tomas, fueron tomadas ocultas o tomadas por sorpresa. Habían también, fotos de ellas con sus padres y con Liam, en situaciones propias de hermanos. Dejándola en el colegio, llevándola al cine o conmigo en heladerías y restaurantes. A medida que caminaba, las situaciones iban cambiando, más íntimas, más inapropiadas. Mi respiración empieza a fallar, al darme cuenta de las últimas instantáneas.

Jamás estuve en esa fiesta, no sólo porque Lena estaba adelantada dos años en estudio, sino porque no me gustaban. Liam me ha hablado tanto de ese día y fue muy meticuloso la última vez que me contó lo ocurrido ese día, que sabía las fotos que veía era de ese día. Una de ellas era de Alana desnuda, mirando la cámara y con ojos asustados. Detrás de ella un hombre, por lo que se ve, también desnudo... Era Zack.

Alana había insistido que habían tomado fotos, pero nadie sabía algo al respecto y allí estaban, la atrocidad cometida ese día en detalle, al lado de fotos familiares, como si su abusador quisiera manchar de alguna manera el lazo que tenía con su padre. Las otras paredes, eran de Axel y su familia, mías y los míos, una en particular era de una familia que no conocía.

La habitación sólo tenía una cama en cuyos extremos tenía cadenas, una video cámara en frente y una mesa con varios objetos que me niego a observar. Encima de la cama, un enorme espejo, casi del tamaño de la habitación. Mi mirada sigue en esa familia que desconozco y me acerco para verla más de cerca. He olvidado que tengo que salir de allí o que mi objetivo era buscar un cargador.

—Es mi padre —la voz de Zack me hace saltar y giro asustada. —sabía que tanta perfección, tenía que tener un fallo.

—No fue intencional, —digo y alzó mi móvil, mostrando la pantalla apagada— buscaba un cargador, tengo una reunión con Liam y mis papás en unas horas. No puedo demorar, todos saben que estoy contigo.

Hablo rápidamente en un intento por hacerle saber que es mala idea hacerme daño. Sonríe y asiente dándome espacio en la puerta para irme. No obstante, es demasiado fácil, he descubierto la parte oscura suya, una que se nadie sabe. Recuerdo que esa habitación, solía ser de huéspedes, nunca han estado cerradas. Esto que hay ante mí, debe ser nuevo, porque jamás la había visto.

Sus ojos adquieren un brillo peligroso y sigo hablando nerviosa, por más que intento que callarme, me es imposible. Le cuento lo sucedido esta mañana, que el pequeño está en casa, que Liam vendrá por mí. En todo mi parloteo sonríe, pero es una risa carente de humor. Sus dedos se mueven golpeteando sus piernas, en sincronía, con una música inexistente. Quizás si mi corazón pudiera escucharse él podría seguir el ritmo a esos dedos.

—No puedo dejarte ir ¿Lo sabes verdad? —señala las paredes que nos rodean —es imposible dado lo que has encontrado. —avanza hacia la mesa y toma una fusta, me mira con ella en manos y sonríe.

Ese acto me hace retroceder varios pasos, encontrándome con la pared, siento las fotos pegarse en mi brazo y ello me dice que mi transpiración ha aumentado. Cuanto me gustaría poder escurrirme por esas paredes o insistir a mi madre con esperar a Liam. Se acerca a mí en silencio y estira una de sus manos, aprieto con fuerza los ojos aguantando la respiración al ver su rostro tan cerca de mí. Pasan unos segundos, en lo que no escucho más que su respiración calmada, me atrevo a abrir los ojos y me encuentro con los suyo, fríos, observándome. Gira hacia mí, mostrándome la foto familiar de quien dijo era su padre, al lado de una mujer rubia de unos 50 años y dos hombres de 25 o 20 años más o menos.

—Él, se avergüenza de mí, utilizó a mamá —dice señalando al hombre rubio, tan parecido a él —por muchos años le hizo creer que se casaría con ella y formaría un hogar. Me dio el apellido y cuando fue la hora de estudiar, me envió lejos.... Decía que para protegerme.

—No entiendo...—balbuceo y alza el dedo índice llevándolo a sus labios.

—Durante el tiempo que estaba lejos, el casó con otra mujer —siguió —en mis vacaciones, regresaba a casa y ambos fingían ser la familia perfecta, al igual que ustedes. —señala la pared con mis fotos y sonríe —tu padre procedente de familia de fundadores, casado con Cristina Thomson, otra descendiente de fundadores, tienen una sola hija... TU.

Señala con ese objeto negro que alza hacia mí y golpea con fuerza la pared justo al lado de mi cabeza. El golpe hace que varias fotografías caigan a mis pies, tras notar eso de inclina y toma una mostrándola ante mí. Es mi padre, con una mujer en brazos, está sentado en una playa y la dama lo está besando.

—Te mienten, al igual que los míos. —inspiro y suspiro, conozco la historia papá y mamá me lo han dicho. —sólo tú puedes entender lo que se siente ser engañado y desechado como si fueras y a basura. —aprieta con fuerza la foto y trago al ver la violencia ese gesto, sus ojos están oscuros. Varias líneas de reflejan en su frente y contorno de ojos, es el vivo reflejo de la ira en ese instante —y que terceros te restrieguen su felicidad.

Se quién soy, no soy hija de mi madre, porque no me trajo al mundo. Pero me ha dado el amor que ninguna madre me daría, ella eligió ser mi madre y amarme hasta el último día de su vida, perdonó a mi padre y desde entonces son felices. No obstante, algo me dice que contradecirle es mala idea.

—Axel, Filippo y Agnes —señala la otra pared y yo sigo con las manos pegadas en la pared. Sosteniendo en cada mano una fotografía, con tanta fuerza que me lastiman los dedos —perfectos, con el hijo perfecto, el dinero perfecto, no hay una mancha en sus vidas... O eso creemos. —dice se quita una chaqueta, se alza las mangas de las camisas y me muerta una araña. —los Parissi igual, aún con siendo su hijo mayor una escoria eran perfectos.

—No le diré a nadie, solo déjame ir por favor —le ruego —Liam vendrá por mí, cuando llegue y sepa no he llegado.

—Liam, después te hablo de él —dice y niega —he decidido ocuparás el lugar de Rebeca Wood, espero que logres llegar un poco más lejos que ella.

En un rápido movimiento, me toma por los cabellos y me arrastra hacia el pasillo. Baja conmigo, por las escaleras, me pego a las barandas de las escaleras para impedir lo que sea quiere hacerme y recuerdo que la mujer fue encontrada en alta mar ahogada.

—Ángelo me dijo, el día que me marcó... Que jamás podría ser amigo de un Russo, porque en esta historia yo era sólo un Peón. Un sirviente a la orden del rey, que debe inclinarse las veces que esté lo desee —el dolor en mi cabeza es fuerte por los tirones que me da, ante la renuencia de seguirle.

Me suelta un instante y aprovecho esos segundos de libertad para correr hacia la puerta. Pero está trabada, escucho su risa, mientras golpeó una ventana tras otra en búsqueda de libertad y sus palabras diciendo que no seré escuchada.

—Ese día descubrí que tenía que destruir sus palacios y vidas perfectas. Si Zackary Bern's no tenía un hogar feliz, ustedes tampoco. —me alcanza rápidamente al verme en un rincón de la última ventana y me arrastra hacia el sótano. —contempla tu tumba Pilar, hubieras sido la esposa perfecta, supongo que no pudo ser.

Me esposa a una pared, de las manos y luego pies, con una sola mano y tanta destreza que me dice ya ha hecho esto antes. No deje de sollozar, rogar e implorar en todo momento, tanto que llegó a fastidiarse y me amordazo. Se sentó en una silla justo enfrente de mí y quitó el seguro a su pistola. El sonido insistente del timbre lo hizo bajarla.

—Ya regreso, desecharé a esa visita y seré todo tuyo. —da media vuelta y guarda la pistola en una mesa.

Varios minutos después escuchó sus voces tan claras que me hacen mirar en todas las direcciones. Por más que me retuerzo al escuchar la voz de Liam preguntar por mí y a él decirle que me fui hace algunas horas. Que le había dicho, tenía una reunión con mis padres y con él, y estaba bastante preocupada por el pequeño. Las lágrimas salen rápidamente al ver como Liam se despide sin poder escucharme y noto las bocinas en la entrada de la puerta. Grito o hago el intento una última vez, con la esperanza que se dé tenga, pero no lo hace.

—Pilar.... Voy por ti... vamos a jugar tu y yo...

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