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Capitulo 24: Descubrír (2)

[00:00:00] [1:00 AM]

Leslie, no, Ray se encontraba parado delante de mí con las manos y cuerpo salpicados de sangre. Desconozco si la mayoría es de él o de los muertos a nuestro alrededor.

Ojos verdosos me miran, era como si ardieran, similar a un rogo de un niño que pedía dulces, Les- Ray nunca había puesto ese tipo de miradas, sentí la excesiva necesidad de acercarme pero, por lo contrario de mis sentimientos, no me moví en absoluto.

Soy consciente que solo pasaron segundos pero se siente una eternidad en dónde nuestros colores chocan, hasta que Ray deja de mirarme para observar el suelo, me da la espalda y comienza a caminar, lo veo tambalearse, tropezar y maldecir. Justo cuando desaparece de mi visión, la tensión en mi cuerpo se desvanece y vuelvo a la realidad.

Observo mi entorno, una masacre completa. Podía figurar órganos, partes del cuerpo arrancados, cadáveres con hoyos en diferentes partes, lastimados con grandes cortes mortales y algunos aún tenían las cuchillas clavadas en lugares vitales.

Siento mi estómago revolverse, mi garganta tiembla y las náuseas chocan como olas, Ray había hecho esto. Sin armas en sus manos, había ido solo a lo que parecía la guerra, había peleado solo, sin ningún tipo de ayuda ¿Acaso tenemos las misma edad? Vuelvo a observar por dónde desapareció.

Más no me atacó, lo contrario, me protegió, me cubrió con una manta en caso del frío, me dejó en un lugar apartado fuera del peligro mientras el caminaba hacia él. No me hizo daño. Mientras pienso aprieto la mano donde tengo la manta, la llamada que Ray recibió lo alteró ¿Acaso le avisaron de lo que iba a suceder?

Me muerdo el labio inferior, Ray está lastimado, puede que esté al borde de la muerte. Suspiró.

Recuerdo los días de educación física, la primera vez que colapse por la falta de resistencia, me llevaron a emergencias, pase tres días conectados a máquinas, también los días nevados, cómo Emma insistió jugar conmigo, termine con fiebre y una semana en el hospital. No me detengo a pesar del dolor en los pulmones y el ardor que se extiende como fuego en mi garganta pero si no me muevo, no podre alcanzar a l… Ray. Todo el dolor que siento no es en vano, porque observo la espalda temblorosa de Ray, lo logré alcanzar.

—¡L- Ray! —niego, su nombre no es «Leslie» — ¡Ray! ¡Espera!

Me quejó al chocar la espalda rígida de el azabache pero agradezco que se haya detenido. El no me mira pero siento una presión en mi alrededor.

Veo su cuello sangrar, intentó tocarlo pero un aura agresiva me da la bienvenida. Intentó actuar calmado y hablo, no, hago una petición.

—¿Vamos al hospital, si? Estás herido.

Fue inútil hablar, quizás dije las palabras incorrectas, incoherentes. El da dos pasos adelante.

—Lárgate —Con voz grave me ordena.

Me estremecí.

—Me tienes miedo, Norman. No te obligues a preocuparte por mí.

Arrugó mi nariz —. Me malentiendes, estoy preocupado, estás sangrado excesivamente. ¿No quieres ir a un hospital? Podemos ir…

Escuchó un “tsk” y camina, lo llamo y me ignora. Lo sigo y me pongo delante de él, su mirada está gacha, aprieta la mandíbula y se detiene. Manteniendo una considerable distancia.

No oculto mi desesperación —. Vamos… Vamos, te llevaré a un hotel.

Lo intento cubrir con la manta, mis dedos tiemblan por el posible llanto que emita lo que hace la manta ondear.

—¡Déjame!

Tiemblo, me tomo de sorpresa.

—¡Me niego! ¡Si no vamos a un hospital por lo menos a un hotel!

Lo cubrí completamente y lo abrazo.

—Nadie sabrá de esto —intento ver su rostro pero me evita —. Puedo decir que nos fuimos antes, que fue pura suerte.

—Norman ¿Acaso te estás escuchando?

***

Su hermana y su madre lo traicionaron, si su propia familia lo hizo ¿Qué le garantizaba que los demás no lo hicieran?

Me traicionara como ellas” “Mi madre no me ama, mucho menos lo hará él” “Seguro llamo a la policía” “Me está entreteniendo”

—¿Si te dejo, volverás?

“Te dejaré ir, solo no vuelvas a mi lado”

Busqué proteger a Norman pero ahora solo me temía, lo noté por su voz. Tuve demasiadas expectativas de su reacción.

—No, no volveré, nunca más me volverás a ver.

No tengo tiempo, si llamó a la policía deben estar en camino, independientemente ya su familia debió ser avisada

—¿Nunca?

La voz de Norman tiembla, debe sentirse tan aliviado.

—Nunca —Reafirmo.

****

Norman nunca pensó tenerle miedo a esa palabra. Es más, nunca pensó en tener miedo a una simple palabra.

—Ray… Hay un hotel cerca, vamos a bañarte y curarte, nadie sabrá de esto ¿Está bien?

Ante sus palabras Ray vira su rostro para verlo atónito.

—Yo te convencí en escapar.

Ray no cree que está escuchando. Frunce el entrecejo. Ambos están desesperados, uno quiere alejar al otro mientras que el contrario solo quiere encontrar una manera de resguardarlo.

—Cállate ¿Sabes de lo que estás hablando? —Ray no vacila al hablar —¿Quieres estar conmigo aún? Acaso no viste lo que hice.

Norman niega. —Nadie lo sabrá, no se lo diré a nadie —Sentía su garganta cerrarse — quédate a mi lado, haré lo que quieras pero… No te vayas.

Ray frunce el ceño, no entiende ¿Por qué Norman se quedaría a su lado? Hace unos momentos lo veía como si fuese un monstruo y ahora ¿Le pedía que se quedara a su lado?

Trampa, trampa, trampa, trampa, trampa, trampa, trampa, trampa, trampa, trampa, trampa, trampa, trampa, trampa, trampa, trampa, trampa, trampa, trampa, trampa,, trampa, trampa, trampa, trampa, trampa, trampa, trampa, trampa, trampa, trampa, trampa, trampa.

Norman es igual a ellas, Norman es igual a ellas, Norman es igual a ellas, Norman es igual a ellas, Norman es igual a ellas, Norman es igual a ellas, Norman es igual a ellas, Norman es igual a ellas, Norman es igual a ellas, Norman es igual a ellas.

Norman es un Ratri, Norman es un Ratri, Norman es un Ratri, Norman es un Ratri, Norman es un Ratri, Norman es un Ratri, Norman es un Ratri, Norman es un Ratri, Norman es un Ratri.

—¿Y si yo no quiero? Crees que puedes detenerme, Ratri —Ríe.

Está apunto a sostener a Ratri y lanzarlo al suelo.

Mientras que para el rubio, el tono del azabache, su mirada, era de repudió, asco, disgustó.

Los mismo que, inconscientemente, se habían reflejado en su mirar hace unos minutos atrás.

Si Ray rogó con su mirada Norman ahora rogaba con sus palabras.

—No, no, no, no, quédate conmigo  — su voz se quebró —. Ya te dije… Y..yo me que, hip, quedaré callado… -gh yo… Yo… No me dejes.

—¡¿Por qué insiste tanto!? —Grito Ray.

Sostiene el brazo de Norman y lo aleja de un manotazo.

Lo que hizo aumentar el llanto de Norman y lo hunde en un gran abismo de desesperación, solo grita lo que viene a su mente. Solo grita lo que es suficiente, solo grita con el corazón sin pensar.

—¡No quiero dejar de verte! ¡No quiero te vayas! ¡Te amo! ¡Te amo! ¡Te amo! ¡Nunca he amado tanto! ¡NO ME IMPORTA LO QUE PASO O PASARÁ! ¡SOLO QUIERO MANTENERME A TU LADO!

Ardía cada palabra, le ardía llorar y le dolía la cabeza pero no podía caer ahora, si cerraba los ojos. Ray era capaz de dejarlo.

El silencio se cierne y el llanto se escucha, Norman hipa. Un olor a hierro golpea su nariz pero la calidez lo envuelve, una palma, tontamente limpiada, intenta quitar las lágrimas pero tiemblan.

Ray teme manchar de rojo al pálido lienzo que llora.

Retrae su mano pero Norman la sostiene y besa, levanta su mirada, observa el fuerte contraste con el rojo y celeste de sus orbes tristes.

—¿Eso significa que te quedarás?

Ante sus gritos, teme que haya llamado la atención. Por ende, acepta al final.

—Norman, hay un motel cerca, es mejor ir allá —Susurra mientras está apoyado al rubio.

—¿Eh?

—Si vas a un hotel, te reconocerán, las cuartadas no estarán concuerdas pero si vamos a un motel, sera lo contrario, este tampoco tiene cámaras y puedo, podemos, evitar las cámaras de la calle —Explica con cuidado.

Aún siente tensión y mantiene su guardia en alto.

—Pero no tenemos con que pagar…

—Yo me encargo de eso.

Con instrucciones claras y la obediencia impecable de Norman, llegan a la puerta del motel.

“Asmodeus te espera con los abrazos abiertos, entrégate al pecado”

Varios letreros decoran la iluminada entrada.

Ray se muerda la lengua al sentir una punzada en su cuello, tose y ordena a caminar más rapido.

—¡Bienvenidos! ¡B- ¡¿Ray- ¡Digo!

La voz torpe y tropezada del jóven, hace suspirar a Norman, calmado. La joven sabía de Ray, por eso dijo que se encargaría.

—Guardatelo, dame una habitación y no le digas a Isabella que estoy aquí —Su tono es autoritario —. Cuando te interrogen di que llegamos alrededor de las doce.

—¿Interrogarme? ¡¿Por… Porqué!? Segundo piso ¡No me he vuelto a drogar! —En medio de su colapsó, mecánicamente capta la orden de Ray y les entrega una llave

—Es por otra cosa, dame mi kit de emergencia y cuando te lo entregue, quemalo.

Caminamos al ascensor. El chico camina hacia su puesto y saca una cajeta blanca.

—Nadie que no sea la policía debe saber que estamos aquí, nadie.

Ante la voz amenazante la chica asiente.

—Ten.

Le entrega el kit a Ray —. Gracias.

—Nadie sabrá que están aquí más que la policía, seré una tumba, lo juro.

En el camino a la habitación nos mantenemos en silencio, la respiración entrecortada de Ray es lo único que se escucha. Supongo que las habitaciones son insonorizadas.

Llegamos a nuestra habitación y abro la puerta negra, al dar solo un paso Ray colapsa tosiendo sangre. Rápidamente entro y lo acomodo en la cama. Pongo la blanca caja en el suelo, mientras Ray comienza a quitarse la ropa.

—Debe haber una jeringa y un tubo negro, damelos.

Rebuscó y los encuentro.

—¿Qué es? —Me atrevo a preguntar.

Clava la aguja en el tubo, sacando el líquido negro —No lo sé, con exactitud, el doctor Barsallo siempre me los da en momentos críticos —Con calma se toca el cuello —. Eso es un kit personalizado.

Lo veo insertar la aguja en su cuello, específicamente en el segundo ocho, presiona y todo el líquido desaparece de la jeringa.

Exhala y se acuesta en la cama, me levanto del suelo. Me entrega lo que uso.

—Saca lo demás, pon la jeringa y el tubo en el kit y dáselo —susurra adormilado —. Rápido.

—No te duermas, tienes que limpiarte —Demando mientras guardo lo demás.

—No voy a dormir, solo… estoy cansado, es un efecto de eso —Su voz es casi inaudible.

Tocan la puerta —. ¡Soy yo! Esto… ¿Acabaron con el kit? Pa..

Se detiene cuando abro la puerta.

—¡Ah! Ten estas son ropas nuevas.

—Si, gracias —Le entrego en kit.

—Una cosa más —Me detiene cuando intento cerrar la puerta —. Debajo de la cama hay pantuflas para avisarle a Ray.

Asiento y cierro la puerta. Al volver, aviso como Ray comienza a levantarse.

—Mierda, manche la sábanas de sangre —Se queja.

—Esta bien, las sacaré y cambiaré. Ray, déjame curar…

—No hay necesidad, ya casi me recupero completamente.

—Entonces… ¿Vas al baño?

No me responde y vuelve a toser, está vez no es sangre.

—Sí —contesta —. No me acompañes estaré bien.

Camina normal con la ropa que le entregué.

¿También puede leer la mente?

Tras unos minutos, termino de cambiar las sábanas y los pongo en un lugar apartado, las manchadas. Observo las vendas en el suelo ¿En serio no las necesita? Entonces ¿Por qué estaría esto en el “kit personalizado”?

—Báñate también —me dice al salir del baño.

—No tengo cambio de ropa.

—Tu ropa no esta manchada, estarás bien.

Las puertas son casi transparentes, tuve que evitar varias veces mirar. Me avergüenza saber que Ray puede mirarme.

—Iré.

Acomodó mejor la venda en mi cuello y la tapo con la blanca vestimenta, mientras me dispongo a juntar pomada en mi rodilla y nudillos. No les pongo vendas, se vería sospechoso. Mientras en el cuello puedo decir que Norman me mordió.

Hablando del rey de Roma, demora demasiado.

—¡Puerta, policía!

Ya era hora. Camino con cuidado y escucho el grifo cerrarse.

—No salgas sin haberte vestido.

Suspiro y presionó la manija.

—¿Qué sucede? —me quejó al ser empujado —. ¿Qué mierda te pasa imbécil?

—Ten cuidado con tu boca niño ¿Dónde está Norman Ratri?

—Aquí ¿Sucedió algo, oficial? —Sonríe mientras se seca con la toalla.

Gotas caen de su cabello, es obvio que acaba de salir del baño. Lo que hace al oficial fruncir el entrecejo, me mira y luego lo observa a él.

—¿Qué estaban haciendo? —pregunta el uniformado.

Me aproximó donde Norman —. ¿Acaso no es obvio?

Captó que el rojo tiñe las puntas de las orejas de, lo que creo sería mi novio.

—Ah… Ah, sí —tartamudea el chico —. Como sea ¿Oficial, paso algo con mis padres o…

—No es nada de eso, por favor, ambos vengan conmigo a la comisaría.

—¿Por?

El hombre me mira —Para calmar a sus padres.

Ahora era mi turno de fruncir el entrecejo, suspiro y palmeo el hombro de Norman.

Al bajar notó como interrogan a la ex drogadicta.

—Entren.

Nos abre la puerta del auto. El motor se enciende y comienza andar.

Ahora que recapacitó, acabo de desobedecer una orden de la señora. Algo que nunca había hecho ¿Seré castigado? Pienso mientras observo cómo Scarlett y William abrazan a su hijo, siento un pensó en mi cuello.

Gimo de dolor y la melena naranja obstruye mi vista.

—Emma, estoy bien, estoy bien, ya quítate —la empujó.

Grandes ojos verdes están rojos del llanto.

—¿Seguro? —Gilda pasa un pañuelo por su nariz.

—Sí, sí.

—¿Qué te ocurrió en el cuello? —cuestiona Don con voz ronca.

—Norman es agresivo.

Anna tose y el aire triste pasa a uno de sorpresa y luego de vergüenza.

—Espera —Emma me mira atónita —. Tu.. ¿En serio lo hicieron?

Asiento sin vacilar.

—¿Tu fuiste el…

Don cierra la boca al ver llegar al matrimonio junto a su hijo.

—¿Podemos hablar en privado? —pregunta Scarlett.

Asiento. El marido y la mujer me llevan con Norman alejados del restó.

Es hora de “una cena familiar”.


•✦─Fin del arco "sentimientos"

Comienzo del arco "invierno"─•

























+×+

¡Buenos días, tardes, noches o madrugadas!

Tenia un final programado pero se fue al barranco ahora son dos.

Terminamos un arco, van solo dos terminados ¿Verdad? Está y la otra.

Estoy muy adolorido en el cuerpo, casi me caigo al caminar cuando fui al baño 😧

¡Gracias por la paciencia y por leer!

Abrazos y besos.

Atte: El autor?


























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