𝐎𝟏𝟒 ┃Ganar y perder
𓂃⊹ ִֶָ𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗢14(🌸)
✩。⋆ ✹ ▞▞▞▞(𝐇𝐔𝐍𝐓𝐄𝐑) 🌷ꏍ !❛Frustrante giro de la situación...
LOS DIEZ ASPIRANTES A CAZADOR RESTANTES PARTICIPARÁN EN LA FASE FINAL tras haber pasado la cuarta fase del examen, ahora tendrían que enfrentar su última prueba. En ese momento, todos se encontraban en un hotel de gran tamaño, que según les explicaron, era propiedad del comité seleccionador del examen de Cazador, pero durante los enfrentamientos era todo para ellos.
Una persona se acercó a Netero arrastrando un gran objeto plano cubierto por una larga manta. Todos los aspirantes observaron esto, curiosos, pues detrás de eso estarían sus destinos durante la fase.
― Para la fase final llevaremos a cabo un torneo de uno contra uno ― Explico el presidente quitando la manta de un tirón. Las caras sorprendidas de los participantes desaparecieron al ver que los enfrentamientos seguían tapados por otra manta más pequeña.
― ¿Entonces solo aprueba la persona que llegue hasta el final? ― Pregunto uno de los aspirantes a Cazador.
― No. ― Respondió serio, levantando su mano mientras explicaba ― Solo les hace falta ganar una vez para aprobar el examen. Los ganadores se retiran de la competición, mientras que los perdedores seguirán ascendiendo. Es decir, que la persona que quede arriba de todo no aprobara. ¿Lo ha entendido todo el mundo?
― ¿Entonces una sola persona desaprobará el examen? ― Pregunto Jisoo para ella misma, sus ojos resplandecieron con sorpresa y sonrió animada. Eso significaba que tal vez tendría una oportunidad más cerca de convertirse en Cazadora.
El presidente quito la última manta del tablero, permitiéndoles a los aspirantes conocer contra quien se enfrentarían.
La sala estaba en total silencio. Todos miraban las caras en los tableros y buscaban los emparejamientos de ellos y de otros, al mismo tiempo que algunos aspirantes no le tomaban mucha importancia a ello.
― Las reglas de los combates son bastante sencillas. Se permiten armas. Nada de trampas. Si su rival admite la derrota, ganan. ― Explico el presidente paseando su mirada por los presentes ― ¡Sin embargo! Si matan a su oponente, serán automáticamente descalificados. Todos los demás aspirantes superan la fase automáticamente y el examen llegará a su fin.
Con esa última explicación, la última fase del Examen de Cazador dio su comienzo.
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Jisoo nunca espero que su actitud cambiara tan drásticamente al empezar los encuentros, su brillante actitud competitiva llena de energía se había esfumado completamente. Sus parpados se cerraban con fuerza al escuchar otro quejido adolorido por parte de Gon. En aquel momento, la fémina solo deseaba que aquella imagen frente a ella desapareciera.
Sus puños se apretaban cada vez más sin darse cuenta, al mismo tiempo que su cabeza luchaba por ignorar los sonidos adoloridos que producía su amigo, pero que al parecer solo ella lograba escuchar completamente.
El primer enfrentamiento pertenecía a Gon y Hanzo, quienes se encontraban luchando para definir quién saldría victorioso de aquel lugar. A pesar de todos los golpes que recibía el menor, este conseguía la manera de no rendirse.
― Te golpeé con fuerza suficiente como para hacer temblar tu cerebro. ¿Lo comprendes? Hay una diferencia enorme entre nosotros. Tal vez sería mejor que te rindieras ya...
― No lo haré... ― Dijo como pudo el peli verde, intentando volver a ponerse de pie, observando a su alrededor borroso. Otro golpe no le tardó en llegar.
Gon empezó a toser, su mano se aferró a su camisa con fuerza, sintiendo como el dolor de los golpes empezaba a hacerle efecto, provocando un dolor insoportable en todo su cuerpo.
― Piénsalo bien. Si te rindes ahora, podrás estar en buenas condiciones para tu siguiente combate. Di que te rindes.
― ¡No pienso hacerlo!
Otro golpe resonó por el lugar.
Leorio y Kurapika también se encontraban bastante preocupados y disgustados. El hombre de corbata apartó la mirada por un momento, cansado de lo que ocurría frente él. Gon tendría que completar su enfrentamiento por sí solo, todo estaba en sus manos.
Jisoo dejó escapar un quejido nervioso, cerrando sus párpados al ver la escena. Le dolía ver como golpeaban a su amigo sin que ella pudiera hacer nada para detenerlo.
― Dilo. ― Pidió nuevamente Hanzo con su ceño fruncido, pero con una voz serena.
Gon lentamente apoyó sus brazos en el suelo parándose con dificultad. El dolor en su pecho no le permitía moverse como desearía, pues la patada que había recibido realmente le había afectado.
El joven recibió otro golpe, otro, y otro, pero en ningún momento se rindió. De alguna manera siempre encontraba la manera para levantarse, pero otro golpe le esperaba cada vez.
― ¡Gon! ¡No seas idiota! ¡Todavía tienes otra oportunidad! ― Exclamó Leorio con voz preocupada, no quería seguir viendo como su pequeño amigo sufría, pero antes de que siguiera hablando Kurapika lo interrumpió.
― Si estuvieras en el lugar de Gon, ¿te rendirás? ― Inquirió el rubio. Su nariz se encontraba fruncida al igual que sus cejas, la escena frente a él lo mantenía inquieto y preocupado.
― ¡Ni aunque me muera!
Otro golpe mandó lejos a Gon, quien abrazaba su pecho con fuerza y apretaba sus labios resistiendo el dolor, pero nuevamente se esforzó por levantarse, recibiendo otro golpe.
Jisoo sintió la penetrante mirada de alguien, aun así ignoró esta, pues su mente se encontraba totalmente concentrada en los movimientos de Hanzo y en el estado de su amigo.
― ¡Ya basta! ― Sin importarle, la ojirosa alzó la voz luego de escuchar como el hombre volvía a golpear a su amigo, ganándose algunas miradas. ― ¡Puedo ir yo en su lugar, no lo lastime más!
― ¡Voy a matarte! ¡Pelearé contra ti en su lugar! ― Exclamó Leorio al mismo tiempo que su amiga, frunciendo su ceño.
― Si no pueden soportarlo, váyanse. ― Contestó Hanzo sin importancia, observándose de reojo. ― Esto va a empeorar cada vez más.
La mirada de la joven se oscureció mientras una vena molesta se marcaba en su frente.
― ¿¡Qué es lo que dijiste?! ― Leorio avanzó algunos pasos, siendo detenido por unos hombres de trajes elegantes, quienes se encargaban de supervisar los encuentros.
― Nadie puede interferir en un combate uno contra uno. ― Dijo uno de los hombres― ¡Y si te metes descalificar a Gon!
La pelinegra y el hombre de corbata se quedaron en silencio al escuchar como su amigo volvía a levantarse, esta vez ofreciéndoles una corta mirada.
― No pasa nada... Leorio, Jisoo. ― Susurro posando sus manos sobre sus rodillas, se notaba en su semblante el esfuerzo que hacía en cada movimiento ― Esto no es... nada... T-todavía puedo seguir.
El hombre frente a él le dio una patada en el tobillo, provocando que volviera a caer al suelo, pero esta vez, se acercó agarrándolo con fuerza del brazo.
― Voy a romperte el brazo ― Todos los presentes fijaron su vista al hombre luego de escuchar ello, pero ninguno dijo nada, disponiéndose únicamente a observar y escuchar ― Lo digo en serio. Así que di que te rindes. Ríndete.
El terror en la cara de Gon era fácil de notar, además de que sus ojos se encontraban resplandecientes del coraje y miedo a lo que podría pasar, sabía que el hombre no mentía, pues la presión sobre su extremidad aumentaba, aun así, no se rendiría.
― ¡No lo haré!
El sonido de algo quebrandose seguido de un grito resonó por todo el lugar.
― Ahí lo tienes, no puedes usar el brazo izquierdo. ― Susurro Hanzo.
El silencio invadió la sala por unos segundos, algunos participantes prefirieron alejarse y no observar el enfrentamiento, mientras que a otros no les importaba en absoluto lo que sucediera.
― De verdad le rompió el brazo... ― Los ojos de la ojirosa se rasgaron mientras fruncia su ceño con molestia, sintiendo como la adrenalina de golpear a aquel ninja la invadía, al mismo tiempo que su cuerpo temblaba levemente. Su mirada se fijó en el adversario de Gon y apretó sus puños ― Maldito.
Leorio apretó su mandíbula con fuerza, su cara casi podría dar miedo. ― Kurapika, no intentes detenerme. Si ese bastardo le hace algo más a Gon...
― ¿Yo? ¿Detenerte? No te preocupes. No hay ninguna posibilidad de que tal cosa ocurra ― Respondió el rubio con sus cejas fruncidas. Sus ojos poco a poco empezaban a tomar un fuerte color rojo. Ver aquello despertó muchas emociones en él.
Era seguro que aquellas tres personas eran las más molestas en aquella sala, pues su mirada únicamente iba dirigida al contrincante de Gon, y no eran miradas para nada amables.
― Estoy seguro de que te duele demasiado como para escucharme, pero no te queda de otra. ― Le susurro Hanzo, agachándose levemente frente él ― Soy descendiente de los shinobi, un clan de agentes secretos. A la edad que tú tienes, ya había matado un hombre. En estos momentos, no puedes vencerme en combate. Intento ser amable. Admite la derro-
Una patada en toda la cara provoco que el ninja retrocediera lejos de Gon, quien se levantó por un momento adolorido para luego desplomarse en el suelo nuevamente.
― Duele ― Susurro el joven revolcándose por un momento para luego sentarse y ladear la cabeza de un lado a otro rápidamente― Se me ha despejado un poco la cabeza con este dolor y ese discurso.
― ¡Sí! ¡Gon! ― Jisoo levanto su mirada con una gran sonrisa. Aun lado de ella, Killua la observaba de reojo, sin ninguna reacción. ― ¡No lo dejes levantar! ¡Que le duela!
― ¡Vamos, Gon! ¡Patéalo una y otra vez! ― Exclamo Leorio animado, señalando al ninja aun molesto, gritando algunas cosas más.
El peliverde se puso de pie lentamente, sosteniendo su brazo roto, levantando su mirada, encaró al mayor ― Este no es un combate para ver quién es más fuerte. Es para ver quién se rinde antes.
― Deje que me golpearas a propósito ― Admitió el Ninja, volviendo a pararse, dejando ver su nariz ensangrentada. ― No lo entiendes, esto no es un aviso. Es una orden. ¿No logras entenderme? Pues te lo dejaré más fácil. ― De su manga empezó a sacar una larga cuchilla, provocando que más de uno frunciera su ceño ― Te cortaré las piernas, y me aseguraré de que no puedas recuperarlas. Primero deja que te lo pida una vez más. Di que te rindes.
― No pienso aceptarlo. ― Dijo. Todos los aspirantes a Cazador se quedaron congelados con muecas en sus caras al escuchar la respuesta de Gon ― No quiero que me corten las piernas, pero tampoco quiero rendirme. ¡Así que busquemos otra forma de pelear!
― Oye... ― El ninja bajó su arma con una gota de sudor para luego fruncir su ceño molesto con su frente roja de la furia― ¡¿Eres consciente de en qué situación te encuentras? ¡No estás en posición de pedir nada! ¿¡Te estás burlando de mí!? ¡Lo digo en serio, te voy a cortar las piernas!
― Pues aun así no pienso rendirme. ― respondió muy seguro. ― Además, si haces eso sangrare hasta morir. En tal caso quedarás descalificado, ¿verdad? ― Uno de los supervisores del encuentro asintió ― ¿Ves? Ninguno de los dos quiere que eso ocurra. Así que pensemos en una forma mejor.
Algunos aspirantes dejaron escapar algunas risas por la inesperada actitud del menor. El encuentro había dado un giro inesperado, además de que el tenso ambiente que los rodeaba anteriormente había desaparecido.
Hanzo lo noto, pero no podía permitir que aquel niño le ganara. Sin pensarlo mucho, acercó su espada a la frente del chico, rozándolo con el filo, provocando que un delgado hilo de sangre se escurriera.
― ¿Por qué no te rindes? Solo tienes que decir dos palabras. Podrías probar el año que viene. ¡¿Valoras más tu orgullo que tu propia vida?! ¡¿De verdad quieres morir para proteger tu orgullo?!
Gon guardó silencio conectando miradas con el Ninja. Sus ojos cafés claros brillaban con una extraña intensidad, estaba decidido, seguramente no había manera de que el joven se rindiera.
― Voy a encontrar a mi padre. ― Dijo sin moverse de su lugar a pesar de las amenazas del ninja ― Mi padre es Cazador ¡Así que pienso convertirme en Cazador para encontrarlo!... Confió en que algún día lo encontraré. Pero tengo la sensación de que si me rindo ahora, ¡jamás podré encontrarlo! Así que no me voy a rendir.
Hanzo frunció su ceño levemente, aquel chico no entendía las razones. Sin decir nada, empezó a caminar lejos de Gon apartando su afilada arma. ― Me rindo. Tú ganas.
Los ojos de Jisoo se abrieron como platos mientras una sonrisa se empezaba a formar lentamente en sus labios. A un lado de ella, Killua también parecía sorprendido, pero no dijo nada, al igual que todos los presentes.
― No puedo matarte. Pero tampoco se me ocurre otra forma de hacer que te rindas. ¡Acepto la derrota y probaré suerte en el siguiente combate!
― No puedo aceptar eso. ¡Eso no es justo! ¡Tenemos que encontrar la forma de sellar el combate!
― Vaya, sabía que dirías eso. ― El ninja se acercó a la cara de Gon mientras lo señalaba con su ceño fruncido ― ¡De todos modos no dirás que te rindes!
Ambos empezaron a discutir sobre el final de su encuentro, pues Gon insistía en buscar una forma de sellar el combate de manera diferente, tal vez quería que el ninja no se rindiera así como así.
Para suerte de Hanzo, el menor se desmayó en medio de sus reclamos, dándole por fin la victoria, y además permitiéndole alejarse de aquel lugar sin las quejas del niño.
― Cuando se despierte, seguramente se negará a aceptar su victoria ― La voz de Hanzo resonó en el lugar. ― Solo una persona puede fracasar en esta ronda, ¿verdad? Si Gon fracasa, ¿no haría eso que el resto de combates no tuvieran sentido?
― No te preocupes. Gon ha aprobado. Nada que él pueda decir cambiará ese hecho. ― Respondió Netero. Leorio y Kurapika soltaron un suspiro aliviado. ― Aunque Gon decidiera venir a matarte, seguiríamos sin poder revocar su licencia.
Luego de escuchar aquello, Jisoo se sintió más tranquila. Una pequeña sonrisa apareció en sus labios, Gon por fin era Cazador, lo que la ponía feliz.
Su rosa mirada se desvió al albino, notando como este aún mantenía sus cejas fruncidas. A su vista parecía triste y confundido, preocupándose al pensar en que le hubiera ocurrido algo parecido a ella antes de la última fase. Pero cuando iba a decirle algo, él habló primero, y no a ella.
― ¿Por qué perdiste a propósito?
― ¿Qué perdí a propósito?
― Estoy seguro de que sabías como hacer que Gon se rindiera sin matarlo. Dadas tus habilidades. ― Todas las miradas estaban puestas sobre el joven.
― Cuando torturó a alguien, espero que esa persona me odie por el resto de su vida. Es más efectivo y menos estresante. Cuando alguien sufre dolor, las personas muestran un brillo de hostilidad hacia el responsable. Pero en los ojos de Gon no pudo verlo. Le acababa de romper un brazo, pero sus ojos me decían que se había olvidado de eso. ― El albino abrió sus labios con ligera sorpresa, escuchando las palabras de Hanzo ― Podría decirse que me ha ganado. Si necesitas una razón, ahí la tienes.
Luego de eso, empezó el segundo combate.
El ambiente no tardó en volverse tenso, pues ahora uno de los participantes en la batalla sería apenas una niña, pero que de alguna manera había logrado llegar ahí. Aunque algunos en el lugar entendían que aquella joven en realidad era fuerte.
Jisoo cerró sus ojos por un momento antes de pasar al frente, sintiendo la mirada de todos los presentes. Inevitablemente, se puso un poco nerviosa. No acostumbraba a ser el centro de atención, pero tampoco le molestaba.
Su vista se elevó, encontrando al participante número 294, Bodoro, quien no parecía muy seguro de su contrincante.
El encuentro inició, ambos ajustaron sus posturas, esta vez cambiándola por una más defensiva. Jisoo examinó a su contrincante con atención.
― ¿Qué ocurre? Ninguno se ha movido de su lugar. ― Susurro Killua. Ambos contrincantes se observaban con duda, los dos debatiendo si enfrentarse o no.
― Jisoo jamás golpearía a un mayor, claro, a excepción de verse obligada a utilizar defensa propia. ― Explicó Kurapika, notando como el albino ladeaba la cabeza. ― Y al parecer está en la misma posición.
― Es un enfrentamiento de paciencia, ¿quién se rendirá primero? ― Exclamó Leorio, agradeciendo mentalmente por no tener que ver a otro de sus amigos lastimado.
Las cejas de Jisoo se fruncieron levemente al escuchar la suave risa que salió de los labios del mayor, quien la observaba con una mirada gentil y las manos detrás de su espalda.
― Si has llegado hasta aquí debes ser muy ágil y fuerte ― Declaró Bodoro, empezando a caminar fuera de la zona de combate ― Aun así, no soy capaz de dañar a una niña.
― ¿Eh?
― Me rindo.
Jisoo soltó un suspiro aliviado, provocando nuevamente las risas del hombre. Sin decir nada, Jisoo se dirigió donde sus amigos con una pequeña sonrisa. Aquel día tal vez la suerte si estaba de su lado.
Ya era Cazadora.
Jisoo se esforzó por reprimir un chillido feliz, tapando su boca con sus mejillas sonrojadas. A un lado de ella, Killua la observaba en silencio, ansioso por su enfrentamiento.
El tercer enfrentamiento fue entre Kurapika y Hisoka, pero el arlequín se rindió sorpresivamente, dejando al Kurta como vencedor. El cuarto fue de Hanzo contra Pokkle, pero el pelirrosa se rindió tan pronto el ninja le dejó en claro que no tendría piedad con él.
El quinto enfrentamiento fue entre Bodoro y Hisoka. El combate estaba bastante claro, pero Bodoro se negaba a rendirse, hasta que Hisoka se acercó y le dijo algo al oído, entonces se rindió. El sexto combate enfrentó Pokkle y Killua, pero tan pronto comenzó, Killua se rindió alegando que sería aburrido.
Y la preocupación de Jisoo por su amigo aún seguía, pero todos sus intentos de hablarle a Killua no funcionaban, pues el joven no parecía tener la mejor actitud en aquel momento.
El séptimo combate correspondía a Leorio y Bodoro, pero el hombre de corbata convenció a los supervisores de que su enfrentamiento empezará luego de que Bodoro descansara de sus heridas.
Así que primero lucharon Killua y Gittarackur.
― Por favor, cuídate mucho, Killua... ― Susurro Jisoo antes de que el albino se alejara. Seguramente él no la había escuchado, como estuvo haciendo todo este tiempo. Pero para sorpresa de la ojirosa, él asintió.
Soltando un suspiro preocupado, la joven se acercó a Leorio y Kurapika, sintiendo como el rubio posaba una de sus manos en su hombro. Al parecer, Leorio le había comentado sobre su incomodidad con Gittarackur luego de su encuentro.
― ¡Comiencen!
Jisoo golpeaba su pie repetidas veces contra el suelo, tenía un mal presentimiento.
El ojiazul se acercaba lentamente a su contrincante, quien no quitaba su mirada del, pero no se movía de su lugar. La cara de Gittarackur no tenía expresión alguna, por lo que era imposible notar como se encontraba en aquel momento.
― Cuanto tiempo sin vernos, Kil.
Tan pronto el hombre de piel morada dijo eso, su mano empezó a retirar cada una de las agujas de su cuerpo, todo bajo la confundida mirada del albino y la curiosa de los aspirantes.
Su cara empezaba a deformarse y su piel cambiaba de color drásticamente. El corto pelo de Gittarackur cambio a una larga y lisa melena negra, su cara ahora era más pequeña y sus ojos grandes de un profundo color oscuro, como un agujero negro.
Killua retrocedió con una mirada totalmente asustada, una expresión que Jisoo veía por primera vez. La actitud confiada y burlona de aquel chico que tanto le llamaba la atención había desaparecido completamente, cosa que preocupo a la ojirosa.
― ¿El hermano de Killua? ― pregunto Leorio al aire.
― Parece que cambia de apariencia con sus agujas ― Noto Kurapika.
La respiración del albino se aceleró mientras gotas de sudor bajaban por su frente, se encontraba bastante nervioso, pero aun así, se esforzó por recomponerse rápidamente.
― Me dijeron que apuñalaste a mamá y a Milluki ― Dijo el hombre de larga melena con una voz monótona. ― Mamá estaba llorando. Eran lágrimas de felicidad. Estaba muy feliz por ver que habías crecido tanto.
Una mueca apareció en la cara de más de uno. La pelinegra recordaba la conversación que habían tenido en la aeronave con el albino y Gon, pero nunca imagino que aquel chico hiciera muchas de las cosas que contaba aquel hombre.
― Pero estaba preocupada por ti al haberte ido de casa, así que me pidió que viniera a ver como estabas. ― El hombre ladeo la cabeza. Aunque su apariencia fuera diferente, seguía provocándole pavor a la joven ― Qué casualidad. No sabía que querías ser cazador. Yo quiero conseguir una licencia para mi siguiente trabajo.
― En realidad no quiero ser cazador ― Admito Killua, bajando la mirada, aún nervioso ― Simplemente quería hacer el examen.
― Comprendo, es un alivio ― Respondió el sujeto frente él. ― Entonces deja que te dé un consejo...
El ambiente se volvió mucho más tenso que hace unos momentos. Los ojos de Jisoo se rasgaron al sentir una corriente en todo su cuerpo que le avisaba de peligro, sabía que algo malo pasaría si su amigo no hacía algo.
― ¡Killua! ― Grito con fuerza la única niña en la sala, intentando que el joven se despertara, pues aunque sus ojos se encontraran abiertos no reaccionaba.
A pesar de su grito, Killua no reacciono, provocando que la ojirosa entrara más en pánico. Aunque aquel sujeto fuera hermano de su amigo, temía que le pudiera hacer daño.
― No tienes madera de Cazador. ― Continuo el hombre. Killua empezó a temblar sin darse cuenta mientras en sus ojos se podía notar el miedo que sentía. ― Naciste para ser... ― Ambos se miraban fijamente, y cada vez más el albino parecía más nervioso ― Un asesino. Eres una marioneta de la oscuridad, sin pasión alguna. No quieres nada ni necesitas nada.
Jisoo repetía el nombre de su amigo una y otra vez con preocupación en su rostro, no soportaba escuchar todas aquellas cosas que le decía aquel hombre que alegaba ser su hermano. A pesar de sus esfuerzos, su voz sonaba como un lejano eco en la mente del ojiazul.
― Como alguien que vive en las sombras. Solo puedes sentir placer cuando muere gente. Así es como papá y yo te criamos. ¿Qué piensas conseguir convirtiéndote en cazador?
― Cierto, no deseo convertirme en cazador. Pero...― Sus manos temblaron, como si estuviera en peligro por cada palabra que pronunciaba ― Sí, hay algo que quiero.
― No lo quieres.
― ¡Si lo quiero! ― Su ceño se frunció decidido. Lograba escuchar como su nueva amiga batallaba por saber cómo se encontraba, y eso de cierta forma le dio ánimo ― ¡Hay algo que quiero de verdad!
― Pues dime qué es eso que quieres. ― Killua bajo su mirada, sus labios se movían como si intentara decir algo, pero nada salía de ellos. ― ¿Qué ocurre? En realidad no hay nada que quieras, ¿verdad?
― ¡No es eso! ― Respondió tan pronto su hermano dijo ello. Su mirada bajo al suelo y en voz baja dijo: ― Quiero... Ser amigo de ellos. Estoy harto de matar gente... Quiero ser amigo de Gon y Jisoo, y vivir una vida normal.
― Eso es imposible. ― Respondió el pelinegro. Killua apretó sus labios y frunció su ceño ― Tú nunca podrás hacer amigos. Tu única preocupación cuando conoces a alguien es si puedes matarlo o no. Así es como fuiste entrenado. ― Los ojos azules del chico titilaban nerviosos ― No sabes cómo clasificar a Gon y Jisoo, porque a tus ojos son personas brillantes. En realidad no quieres ser sus amigos.
― Te equivocas...
― Si sigues con ellos, algún día empezarás a sentir deseos de matarlos. ― Killua empezó a sudar cada vez más, sintiéndose inquieto, escuchar aquello no le gustaba, temía que fuera verdad ―Tendrás la necesidad de saber si puedes matar o no. Porque tienes el alma de un asesino.
Jisoo nuevamente intento colarse al encuentro siendo detenida por uno de los supervisores.
― ¡Sí, ya lo sabemos! ― Respondió Leorio luego de ver como la pequeña intentaba acercarse a su amigo de cualquier forma ― ¡Killua! ¡No me importa que sea tu hermano, lo diré igual! ¡Es un pedazo de escoria! ¡Dale una paliza como sabes y aprueba! ¿Quieres ser amigo de Gon y Jisoo? ¿Es que eres ciego? ¡Ya son amigos! ― La mirada del chico se elevó sorprendido mientras escuchaba las palabras de Leorio ― ¡Por si no te has dado cuenta, Jisoo está sumamente preocupada por ti, le duele la garganta de tanto decir tu nombre! ¡Es muy obvio que son amigos! ¡Estoy seguro de que ellos piensan lo mismo!
― ¿De verdad?― Inquirió el pelinegro frente al albino, escuchaba todo con una mano en su cintura.
― ¡Pues claro que sí, idiota!
― Vaya... Pues que lastima. ― Se lamentó el hombre con un dedo en sus labios ― Consideran a Kil un amigo. Bien, entonces los mataré.
Todos los presentes observaron al hombre cautelosamente, mientras que por instinto Leorio y Kurapika escondían a Jisoo detrás de ellos, frunciendo su ceño al escuchar aquellas palabras.
― Un asesino no necesita amigos. Solo te entorpecerán. ― Killua empezó a temblar nuevamente. Por más que no quisiera que sus amigos corrieran peligro, sus labios no podían pronunciar palabra alguna, además de que su cuerpo parecía congelado del miedo ― ¿Dónde están?
El hermano de Killua empezó a caminar directo a la salida del lugar, donde también se encontraba Jisoo, quien al sentir la mirada del hombre sintió todos sus instintos activarse, empezando a retroceder asustada.
― P-por favor espere, el combate todavía... ― El supervisor se acercó a Gittarackur, pero unas agujas se incrustaron en su frente deformándole la cara.
― ¿Dónde están? ― Pregunto. El supervisor parecía hipnotizado, pues señaló el lugar donde se encontraba Jisoo, además de decirle donde descansaba Gon de sus heridas.
El hombre siguió su camino, pero Kurapika, Leorio y Hanzo se interpusieron, dejando a la menor detrás de ellos, además de bloquear la salida del lugar, dispuestos a frenar la intención del hombre.
― Qué problema. Necesito una licencia de Cazador para hacer mi trabajo.― Dijo para el mismo el pelinegro, frenando su camino ― Pero si los mato, reprobaré y Kil aprobará automáticamente. Ah, que mal. Pero entonces si mato a Jisoo estaré en las mismas. ― Gittarackur poso un dedo sobre su frente pensando ― Ah, ya sé. Aprobaré el examen antes de matarlos.
― Bastardo... ― Masculló Leorio con rabia sujetando la mano de su amiga con fuerza, logrando sentir cómo ella empezó a temblar levemente.
― Si espero hasta aprobar el examen, podré matar a todos los aquí presentes y conservar mi licencia, ¿verdad? ― Preguntó el hombre, observando a sus espaldas, encontrando al resto de aspirantes y los examinadores.
― Sí, las normas así lo estipulan. ― Contestó Netero.
― ¿Escuchaste, Kil? ― El pelinegro se giró volviendo a acercarse al albino, quien lucía igual de asustado que antes ― Vas a tener que vencerme si quieres salvar a Gon y Jisoo. ¿Lucharás contra mí por el bien de tus amigos? No puedes hacerlo. Por qué ahora mismo te preocupa si podrás vencerme o no.
Killua alzó su mirada aún más asustado al notar lo cerca que estaba su hermano mayor. Su cabeza ya estaba hecha un desastre, lo menos que quería era dañar a sus amigos.
― Y ya tienes una respuesta clara: "No soy tan fuerte como para vencer a mi hermano mayor" ― El hombre empezó a levantar su mano lentamente, provocando que el joven se estremeciera ― "Nunca luches contra un enemigo que no puedes vencer" Eso es algo que yo te enseñe.
Killua apenas movió su pie intentando apartarse con un semblante asustado, cuando el mayor lo detuvo, provocando que su temor aumentara ― Si te mueves un solo centímetro, asumiré que el combate ha comenzado. Solo hay una forma de detenerme... Y ya sabes cuál es.
― ¡Aleja tus asquerosas manos de Killua! ― Exclamó con fuerza Jisoo como pudo.
A pesar de escucharla, la ignoró por completo, acercando cada vez más su mano al albino. ― Pero no lo olvides. Si no luchas contra mí, tu querida Jisoo y tu querido Gon morirán.
― ¡Acaba con él, Killua! ― Grito Leorio con su mano hecha puño, sintiendo como su amiga apoyaba su cabeza en su espalda. ― ¡No permitiremos que te mate a ti ni que mate a Gon y Jisoo! ¡Lo detendremos, cueste lo que cueste! ― A pesar de sus palabras, el joven no reaccionaba, y la mano de Gittarackur se acercaba cada vez más a sus ojos ― ¡Haz lo que tú quieras hacer!
Los labios de Killua se entreabrieron, lograba sentir todo su cuerpo tensionado y las gotas de sudor gotear de su mandíbula. Todo parecía una pesadilla, pero eso era lo que constantemente vivía en su casa.
― Me rindo. ― Susurro el chico bajando la mirada ― Yo pierdo...
Finalmente, Jisoo dejó escapar un bajo suspiro, reteniendo las lágrimas que amenazaban por salir.
Nunca imaginó que aquella persona que tendría que ser eliminada fuera su amigo, y de la peor manera posible.
―¡Oh, que bien! ― Asintió Gittarackur con su voz monótona chocando ambas palmas ― Entonces este combate ha terminado. ― El pelinegro volvió a acercarse a Killua y palmeo su hombro ― Era una mentira, Kil. Mentía sobre lo de matar a Gon y Jisoo. Era solo una pequeña prueba. Pero ahora tengo mis respuestas.
El albino sentía su mirada perdida, aún se encontraba asustado. La mano del hombre llego a su cabello mientras acercaba su cara al oído del joven para susurrarle. ― No tienes derecho a hacer amigos. Y tampoco los necesitas.
Luego de eso, llego turno del enfrentamiento de Bodoro, quien ya había descansado de su combate contra Hisoka, llegando el turno de enfrentarse contra Leorio. Pero cuando comenzó el combate, su cuerpo inerte del hombre cayó al suelo, dejando ver a un joven albino detrás de él, el culpable de matar a aquel hombre con su propia mano, ahora llena de sangre ajena.
Killua había matado a Bodoro, quedando totalmente descalificado, tal como su hermano mayor lo quería.
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