葉 ◟❝Tres❞
Jungkook.
Las primeras en subir al Mustang fueron las niñas que Taehyunhg había "rescatado", ellas estaban dormidas en la parte de atrás sobre unas bolsas con ropa junto a mi hermanito que estaba sentado a su cuidado, aún no sabíamos cómo eran sus nombres pues luego de que MinHo recordara que la última vez que unos amigos lo habían visitado su hijo de tres años había olvidado su biberón, y con rapidez prepararamos leche a la pequeñita, ambas cayeron dormidas.
Yo era quien más actualizado estaba de la situación en el centro de la ciudad, mi celular tenía crédito y el de ellos dos no. Por el momento, solo Busan estaba infectada, pero aún así seguía siendo mucho pues se calculaba que la mitad de la población ya se había convertido.
MinHo decía tener un tío que vivía en Bonseung y que tenía una enorme casa, el hombre había muerto hace un par de meses y el único heredero, al sus padres no querer saber nada con dicha propiedad, era él.
Pero antes de viajar a Bonseung, debíamos pasar por un supermercado y tomar algunas cuantas cosas que nos faltaban y que se habían agregado a la lista con la llegada de las niñas.
Taehyung conocía las calles mucho mejor que cualquiera, había andado tanto que sabía que atajó tomar para llegar más rápido y qué camino seguir para no atravesar el centro de la ciudad. También siempre había sido bueno memorizando lugares, direcciones y nombres, por lo que le había dado las indicaciones necesarias a su amigo para ir a un supermercado mayorista no muy lejos de donde acabábamos de salir.
Por las calles no andaban ni los vivos, ni los muertos vivientes, parecía un lugar desierto.
Y estaba bien así por nuestra seguridad.
Los gritos que más temprano se oían ya no se escuchaban y eso era demasiado bueno para la salud mental de Taehyung hyung, y las dos niñas por supuesto.
-Olvidé decirles que en el bolsillo de ambos asientos, hacia la parte de atrás, guardé toda mi colección de dagas, por si los que están atrás necesitan defenderse. Pero debajo de Musafer hay algunos otros para quien esté delante-comenté mirando a mi hermano, él asintió con la cabeza y MinHo soltó un "Mmh" a forma de haber oído.
Choi aparcó mi auto en el vacío estacionamiento cuando al cabo de cinco minutos habíamos llegado al súper.
-No podemos bajar los tres-dijo MinHo, y era cierto. Alguien debía quedarse con las niñas.
-Yo...-Taehyung y yo cruzamos miradas, sus ojos claros sin decir nada me estaban pidiendo algo que no podía aceptar.
Negué con la cabeza.
-No puedes quedarte tu, hyung-le dije, Choi asintió en forma de apoyo-. Si algo pasara y debemos huir con rapidez, no podríamos hacerlo por que no sabes conducir.
-Yo me quedaré con ellas, no te preocupes, Jungkook-MinHo me dijo a mi, en vez de a mi hermano por lo que éste rodando los ojos bajó y cerró la puerta con fuerza.
Menos mal que las niñas tienen el sueño pesado, pero pobre de mi auto.
-Choi-hablé-, bajo tu asiento hay un arma con el silenciador puesto junto con las municiones, si algo ocurre y no logras defenderte con los cuchillos, deberás usarla.
Sus ojos se abrieron de par en par, pero bajé del auto y comencé a caminar junto a Tae, luego le explicaría por qué llevaba un arma conmigo en el auto.
Ahora había cosas más importantes que hacer.
Mirando a todos lados, estando alerta por cualquier repentino aparecimiento de una cosa de esas, llegamos a las puertas del supermercado que gracias a alguna divinidad estaban abiertas de par en par.
Había sangre en el suelo, estaba seca, miré a mi hermano y la cara de asco que ponía hasta me daba risa, pero no era el momento indicado para burlarme de él.
En realidad, nunca lo era.
-Vamos a dividirnos-al decir esto me miró, la idea le aterraba pero no sería capaz de decirlo-. Toma todo lo que sea necesario según tu criterio, hyung, y nos veremos en este mismo lugar.
Asintió con la cabeza-. B-bien.
-Si algo pasa, tu gritas mi nombre ¿de acuerdo?-asintió nuevamente y comenzó a caminar hacia las góndolas de pastas, cuando ya no lo veía más yo también me adentré en el mercado.
Fui primero a las góndolas donde estaban los productos químicos en busca de pañales. Y ahí recordé que estábamos en un Supermercado donde se vende por mayor, es decir, por pack, y en cada uno de estos entran diez paquetes normales.
Eso en cierta forma era bueno, nos ahorraba tiempo.
Tomé entonces uno de pañales pequeños y otro un poco más grandes, por que la bebé va a crecer obviamente, luego tomé uno de papel higiénico y cuando según yo había acabado, mis ojos vieron una marca muy conocida.
Nosotras.
Mi madre usaba de esas, y tenía entendido que las mujeres las necesitaban todos los meses. De seguro la niña más grande ya era de las que las usaba así que decidí agarrar un pack también.
La siguiente góndola que visité fue la de los lácteos. De allí agarré leche en polvo, y como el queso crema, el yogurt y la manteca venían sueltos agarré cinco de cada uno. A mi carrito le sobraba espacio, por lo que estaba por poner un pack de jugos en polvo, cuando oí a Taehyung hyung gritar mi nombre.
-¡Jungkook, auxilio!-y no había pasado medio segundo que luego de dejar caer los jugos al suelo corrí hasta el.
Saqué con rapidez una cuchilla de su funda y cuando llegué a donde estaba Tae, vi como una anciana intentaba morderlo mientras el estaba tirado en el suelo, pateandole la cara y tratando de alcanzar con una mano el facon* que se le había caído y se encontraba a unos centímetros de sus dedos.
La anciana, que tal vez anteriormente había sido un amor de persona pero que ahora estaba hecha completamente una loca maníaca, no me oyó llegar por lo que clavarle una daga en la nuca, atravesando casi toda la pequeña longitud de su cuello, no fué nada problemático.
Segundos luego quién estaba en el suelo era ella y ya no mi hermano.
-¿Estas bien, hyung?-pregunté, él tomó su carrito que estaba lleno y asintió sin mirarme. No dijo nada, así que caminé a su lado hasta la puerta, corrí a buscar lo que yo había agarrado y salimos del lugar.
Mi bonito Mustang fue arrancado por Choi al vernos.
-Al parecer ya no hay más de esas cosas-le comenté a Tae en un murmuro, mirando hacia el frente.
-¿Te refieres con cosa a los infectados?-soltó una risita. Siempre oírlo reír se siente tan bien para mí-, pues, yo diría que corramos por que allí viene una horda.
Observé a mi derecha,y ¡oh, mierda!
Un montón de infectados, al rededor de diez, se acercaban. Estaban lejos aún, pero teníamos que meter todas las cosas en el coche. Ambos corrimos, al llegar mire a Taehyung.
-Ve metiendo cosas, yo despertare a la niña para que se mueva un poco y podamos meter todo-sin esperar una respuesta abrí una de las puertas traseras y entré.
Movi a la chica, que se despertó al instante y me miraba aturdida.
-Levantate, cielo, solo será un momento, necesito que te pongas de aquel lado-señalé la otra puerta, ella asintió.
Tome a la pequeña bebé, que parecia tener pocos meses de vida, en brazos para que ella se corriera un poco más allá, y en cuanto lo hizo se la volví a entregar.
-¿Esta todo bien, señor?-preguntó con miedo, se oían los guturales gruñidos de los zombis o lo que sea que fueran.
-Si mi amor, no te preocupes, tu solo cuida a tu hermanita-y ahora me dirigí a MinHo-, saca lo que te dije antes Choi, creo que lo tendrás que usar.
No esperé respuesta, y regresé con mi hermano para ayudarle. Por suerte le faltaban solo tres packs los cuales cargamos con rapidez. Los infectados se iban acercando pero continuaban lejos. Cerré con llave las puertas de atrás después de que Taehyung entrara, y yo subí en mi respectivo lugar.
¿Porqué diablos el auto no se movia?
-¡Acelera, Choi!-le grité pues ver tantas personas de esas acercarse me ponía los pelos de punta. El parecía como ido viendo por el retrovisor, pero de un momento al otro me hizo caso.
Estábamos a salvo, al menos por el momento.
Ahora quienes solo dormían eran mi hermano y la pequeña bebé. La chica, que por lo que me había estado contando momentos antes se llamaba EunJi y tenía quince años, miraba por la ventana por más que le había dicho que no lo hiciera. No eran manchas de sangre las que en el suelo había, si no literalmente charcos.
Menos mal que Taehyung dormía como un angelito.
A lo lejos podían verse algunos infectados, pero no había por qué preocuparse ya que como dije, estaban lejos. Choi aún se encontraba conduciendo, pero ya le diría que me dejara hacerlo a mi para que el pudiera descansar.
-¿Tu celular aún tiene señal?-preguntó, por lo que revisé mi teléfono. Extrañamente aún si tenía.
-Si. Que raro que las centrales eléctricas aún siguen en pie-eso en verdad si que era raro, por que se supone que por seguridad deberían haberlas desactivado. Prendí la radio, tal vez funcionaba.
Tal como pensé, si andaba, aunque una sola emisora. Le subí un poco pues estaban pasando noticias.
❝...y no solo aquí en Busan, si no que Daegu, Gjwanju, Incheon y Seúl también. Según algunas fuentes, el brote habría comenzado en la ciudad de Daegu pero quisieron mantenerlo en secreto. Uno que no duró mucho, claro.
-Sigamos, rápido. ¿Que más tenemos, señor Lym?
-Cabe aclarar que solo son rumores, pero se cortará todo suministro lumínico a las doce de la noche de hoy. Los accesos están totalmente cerrados, hay acumulación de personas muertas en las fronteras y muchos infectados por doquier.
-Por el momento esto es todo, nos reencontramos en media hora en las cinco, cinco, cinco.
-¡Tengan mucho cuidado!❞
Y en ese instante, un pitido espantoso comenzó a sonar, obligándome a apagar el estéreo.
-Es decir, que ellos estaban usando una conexión ilegal y temen ser descubiertos-oh, había olvidado que la niña estaba despierta.
Por más que intentaramos, no podemos pretender tenerla encerrada en una burbuja de mentiras pues ya es consciente de lo que ocurre.
-Si, pero no creo que nadie les quisiera hacer daño-habló MinHo, frenando un poco para esquivar un par de cuerpos asquerosos y volviendo a acelerar-, es decir, ¿en ésta situación quien lo haría?.
Su punto de vista era coherente. ¿Quién les querría hacer algo, si tan solo informaban a la gente?
-Otra cosa que no entiendo... "Nos reencontramos en media hora, en las cinco, cinco, cinco"-les dije. El viaje se estaba volviendo menos tedioso con la charla que estábamos teniendo.
Vi a EunJi pensativa, para minutos luego sonreír con un aire de satisfacción.
-¡Estarán en la 55.5 dentro de treinta minutos!
Choi y yo cruzamos miradas, sonriendo de lado. Teníamos a una personita inteligente entre nosotros.
Luego de eso, continuamos hablando de cosas más triviales. Eunji cayó dormida cuando pusimos un CD de música pop latina. Llevábamos un poco más de dos horas y media viajando, con tantas personas muertas en el camino se hacía más difícil, cuando una llamada entró a mi celular.
No quería atender, pero MinHo me obligó a al menos ver de quién se trataba. Me atraganté con mi propia saliva al leer ese nombre, sintiéndome culpable de inmediato si algo le llegaba a ocurrir.
-¿Donde estás?-no dijo nada, solo oía su respiración agitada y eso me desesperaba todavía mucho más-. ¡Habla, joder, habla ahora!
-Ko-kookie... ¿dónde estás tú?, te has ido sin nosotros. N-nos dejaste, Jungkook-no, no, no. Las lagrimas silenciosas bajaban por mis mejillas, Choi volteó a verme-, olvidaste que tu mejor amigo podía estar en peligro, y a d-diferencia de ti, yo si m-me acordé. Yo si fuí hasta tu casa.
Colgué, no pudiendo seguir escuchándolo. Me sentí un completo idiota, egoísta. Solo había pensado en Taehyung, en Minho porque estaba con él y en las niñas porque él las encontró en la calle. Pero, ¿y yo? ¿Y mis amigos?
No, no podía dejarlo.
En cuestión de segundos tomé una decisión, y aunque era un poco arriesgada no me importó en lo absoluto.
-Frena el auto-dije, pero Minho pareció no oír, tal vez por la música. Entinces la bajé un poco-. Choi, frena el auto-esta vez volteó a verme pero no hizo caso-. ¡Que detengas el puto auto he dicho Choi Minho!-mi intención no era llegar al punto de tener que levantar la voz, pero me estaba provocando.
Pisó el freno de golpe, haciendo que acabara estampado contra el parabrisas.
» -¡Hijo de puta!-el no dijo nada a tremendo insulto. Me volví a sentar bien, y estiré un brazo hacia la parte de atrás para tomar un abrigo y un par de Dagas y cuchillos-. Prométeme algo.
Sus ojos conectaron con los míos, y por lo tensa que se encontraba su mandíbula supe que estaba molesto, yo sé que detesta a Jimin tanto como mi hermano.
-¿Qué cosa?
-Cuidarás a Taehyung mientras yo no esté.
No mencioné a las pequeñas porque eso era muy obvio, estaban al cuidado de los tres.
-¿Y si no lo hago? Él ya es grande y sabe cuidarse solo-no estábamos en términos como para empezar a hacernos los difíciles, Minho se estaba pasando de la raya.
De un solo movimiento la filosa hoja de mi daga favorita estaba en su cuello, no planeaba lastimarlo, pero quería dejar en claro que no era una opción objetar en cosas de ese estilo.
-Los cuidarás a los tres en lo que yo regreso a Busan por mis dos amigos ¿quedó claro?
Solo bastó que asintiera, para yo bajar del auto. No tenía claro qué iba a hacer, no tenía comida ni sabía como regresaría, pero algo se me iba a ocurrir.
Solo esperaba que Jimin y su novio estuvieran bien.
©ʏᴏᴏɴɴɪᴇxᴊɪᴍɪɴɪᴇ5
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