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❝ Capítulo trece² ❞

🕰️🎧 ࣪˖ 𓄴 SECRETS presents to you
▬ ▬▬ act two: chapter thirteen

❝ lovers lake   ❞

26 de Marzo del 86'

Las mentiras no solo se habían vuelto parte de la vida de Tessa, sino que al parecer parte de la vida de todo el grupo en general; Tras una mañana agitada donde cada uno regreso a su hogar para darse un baño y cambiarse la ropa que llevaban usando dos días seguidos, volvieron a juntarse en casa de Nancy con la excusa de que pasarían el día juntos yendo al cine.

Y si bien era una excusa muy sencilla, los padres de Nancy, Lucas, Max y Dustin terminaron convencidos de eso.

Sin embargo, la verdad era que no irían a ningún cine, sino a Coal Mill donde Eddie los estaría esperando con noticias esperanzadoras sobre el plan para derrotar a Vecna y demostrar su inocencia.

No obstante, la realidad era que el plan no estaba yendo en la dirección que ellos esperaban.

—Perdón, pero ¿Puedo quedarme en el auto? Porque esto va a ser torturoso de ver —comentó Robin desde el asiento de copiloto.

Nancy, quien manejaba la camioneta de su madre, negó ligeramente con la cabeza.

—Todo irá bien —le aseguró ella. Pero Robin no estaba segura de eso.

—No soportaré ver la decepción en los ojos Eddie otra vez. No puedo —insistió Robin.

—Al menos puede beber para sentirse mejor —agregó Steve levantando el paquete de cervezas que le habían comprado al chico.

Tessa, sentada en el maletero con Steve, soltó una risa nasal.

—Entonces yo también beberé con él —musitó por lo bajo, pero Steve la alcanzó a escuchar muy bien y la miró de una forma reprobatoria para luego negar ligeramente con la cabeza.

—¿Por qué no ensayamos? —propusó Robin, regresando al tema—. "Hey Eddie. Primero las buenas noticias: te trajimos comida chatarra y las cervezas que pediste. Ah, y encontramos a Vecna. El problema es que está en la dimensión oscura y aterradora y el portal está cerrado, por lo tanto es imposible llegar a él, así que estás jodido. Y si, ya estabas jodido antes, pero ahora estás jodido al cuadrado"

—Espera —le cortó Lucas—. Quizá no deberíamos decirlo así.

—“Estamos más cerca de encontrar a Vecna" —propusó Nancy—. Le decimos eso. Es lo importante.

—Estoy de acuerdo con Nancy —apoyó Tessa robándole a Steve una de sus Pringles.

—¿Ves, Robin? Una perspectiva positiva cambia todo —refutó Steve comiendo una de sus papas, a lo que Robin le respondió con un "aja" que claramente señalaba que le estaba dando el avión. Steve resoplo y se giró hacia Tessa—. Te pregunté si querías unas en la tienda y me dijiste que no —le replicó cuando ella tomó otra papa del bote.

Tessa se encogió de hombros, restandole importancia.

—No quería, pero me las antojaste.

Steve bufó e inclinó el bote en su dirección, cediendo a qué tomara más. Tessa sonrió mostrando los dientes y prosiguió a tomar otra cuando escucharon a Nancy mascullar por lo bajo una maldición que puso en alerta a todos en el auto; un grupo de personas aglomeradas cortaban el paso a la casa de Lipton, pero lo que más los alarmó fue el hecho de que había patrullas y una camioneta de prensa estacionados enfrente de la casa.

Nancy terminó aparcando al otro lado de la calle y detrás de todas aquellas personas.

—Vengan, por aquí —indicó Nancy cuando todos bajaron del auto y se acercaron a la camioneta de prensa para poder escuchar lo que pasaba sin ser vistos.

—La línea de Roane Country recibió una llamada poco después de medianoche sobre un homicidio aquí en el lago —escucharon decir al Sheriff Powell delante de la prensa. Todos compartieron miradas inquietantes—. El oficial Callahan y yo fuimos los primeros en la escena. Nos dirigimos a la orilla del lago de los amantes, a unos diez metros de la casa que ven detrás de mi. Y fue ahí donde encontramos a la víctima, un joven de 18 años de la secundaria Hawkins, Patrick McKinney.

Ante el nombre, Tessa se percató de que Lucas se tensaba y no tardó en deducir en que él conocía a Patrick.

—Sus extremidades, su cuerpo, estaba desfigurado. Hubo un testigo en la escena el cual mantendremos en anonimato para su seguridad, pero nos dio información importante y con eso puedo decir que, también indentificamos a un posible sospechoso: Eddie Munson —y enseño una fotografía del chico a la prensa—. El cual, según lo que contó este testigo, se llevo a otras dos personas con él bajo amenazada....

Tessa contuvo el aliento en cuanto el padre de su amigo saco otras dos fotografías y las enseño a la cámara.

—Leila Johnson y David Jacob Powell. Si alguien tiene información de Munson o de Johnson y Powell, comuníquese.

—Esto no es bueno. Para nada —comentó Steve junto a ella.

Tessa, quien comenzaba a sentir como sus nervios tomaban el control, negó con la cabeza.

—Tienen preguntas, y responderé todas las que pueda a las 2:00 en la municipalidad. Toda la comunidad de Hawkins es bienvenida. Ahora tengo trabajo. Agradezco su comprensión.

Y tras decir eso, el Sheriff se retiró ignorando todas las preguntas que la prensa lanzaba en su dirección.

El grupo, por otro lado, estaba atónito tras escuchar todo aquello. No obstante, y en ese mismo momento, la radio de Dustin sonó.

Dustin, ¿Me oyes? ¿Wheeler?

Rápidamente el rizado tomó la radio de su mochila y se alejó un poco para no ser escuchados.

—Eddie, por dios. ¿Estás bien?

No. Estamos muy lejos de estar bien.

—¿Estamos? —inquirió Tessa, preocupada.

—Eddie, ¿con quién estás? —le preguntó Dustin, pero una voz fémina respondió por Eddie

—¿Quién más, Henderson? Somos los únicos que estaban con él anoche.

Al escuchar a Leila, Tessa soltó un suspiro de alivio. Sabía perfectamente bien que la información que la policía había dado momentos atrás era falsa. Eddie jamás dañaría a la azabache, ni a nadie en realidad. Pero el hecho de que aquel testigo dijera sus nombres y que la policía los mostrara a la prensa la habían preocupado.

—Pregúntale donde estan —le pidió Tessa a Dustin.

—¿Dónde están? —le preguntó el rizado a Leila.

En Skull Rock, ¿Lo conocen, cierto?

—Si, cerca de Cornwallis y...

—Garret, si. Sé dónde es —irrumpió Steve y comenzó a dirigirse a la camioneta con todos los demás.

—Chicos, aguanten. Ya vamos —les dijo Dustin por la radio antes de seguirlos.

Estaban a punto de subir a la camioneta, cuando uno de los policías se acercó a Tessa.

—Jones, el Sheriff Powell quiere hablar contigo.

Tessa inspiró profundamente antes de asentir y mirar a los demás.

—Ahora vuelvo.

—Voy contigo —dijo Steve al instante y dio un paso hacia ella, pero el policía negó.

—Solo quiere hablar con ella.

—Pero...

—Estaré bien, Steve —le aseguró Tessa y le sonrió levemente al chico—. No tardaré.

Y terminó siguiendo al oficial. Pasaron todo el tumulto de personas que intentaban sacarle información al policía e incluso a la misma Tessa, pues al ser escoltada por un oficial, la gente dedujo que ella sabía algo.

Y vaya que sabía.

El oficial la condujo hasta la casa de Lipton donde el Sheriff Powell hablaba con uno de sus compañeros mientras señalaba el lago y daba indicaciones. No obstante, en cuanto la vio acercarse, se disculpó con él y se acercó a ella con un gesto serio en el rostro.

—Jones —la saludó, a lo que Tessa le respondió con un ligero movimiento de cabeza—. Supongo que oíste lo que le dije a la prensa, ¿No?

Tessa tragó saliva y asintió.

—Si, lo he oído. ¿Enserio se llevó a Leila y DJ? Eddie, quiero decir —preguntó ella fingiendo preocupación.

Y al parecer el Sheriff le creyó, porque en automático su gesto se suavizó.

—El testigo asegura que si. Dijo que vio a Munson subiendolos a un bote y se los llevo. Ahora mismo los están buscando —le explicó. Tessa asintió ligeramente y miró al Sheriff con gesto decaído.

—Si necesita ayuda para buscarlos, puedo...

—Lo mejor será que ningún civil se involucre en la búsqueda, nosotros nos encargaremos —le respondió Powell—. Sin embargo, podrías ayudar diciéndome cuando fue la última vez que viste a mi hijo y a Leila.

—Yo... Los vi ayer por la tarde. En Records —respondió Tessa con honestidad.

—¿Y por la noche? ¿No estuvieron en su tráiler?

Pero Tessa negó.

—No pase la noche en casa. Estuve con los Wheeler.

El Sheriff Powell asintió y desvío la mirada hacia donde estaban sus amigos esperándola.

—Vayan a casa, todos ustedes —indicó él—. Si ven algo o escuchan algo, comuníquense a la estación.

—Claro, lo haremos —aseguró Tessa y se dio la media vuelta para regresar con los demás.

En cuanto el grupo visualizo a Tessa acercándose, soltaron el aire que cada uno estaba reteniendo. No fue hasta que ella estuvo junto a ellos, que le preguntaron al respecto sobre lo que el Sheriff hablo con ella. Sin embargo Tessa se negó a hablar ahí y les dijo que debían irse.

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Llegar hasta el bosque donde Skull Rock estaba ubicado fue un poco más difícil de lo que pensaban; la noticia de un tercer asesinato había alarmado tanto al pueblo, que toda la población de Hawkins había decidido ir a la asamblea en la municipalidad.

Las calles estaban llenas de autos y Nancy tuvo que tomar varios atajos que Steve le iba indicando mediante avanzaban. Y solo por eso lograron llegar al bosque antes de que sea demasiado tarde.

El grupo comenzó a moverse por la maleza y los árboles bajo las indicaciones de Dustin, quien había sacado una brújula de su mochila y llevaba con él un mapa. No obstante, cierto tiempo después de caminar, Steve comenzó a protestar de que aquel no era el camino correcto.

—¿Sabes que esa roca es un lugar popular para besarse? —le preguntó el mayor al menor.

—Si, ¿Por? —respondió Dustin.

—No era popular hasta que yo lo hice popular, ¿Si? Prácticamente, lo inventé.

—Y eso seguramente le encantará oírlo Tessa, ¿No es...

—El punto es...—lo interrumpió Steve mirando de reojo a su espalda, más ninguno de los demás venía escuchándolos—. Que no es en está dirección.

—Steve —lo llamó Dustin cuando el chico comenzó a desviarse—. ¿A dónde vas? ¡Steve!

—Deja de quejarte. Confía en mí —le dijo él y Dustin terminó siguiéndolo.

Tessa, Robin y Nancy, por otro lado, en cuanto vieron que ambos chicos tomaban otro camino, compartieron una mirada entre ellas antes de seguirlos. Asegurandose a la vez que Max y Lucas vinieran detrás de ellas.

—Dios mío, son tan adorables —habló Robin tras ver a la ex pareja detrás de ellas hablando—. Me dan ganas de apretujarlos.

—Creo que eso es lo que único bueno de todo está pesadilla —coincidió Tessa.

—Cierto, revivió viejas llamas que nunca debieron apagarse —agregó Robin mirando de forma muy directa a Tessa. Nancy, junto a ellas, sonrió con picardía.

Tessa, por otro lado, volteo a ver a Robin con una ceja alzada.

—Esa fue un indirecta muy directa, Rob.

—Nunca mencioné tu nombre, T—respondió Robin burlonamente a lo que Tessa rodó los ojos.

—Oh vamos, dudo mucho que se lo dijeras a Nancy —respondió ella.

—¿Y por qué no? —cuestionó Robin—. ¿Sería tan terrible que les desee felicidad a mis amistades?

—Espera, ¿crees que no soy feliz? —inquirió Nancy deteniendose de golpe y volteandola a ver con un gesto incrédulo en el rostro.

—No, seguro que si —respondió Robin—. Pero el otro día mencioné a Jonathan y tú hiciste un gesto o mueca como de...

—No hice ningún gesto o mueca —replicó Nancy.

—Bueno.

—Jonathan y yo estamos bien.

—Por supuesto —comentó Tessa, aunque no estaba tan convencida de eso.

—Bien —dijo Nancy.

—De acuerdo —respondió Robin.

Pero entonces Nancy pareció rendirse.

—Es solo que... —suspiró y continúo su andar con ambas—. Iba a venir para el receso y al último momento lo canceló, por alguna razón vaga y balbuceada, típica de Jonathan. Y la verdad, no me sorprende, porque siento que se está distanciando. Y no sé si es porque estamos a 3000 kilómetros, o si conoció a otra persona o que... Y ahora no puedo averiguarlo porque, al parecer, el teléfono de su casa explotó o algo parecido. Así que si la mención de su nombre me causo un ligero pasmo en la cara, probablemente sea por eso.

—Me parece una razón totalmente razonable para hacer una mueca o gesto —respondió Robin con gesto comprensivo.

Tessa asintió y le dio la razón a la castaña rubia. Nancy, por otro lado, sonrió levemente. Sin embargo, en ese momento, su mente proceso las palabras que había usado Robin anteriormente y frunció ligeramente el ceño.

—Dijiste "felicidad a mis amistades". ¿Eso quiere decir que somos amigas? ¿Oficialmente? —le preguntó Nancy a Robin.

Esta balbuceó ligeramente antes de responder:

—Eh... Si. Digo, ¿Para ti no?

—Si —respondió Nancy y entonces volteo a ver a Tessa—. Todas somos amigas ahora, ¿No?

Ante el simple pensamiento de volver a tener a Robin como amiga, y ahora también a Nancy, hizo que Tessa volviera a sentirse bien después de mucho tiempo.

Les sonrió a ambas antes de responder.

—Por supuesto.

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—¡Boom! ¡Bada bing, bada boom! —festejó Steve tras apartar un par de arbustos de su camino y detenerse frente a la enorme roca con forma de calavera—. Ahí está, Henderson. ¡Skull Rock! En tu cara. En tu estúpida y arrogante carita.

—No tiene sentido...—musitó Dustin intercalando su mirada entre la roca y su brújula. Parecía estar totalmente confundido.

—Ni aunque la tengas delante lo admites —refutó Steve burlonamente—. No admites no tener razón, bobo.

Dustin abrió la boca para responderle cuando una figura surgió de la nada y aterrizó detrás de ellos.

—Estoy de acuerdo —coincidió Eddie, atrayendo la atención de los dos—. Tú, Dustin Henderson, eres... un bobo importante.

—Cielos —suspiró Dustin lleno de alivio—. Pensamos que estabas muerto —y sin previo aviso envolvió a Eddie en un abrazado que dejó atónito al mayor.

Sin embargo, Eddie terminó regresandole el gesto.

—Si, yo también —le respondió el mayor—. Yo también.

—Dios mío, son tan adorables.

Tanto el par como Steve desviaron la mirada hacia un costado y vieron a Leila y DJ salir de detrás de unos arbustos. La azabache miraba a ambos chicos con una sonrisa tierna.

—Darling, la palabra adorable no va conmi...

—¡Leila! ¡DJ!

Más el gritó de Tessa interrumpió al de cabello largo; Los demás habían alcanzado el claro donde skull Rock estaba.

—¡Tessa! —exclamaron ambos chicos y se acercaron a su amiga para abrazarla con alivió.

—No vas a creer lo que paso... —habló Leila en cuanto ambos se separaron.

—Fue lo más horrible que haya visto nunca...

—Paso todo tan rápido...

—Patrick... Su cuerpo... El lago...

Pero ambos chicos hablaban al mismo tiempo y tan apresuradamente, que Tessa no lograba entenderles.

—Esperen, más despacito que no les entiendo nada —pidió ella.

Entonces ambos chicos inspiraron profundamente antes de comenzar a narrarles, a todos, lo que había pasado a noche.

—Como te mencionamos, fuimos al funeral de Chrissy para no levantar sospechas —comenzó Leila—. Todo iba bien hasta que divisamos a Jason y al equipo de basketball en una de las habitaciones de la iglesia cuando la ceremonia terminó.

—Estaban actuando tan... raro, que con Lei nos acercamos para investigar —dijo DJ.

—Y que bueno que lo hicimos —señaló ella—. Porque descubrimos que tenían una lista con posibles lugares para encontrar a Eddie; aunque ninguno era el correcto. Sin embargo....—miró al chico parado junto a ella con preocupación—. Uno de los chicos le comento a Jason sobre la casa de Canuto Rick. Sabía que era su proveedor —explicó—. En cuanto Jason comentó que lo buscarían ahí, corrimos a buscarlo para sacarlo a tiempo pero...

—Nos alcanzaron al instante y terminamos usando un bote para intentar escapar pero, Jason y Patrick nos vieron.

—Intentamos huir, pero ambos nadaron hacia nosotros y nos alcanzaron —habló Eddie por primera vez en toda la explicación. Se encontraba agachado bajo la roca calavera—. Fue entonces que... Vecna volvió atacar.

—De un momento a otro Patrick desapareció bajo del agua y... Salio disparado hacia la superficie. Se quedó flotando... Así como Tessa en Records —explicó Leila volteando a ver la mencionada, inquieta—. Fue horrible, Tess. Sus huesos.... Sus ojos.... Fue como ver a Chrissy en el tráiler.

Tessa negó con la cabeza y miró a sus amigos con pena.

—No deberían haber visto eso. No deberían estar involucrados en primer lugar —repusó ella sintiendose mal de que sus amigos hubieran presenciado un asesinato en primera mano. Y no uno cualquiera, sino uno sobrenatural.

—Nosotros quisimos involucrarnos, Tessa —objetó DJ con el ceño fruncido—. La verdad prefiero esto que seguir ignorando que nada extraño pasaba en Hawkins.

—Pienso igual que DJ —concordó Leila—. Ahora se la verdad del como mis papás murieron, y eso me quitó mucho peso de encima.

Pero Tessa no estaba de acuerdo con ellos y Steve lo notó enseguida; entendía su preocupación. El verano pasado había perdido a dos personas importantes para ella y era claro que no quería poner a más gente en riesgo. Sin embargo...

—Ya no importa si debían involucrarse o no, ya lo estan y no podemos hacer nada para cambiarlo —comentó Steve—. Solo... deben tener cuidado. Todo lo relacionado con el Upside down es peligroso. Todo.

Ambos chicos asistieron, entendiendo lo que Steve les estaba diciendo. Tessa, por otro lado, soltó un suspiro resignado y asintió levemente.

—Steve tiene razón —terminó aceptando—. No hay nada que hacer para cambiarlo... ¿Qué pasó después del ataque?

—Nos fuimos en el bote y cuando llegamos a la orilla, tratamos de llamarlos, pero... —Eddie hizo una pausa para darle un trago al agua de su cantimplora—. Mi radio estaba rota. Se empapó.

—Y nosotros no teníamos una, así que...

—Así que hicimos lo que, al parecer, me dedico a hacer ahora —finalizó Eddie, esbozando una sonrisa llena de ironía— Huimos.

Pero Tessa vio como Leila ponía los ojos en blanco y meneaba levemente la cabeza. Al parecer no estaba de acuerdo en la forma de decir las cosas de Eddie.

—¿Tienen idea de a qué hora fue el ataque? —preguntó Nancy de pronto.

—Sí, sé exactamente la hora —respondió Eddie y al instante se quitó su reloj de muñeca—. La radio no fue lo único que se empapó.

Enseño el reloj oscuro y lo lanzó en dirección a Nancy, quien logró atraparlo en el aire.

—Las nueve y veintisiete —musitó la castaña, leyendo la hora que indicaba el reloj.

—Espera, a esa era paso lo de...

—Las linternas, si —afirmó Tessa hacia Robin.

—¿Y qué significa eso? —preguntó Steve de brazos cruzados y con un gesto confundido en el rostro.

—Significa que, esa oleada de energía de anoche, era Vecna atacando a Patrick —le explicó Tessa. Eddie, Leila y DJ se miraron sin comprender de que hablaban.

—Estamos un paso más cerca —comentó Robin—. Sabemos cómo ataca Vecna.

—Y desde dónde ataca —añadió Lucas.

—Ahora solo nos queda meternos en su guarida en el Upside Down y clavarle una estaca —concluyó Max.

—Si es que tiene corazón —rectificó Robin.

—¿Una estaca? —preguntó Steve—. Espera, ¿es un vampiro?

—Es una metáfora —aclaró Max.

—Una bala alcanzaría —opinó Eddie.

—Tessa podría hacerlo, tiene entrenamiento con armar —señaló Max a la chica.

—Espera....¿Qué? —inquirió DJ mirando confundido a la chica—. ¿Cómo que tienes entrenamiento con armas?

—Es una larga historia —respondió Steve por ella—. Pero puede hacerlo, la he visto disparar a soldados rusos.

—¿Soldados rusos? ¿Pero cómo...?

—¡Es una larga historia! —exclamaron todos al unísono.

—Vale, vale —bufó él.

—Puedo hacerlo —aseguró Tessa, quien no había dicho nada hasta el momento—. Si consigo un arma buena, puedo hacerlo.

—Yo digo que le cortemos la cabeza —opinó Lucas, encogiéndose de hombros.

Sin embargo, y como siempre, Nancy habló como la voz de la razón del grupo.

—No podemos hacer nada de eso si no accedemos al Upside Down primero.

—Necesitamos a El con sus poderes —repusó Max, cruzada de brazos.

—Todo era mucho más fácil con esta chica superpo...

—Superpoderosa. Si, la mencionaron —lo cortó Eddie, asintiendo con la cabeza.

—Upside Down... Hechiceros oscuros... Superpoderes... ¿Qué sigue? ¿Vampiros? ¿Dragones? —inquirió DJ de forma irónica.

Sin embargo ninguno le respondió al chico, sino que voltearon a ver a Tessa, quien había resoplado.

—Aunque El estuviera aquí, ya no tiene sus poderes —les recordó—. Además, es una niña, no podemos utilizarla como un armar para vencer a Vecna.

Y es que aquel había sido un tema importante el verano pasado; el como le exigieron a Eleven el uso de sus poderes durante la confrontación con el desuellamentes y terminó perdiendolos por el esfuerzo y el agotamiento.

—Oigan —Habló Eddie de pronto—. Henderson no está maldito, ¿Verdad?

Todos voltearon a verlo; Dustin caminaba de un lado a otro, con la mirada perdida entre la brújula que llevaba en la mano y el frondoso bosque alrededor del claro.

—¿Maldito? No, está bien —respondió Steve—. ¿Loco?... Totalmente.

—¡BOOM! —gritó Dustin de improvisto, provocando que todos se sobresaltaran—. Bada... bada... boom —cantureo el chico con una expresión completamente desquiciada mientras señalaba a Steve con el dedo índice—. Yo tenía razón. Skull Rock estaba al norte.

—¿Es en serio? —protestó el mayor perdiendo la paciencia que le quedaba—. ¡Esto es Skull Rock! Estás totalmente, cien por ciento, equivocado. Ahora mismo.

—Sí... y no —puntualizó Dustin.

—Dios mío...—musitó Steve sin poder creerlo.

—La brújula funcionaba bien cuando salimos y subimos al auto —prosiguió a explicar Dustin—. Pero empezó a desviarse en cuanto empezamos a acercarnos al Este. Ahora está totalmente desviada... Yo no me equivoqué al guiarnos. La brújula estaba mal.

—Usas equipo defectuoso —lo contradijo Steve—. Sigues equivocado.

—Excepto que no es defectuoso —insistió Dustin de forma arrogante. Steve resopló con cansancio pero el rizado lo ignoró y se desvío hacia su amigo—. Lucas, ¿Recuerdas qué es lo que puede afectar a una brújula?

—Un campo electromagnético —respondió Tessa antes que el menor. Sin embargo todos voltearon a verla de forma inquisitiva—. ¿Qué? Por algo tenía buenas calificaciones en la secundaria.

—Eh... —comentó Robin, igual de confundida que antes—. Debo haber faltado a esa clase

—Cuando una brújula se encuentra inmersa en un campo magnético, la aguja se orienta en su dirección, osea se desvía hacia esa energía —le explicó Tessa.

—Exacto —afirmó Dustin—. Así que, o hay un imán gigante por aquí cerca o...

—¡Hay un portal! —concluyó Lucas.

—Pero no estamos cerca del laboratorio —objetó Nancy.

—Pero, ¿y si, de alguna forma, hay otro portal? – propuso Dustin—. Un portal que no conocemos; Tendría que ser más pequeño, más débil.

—Un miniportal —sugirió Robin.

—Pero, ¿Cómo? —preguntó Steve.

—Ni idea —admitió Dustin—. Solo sé que algo está causando esta alteración y la última vez que pasó eso, era un portal. Y ojalá que sea eso, porque así podremos llegar a Vecna y liberar a Max y a Tessa de su maldición.

Y sin perder un segundo más, Dustin comenzó a caminar de regreso al bosque para buscar el dicho portal. No obstante, Steve lo detuvo antes de que pudiera dar un paso más.

—¿A dónde crees que vas? ¡Hey! ¡Hey, hey, hey! Siguen buscando a Eddie y ahora también a Leila y a Powell —le recordó él—. No podemos ir de paseo como si nada.

—Está cápsula de acero podría ser la clave para salvar a Max, Tessa y a Eddie —repuso Dustin enseñándole su brújula.

—¿Y nosotros qué? —inquirió DJ.

—A ustedes no los buscan como fugitivos. La policía cree que Eddie los tiene retenidos —les explicó Tessa.

—Genial, además de asesino también secuestrador —protestó Eddie con exasperación.

—Podríamos decirle la verdad a tu padre —propusó Leila hacia DJ—. Podríamos decirle lo que vimos. Que Eddie no es responsable de ninguno de los asesinatos.

Pero DJ dibujo una mueca y meneo la cabeza de forma negativa.

—No es tan fácil, Lei —repusó el moreno—. Mi padre es una persona muy cerrada respecto a todo lo que no tenga que ver la lógica; decirle que el responsable de las muertes de Chrissy, Fred y Patrick es de una dimensión debajo de Hawkins es... No les va a creer. No me creería a mi, que soy su propio hijo.

—No hay opción, esta es la única forma —declaró Dustin enseñando su brújula. Entonces se giró hacia Eddie—. ¿Tú qué opinas, Eddie, the Banished?

Todos voltearon a verlo, esperando su respuesta. Sin embargo, el chico se tomó unos segundos para responder.

—Opino que me estás pidiendo que te siga a Mordor —respondió Eddie con la mirada perdida en la tierra—. Lo cual, si soy completamente honesto, me parece una pésima idea —Steve, parado junto a Tessa, asintió estando de acuerdo con él—. Pero la Comarca... la Comarca está en llamas.

Dustin comenzó a brincar de emoción al saber a donde se dirigía la decisión del de cabello largo.

—Así que, Mordor, aquí vamos —añadió Eddie poniéndose de pie para seguir a Dustin. Los demás, por otro lado, prosiguieron a seguirlos también.

—¿Qué es Mordor? —le preguntó Steve a Tessa antes de que la chica siguiera al grupo.

—¿El señor de los anillos? —cuestionó Tessa como si eso resolviera la duda de Steve. No obstante, el chico la miro igual de confundido que antes—. ¿El lugar donde Sauron, el señor oscuro, decidió edificar su fortaleza de Barad-dûr para dominar a toda la Tierra Media?

Pero Steve volvió a negar, no sabiendo de que hablaba.

—Si salimos vivos de esto, haré que leas los libros de Tolkien.

Y prosiguió a seguir a los demás con un confundido Steve detrás suyo.

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La brisa nocturna golpeaba el rostro de Tessa, provocandole un gran alivió al cuerpo ahora que sus pies comenzaban a quejarse debido a tanto caminar. Y, a pesar de eso, no emitió quejido alguno y continúo siguiendo a Steve, quien de todos en el grupo, era el único que traía la linterna e iluminaba el camino detrás de Dustin y Eddie.

—¿Falta mucho? —cuestionó DJ desde atrás mientras ayudaba a Nancy a brincar una enorme roca en el camino.

—¡Sigan caminando! —gritó Dustin al frente, a lo que el moreno resopló y continúo caminando.

—Dustin, ¿Puedes ir más despacio? —pidio Eddie—. ¡Dustin!

—¡Nos estamos acercando! —respondió el menor volteando a verlo y sin percatarse del camino frente a él. Eddie, quien si lo hizo, se apresuró a sujetarlo a tiempo de que el menor se zambullera en el agua.

—Ten cuidado, amigo —le dijo Eddie y entonces volteo a ver la masa de agua oscura—. Cielos.

—Parece una broma —comentó Dustin junto a él.

—Si.

—Este bosque me resulta conocido.

—Es el lago de los amantes —informó Tessa.

—Esto es desconcertante.

—¿Hay un portal en el lago? —preguntó Max con el ceño entre fruncido.

—Cuando el demogorgon atacaba, siempre dejaba una apertura —recordó Nancy.

—Tal vez... ¿Vecna hace lo mismo?—opinó Tessa.

—Solo hay una forma de averiguarlo —aseguró Steve detrás de ella.

—Eh, solo digo que... No soy buena nadando —comentó Robin

—Ni yo —coincidió Tessa.

—No hará falta nadar—respondió Leila y volteo a ver a Eddie con una sonrisa ladeada—. El bote.

El chico la miro con una sonrisa orgullosa.

—Darling, eres un genio.

—Lo sé —respondió ella encogiendose de hombros y girandose hacia los demás—. Vengan, el bote está por aquí.

A comparación de la caminata anterior, el recorrido hasta donde el bote estaba oculto fue más corto; este estaba oculto entre unos arbustos y tapado con una lona, por lo que Steve, Eddie y DJ se hicieron cargo de llevarlo hasta la orilla del lago.

—Despacio... Dije despacio —protestó Steve cuando ambos chicos lo dejaron caer al agua.

—Perdón.

—Yo prefiero esperar aquí —dijo DJ alejándose de la orilla del lago—. Me mareo en esa cosa.

—Bien, como prefieras Powell —le dijo Steve y se giró hacia Robin—. La mano —le dijo mientras le ofrecía su mano para que la chica pudiera subir al bote.

—Mejor paso así —respondió Robin, apoyándose en la cabeza de ambos chicos—. Gracias.

—Si, eso también funciona —repusó Steve y se giró hacia Tessa con una mano extendida. Y, a diferencia de Robin, ella si aceptó su ayuda y subió al bote con Eddie detrás suyo; El chico terminó ayudando a Nancy a subir al bote, y cuando Dustin iba hacer lo mismo, Eddie lo detuvo.

—Oye, ¿Quieres hundirnos? —le preguntó el de cabello largo al menor—. Tiene capacidad para cuatro personas.

—¿Y yo que? —inquirió Leila, incrédula.

—Es mejor así —le respondió Nancy—. Quédense aquí con Max, vigilando.

—Quédense ustedes —protestó Dustin, a lo que Nancy lo miro escéptica—. Es mi teoría

—Ya oíste a Nance —le dijo Robin.

—¿Quién la puso a cargo? —inquirió Dustin, pero Robin lo miro con una ceja alzada.

—Yo —le respondió ella.

—De acuerdo, solo porque no quiero que se queden solos a mitad del bosque y de noche, me quedaré con ellos —aceptó Leila finalmente y cruzándose de brazos.

—¿Y yo estoy pintando o que? —refutó DJ ofendido, pero Leila lo ignoró y se giró hacia Dustin.

—Dales la brújula, Henderson.

El rizado hizo un puchero pero terminó dándole la brújula a Nancy.

—Oye, toma esto —y Steve le lanzó la mochila a Dustin antes de empujar al bote y subir en el.

—¡Dijeron cuatro! —protestaron Dustin y Leila al unísono.

— Perdón —formulo Steve con los labios cuando el bote ya se encontraba flotando en el agua.

El grupo conformado por tres menores y dos mayores los miraron con seriedad mientras el bote se alejaba de la orilla.

—¡A dormir a las nueve, kidos! —vociferó Robin burlonamente y termino ganándose un gesto obsceno por parte de Dustin y Leila—. ¡Ya los extrañó!

—Siéntate antes de que te caigas, Robin —le reprendió Steve cuando la chica se levantó para saludar a los chicos en la orilla.

—No seas aguas fiestas, Steve —reclamó Robin y tomo el otro remo para ayudar a Eddie a mover el bote.

—Bien, Wheeler, ¿Por donde? —le preguntó Eddie.

—Eh... Por allá —respondió Nancy tras revisar la brújula con ayuda de Tessa, quien había tomado la linterna que Steve traía e iluminaba a Nancy para que pudiera ver.

—Bien, Buckley, a remar se ha dicho.

Y de esta forma comenzaron a moverse por el lago bajo las indicaciones de Nancy, quien intercalaba su mirada entre la brújula y la ex-pareja sentada junto a ella; la distancia que los separaba era muy escasa. El brazo de Steve la rozaba cada vez que el chico soltaba un suspiro, y ese pequeño roce despertaba en Tessa millones de sensaciones en el cuerpo.

No iba a mentir, extrañaba la cercanía del cuerpo de Steve junto al de ella; Extrañaba que pasará su brazo por sus hombros y la dejara recargar su cabeza en su pecho; Extrañaba escuchar los latidos constantes de su corazón junto a su oído. De forma que su propio corazón se sincronizaba con el del chico y se sentía tranquila. Segura, junto a él.

Extrañaba a Steve. Lo extrañaba mucho.

Pero ella había arruinado su propia felicidad y debía vivir con eso.

—Wow, wow, wow, paren chicos —pidió Nancy de repente y Eddie y Robin dejaron de remar para detener el bote con los mismo remos.

Tessa y Steve se inclinaron hacia Nancy y vieron la brújula en su mano; la aguja giraba como loca.

—Cielos —musitó Steve, asombrado—. ¿Qué significa eso? —preguntó hacia Tessa, quien de los cinco era la única que había entendido la teoría de Dustin.

—No estoy segura, pero creo que el portal está justo aquí —respondió Tessa mirando el agua.

En eso la radio que traían con ellos se prendió.

Chicos, ¿Qué pasa? —escucharon preguntar a Dustin—. Vamos chicos, contesten. ¿Qué pasa?

—Eh... Dustin, tu brújula paso de desviada a desviadisima, enloquecida —le respondió Robin por la radio, pero Dustin no respondió.

—Steve, ¿Qué haces? —le preguntó Tessa al chico en cuanto vio como comenzaba a quitarse los tenis y los calcetines.

—Alguien tiene que bajar a ver —le respondío él como si fuera obvia la respuesta. Tessa frunció el ceño y lo miro fijamente.

—¿Y tú lo harás?

—Si, a menos que uno de ustedes haya sido cocapitán de natación o salvavidas certificado por tres años, debo ir yo. Nada de quejas, ¿Si? —repusó él, a lo que Tessa bufó por lo bajo mientras Steve se levantaba—. Sin pucheros linda.

Y en automático las mejillas de Tessa se convirtieron en dos granadas rojas, cosa que tanto Nancy como Robin lo notaron.

—Oye, yo no me quejo —repusó Eddie y volteo a ver el lago—. Yo no quiero meterme ahí —y entonces saco una bolsa de plástico de su chaleco de mezclilla y vacío su contenido en medio del bote.

Sin embargo, Tessa no le presto la más mínima  atención, pues en ese mismo momento Steve le estaba dando la espalda y se estaba quitando el suéter amarillo que traía puesto; Fue inevitable para ella no recordar la forma en que solía besar los lunares de su espalda. La forma que solía acariciar sus fornidos brazos cuando la besaba.

Fue inevitable para ella no quedárselo viendo fijamente, sin percatarse de la sonrisa ladeada que Robin tenía en el rostro al verla.

—Oye —le hablo Eddie a Steve y esté volteo a verlo, de forma que Tessa pudo verle el pecho velludo que tanto le gustaba acariciar cuando dormían juntos; Steve, por otro lado, tomó la linterna envuelta en la bolsa de plástico que Eddie le extendía—. Suerte.

—Gracias —y le lanzó su suéter amarillo. Eddie lo tomo y sacó un encender de su bolsillo para poder encender el cigarrillo que sostenía en la boca.

—Que asco —protestó Robin y le quitó el cigarrillo antes de que pudiera prenderlo, ganándose una mirada perpleja de Eddie.

Steve, por otro lado, sujeto con firmeza la linterna y escruto el agua debajo de ellos, listo para zambullirse. No obstante, la voz de Tessa lo llamo por detrás y volteo a verla.

—Ten cuidado, por favor —le suplico ella, logrando que el corazón de Steve brincara dentro de su pecho.

Él le sonrió levemente y asintió antes de lanzarse de un clavado al agua helada y desaparecer de la vista de todos.

—¿Alguien trae un reloj que funcione? —cuestionó Tessa sin despegar su mirada del agua, y por ende, sin darse cuenta de la mirada ofendida que Eddie le lanzaba.

—Yo traigo uno —le respondío Nancy.

— Cronometra el tiempo que lleva dentro, porfavor —le pidió ella.

—Claro —respondió Nancy e hizo lo que le pidió.

Los segundos transcurrían de forma muy lenta para Tessa, quien no lograba despegar su mirada del agua en espera de alguna señal de Steve. Sería una gran mentira decir que no estaba muriéndose de los nervios ahí sentada. La idea de que pudiera haber un portal al Upside Down allá abajo y Steve estuviera acerca no le gustaba para nada. Por lo que la espera se estaba volviendo una tortura para ella.

—¿Cómo va, Wheeler? —preguntó Robin unos momentos después.

—Lleva casi un minuto.

—Bien.

Y volvieron a guardar silencio mientras esperaban. No obstante, con cada segundo que pasaba, la incertidumbre y la preocupación crecía dentro de Tessa de forma alarmante. Tanto asi que estaba debatiendose en brincar al agua a pesar de que no era tan buena nadando como el chico.

Estaba a punto de levantarse para quitarse su chamarra de cuero, cuando Steve surgió de golpe y los asusto.

—¡Mierda! —exclamó Eddie, sobresaltado.

—Lo encontré —exclamó Steve tras tomar aire y comenzar a nadar hacia el bote.

—¿Lo encontraste? —repitió Nancy sorprendida.

—Si, lo encontré —afirmó él sujetandose a la orilla del bote con ayuda de Tessa, quien le extendió una mano para acercarlo.

—Dustin, eres Einstein —habló Robin por la radio para informarle a los demás el descubrimiento—. Steve encontró el portal.

Más no obtuvieron una respuesta al otro lado.

—Es una locura —contó Steve—. Es un miniportal al lado del original, pero aún así, es bastante grande.

Pero en eso, algo pareció jalar a Steve y terminó hundiéndose un par de centímetros antes de lograr sujetarse al bote.

—¿Steve? —musitó Tessa, mirando al chico con preocupación. Sin embargo Steve estaba igual que ella y miró hacia abajo antes de voltear a verla.

—Estoy...

Pero no logro terminar de decir su respuesta cuando nuevamente algo lo jalo del pie.

—¡STEVE! —gritó Tessa con los ojos desorbitados por el terror al verlo desaparecer bajo el agua.

—¡TESSA! —gritaron los demás al instante, pues ella, sin pensarlo si quiera un milisegundo, se había lanzado para ayudarlo.

Ni siquiera le importó el golpe de frío al zambullirse; Ni siquiera le importó que traía colgado de la cintura su Walkman y sus auriculares; Ni siquiera le importó que no fuera buena nadando; Pataleo y movió los brazos lo más rápido y fuerte que podia para alcanzar al chico que luchaba por nadar a la superficie.

Tan grande era su desesperación por alcanzarlo, que Tessa extendió su mano al frente y, para su desconcierto, Steve dejó de hundirse por un momento.

Momento que basto para que Tessa sujetará su mano y viera la enorme enredadera enroscada en el tobillo del chico; Tessa señaló la enredadera, indicándole a Steve que debían romperla para liberarlo. El chico asintió en su dirección y juntos se inclinaron para romperla cuando la enredadera volvió a tomar vida y volvió a jalar a Steve al fondo del lago, con la diferencia de que ahora Tessa también iba con ellos.

Ambos chicos se miraron presos del pánico antes de cruzar el portal y ser lanzados de forma precipitada al otro lado. De forma que ambas manos se separaron por el impacto.

No obstante, Tessa no tuvo tiempo de procesar en donde estaban cuando Steve comenzó a ser arrastrando por la enredadera.

—¡No, Steve! —y sin pensarlo siquiera, otra vez, se incorporó y corrió detrás de él.

—¡Tessa! —gritó Steve intentando sujetarse de algo en vano.

—¡Steve! ¡Steve! —chilló Tessa corriendo lo más rápido que podía para alcanzarlo—. ¡Steve! ¡No, déjalo!

Y como sí sus gritos hubieran hecho efecto, la enredadera lo soltó justo cuando el cuerpo de Steve se estrellaban contra una enorme masa incrustada en el suelo muerto.

—¡Steve! —vociferó Tessa llena de alivio al alcanzarlo; El chico se encontraba respirando de forma agitada  y parecía estar procesando lo que acababa de pasar, pues mirada a su alrededor de forma perpleja. Tessa lo ayudo a incorporarse y en el acto lo sujeto del rostro con desesperación—. Steve, ¿Estás bien? ¿Estás herido? ¿Steve?

—Estoy... Estoy bien —respondió él, y como si en ese preciso momento se hubiera percató de su presencia junto a él, se sobresalto y la sujeto de los hombros con firmeza—. ¿Qué estabas pensando? ¿Por qué me has seguido? Pudiste salir herida.

—Estas demente si crees que me hubiera quedado en el bote tras verte desaparecer.

Su respuesta lo dejo atónito, más no tuvo tiempo de procesar lo que sus palabras significaban para él cuando un chillido grutal los alerto. Ambos giraron para ver una pequeña figura oscura volando en su dirección. Ambos retrocedieron por inercia.

—¿Qué es...

Pero entonces otro chillido les llamo la atención y vieron otra figura acercandose a ellos.

—Parecen.. murciélagos —señaló Tessa—. Demobats.

Pero Steve ni siquiera le pudo replicar el nombre cuando más Demobats aparecieron en el cielo.

—¿Steve?

—Rapido, los remos —señaló Steve un bote destruido. Rápidamente ambos corrieron hacia el y tomaron los remos a tiempo para defenderse.

Steve fue el primero en lanzar un golpe hacia los murciélagos grotescos, que comenzaron a volar alrededor de ambos; Tessa siguió su acción y juntos comenzaron a lanzar golpes a diestra y siniestra, protegiendo la espalda del otro. No obstante, pronto los monstruos comenzaron a superarlos y Steve no logró esquivar a uno, de forma que su cola alargada se enroscó alrededor de su cuello y comenzó a ahorcarlo.

—¡Steve! —gritó Tessa al ver qué el chico caía al suelo.

Intentó golpear al demobat con su remo pero otro más la sujeto del tobillo y la hizo caer. Tessa gritó y comenzó a forzajear para alcanzar a Steve, quien comenzaba a perder el aire.

En eso, dos demobats aterrizaron sobre él y comenzaron a morder su abdomen.

—¡No! ¡Steve! —chilló Tessa intentando llegar a él, pero otro demobat la sujeto del otro tobillo y otros dos más de los brazos, dejando a Tessa completamente inamovible en el suelo—. ¡Steve! ¡STEVE!

En eso, otro demobat se paró justo en su pecho y le gruño cerca del rostro. Tessa gritó, presa del terror justo cuando el demobat se lanzaba sobre su rostro.

No obstante, y para su alivio, algo golpeo al monstruo  justo a tiempo y se lo saco de encima. Tessa alzo la cabeza lo suficiente para ver a Nancy, Robin y Eddie, empapados de pies a cabeza, luchando contra los demobats para liberarlos.

—¡Dale, Nancy!

—¡Pisalo!

—¡Mátalo!

Exclamaban los tres chicos entorno a ellos. En cuanto Tessa fue liberada y logró levantarse, corrió hacia Steve y piso al demobat que lo estaba ahorcado, pero este no lo soltaba.

—¡Sueltalo maldito! —gruñó Tessa ejerciendo más presión en su pie.

—¡Sujetalo, Tessa! —gritó Nancy y corrió hacia ella con un remo en mano para ayudarla.

—¡Cuidado Nance!

Pero pese a la advertencia de Robin, otro demobat sujeto a Nancy por espalda y comenzó a arañarla.

—¡Dios míos, Nancy!

—¡Quítamelo Robin!

Y la chica corrió a auxiliarla jalando por la cola al monstruo.

—¡Quítamelo de encima! —chilló Nancy.

Pero en eso...

—¡Tessa, abajo! —gritó Eddie a tiempo de advertirle a Tessa, quien esquivo las garras de otro demobat por los pelos.

Eddie, con otro remo en la mano, lo golpeo con fuerza y lo mando a volar lejos de ella. Más ninguno contó que otro demobat volaba cerca y logró sujetarla del brazo, de modo que Tessa fue jalada hacia atrás y el demobat que sujetaba con el pie se libero y siguió ahorcando a Steve.

—¡Tessa! —gritó Eddie e intento correr hacia ella para ayudarla, pero otro demobat se lanzó contra él y Eddie tuvo que esquivarlo y pelear con el.

Steve, al ver que Tessa era atacada por otro demobat, mordió la cola del que lo tenía sujeto del cuello y logró liberarse. Se incorporó con algo de difícultad debido a la falta de aire y se acercó a ella para sujetar la cola del demobat y morderla también.

El monstruo soltó a Tessa, pero Steve lo sujeto con firmeza por la cola y luego lo estrelló con fuerza en el piso.

Y aunque aquel no era momento, Tessa no pudo evitar pensar en lo sexy que se había visto haciendo eso.

Sin embargo, Steve no se detuvo ahí, sino que volvió a levantar al demobat y volvió a estrellarlo contra el piso para luego pisarlo y partirlo a la mitad.

—Steve —lo llamo ella preocupada en cuanto vio al chico escupir sangre por la boca—. ¡Dios mío, Steve! —Y se acercó a él pasando junto a Eddie, quien gritaba maldiciones al aire—. ¿Estás bien? —le preguntó ella pero entonces soltó un jadeo cuando vio las heridas en el abdomen del chico.

—Me arrancaron medio kilo de carne —respondió Steve mirando sus heridas—. Pero sin contar eso, si, mejor que nunca. ¿Tu estás bien? ¿Te hicieron daño?

Pero ella negó. Lo que único que tenía eran las muñecas y tobillos rojos y raspados.

—¿Segura? —insistió él. A lo que Tessa lo miró con una leve sonrisa.

—Estoy bien, lo juro.

—Oigan, ¿Estos murciélagos tendrán rabia? —preguntó Robin de pronto mientras revisaba el cuerpo del demobat que Steve había matado

—¿Qué? —inquirieron Tessa y Steve al mismo tiempo mientras Nancy y Eddie voltearon a ver a Robin, quien se había levantado angustiada.

—Es que la rabia es mi mayor temor —informó la chica—. Deberíamos llevarte al médico pronto, porque cuando aparecen los síntomas, ya estas muerto.

Pero tanto Steve como Tessa la miraron perplejos por su comentario. No obstante, tampoco tuvieron tiempo de decirle nada cuando más chillidos se escucharon detrás de ellos; más Demobats volaban hacia ellos, por lo que Robin, Nancy y Eddie se acercaron al par para formar un grupo.

Y como si los demobats hubieran escuchado su conversación, se desviaron hacia el portal a unos metros de donde estaban y lo rodearon de modo que les impedían el paso.

—Esta bien —habló Steve mirando a los demobats alerta—. No son tantos. Podemos contra ellos... ¿No?

Pero entonces más chillidos y gruñidos se escucharon a lo lejos y al alzar la mirada al cielo, vieron todo un enjambre de demobats volando hacia ellos.

—¿Qué decías? —inquirió Eddie de forma irónica hacia Steve, quien miraba a los monstruos con temor.

—El bosque —habló Nancy llamando la atención de la cuatro y señalo él bosque al costado derecho de dónde estaban—. Vamos —indicó ella y echo a correr.

Tessa, Steve y Eddie la siguieron al instante.

—Genial. A correr de nuevo —protestó Robin antes de seguirlos.

Debían ocultarse antes de que los monstruos los alcanzarán.

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𝐁𝐚𝐫𝐛𝐬 © | 𝟐𝟎𝟐𝟐

Y después de mil años, finalmente logré terminar el capítulo 🥳 lamento la demora, pero cada vez que quería escribir, algo pasaba en mi casa y ocupaba mi tiempo, pero aquí está, lo prometido es deuda gg

Btw, díganme algo, ¿Les gustan los capítulos largos como este? ¿O cortos como los primeros? Solo por curiosidad.

Bueno, no tengo mucho que decir, espero que les haya gustado el capítulo, estamos a nada de llegar al capítulo más revelador del segundo acto 👀 y no, no tiene nada que ver con Stessa (yo sé que esperaban un beso entre ambos, pero la paciencia es una virtud 🤗)

En fin, gracias por seguir apoyando la historia, hemos alcanzado los 600k lecturas y mi mente está 🤯 jajaja mil gracias, enserio. Son los mejores 🖤✨

¡¡Nos vemos en cuanto tengo el siguiente capítulo listo!!

BARBS HARRINGTON

P.s: por si no lo sabían, en mi TikTok subo videos edits de la historia. Mi perfil está en mi perfil de wattpad, los estaré esperando por allá ✨

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