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💚┋UNA VIDA JUNTOS

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Mark y Jaebum: 18 años.

Jackson y Jinyoung: 17 años.

Youngjae y Bambam: 16 años.

Yugyeom: 15 años.

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—Esto es cansado, no quiero seguir —se quejó Yugyeom tirándose en el mueble con flojera.

Jackson no dudó mucho en darle un golpe en la cabeza. —Párate, debemos tener todo listo para cuando llegue.

El menor bufó y se levantó del sofá, ayudando a Jinyoung con la decoración. Era algo sencillo, pero las enormes letras de "Bienvenido a casa, Mark" era lo más difícil de todo. ¿Por qué Jackson escogió unos gigantescos globos dorados en vez de letras de papel?

—Entiéndelo, está emocionado por todo esto —dijo Jinyoung, palmeando su cabeza con cariño.

—Todos estamos emocionados, Ji, no solo Jackson —bufó, comenzando a soplar aire dentro de las letras.

—Sí, pero es diferente. Recuerda lo afectado que quedó cuando Mark tuvo que irse, así que ponte en su lugar.

Yugyeom asintió, y un poco más calmado, —resignado— siguió llenando los globos. Cuando Mark tenía trece años llegó con la noticia de que se iría a Estados Unidos para estudiar la secundaria en un instituto de allá que, por investigación de su familia americana, podían darle una mejor atención y tratamiento a su autismo.

No era como que curarían su trastorno, ya que este siempre existiría, pero Mark necesitaba otro tipos de atenciones, unas que en Daewon School no recibía. Si bien el Daewon era abierto a diferentes estudiantes, no contaba con los instrumentos necesarios que un chico con discapacidad podría requerir.

Todos se sintieron devastados con la noticia, incluso Mark que se negaba a cada rato en querer irse, ¿Pero qué decisión podría tomar un niño de trece años? Así que simplemente le tocó aceptar lo que sus padres habían decidido y comunicárselo a sus amigos.

Aunque todos estaban demasiado tristes, aprovecharon de esas últimas vacaciones que estarían juntos. Jugaron, se divirtieron, durmieron en las casas de los otros y tuvieron unas cortas vacaciones en la playa en donde sus padres también habían aprovechado de pasar tiempo con la pequeña familia que no estaría con ellos. Cuando llegó el día de la despedida, las caritas de todos estaban cubiertas de gruesas lágrimas, se dieron un enorme abrazo y se despidieron por fin de su amigo.

Hablaban todos los días, y las videollamadas era algo comunes en sus vidas, pero luego de un tiempo Jackson les pidió a todos que dejaran de hacerlas, que era mejor simplemente escribir por el grupo que tenían todos juntos. Nunca entendieron la decisión de Jackson, pero tampoco le preguntaron. Parecía bastante serio cuando habló, y simplemente acataron la orden.

—Listo, ya terminé de limpiar toda la sala —habló Jackson, secando el sudor de su frente—. ¿Quieren que los ayude con los globos?

—Mejor ve a ducharte —respondió Jinyoung—. Estás todo sudado y lleno de polvo, ¿Quieres recibir a Mark en ese estado tan deplorable?

El chino abrió sus ojos y negó, corriendo escaleras arriba directo a la habitación de Jaebum, en donde había un baño. Jinyoung río por su actuar, se notaba mucho los nervios y la emoción que sentía en ese momento.

La puerta de la casa fue abierta y el dueño entró con una caja llena de snacks, luciendo un rostro serio y enfurecido. Detrás de él venía Youngjae, que muy contrario al primero, traía solo un par de refrescos y una mirada soñadora y feliz.

—¿Y esa cara? —preguntó Yugyeom, parando su labor de inflar los globos. Se sentía un poco mareado por todo el trabajo en sus pulmones.

Youngjae suspiró y se tiró en el sofá. —En la tienda nos encontramos a mi maestro Jongsuk, ¡Tiene el cabello largo y es más hermoso que nunca! —rió, moviendo sus piernas con emoción—. Me dijo que sigo igual de lindo que en la guardería y que le alegraba mucho verme~

—Ahora tiene sentido la cara de culo que traía Jaebum —murmuró Jinyoung, y Yugyeom rió.

El recién nombrado llegó a la sala y le arrebató los refrescos a Youngjae. —¡Hey! —se quejó el menor.

—Mientras tú hablas de tu horrible maestro los refrescos se calientan, ¡Ya no serán refrescos por tu culpa! —regañó y se fue de ahí.

—¡Bumie~! ¡No seas celosito! —exclamó Youngjae, corriendo detrás del mayor para conseguir su perdón.

La puerta fue abierta nuevamente, dejando ver a Taehyung, Jimin y Jungkook, trayendo consigo otras cosas para decorar. Jackson quería que la casa quedara estupenda para el recién llegado.

—¿Los ayudo? —preguntó Jungkook a Jinyoung y Yugyeom, quienes asintieron de inmediato. Dos personas no terminarían jamás, y apenas llevaban el "Bien".

Jimin y Taehyung se dedicaron a colocar todos los arreglos y decoración que habían traído. Para esa ocasión Hyunah, Hyojong y Jennie no podían asistir, cada uno en sus viajes familiares de vacaciones, pero habían mandado toda su buena vibra y además aportado una cantidad de dinero para comprar todo lo necesario.

—¿Dónde está Bambam? —preguntó Jimin—. Todos estamos aquí menos ese idiota.

—A Bambam lo envié a buscar algo que compré para Mark, debe venir en camino —habló Jackson bajando las escaleras ya duchado y arreglado.

—Estás haciendo un montón de cosas por Mark, espero y por fin te le declares o algo —comentó Jaebum saliendo de la cocina, seguido de Youngjae que comía una paleta de fresa.

Las mejillas de Jackson se calentaron, pero ignoró olímpicamente las palabras de Jaebum y se unió a los otros tres a llenar los globos. Iban muy lentos para su gusto, y todo debía salir perfecto para cuando Markie llegara.

—¡Ya llegué, sucios mortales! —el grito de Bambam llamó la atención de todos, quienes lo miraron para encontrar al tailandés sosteniendo una enorme caja blanca. A su lado estaba Hyunjin—. Ah, me encontré a este niño abandonado y me lo traje para acá, ¿Lo adoptamos?

El menor corrió hasta su hermano para abrazarlo, siendo correspondido por este de forma cariñosa. —¿No estabas en casa de tus amigos, pequeño?

—Sí, pero quería estar aquí cuando Markie llegue —respondió y buscó con la mirada a Jinyoung, sonriendo al encontrarlo. Corrió hasta él y se sentó a su lado—. ¿Puedo ayudarlo, Jinyoung hyung?

—Por fin un niño educado que me llama "hyung" —sonrió y despeinó los suaves cabellos del menor—. Ayúdame, ¿Sí? Así terminaremos más rápido.

Yugyeom abultó sus labios. —Yo lo conozco de muchos años, Ji. ¿Es necesario llamarlo "hyung"?

—Hyunjin me conoce desde que nació, y aún así me llama "hyung". No veo tu punto.

Hyunjin sonrió orgulloso, y se concentró en llenar los globos que le habían asignado. Debía ser útil, ayudar a su Jinyoung hyung.

Bambam dejó la caja en la mesa de la cocina, la cual contenía un enorme pastel de bienvenida para Mark. Salió a la sala y miró a sus amigos; Youngjae y Jaebum estaban ordenando la comida sobre la mesita de la sala, Jinyoung, Yugyeom, Jungkook, Jackson y Hyunjin estaban inflando los globos, y Jimin junto a Taehyung decoraban la sala.

De solo ver todo el trabajo ya tenía mucha flojera encima. Estaba emocionado por la llegada de Mark, pero eso no valía el agotarse para decorar la casa de Jaebum. Miró sus uñas pintadas de negro con algunos brillos dorados e hizo una mueca. Había pagado una gran cantidad en su manicure para arruinarlo con algún trabajito.

Se acercó hasta los cinco que inflaban los globos, y mentalmente supo que el nombre de Mark no lo iban a llenar a tiempo, suerte que "Bienvenido a casa" no sonaba tan mal. Posó su vista en Jungkook y sonrió con maldad. No lo malentiendan, a él le caía bien el chico y estaba agradecido por haberle hecho compañía a Yugyeom, pero le divertía burlarse de él, ya que nunca solía defenderse, solo miraba a alguien con súplica para que le dijera algo.

Era tierno. Jungkook era un chico lindo y tierno que le divertía cuando se jugaba con él.

—Vaya, no sabía que las ratas sabían soplar globos —comentó, y Jungkook lo miró con el ceño fruncido.

—Babi, deja a Kookie tranquilo —pidió Yugyeom.

Bambam se encogió de hombros. —Es que me sorprende, ¿Desde cuándo los cheffsitos saben inflar globos?

—Desde que las tablas de surf pueden caminar tranquilamente —dijo Taehyung, y tiró del brazo a Bambam para traérselo con él.

—¡Hey! —se quejó Bambam, y todos comenzaron a reír por la respuesta de Kim para con el tailandés. Taehyung le dio algunas serpentinas y le indicó que comenzara a pegarlas tal cual lo hacía Jimin—. Tsk, que delicado te pones cuando te tocan a Jungkook.

—Bueno, considerando que es mi novio debo hacerlo. Tengo un punto a favor —dijo Taehyung, siguiendo con su trabajo—. ¿Pero por qué tú defiendes tanto a Yugyeom si solo son amigos? No tiene sentido, Babi.

Bambam apretó sus manos en puños, y Jimin rió en alto. —Te la aplicaron, Bambam. Yo tú me callo y no digo más.

El nombrado rodó los ojos y se concentró en su tarea de decorar.

—¡Nos queda poco tiempo y aún faltan globos! ¡Todos vengan a inflar con nosotros! —exclamó Jackson—. Mark llegará y nada está listo, ¿Qué pensará de nosotros? ¿Que no lo queremos? ¡No podemos permitir eso!

Jinyoung respiró hondo y se levantó del suelo para acercarse hasta Jackson. Tomó su oreja y tiró de ella hasta tenerlo lo más cerca posible. —Escúchame bien, Jackson. Le vas bajando dos rayitas a tu estrés o te las bajo yo a punta de golpes. Solo faltan las letras, lo demás está listo así que solo sigue inflando y ya. ¿Entendido?

—Sí, Jinyoungie —asintió rápido, y sobó su oreja cuando fue soltada—. ¿Me das un abracito?

Jinyoung rodó los ojos y abrió sus brazos para su amigo. Sabía que en ese momento estaba ansioso, y quería que todo saliera a la perfección. Cinco años debían ser recibidos a lo grande, y Jackson quería lograr eso.

—Todo saldrá bien, ¿Sí? Te estás esforzando mucho y Mark estará muy feliz cuando lo vea. Eres el mejor amigo de todos, y todos estamos agradecidos por tenerte en nuestras vidas —susurró Jinyoung y se alejó de Jackson para mirarlo a los ojos. Sonrió y acarició su mejilla—. Cálmate, todo estará bien.

Jackson asintió y volvió a abrazarse a su amigo. Jinyoung era su lugar seguro, su zona de paz y de confort. Si se sentía agobiado, triste o estresado, solo necesitaba que los brazos del contrario lo rodearan para sentir que todo estaría bien. Incluso cuando estaba feliz, un abrazo de Jinyoung era aquel plus a su alegría. Jinyoung era su otra mitad, su alma gemela.

Todos tomaron uno de los globos restantes y soplaron con ahínco, mareándose en el proceso, pero terminando por fin con toda la frase. Pegaron las letras a la pared, y miraron su trabajo ya finalizado; una bonita decoración para celebrar la llegada de Mark de Estados Unidos.

La puerta fue abierta, y por ella entraron los padres de los chicos, quienes también estaban felices por la llegada del chico y de sus padres.

—Vaya, esas letras están preciosas —dijo el padre de Yugyeom.

—Nos costó un mundo llenarlas, pero valió la pena —contestó su hijo, abrazándose al hombre.

La mamá de Jinyoung frunció el ceño, y ladeó la cabeza. —¿Y por qué las llenaron ustedes? En la misma tienda puedes pedir que lo hagan por ti. Ellos tienen máquinas para eso.

Todos se giraron a ver a Jackson con sus rostros llenos de intriga, a lo que el chico simplemente se encogió de hombros con culpa. —Quería que los globos estén llenos con nuestro aire, ¡Con nuestro propio esfuerzo! Así le demostraremos a Markie cuánto nos esforzamos por él.

Jinyoung asintió, y tomó la escoba más cercana. —Sí, bueno. Corre.

La persecusión comenzó. Todos contra Jackson, quien solo huía y gritaba por ayuda, pero los papás estaban más interesados en tomarle fotos a la decoración. Sus hijos se habían esforzado.

La reunión iba a ser en casa de los Lim ya que los Tuan habían vendido su casa cuando se fueron a Estados Unidos, así que este lugar era perfecto para la celebración. Sin embargo, ya los Tuan habían escogido una nueva casa, solo que aún faltaba firmar unos papeles lo cual harían en cuanto lleguen, y aunque quisieron hacer la bienvenida en su nueva casa, la inmobiliaria no los dejó.

—¡Ya vienen para acá! —exclamó la mamá de Jaebum, y tan pronto pudo ver a todos los chicos llegando a la sala, arreglando sus ropas y secando sus caras sudadas.

Jackson volvió al rato, totalmente desordenado y con una expresión de que se habían vengado de él. Su mamá rió al verlo y lo ayudó a verse mejor.

—Mami, me pegaron —dijo Jackson con voz chiquita.

—Te lo merecías, cariño —besó su mejilla y rió más cuando el chico se quejó.

💚

Mark miraba por la ventana con ilusión. Había extrañado Corea como nadie. Sus calles, su gente, el clima y lo bonito que era. Corea era su país, y por fin había regresado. Extrañaría América, y a los amigos que había conseguido allá, pero estaba seguro que regresaría en vacaciones y volvería a verlos, pero su deseo era vivir en el país asiático y se iba a cumplir.

—¿Estás emocionado, amor? —preguntó su madre, y el chico asintió de inmediato—. Cinco años, eh. Ha pasado mucho.

—¿Aún estás molesto con nosotros por llevarte a América? —preguntó ahora su padre, con algo de recelo en su voz.

Mark lo miró y sonrió, negándose a su pregunta. Al principio sí estaba molesto, sus padres lo habían alejado de sus amigos y de su vida para llevarlo a un país en donde solo conocía muy poco de su idioma, pero pasado el tiempo entendió el porqué lo hicieron, y se los agradecía. Se superó muchísimo, y aprendió cosas nuevas, así como también había conseguido a sus amigos.

El Mark de trece años era muy diferente al de dieciocho, y se sentía feliz por eso.

—¿Ya sabes qué quieres estudiar?

La pregunta de su mamá llamó su atención. Ya se había graduado de secundaria, y ahora tocaba la universidad. Tenía algunas ideas, y ya sabía incluso a qué universidades le gustaría asistir. Iba a responder cuando las calles se le hicieron sumamente conocidas, y miró por la ventana con atención. ¿No era por aquí que vivía Jaebum? Su corazoncito latió acelerado y miró a sus padres con curiosidad, a lo que estos solo sonrieron.

Poco a poco el auto que el señor Tuan había rentado se fue acercando hasta la casa de su amigo, su mejor amigo. Sus manos temblaron con fuerza, y quiso llorar cuando se estacionaron al frente de esa bonita casa blanca en las que tantas veces jugó y durmió.

—Baja, Mark.

—Pero- —sus palabras quedaron en su boca cuando miró a sus padres bajar del auto, dejándolo solo. Abrió la puerta y se bajó, caminando rápido hasta ellos. Los miró con duda, y ellos solo le indicaron la puerta.

—Entra, cariño —dijo su madre con dulzura—. Creo que adentro hay algo para ti.

Volvió a sentir su corazón acelerado, y de manera vacilante abrió la puerta, jadeando en cuanto miró el interior todo decorado y unos preciosos globos que le daban la bienvenida. Se encontraban sus tíos y sus amigos, mirándolo con muchísimo cariño y con enormes sonrisas en sus rostros. Estaban diferentes, pero al mismo tiempo podía seguir viendo a esos niños que conoció en la guardería.

Y no solo Mark era el que estaba atónito al verlos, ya que los chicos nunca se esperaron ver a su amigo con el pelo teñido de un fuerte rojo y muchísimo más alto, pero siendo el mismo niño precioso que estaba en sus corazones.

Su comunicación se hizo un poco nula por el tiempo separados, además de la diferencia horaria entre los países, pero eran los mismos siete niños que se amaban con todo su corazón.

—Bienvenido, Markie —susurró Jaebum, quien tenía sus ojitos llenos de lágrimas. Jackson había sufrido con la partida de Mark, pero en las sombras, sin querer que nadie lo notara, estaba un destrozado Jaebum al que habían alejado de su mejor amigo.

—Jaebum... —respondió Mark, y corrió a los brazos de su amigo. Ambos comenzaron a llorar, felices de por fin estar juntos nuevamente. Sus corazones latían desbocados, y reían con alegría de sentirse juntos, luego de tantos años.

—Estás precioso, mucho más precioso que antes —dijo, besando la cabeza rojiza de su amigo. Se sorprendió al ver cómo el contrario aceptaba su contacto, y no pudo evitar llorar más. Su amigo había mejorado, lo pudo notar. El tenerlo en sus brazos y que no estuviera repeliendo el contacto se lo confirmaba.

Mark se alejó de Jaebum, y miró a sus demás amigos. En ese momento deseo tener brazos más grandes y largos para abrazarlos a todos al mismo tiempo. Se acercó hasta Jinyoung para abrazarlo ahora a él.

—Te extrañé mucho, Mark —susurró el chico—. Estoy feliz de que estés aquí.

—Makie... —sollozó Youngjae y no aguantó mucho en unirse al abrazo—. Makie está aquí, por fin volvió.

Mark los abrazó a ambos. —Ya estoy aquí, y no me iré otra vez... —susurró, sorprendiendo a todos al escucharlo hablar sin tartamudear.

Miró a Bambam y sonrió. No estaba usando shorts o camisas púrpuras, pero aquel pantalón blanco y su camisa azul cielo le quedaban muy bien, además de sus uñas bien cuidadas. Le gustó saber que seguía siendo él mismo, y no estaba dispuesto a dejar sus gustos por los demás.

—Bambam —llamó, y se alejó de los otros dos para abrir sus brazos en su dirección. El chico no dudó en ir hasta él y abrazarlo. Su aroma a caramelo aún estaba ahí, su niño de gustos lindos seguía ahí.

—Tu pelo es muy lindo, Makie —dijo el chico, escondiendo su cara en el pecho del mayor—. No te vayas otra vez, quédate siempre con nosotros.

—Aquí estoy, Bam. No me iré —lo abrazó más fuerte, y se separó de él para ahora ir con Yugyeom—. El bebé está muy alto.

Los demás rieron, todos con lágrimas en los ojos. Le escena era muy sensible para todos.

Yugyeom asintió, y bajó la cabeza, comenzando a llorar como un niño pequeño. Mark lo abrazó, y Yugyeom se apoyó en él, dejando ir sollozos que no querían acabar. No podía hablar, su llanto no lo dejaba, así que simplemente se abrazó a Mark, queriendo hacerle saber sin palabras lo feliz y aliviado que estaba por tenerlo nuevamente con ellos.

Mark besó la cabecita de Yugyeom, y lo apretó contra sí. Yugyeom seguía siendo el mismo bebé que había conocido. Miró a Jackson a lo lejos, y sonrió, sintiendo su corazón cálido al verlo jugar con sus dedos, quizás reteniendo las ganas de también ir a abrazarlo. Jinyoung fue de ayuda, quien tomó a Yugyeom para calmarlo, y así poder estar libre.

Se acercó a Jackson, y tragó saliva, sintiéndose nervioso. —Hola, Jacky.

—Hola, Markie —respondió Jackson, sin poder dejar de mirar al contrario—. Luces... bonito. Siempre lo has sido, el niño más bonito del mundo.

Las mejillas de Mark se calentaron y no tardó en abrazarse a Jackson, siendo correspondido con la misma intensidad. Jackson tembló debido a las lágrimas, y besó la mejilla del chico. »Mi Markie, ya estás aquí. No vuelvas a dejarme, no te vayas de mi lado otra vez.

El chico negó, sollozando también. —No otra vez, Jacky. Ya volví y no me iré otra vez. No quiero alejarme de ustedes nuevamente.

Jaebum se acercó y se unió al abrazo, siendo seguidos de los demás, llorando todos de alivio al saber que estaban juntos. Los adultos, en conjunto con Taehyung, Jimin, Jungkook y Hyunjin miraban la escena de lejos, con lágrimas en sus ojos. Si bien también eran cercanos, esos siete chicos tenían una conexión especial y les darían el espacio suficiente para que puedan ser conscientes de que estaban los siete juntos.

—Los amo, chicos —dijo Mark, no queriendo alejarse del abrazo—. Los amo tanto.

La distancia era una prueba que habían atravesado, pero eso no era suficiente. Sus vidas estaban unidas desde que se conocieron, y así sería siempre. Los mejores amigos siempre estarían juntos, y Jaebum, Mark, Jackson, Jinyoung, Youngjae, Bambam y Yugyeom estaban dispuestos a permanecer los unos con los otros.

Cinco años estuvieron lejos, pero aún tenían toda una vida para pasarlas juntos. Porque Green Garden los unió, pero el destino ya tenía preparado para ellos aquella preciosa amistad.

FIN

💚

Gracias por todo el apoyo que recibí, y el amor desmesurado que recibió la historia. Los amo como no tienen una idea, y compartir este viaje que fue Green Garden con ustedes fue un completo placer. Espero encontrarnos nuevamente en alguna otra historia♡

Aún faltan 4 extras, así que esto aún no acaba ;)

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