ෆ Fourteen ෆ
Entraron al hotel entre risas,
idos en su mundo, algunos empleados
los observaron extrañados por su comportamiento, con sus ropas
mojadas y sus cabellos alborotados.
Pero ellos estaban ajenos a las miradas
curiosas que los observaban, eran
solo ellos, como dos lunas orbitando
sobre un mismo planeta, el trayecto hacia la habitación fue toda una odisea, una aventura hacia lo desconocido.
Al entrar a la habitacion fue Jungkook quién tomo nuevamente a Taehyung
de la cintura volviendolo a
besar apasionadamente deslizando
sus manos suavemente sobre
el vientre del doncel debajo de las
telas mojadas, acariciando
aquella sedosa y húmeda piel,
y Taehyung simplemente se dejó
hacer extasiado por la forma tan vehemente como era acariciado.
La lengua de Jungkook quemando
en cada ángulo donde sus labios quedaban aprisionados, el rubio
no tenía ni la más mínima intensión
de sucumbir ante la tibia boca que lo estaba explorando.
Taehyung gimió ante la manera
como Jeon lo tomaba, pero el oxígeno
les estaba faltando y era algo que necesitaban para seguir nuevamente.
Ambos rompieron el beso por unos segundos, observandose en silencio a media luz de la habitación, y Jungkook podría jurar que el doncel era la obra
de arte más exquisita que jamás haya visto. Sus cejas pobladas, sus largas pestañas, sus cabellos dorados,
su nariz, sus ojos avellana, la mandíbula tan perfecta, y esos labios carnosos tan dulces como el jugo de una uva madura, y sus lunares, !Dios!.
Sus lunares tan coquetos que parecian sonreírle invitándolo a besarlos y reclamarlos como suyos de ahora en adelante.
El pelinegris levantó su mano, rozando aquel hermoso rostro contemplando aquel hombre que estaba temblando
en sus brazos, y no sabria decir si era
por él frío de su ropa húmeda, o era por él roce de sus dedos bajando sobre su cuello explorando esas hermosas clavículas deteniendose en su pecho, donde el corazón del escritor latía desbocado, y Jeon sonrió por tener al doncel estremeciendose por su tacto.
- Kook- dijo el rubio con la voz
ahogada embelesado por todo lo que el peligris le estaba dando.
—No digas nada Tae—callandolo con
otro beso- déjame tenerte un momento más así por favor—adorando su rostro,
su mirada, sus labios, su cuerpo, su alma,
porque todo su ser gritaba belleza pura.
Y Jungkook no sabía si sentirse digno o halagado de tener tan maravilloso
hombre temblando entre sus brazos,
en ese momento Jeon no pensaba en
nada que no fuera tomar aquel bello
hombre con sus manos, llenarse de todo lo que el doncel estuviera dispuesto a darle, como el ron y el azúcar, dulce y embriagante, la amapola y el fuego, salvaje y caliente.
Y Taehyug lo anhelada, claro
que deseaba más de esas fuertes
manos recorriendobtoda su piel,
porque todo lo que el escritor estaba
experimentando era extraordinario,
y quería más de esas sensaciones que
solo las había imaginado en sus libros
y ahora estaban volviendose una realidad, una que ardía en su piel
y moría adentro de su alma.
Y Taehyung quiso ser codicioso
tomando más de Jeon, más
de sus firmes pectorales, sus
brazos que lo abarcaban casi por completo, de la firmeza de su intimidad,
y la colmena de sus besos brotando en miel cada vez que su lengua de adentraba llevandose su aliento.
Y esta vez fue Taehyung que agarro
confianza tomando a Jungkook por el
cuello, besándolo nuevamente, con la
misma pasión que el peligris le había entregado segundos atras, y Jeon disfruto ese arrebato del doncel, y su cuerpo entendio que también lo anhelaba, y lo levanto en peso, llevándolo a horcajadas con sus largas piernas enrroscandas por la cintura, sentándose en la esquina de la cama, comiéndose la boca, borrachos por sentirse el uno al otro, y no les importo mojar las sábanas por el agua de mar que escurria en sus ropas, y Jeon invirtio la posición acostando al doncel debajo de su cuerpo, continuando con aquella sesión de besos que se había vuelto una hoguera.
Y los besos de Jungkook ardían
erupcionando sobre aquellos inexpertos labios que lo recibian con las ansias inmensas por ser devorados, y fue entonces que Taehyung comprendió
que todo lo que estaba sintiendo, no se asemejaba en nada a los versos que había dibujado en sus libros, y suspiro
en medio de esos deliciosos y tibios besos, y Jungkook sintió aquel corazón ajeno latiendo muy cerca del suyo y el cálido pecho sobre él, quemando como una braza, y apretó más fuertes los redondos muslos que lo habían vuelto loco, síntiendolos calientes aún debajo de ese pantalón húmedo pegado a ellos.
Pero su mente le traicionó nuevamente,
en el frenisi del momento, y se odio a si mismo por no poder continuar aquél momento que le había nublado la razón
e invadido el deseo.
- Tae, creo que esto no es correcto- dijo el peligris apartando sultilmente al doncel de sus brazos, con la respiración agitada y su cabeza hecha un caos.
- Tienes razón Kook, creo que no debimos- sintiéndose avergonzado,
y rechazado.
Para Taehyung había sido la primera
vez que alguien lo había besado,
apesar de ser todo un adulto
con su vida resuelta, nunca se
habia dado la oportunidad de
tener una relación con alguien,
y haber estado en los brazos de
Jungkook habia sido una experiencia
única, el escritor jamás se imagino
que experimentaria en carne
propia la pasión de unos brazos
acariciándolo sin pudor.
En cuanto a Jeon, fue una
experiencia nueva y muy confusa,
era la primera vez que besaba
a un hombre. Apesar de ser
heterosexual toda su vida jamás
pensó que llegaría a tener en sus
brazos a un doncel, y para que
negarlo, le había gustado y mucho.
El escritor lo llevo a tremendo viaje
astral en el momento que probó sus dulces labios, y vaya que si eran muy dulces, con ese sabor a bálsamo de maracuyá que se negaba a desaparecer de su boca.
Y Taehyung se sintió desilusiado al ver él semblante de Jungkook, no sabía decifrar si estaba preocupado o arrepentido.
Pero más lo fue para Jungkook al ver el rostro desanimado del doncel, cuando se levantó de la cama y le dijo que era mejor que se ducharan y se quitaran las ropas mojadas o pescarian un resfriado.
Y Jungkook quiso detenerlo y decirle que no estaba arrepentido, que eran otros sentimientos y otros motivos que lo alejaban y por el cuál no pudo
continuar con lo que habían empezado, pero prefirió dejar que el rubio se fuera a la ducha.
Ya cambiados y secos pensaría la mejor manera de decirle lo que estaba sintiendo, porque Jungkook era alguien que le gustaba aclarar lo que sentía, con su ex mujer era así todo el tiempo cuando estaban juntos.
Cuando Taehyung se estaba bañando Jungkook llamo a la recepción pidiendo un juego limpio de sábanas, porque se habían humedecido las anteriores por
el incidente de las ropas mojadas.
Se sentó en la orilla de la cama unos momentos y se sonrojo por lo que había pasado. Claro que quería más de aquellos besos y de aquel cuerpo que recién había acariciado, pero no era así de sencillo.
El no era de los que se dejaban llevar por la pasión del momento, aunque no quiso decir nada por no estropear aún más la situación, porque él recuerdo de Jisoo había llegado a su mente por unos segundos.
Ya no la amaba, eso estaba claro,
pero él siempre pensó que estaría
con ella hasta envejecer,
y estar con un hombre era un reto completamente absurdo, Jeon nunca había estado con un doncel, aunque
ya había visto porno gay por simple curiosidad, nunca lo había llevado a la
practica y se aterró al no saber cómo actuar cuando ya tuviera desnudo
al rubio entre sus sábanas.
Aunque hubieran llegado a algo más,
Taehyung no se merecía ser tomado por un momento de lujuria.
Mientras tanto, Taehyung meditaba bajo
la regadera lo sucedido, se sintió dolido porqué Jungkook se había contenido, pero en parte se sentía aliviado porque de haber continúado no sabia que hubiera pasado.
El nunca había hecho el amor con nadie,
aún en medio de los besos estaba muy asustado y dio gracias al cielo que Jeon
se haya detenido, pero al mismo tiempo se sentía desilusiado, Jungkook le gustaba demasiado, y quizá el pelinegris no sentía lo mismo por él, o talvez no
con la misma intensidad que él.
Quiso quedarse más tiempo en la ducha para no ver a Jungkook a los ojos nuevamente, no sabía que debía decir después del arrebató de ambos, pero Jungkook también necesitaba ducharse no podía estar con las ropas mojadas por más tiempo.
- Estoy listo Kook, ya puedes entrar a ducharse- le dijo con un sonrisa cerrada, secándose el cabello.
- Ok, no tardó Tae, tomado una de las toallas del baño, sin devolverle la mirada.
Taehyung salió a la terraza a despejarse un poco la mente, cerro los ojos y suspiro al sentir la brisa marina acariciando sus cabellos, el ruido del océano y la luna que estaba llena esa noche lo relajaba.
Se sentó en un cómodo sofá blanco, cruzando las piernas, tratando de recomponerse aunque le era imposible, su corazón aun se encontraba agitado y
su piel se erizaba recordando las caricias de Jungkook, y llevo sus manos a la boca donde el rastro de los besos del peligris no habían desaparecido.
- ¿Ya tienes sueño Tae?- interrumpió Jungkook al verlo con los ojos cerrados recostado en el sofá.
- Aún no - le sonrio casi forzado- ¿vas abrir la botella?- le dijo al observar al pelinegris con la botella de vino y dos copas.
- No lo sé, ¿si tú quieres puedo abrirla?- con el semblante serio.
- Dejémoslo para otro día Jungkook- dijo desanimado.
- Ok, Tae- Jungkook se sentó a su lado,
asioso, avergonzado, y muy confundido por lo que había pasado, tanto que no encontraba las palabras correctas para abordar al doncel.
Se quito la toalla alrededor de su cuello, llevándola a sus manos jugando con ella- Taehyung yo..
- Jungkook déjame hablar a mi primero por favor- mordiendose los labios.
- Adelante.
El doncel tomo una enorme bocanada
de aire antes de hablar- Jungkook antes que nada quiero que sepas, que es la primera vez que hago esto, yo no soy del tipo que suele intimar de esta manera con alguien, es más ni siquiera he tenido pareja nunca- sonrió con tristeza.
Jungkook se quedó sorprendido ante la confesión del doncel- Tae yo jamás pensaria mal de ti, no te preocupes por ello, lo que pasó fue un arrebato de los dos y nada más.
- Lo sé Kook, fue un arrebato que jamas debió pasar ¿no es así?- con la voz débil, casi como un susurro.
- No quise decir eso Tae, no me arrepiento, si es lo que estás pensando,
es solo que nunca pensé que me vería en esta situación, yo nunca había hecho esto con un hombre y no me malinterpretes yo no soy homofobico, mi hermano es bisexual, mi mejor amigo con quién estudie en la universidad es gay,
no tengo nada en contra..
- Está bien Jungkook, yo te comprendo descuida- con una leve sonrisa.
- Es complicado Taehyung- masajeandose la frente-yo pase casado muchos años con una mujer, a la única que ame por mucho tiempo y con quién pensé envejeceria y tendría hijos,
y luego ella me engañó, y se rompio
mi corazón en mil pedazos,
y jure no volveria a enamorarme.
Yo ya no creo en el amor Taehyung,
y tu eres alguien maravilloso que se merece que lo amén como se debe y
yo no soy el indicado para ti..
- Esta bien Kook, te entiendo-
tomandolo de la mano– no necesitas explicar nada, solo fue un arrebato
como tú mismo dijiste, ni que fuéramos una pareja real- sonrió con ironía.
Y Jungkook lo miro a los ojos, con la mirada cargada de angustia.
-Podemos olvidar lo que pasó está noche Taehyung- mordiéndose los labios de la frustración.
Y fueron esas palabras que mermaron en lo más profundo del corazón del doncel,
acabando con toda la esperanza, dejando solo vestigios amargos y desilusión.
Y Taehyung asintió con la mirada
dirigiéndose hacia la habitación, y Jungkook quiso tomarlo del brazo,
pero no pudo hacerlo, y se maldijo
por ello.
-Tae yo..
- Debemos ir a descansar Jungkook, mañana debemos retonar a la ciudad-
dándole la espalda, sin tener el valor de mírarle a los ojos, porque sabía que si le devolvía la mirada, Jeon notaría su patética tristeza.
Y así se fueron a descansar a sus respectivas camas, sin mediar palabra, ambos con sus pensamientos hechos un total caos.
A la mañana siguiente fue Taehyung quien ya se había duchado y preparado su maleta.
- Buenos días Jungkook- dijo en
tono serio, observado al pelinegris levantandose de la cama.
- Buenos días Taehyung- con el mismo tono de voz.
Luego de que ambos estaban listos, bajaron al lobby del hotel, donde Jeon hablo unos momentos con el gerente y luego se dirigieron donde el chófer de Jungkook que los estaba esperando.
Rumbo a sus respectivas viviendas,
ninguno se animó a conversar, un silencio incómodo y eterno se instaló en el interior del automóvil, ambos habían puesto una enorme barrera entre sí.
Taehyung cerca de la ventana, absorto observando el paisaje, mientras que Jungkook iba revisando asuntos de la editorial en su celular, de vez en
cuando observaba de reojo al doncel,
no se animaba hablar, hasta que se
armó de valor.
- Taehyung ¿te gustaría pasar a desayunar algún sitio?.
- Eres muy amable Junkook, pero
quede de ir a desayunar con Jimin- devolviéndole la mirada por unos segundos, una mirada que estaba apagada y Jeon lo noto.
- Ok, te voy a dejar a tu casa entonces.
- No te molestes Jungkook puedo tomar un taxi en la siguiente parada.
- No es ninguna molestia Tae, yo puedo llevarte.
- Ok.
- Cuando el automóvil de Jungkook llegó a la casa del doncel, este se despidió con una leve sonrisa agradeciendole al peligris por todo, y Jeon sintio su corazón doler al ver al escritor desaparecer de su alcance al poner el automóvil nuevamente en marcha.
Y cuando Jeon llegó a su solitario y enorme apartamento, un frío recorrio
todo su cuerpo, y se sintió jodidamente solitario.
Se preparó un café, y se dispuso a desempacar su maleta, y cuando estaba sacando las prendas, tomo la bolsa donde se encontraba el collar que había comprado para Taehyung, y se sintió terriblemente mal.
Gracias por el apoyo 💕 este es mi bebé consentido 🤭.
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