01
Una dulce y cálida mañana de otoño le daba la bienvenida a todo aquel que ingresaba a la institución, con el frígido aire que se intensificaba con el movimiento de las hojas de los árboles que por todos lados se encontraban.
Bebés, niños, adolescentes y adultos ingresaban al lugar, unos con sonrisas contagiosas en su rostro, otros con clara molestia y sed de sueño y algunos... Lo suficientemente neutros como para pasar desapercibidos.
Un pequeño niño con cabello negro azabache y unas tiernas mejillas regordetas se sumaba por los pasillos, siendo ignorado por todos los que permanecían en el lugar.
Con su mirada gacha y con el mínimo dolor en su pecho.
Sin dirigirle la palabra a absolutamente nadie caminó e ingresó a su salón. Con tan solo 6 añitos y con su infancia a flote, pero solo.
Totalmente solitario, sin amigos ni compañeros para charlar y contar sus más increíbles aventuras, sin tener con quien compartir su delicioso emparedado de jamón, salsa de queso y crema... Sin nadie con quién subir a su casita del árbol.
Él siempre se lo preguntaba, se cuestionaba si tenía algo malo o si no era lo suficientemente divertido para encajar junto a sus compañeritos. Porque era como si él no existiese, nadie más que sus maestros le hablaban y uno que otro compañero interesado en sus stickers de florecitas, ranitas y tortuguitas... Era muy triste. Y lo único que podía preguntarse a fondo era; ¿Por qué nadie quiere hablar conmigo?
Ni los niños más callados y mucho menos los más revoltosos, nada. Solamente nada.
—— Buenos días, mis niños —— Dijo amablemente la maestra, haciendo que todo niño distraído se volviese a su lugar e hiciera silencio —— Hoy hay una sorpresa para ustedes.
Jimin miró con cierta curiosidad a su maestra.
¿Serán nuevas plastilinas? Las que hay ya están muy duras. O quizás ¿Traerá galletitas como la maestra en el otro curso? — Se preguntaba inocentemente, con esperanza de que fuera su último pensamiento.
Pero sus deseos se disiparon con el viento al ver una pequeña cabellera castaña detrás de las piernas de la maestra, ocultándose de todos los presentes y mostrándose tímido.
Jimin lo miraba con curiosidad, bastante. En sus dos años en la institución nunca había llegado ningún alumno nuevo a su salón y se le hacía raro después de ver y conocer cada cara que allí se encontrase.
—— Niños, él es Jungkook —— Presentó mientras le incitaba al niño a salir de detrás de ella para presentarse.
—— Y-Yo... —— Dijo lento y bajito, como si fuese un secreto, mientras jugaba con sus pequeñas manitas y mantenía su mirada en el piso perfectamente limpio.
Segundos después de un ensordecedor silencio la maestra decidió romper aquella capa de incomodidad que se había formado al rededor del niño ahora frente a ella.
—— Está bien, si quieres puedes presentarte más tarde, no hay prisa —— Le susurró de manera dulce.
El chiquito niño solitario tenía sus pequeñas cejas juntas, con su ceño fruncido mientras seguía analizando al recién llegado.
—— Si quieres ve sentándote allí —— Señaló un puesto vacío —— Yo te presentaré ante la clase. ¿Si? —— Jungkook asintió lentamente caminando hasta el puesto que se le había asignado.
Jimin miró un poco enojado como el niño caminaba y se sentaba junto a él.
—— ¡No! —— Dijo poniendo sus manitas sobre la mesa, con un tierno puchero en sus regordetes labios.
—— ¿Minnie? ¿Qué pasa? ¿No quieres compartir asiento? —— Dijo la maestra observando los grandes ojitos tristes de Jungkook al ser rechazado.
—— No quiero —— Dijo sin quitar el puchero en su rostro.
Jungkook bajó su cabeza, decaído. Queriendo llorar pero creyéndose lo suficientemente fuerte como para no llorar en su primer día.
El azabache levantó su cabecita mirando al "chico nuevo" triste. Y se arrepintió al instante, sabiendo como se sentía ser rechazado desde el primer día.
Los otros niños y niñas solo miraban expectantes.
—— Está bien. Pero no le daré de mis stickers ni hablaré con él —— Cruzó sus pequeños bracitos, ahora fingiendo estar molesto.
—— Está bien. Pero no seas fuerte con él, Minnie —— Desafío la maestra.
Momentos después la clase dió inicio.
Y Jimin pudo ver que su ahora compañero tenía pegatinas de los avengers, olvidando su enojo de antes le pidió una de hulk a cambio de una de tortuguitas.
Compartiendo por primera vez algo con alguien.
Y sintiéndose feliz inevitablemente al ver que al fin nadie le había ignorado.
[ .
creo que regresé. que cosas.
nuevo mini fic con temática infantil
porque me da ternura. estimo que
las actualizaciones serán quizá cada
sábado. hoy no lo es pero
quería publicar algo.
espero sea del agrado del lector y, que
sean pacientes. gracias y nos leemos
próximamente. ♥︎
© suintheght.
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