(Alright dude, go trip over a knife)

(Muy bien amigo, agarra un cuchillo)

...

Sus ojos avellana se inundaron de lágrimas de furia y rencor, sintiendo su corazón arder con tristeza y decepción.

...

26 Marzo 2021
𝗛𝗼𝗿𝗮𝘀 𝗺𝗮́𝘀 𝘁𝗮𝗿𝗱𝗲, 𝗲𝗻 𝗲𝗹 𝘀𝗼́𝘁𝗮𝗻𝗼.

Los ojos castaños y tristes de Kim Taehyung se abrieron lentamente, sintiendo sus pestañas duras y rasposas debido a las lágrimas secas. Luego de sentarse con suma dificultad, quejándose en voz baja, Kim observó con altanería y melancolía las marcas en su cuerpo. Sus brazos mostraban moretones rojizos y sus muñecas estaban marcadas con huellas de dedos morados, sin poder ignorar el fuerte dolor en su cabellera castaña y el profundo dolor en su corazón y alma.

Sus manos temblaban y sentía el frío aterrador recorrer su cuerpo débil y deshidratado por la falta de agua y comida. Respirar se volvía difícil debido a su nariz congestionada por el llanto. Sus labios estaban rotos y entrecortados, llenos de las múltiples mordeduras de sus dientes.

Sin embargo, a pesar de todo el dolor, reunió la poca fuerza que le quedaba y se puso de pie. Sus piernas temblaban y estuvo a punto de caer, pero se apoyó en la pared húmeda y desgastada. Aunque era difícil ignorar el dolor en su corazón y cuerpo, Kim sabía que debía ser fuerte y luchar por su libertad. No quería ser prisionero de nadie.

Recordaba una enseñanza de su padre antes de morir: si no podía vivir su vida libremente, mejor estar muerto. Pero en ese momento, la idea de morir no era la correcta para él. Kim Taehyung quería sentirse vivo una vez más, quería sonreír y reírse.

¿Cuándo fue la última vez que Kim sonrió? Ni siquiera él mismo lo sabía. Pero lo que realmente le atormentaba era la idea de no volver a hacerlo. Tenía la fe de poder escapar de su enfermo amor.

Enojado consigo mismo y con Jeon, se dirigió rápidamente hacia la delgada puerta de madera. Empujaba la puerta con rabia, escuchando el estruendoso sonido de sus manos chocando contra la madera. Kim se maldecía a sí mismo, preguntándose por qué Jeon había sido tan descarado y cruel con él, cuando él siempre había sido un buen esposo.

Siempre fue una buena persona, entonces... ¿por qué Jeon le hacía eso? ¿Por qué no lo amaba como él lo había hecho?

Estampó su puño cerrado contra la puerta, sintiendo el dolor en sus nudillos. Pensó que quizás se fracturaría la mano, pero eso no le importaba. Si tenía que tumbar la puerta con sus propias manos, lo haría. No se quedaría allí esperando la llegada de su "amado esposo". Iba a escapar, iba a ser libre; nadie tenía el derecho de privarlo de su libertad.

Ni siquiera el hombre que prometió amarlo y respetarlo hasta la muerte.

Después de dar diversos golpes a la puerta, sintió la calidez del líquido corriendo por sus nudillos. La sangre ya era visible, pero eso no le importó; de hecho, le dio más euforia y valentía para seguir pegándole fuertemente a la puerta. Esta se sacudía bruscamente con cada golpe del castaño. Kim, ya cansado de los golpes, patadas y puños que no daban frutos, buscó entre la oscuridad algún objeto para derribar la puerta.

Entre su vista, encontró una varilla de hierro del largo y grueso de su brazo entero. La sujetó con firmeza y, con una expresión decidida, se encaminó hacia la puerta. Antes de golpearla con la varilla, le dio una fuerte patada. Con la mayor fuerza posible, lanzó la varilla contra la cerradura de la puerta, recordando todas las palabras de su, ahora, considerado ex-amor.

"¡¿Creés que lo que piensas me interesa?!"

A él no le importaba.

Nuevamente la varilla chocó contra el cerrojo de la puerta, que se movía más con cada golpe.

"¡Tú eres mío! Y no vas a dejar esta maldita casa, porque eres mío desde el momento en que te conocí."

¿Era suyo? ¿Acaso era un objeto? Kim iba a dejar la maldita casa y le regresaría las venenosas palabras a Jeon. Al conocerlo, aparentemente conocía a otra persona, porque ese no era su lindo pelinegro de ojos bambi.

Otro golpe, más fuerte. La madera desgastada se desmoronaba poco a poco.

"Y no me interesa realmente si quieres o no estar conmigo, ¡lo harás porque es tu deber!"

¿No era su deber amarlo y respetarlo? ¿Cómo podía no importarle estar con alguien que solo sentía asco por él? Estaba enfermo.

Un golpe más y la puerta se estremecía brutalmente. La desesperación de Taehyung por salir empeoraba, dándole múltiples patadas y golpes.

"¿O acaso quieres que te deje ir para que luego vayas como una puta a acostarte con todos? No lo creas así."

No, él no era así. Nunca lo traicionaría como Jeon lo hizo, porque Kim sí entendía y respetaba la palabra "fidelidad".

La respiración de Taehyung se volvía cada vez más irregular al ver que la cerradura se dañaba más con cada golpe. Estaba cerca de su libertad.

"Si te casaste conmigo, tienes que morirte para dejarme, porque nunca lo harás, Kim."

Preferiría estar muerto antes que volver a estar con aquel hombre, que solo se comparaba con el mismísimo demonio.

Las lágrimas llenaron sus ojos mientras sus brazos se cansaban de tantos golpes, pero trató de no darse por vencido.

"¡Eres mío! Y me amas tal y como soy. No te interesan realmente mis sentimientos; solo estás conmigo por mi dinero."

No, no lo amaba tal y como era. De hecho, lo dejó de amar por eso. Y quizás, ya no le importaban sus sentimientos, porque sabía que no tenía y que quizás nunca tuvo. ¿Dinero? El dinero que solo gastaba junto a sus amantes.

Un desgarrador grito de furia y remordimiento salió de su garganta mientras la carne de sus nudillos se desgarraba dolorosamente. Se estaba lastimando a sí mismo.

"Vamos, sé que es así. No te hagas el sorprendido ni la víctima, porque no te queda ese papel."

Él quizás no se consideraba a sí mismo una víctima, pero cualquier persona con empatía lo determinaría así: una víctima de maltrato físico y psicológico, una víctima de maltrato doméstico.

La fuerza que ejercía se hacía más intensa, utilizando todo su cuerpo para tratar de tirar la puerta.

"Sé perfectamente el tipo de persona que eres."

¿Una persona débil e ingenua, una persona fácil de engañar y manipular, una persona llena de rencor y ganas de ser libre y feliz? Sí.

Un movimiento más y la puerta finalmente cedería. Una capa de sudor cubría su frente y sus piernas temblaban nuevamente.

"De hecho, solo me casé contigo por tu puta herencia y reconocimiento en las empresas. No me interesabas desde un comienzo y tampoco lo haces ahora."

¿Le sorprendía? No, su madre se lo había advertido y se arrepintió de no haberla escuchado. Y si no le interesaba, ¿por qué quería tenerlo junto a él? Solo era un vil capricho.

La puerta crujió y Kim alzó la vista, alejándose levemente, observándola con una expresión de cansancio y esperanza.

"Tan, tan ingenuo... que logras darme lástima."

Y dejaría de serlo por su propio bien.

Finalmente, luego de darle una fuerte patada a la puerta, sintiendo su cuerpo vibrar con agonia...

La puerta se abrió bruscamente.

Sintiendo el frío aire envolver su cuerpo, Kim corrió lo más rápido que pudo durante unos minutos, sus piernas temblaban de cansancio y sus nudillos dolían después de que la adrenalina abandonara su sistema por completo. Taehyung se sentía libre ahora, corriendo por las calles de Seúl en dirección a la casa de su ex-mejor amigo, Park Jimin. Sabía que Jimin siempre lo apoyaría a pesar de haberlo tratado mal en el pasado; se arrepentía profundamente por ello.

Conocía bien la promesa que Jimin le había hecho: "Nunca te dejaré, siempre te protegeré, incluso si estamos peleados".

Trató de contener las lágrimas mientras observaba la blanca puerta de la casa de Jimin. El vecindario estaba desolado debido a las altas horas de la madrugada, pero esperaba que Jimin estuviera despierto como solía estar a esa hora.

Regulando su respiración y sintiendo los latidos acelerados de su corazón, Kim alzó su puño derecho. Con una fina lágrima cayendo por su mejilla, tocó la puerta de su posible salvador, Park Jimin.

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Ⓒ︎𝖧𝖨𝖲𝖳𝖮𝖱𝖨09