Capítulo 33
Atención‼️
En el capítulo habrá mención de contenido sensible, no es una descripción como tal pero si se trata un tema delicado. Es necesario para la historia, perdón si los hace sufrir 😣
El color anaranjado del cabello de Hoseok resaltaba apenas salió de la oficina de Jungkook. Había estado esperándolo por unos minutos. No le dejaba de molestar la actitud del mayor desde que estaban trabajando en Busan, estaba tan molesto por ello que incluso olvidó preguntarle a Jungkook por su celo, mejor dicho, olvidó preguntar por el alfa con quien lo había pasado.
Hoseok y su actitud eran culpables de que no se enterara… de que no pudiera preguntar y mostrar preocupación como un buen amigo. Obviamente no era porque quería saber, solo le demostraría a su amigo alfa que se preocupaba por él.
Dio un paso más delante de la puerta de su oficina cuando el pelinaranja se estaba acercando, su mirada estaba en el suelo pero eso fue de ayuda para que no pudiera unir en cuanto lo viera acercarse.
— Hoseok — llamó cuando el beta más bajo estaba a dos pasos de distancia. — Hablemos.
Volvió a hacerlo.
El mayor lo miró por un solo segundo a los ojos antes de mirar hacia otro lado. No era normal. Esperaba una mirada molesta por interponerse en su camino, o un regaño de que estaba ocupado y no tenía tiempo libre como él, pero no hubo nada de eso.
— Ahora no puedo.
El mayor intento rodearlo pero ya había lidiado con esa actitud los días que estuvieron en Busan, estaba cansado de ser ignorado y que no le dijeran de frente cuál mierda era el problema.
Atrapó el antebrazo del más bajito antes de que pudiera alejarse y lo jaló dentro de su oficina. Fue un poco brusco, más de lo que había pretendido, por eso soltó rápidamente al mayor cuando cerró la puerta y se colocó enfrente.
— Si vas a estar molesto conmigo al menos dime que hice, porque solo recuerdo que estuvimos trabajando hasta tarde para entregar el plan de publicidad lo antes posible y volver a Seúl.
— No estoy molesto contigo.
— Si lo estas. No me miras, estas callado cuando estamos a solas en lugar de regañarme por algo y no peleas conmigo por lo que digo.
A Hoseok se le escapo una risa que trató de esconder enseguida aclarando su garganta y mirando el piso.
— ¿Se supone que tengo que gritarte y pelear contigo porque de esa manera significa que no estoy molesto?
— Si — contestó rápidamente.
— Pensé que mi silencio sería agradable para ti.
Pues no.
Era incómodo estar con un Hoseok silencioso, no se sentía correcto.
— ¿Qué sucede? — No puede estar molesto por eso, solo fue una broma. — ¿Estás molesto por qué te bese?
— No estoy molesto.
— Entonces si es porque te bese. Estas molesto.
— Si quiera estas escuchando-
— No entiendo porque te enojas por eso, a menos que fuera tu primer beso. No era tu primer beso, ¿o si? Ya estás por cumplir treinta años sería raro que fuera tu primer-
— ¡Maldición! ¡Que no estoy molesto!
— A mi me pareces bastante enojado justo ahora.
— Es porque no dejas de decir que estoy molesto cuando claramente acabo de decir lo contrario. ¡¿Y por qué sigues interrumpiendo mientras hablo?! — El más bajo le dio un golpe en el hombro, uno que fue solo un ligero empujón. Estaba sonriendo porque finalmente tenía frente a él al Hoseok que conocía. — Me enloquece que no me dejes terminar una frase completa cuando ya estas haciendo tus conclusiones. ¡¿Por qué estás sonriendo?!
— Porque estas de vuelta. Este es el Hoseok con el que estoy acostumbrado a tratar. El que se comporta serio y que no está reprendiéndome por cosas ridículas es aburrido.
Las mejillas del beta se pintaron de un color rojizo, trato de arreglarlo fruncido el ceño, pero eso no disminuyó su imagen avergonzada por sus palabras.
— Como sea. Me voy. — La mano del mayor alcanzó la manija de la puerta pero él no se movió. — Apártate, tengo trabajo que hacer, no puedo estar toda la tarde merodeando como tú.
Si, definitivamente ese era el Hoseok que conocía.
— Responderme primero. ¿Te estabas comportando de esa manera por que nos besamos?
— Namjoon, quítate.
Esta bien. Si Hoseok insistía en ello, se quitaría de la puerta.
Tomó la cintura del pelinaranja y les dio media vuelta a ambos, encerrando al mas bajo entre los puerta y su cuerpo. Hoseok pegó su espalda a la madera como si de esa manera fuera a alejarse más de él, pero no sirvió de mucho cuando el se acercó otro paso más.
— ¡¿Q-Que haces?!
— No me respondiste, no puedes irte.
El pelinaranja frunció el ceño y lo miró enojado pero solo fue un par de segundos antes de que su rostro se pusiera rojo y desviará la mirada hacia un lado. El mayor era realmente bajito comparado con él, se veía un poco tierno de esa manera, tratando de evitar su mirada y su pregunta.
Esta pidiendo ser molestado.
Y a mi me encanta hacerlo.
Tomó la barbilla de Hoseok entre sus dedos y elevo el rostro sonrojado mientras él bajaba el suyo. Lo suficientemente cerca para que su respiración chocará contra los labios delgados.
— ¿Quieres otro beso, Hoseok-hyung?
Solo pocas veces había usado el honorífico con el pelinaranja, siempre era para provocarlo hasta que fruncía su ceño y le gritaba de regreso.
Esa vez no era diferente.
Quería molestarlo hasta que su rostro se tiñeron de rojo y frunciera su ceño, disfrutaba de molestar a Hoseok.
Aunque el rostro sonrojado fue diferente esa vez.
No había una mueca molesta deformando las facciones del mayor, solo ojos cerrados y labios entreabiertos.
Y una respiración agitada que soltaba aliento caliente contra su rostro.
El plan era molestarlo…
… pero él lo estaba pidiendo.
O al menos eso se repitió mientras cerraba la distancia y chupaba ese labio inferior delgado. Solo el primer movimiento para dejar que su lengua se deslizara y entrara en la boca caliente que lo aceptó.
No había planeado esto.
Aunque tampoco se estaba apartando.
Sus cuerpos se acercaron más, su pierna entre los muslos del mayor y una de sus manos sosteniendo la nuca para que no se alejara.
Su mente estaba dando vueltas, otra vez.
Ahora no había como evitar la conversación con la tía de Jimin. La había invitado a comer a la suite, había cocinado el mismo, aunque eso fue para evitar hablar con la omega pretendiendo estar muy ocupado en la cocina.
Jimin no habló mucho porque sus nauseas se habían puesto peor la última semana y durante las comidas evitaba hacer otra cosa que no fuera comer. Con la tía del gamma no tenía muy buena relación, así que no trato de crear una plática y la mayor tampoco lo hizo. La omega lo trataba de manera cordial pero siempre lo miraba con los ojos entrecerrados, aún más después de que le confesaron sobre el embarazo de Jimin.
Pero ya no podía evitar más la conversación acerca de su decisión.
Jimin se había quedado dormido y él lo había llevado a la habitación. El menor no tenía muchas energías, podía quedarse dormido en cualquier momento del día, tenia mantas en la oficina y ya no podía acomodar parte de su ropa porque esta estaba en la cama que ambos usaban para dormir. Afortunadamente él gamma no tenía el instinto de hacer un nido muy grande u organizado, de lo contrario tendría que haberse despedido de poder usar cualquier prenda de las que había llevado a Seúl.
— ¿Jimin te ha contado sobre su madre, mi hermana?
La omega acepto la taza de café que le extendía, ella ya estaba acomodada en el sillón individual.
— No.
Ni siquiera hablamos de nada más que acerca de la cómoda que vamos a comer.
Pasaban todo el día juntos pero en realidad no sabían nada del otro.
— Ella era una gamma, igual que Jimin e igual de inteligente. Tenia un futuro por delante y aunque nuestra familia no tenía buena situación económica ella encontró la manera de pagarse la universidad mientras tenía dos trabajos de medio tiempo.
La mirada de la omega se centro en su bebida caliente, una mirada perdida y una sonrisa triste.
Él se quedó en silencio, no sabía cómo lidiar con esa expresión.
— Yo tenia doce años, fui un embarazo tardío para nuestros padres, no pude hacer nada cuando ellos la hecharon de la casa por quedar embarazada.
— ¿Y el padre de Jimin?
— No lo se, ni siquiera se si era un beta, un alfa, una alfa, no lo se. Ella nunca me quiso contar. Al principio tuve miedo de que hubieran abusado de ella, después de todo las feromonas de los gammas hacen enloquecer a los alfas. Pero después me di cuenta de que protegía a esa persona porque la amaba, la dejo ir porque se enteró de que se casaría solo unos meses más tarde. Fue entonces cuando le dijo a nuestros padres sobre su embarazo. — La mayor cerró los ojos y soltó un suspiro. — Ellos eran estrictos con ella, por ser una gamma, le pidieron que se deshiciera del cachorro pero mi hermana se negó. Esa misma noche tomó algunas de sus pertenencias y se fue. Primero se quedó con una amiga omega, pero en cuanto ahorro dinero se mudo a Daegu. Yo solo la podía visitar en vacaciones o algunos fin de semanas, aunque si estuve ahí cuando tuvo a Jimin.
— ¿Entonces ella estuvo sola durante el embarazo?
Eso era simplemente impresionante. Era una gamma, un ser delicado. ¿Cómo pasó por todo eso por si misma?
— Y también crío a Jimin sola por cuatro años. Mis padres se negaron a verla o a conocer a Jimin. Me moleste mucho por eso y en cuanto cumplí los dieciséis me mude con ella. Nosotras éramos muy unidas y a Jimin lo amé desde el primer segundo que lo conocí, era el cachorro más adorable del mundo. — La sonrisa deslumbrante de la mayor no podía ser más parecida a la que su papá omega le daba cuando lo veía y le llamaba su pequeño milagro, aunque era mucho más alto que sus padres. — Nos costaba un poco llegar a fin de cada mes, pero éramos felices criando a Jimin.
Las comisuras de sus labios temblaron y la sonrisa desapareció al tiempo que los ojos se volvían más y más brillantes por las lágrimas que se acumulaban en ellos.
Se levantó para conseguirle un pañuelo y espero en silencio a que se tranquilizarla. En realidad no sabía cómo consolar.
Su papá parecía feliz siempre y su madre también si su pareja lo era, en realidad siempre se apartaban cuando alguno se sentía mal o lloraba. Él sabía que lloraban. Siempre se daba cuenta de cuando ellos estaban tristes o preocupados pero sus padre no querían mostrarle ese lado y desde cachorro lo aceptó. Sus dos mejores amigos tampoco eran del tipo de amigos que lo buscaban para pedir consuelo alguno, en realidad tampoco mostraban mucho sus emociones.
Era obsoleto a la hora de tratar de animar a alguien que estaba triste, mucho menos a una omega, por lo general evitaba a dicha casta.
Quizás parecía un tonto ahí solo esperando mientras la mayor luchaba por contener las lágrimas. Se sentía como un tonto.
— Mi hermana era gentil, tímida e inteligente. — La tía de Jimin se limpio las nuevas lágrimas que recorrieron sus mejillas. — Se que a los gammas se les puede catalogar de pervertidos o provocadores por sus celos constantes, pero ella y Jimin no son así, quizás ningún gamma lo sea pero nadie ha negado las descripciones que dan los alfas. El único interés de Minyoung era que Jimin tuviera una buena vida.
— ¿Cómo… pasó?
— Su celo, se adelanto. Igual que le paso a Jimin. Nunca fueron irregulares, siempre fueron el mismo número de días. Nos confiamos. A ninguna de las dos nos pareció mala idea que fuera a trabajar cuando faltaba solo un día para su celo. — Más lágrimas se deslizaron por las mejillas de la omega pero esta vez no las limpió. — En la tienda de conveniencia su compañero de trabajo alfa reaccionó a su celo. La policía dijo… que en le cámaras de vigilancia se vio que el se puso agresivo con ella y que después de un empujón ella… ella se golpeó la cabeza…
El llanto de la omega se incremento. Una vez más solo pudo quedarse en silencio, esperando que pasara.
Su lobo gruñía, un recordatorio de que protegería a Jimin si alguien intentaba acercarse. Fue innecesario, en el trabajo ya había probado en más de una ocasión lo protector que era su lobo con el pequeño gamma, ni siquiera le permitía a Yoongi acercarse.
— La defensa de ese alfa fue… que Minyoung lo obligó a marcarla. — La mayor apretó sus dedos en puños. — Dijo que se molesto por ello, él ya tenía una pareja, un vínculo, y se deshizo en el momento en que mordió a mi hermana… Ese maldito la culpó por la mordida que él le dio y después la lastimó hasta…
Matarla.
Su lobo gruñó en su interior, para su lado animal no había otro pensamiento más que su pareja, su gamma, quería olfatearlo, cerciorarse de que estuviera bien a pesar de que sabía que el menor aún dormía tranquilamente.
“¿No me vas a… lastimar?”, esa había sido la primera pregunta de Jimin después de si celo.
¿Jimin pensaba que lo culparía y le haría daño?
Nunca lo haría. Jamás. Ni siquiera había cruzado por su mente culpar al pequeño gamma. Era algo que los dos habían hecho, algo que sus lobos habían querido.
— Lo siento, hablar de lo que le sucedió a Minyoung aún es difícil. — La tía de Jimin suspiró. — Jimin tenía solo siete años. Ya que nuestros padres ni siquiera asistieron a su funeral y no conocíamos al otro padre o madre de Jimin, él quedó a mi cargo. — El rostro de Park So-ri se volvió terriblemente serio, cuando tomó una de sus manos. — Por favor, cuida de él. Jimin no lo dice pero se que fue difícil crecer sin uno de sus padres, aún más sin ninguno de ellos. Yo no quiero lo mismo para su cachorro. Quiero que mi Jimin forme una familia, que no tenga que preocuparse por ser un gamma sin pareja, es doloroso y peligroso para él. Sólo quiero que sea feliz.
— Que este conmigo no garantiza su felicidad.
Un sonrisa, o más bien un resoplido escapó de la mayor.
— Eso crees, pero es porque realmente no te has dado cuenta de que mi sobrino te mira como si ya fueras su mundo entero. — Las manos más pequeñas apretaron la suya un poco más fuerte. — Por favor, solo inténtalo. Pero inténtalo de verdad.
Ya había decidido que hija a hacer. Estaba determinado a contarle a la tía de Jimin su decisión y después al propio Jimin.
Pero no pudo.
— Lo intentaré.
La omega le sonrió agradecida y solo un minuto después se estaba yendo.
El silencio en el que quedó no ayudó a nada, solo había un zumbido constante en su mente que no le dejó pensar correctamente.
Se rindió. Es anoche no pensaría en nada más, solo dormiría y por la mañana finalmente hablaría con Jimin.
Tenía que aclarar algunas cosas.
Entró a la habitación, solo tenía que quitarse la ropa hasta quedar en bóxer, ponerse una pijama no era una opción porque todas ellas estaban en la cama y el gamma se daría cuanta si movía alguna.
Antes había tenido tanto sueño que solo había pensado en dejarse caer en el cómodo y amplio colchón Pero al parecer sería otro día más en que se sentiría al borde de la cama y pasaría minutos y minutos observando la tranquilidad del rostro de Jimin mientras dormía, con el cabello rosa despeinado y mueca relajada y pacífica. Lo hacía casi todas las noches desde que se entero del embarazo del menor.
En cada ocasión no pido dejar de pensar que el menor era realmente tierno.
Perdón por la espera mis linduras, espero que el capítulo lo valiera.
Tengan un hermoso día mis Makis 💜
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