51. Los siete Potter
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Adhara miraba El Profeta mientras mordía su labio, nerviosa. No podía creer todo lo que estaba leyendo desde hace algunas horas. Dejó el periódico en la cama y vio a Dabih quien se encuentra durmiendo en su jaula, la cual mantiene su puerta abierta por si quiere cazar o ir en el encuentro de su amada Hedwig.
Se escuchó la puerta y levantó la cabeza para ver a su hermana Nymphadora, quien tiene una sonrisa.
—¿Estás lista para partir? —Adhara asintió y tomo su chaqueta, para caminar hacia su hermana.
—Sigo enojada contigo, ¿sabes? —Nymphadora rodó los ojos ante aquel comentario.
—Bueno, lo siento por no tener una boda muy bien planeada —Adhara puso los ojos en blanco.
—Al menos una carta o algo —musitó rodando los ojos.
—Perdón, Ad —se disculpó con una sonrisa triste.
Adhara movió su cabeza de manera dramática—. No te invitaré a mi boda, solo la verás por fotos —le dijo para después mostrar su lengua de manera infantil.
—Oh, cállate que yo seré la dama principal —aseguró dándole un codazo.
Llegaron a la sala donde Remus se encontraba hablando con Ted y Andrómeda, pero al ver a las hermanas bajar, los tres guardaron silencio y miraron a Adhara.
—¿Qué ocurre? —preguntó confundida ante aquel comportamiento.
—Adhara, Ojoloco cree conveniente que te quedes —habló su padre soltando un suspiro pesado.
—Que venga Ojoloco y me lo diga —dijo cruzándose de brazos un poco molesta.
—Adhara, cariño...
—¡Mamá tengo diecisiete años! —exclamó molesta—. Aparte, soy muy buena esquivando la maldición asesina —dijo con una sonrisilla burlona.
—Eso no da gracia, muchachita —señaló Ted molesto—. En serio, no es gracioso —repitió con voz entrecortad.
Adhara ladeo una mueca y se cruzó de brazos algo incomoda.
—Harry tendrá que llegar aquí para tomar el traslador —le comentó Remus—. Puedes irte con él y con Hagrid a la madriguera —propuso con calma, pero ella negó.
—No, señor —se cruzó de brazos mirando a los adultos.
Nymphadora carraspeo al ver a su hermana, la conocía muy bien; es terca y decidida. Es determinada y una vez que tenía una idea en mente se quedaba con eso hasta realizarlo.
—Má, técnicamente Adhara ya es una adulta...
—Pero vive en mi casa —señaló Andrómeda.
—Bien, Remus, Nymphadora, ahora vivo con ustedes —el hombre lobo tuvo que bajar la cabeza para que no se viera su sonrisa nerviosa en sus labios.
—Se nos hará tarde y Ojoloco se pondrá como loco —notó Nymphadora la hora en su reloj.
—Papá, mamá, tendré cuidado —ella beso a su madre y a su padre, ignorando sus palabras—. Ustedes lo sabían, en cuanto cumpliera los diecisiete años formaría parte de la Orden. Harry es... es mi amigo —susurró—, y... es-eso hacen los amigos —agregó apretando su mandíbula.
Se sintió tan raro decir la palabra amigo cuando estaba acostumbrado a llamarlo novio.
—Bien, pero tendrás cuidado —le pidió su padre, a lo que ella asintió.
No se habló más. Los tres integrantes de la orden salieron al jardín de la casa donde Andrómeda y Ted los veían. Remus estaba mirando las manecillas del reloj y entonces hizo una señal.
Los tres desaparecieron en un torbellino, apareciendo en un jardín diferente al suyo.
—¡Adhara!
—¡Hermione!
Ambas amigas se fundieron en un fuerte abrazo y besaron sus mejillas luciendo realmente felices de verse. Adhara tomó el rostro de Hermione con preocupación.
—¿Estas bien? ¿Todo bien? —preguntó cuál madre a su hija.
—Descuida Ad, estoy bien —aseguró ladeando una pequeña sonrisa.
Al separarse, saludo fugazmente a Ron y al grita frente a la puerta, ladeo una pequeña sonrisa al ver a Harry mirarle.
Todos comenzaron a abrazarlo y saludarlo con una sonrisa de alivio al por fin estar con él. Adhara sentía su corazón latir con tal rapidez que por un momento sentía que saldría de su pecho, pero eso no le impidió colgarse del cuello del chico y darle un fuerte abrazo.
Harry respiró aquel delicioso aroma frutal que lo vuelve loco y cerró sus ojos disfrutando de aquella esencia.
—¿Cómo te va, Potter? —preguntó al separarse de él.
—Bien, ¿y a ti, Tonks?
—Bien —respondió sonriendo un poco.
Ingresaron a la casa y tomaron asiento para escuchar las órdenes de Ojoloco. Adhara tomó asiento al lado de George, quien rápidamente le pregunto por Daphne.
—Mira, no soy su lechuza, pero ya sabes, hablamos de Daphne, se encuentra cada vez más loca —George soltó una risilla inocente.
—George me tiene harto. Piensa, sueña, respira por ella —rodó los ojos Fred—. Estoy bastante celoso —confesó.
—Oh, Fred, tu eres el número uno siempre —le recordó George provocando que Adhara sonriera.
—Basta de pláticas, ya tendremos tiempo para charlar —interrumpió Moody—. Harry, es momento de que sepas el plan.
Moody se encargó de ser detalló al explicar cómo es que lograría sacar a Harry de ahí, mediante el uso de transporte mágico tal como escobas, thestrals y la motocicleta de Hagrid. Adhara permanecía con un ojo en el chico para ver la reacción que tenía, ya que era obvio que la seguridad era debido a que Potter es aún menor de edad y cuenta con el detector.
Claro que mientras todos se encontraban ya al tanto del plan, Harry cuestionaba cada que podía las indicaciones del ex auror.
—Bien, ahora que ya estás enterado... —Moody sacó un frasco que parecía de barro.
—¡No! —exclamó Harry, comprendiendo que aquello se trataba de poción multijugos.
—Les dije que reaccionaría así —señaló Hermione.
—¡Sí creen que voy a dejar que seis personas arriesguen su vida...!
—... por qué es la primera para todos nosotros —interrumpió Ron.
—Esto es diferente, fingir ser yo —negó Harry.
—Bueno, a ninguno de nosotros le apetece mucho Harry —dijo Fred, seriamente—. Imagina que algo sale mal y nos quedamos flacos y huesudos para siempre.
Adhara negó rodando sus ojos.
—No podrán hacerlo si no coopero, necesitan que les dé algo de pelo.
—Bueno, ese el fallo del plan —dijo ahora George—. Obviamente no hay ninguna posibilidad de que todos nosotros consigamos un poco de pelo si no cooperas.
—Que gracia —ironizó Harry—, realmente gracioso.
—Ya —hablo Adhara quien tiene sus brazos cruzados—. Harry, no hay que complicar más esto. Todos somos mayores de edad y hemos accedido a esto —Harry desvió la mirada de Adhara. No podía resistirse a verla y mucho menos a darle la razón. Moody le hizo un ademan de manos para que consiga convencer al joven y acelerar el proceso—. No nos hagas hacerlo a la fuerza y por favor, acepta.
Hubo un momento de silencio, Harry suspiro.
—Es una locura —se quejó Harry.
—¿Una locura? Potter con Quien-Tú-Sabes allá afuera el mundo ya es una locura. Esto es para salvar tu pellejo. Con suerte y se tragaran el cebo de que serás trasladado hasta el treinta, pero tendría que estar loco si no tuviese a uno o dos mortífagos vigilándote, eso es lo que yo haría —gruño Ojoloco—. Nuestra única oportunidad es usar señuelos. Ni siquiera Quien-Tú-Sabes puede dividirse así mismo en siete.
Adhara y Hermione compartieron miradas.
—Ahora, algunos de tus cabellos, si te place —pidió Ojoloco.
Harry llevó una mano a su nuca mirando a Adhara, estaba inconforme en que la chica estuviera ahí, dispuesta a convertirse en él.
—Con una condición —todos los miraron y señalo a Adhara—. Tú no vas —un momento de silencio y Adhara se puso tan roja como el cabello de los Weasley.
—No eres quien para decirme que sí y que no puedo hacer —gruño un poco molesta.
—Adhara por favor —murmuró Harry, el arranco un poco de cabello de su nuca y jadeo, antes de dejarlos caer miro a Ojoloco, implorando que le hiciera caso.
—No hay marcha atrás, ella es mayor de edad y nadie puede impedírselo —Harry molesto, dejo caer los cabellos en la poción que pronto comenzó a humear.
Harry miró a Adhara un poco molesto, pero ella desvió su mirada a Ojoloco, que está mirando la poción.
—Falsos Potter, alinéense por favor.
Ron, Hermione, Adhara, George, Fred y Juniper se alinearon.
—Siempre quise probar la poción multijugos —confesó Juniper en un susurro a Adhara, intentando relajar la tensión.
—Recuerden, cualquier mortífago del que huyamos apuntará para capturar a Potter, no para matarle. Dumbledore siempre dijo que Quien-Tú-Sabes querría acabar con Potter en persona. Serán los protectores los que más tengan que preocuparse, los mortífagos querrán matarlos.
Adhara miro un poco a Nymphadora, quien sostiene la mano de Remus, ambos se ven bastante tranquilos en realidad.
—Todos juntos —pidió Ojoloco entregándoles un vaso con poción.
Adhara bebió con asco del líquido de la poción, hizo muecas y tosió un poco. Pronto, sintió como se estiraba unos centímetros, su pelo terminó por quedar corto y tocó su piel soltando una risita.
Era tan extraño estar fingiendo ser su ex novio.
Miro a los seis Potter y soltó una risilla divertida.
—¡Somos idénticos! —exclamaron los gemelos Weasley.
—Adhara debe estar en un paraíso —bromeo George.
Ella le dio un golpe sintiendo un sonrojo, solo uno de los Potter's la miraba de forma desaprobatoria y se trataba del Harry original.
—Aquí hay ropa que les quedará a la medida y seis pares de anteojos.
Harry miró un poco cohibido al ver como todos se deshacían de su ropa, como si no les importara.
—Ajá, no tienes ningún tatuaje, ya me daba que Adhara mentía —dijo Ron tocando su pecho.
Nymphadora trato de buscar a su hermana, a quien encontró al verla tan sonrojada colocándose una camisa.
—Merlín, Harry, sí que estás ciego —susurró Hermione.
—Bien, entonces, yo me llevaré a la señorita Tonks conmigo en escoba, ¿eso te calma muchacho? —dijo Ojoloco viendo a Harry original, el levanto un poco los hombros y Adhara se acercó al ex auror—. Arthur y Fred...
—Soy George —dijo al gemelo que Moody estaba señalando—. ¿Ni siquiera cuando soy Harry puedes diferenciarnos?
—Lo siento, George...
—Solo me quedaba con tu varita, en realidad soy Fred.
—¡Ya basta de liarla! —exclamó Moody—. El otro... George... o Fred, o quienquiera que seas con Remus. La señorita Juniper...
—Llevaré a Juni en thestral —dijo Bill, a lo que Juniper se cruzó de brazos luciendo inconforme—. Alguien tuvo un accidente en escoba y no puede montar una en tres meses.
—¿Quién habrá sido? —preguntó Juniper suspirando pesadamente.
—La señorita Granger irá con Kingsley, de nuevo thestral —Hermione sonrió un tanto aliviada.
—¡Lo que nos deja a ti y a mi juntos Ron! —dijo Nymphadora.
—Y tú irás conmigo Harry —informó Hagrid.
Ojoloco puso una mano en el hombro de Adhara y se inclinó para susurrarle.
—Potter tiene un buen motivo por el cual no vayas esta noche —comentó haciendo que Adhara deje de prestar atención a lo que Hagrid le dice a Harry—. Mira, Hermione y Ron me han comentado que eres un animaga ilegal, descuida no te voy a reprimir —aseguró—, pero escúchame bien Adhara —pidió inclinando su cabeza para hablar en voz más baja—. Si algo llega a suceder, quiero que te transformes y vueles hasta llegar a la casa y tomar el traslador, ¿entendido? —Adhara asintió lentamente con su cabeza—. Promételo.
—Lo prometo.
—Moody, es hora —informó Remus.
Junto salieron al jardín.Adhara vio a Harry sentarse en el sidecar de la moto y trato de no sonreír mucho porque se veía realmente adorable. Se montó en la escoba sosteniéndose de los anchos hombros de Moody.
—Tenemos que salir al mismo tiempo —informó el ex auror. La moto que anteriormente era de Sirius rugió cual dragón, Adhara sintió un dolor en su estómago y miró a Harry, quien no ha dejado de verla—. Una... dos... ¡tres!
Adhara tomó con fuerza los hombros de Moody mientras volaban con rapidez, guiando a los demás en la orden. Vio a su lado izquierdo a Bill volando siendo abrazado por Juniper. Privet Drive se veía demasiado pequeño a la altura en la que iban.
Y aunque todo pintaba bien, salidos de la nada, treinta figuras encapuchados los rodearon en escobas.
—¡Sujétate! —exclamó Moody maniobrando en la escoba, Adhara sacó su varita y apuntó a uno de los encapuchados.
—¡Incarcerous! —un encapuchado terminó atado fuertemente en cuerdas y comenzó a caer rápidamente.
—¡Bien hecho, hija! —le animó mientras el también lanzaba una maldición—. ¡No mires atrás! —le ordenó al ver como trataba de girar—. ¡Sin miedo a matar!
Adhara sintió su piel erizarse. No estaba lista para matar, ¿acaso alguien nace listo para matar?
Se escuchaban gritos y maldiciones. Adhara solo quería no pensar en que su hermana o sus amigos pudiesen estar en problemas, en realidad, se sentía bastante segura con Ojoloco.
Aunque tenían al menos una docena de mortífagos detrás de ellos.
—¡Desmaius! ¡Protego! —exclamó al mismo tiempo Adhara, alejando una maldición que se dirigía hacia ellos.
Sentía su brazo congelarse, pero eso no le importaba, tenía que mantenerse a salvo.
Pero entonces, Adhara sintió como la escoba era sostenida por alguien, sintió su piel erizarse al ver a Voldemort frente a ellos.
Y no, Voldemort no estaba en escoba como los demás mortífagos, él estaba volando.
Lo más curioso de todos, es que Lord Voldemort no sintió ninguna conexión con el Harry que tenía frente a él.
—¡Sujétate! —le dijo al momento que giraba para alejarse del mago tenebroso—. ¡Avada Kedavra! —uno de los mortífagos que volaba del otro lado cayó rápidamente en cuanto la maldición asesina le golpeó el pecho.
—¡Avada Kedavra! —fue la voz de Voldemort la que se escuchó lanzando aquella maldición.
—¡NO! —Adhara soltó un grito agudo al ver como la maldición asesina pegaba de golpe en la cara de Ojoloco Moody y la escoba comenzaba a caer perdiendo el equilibrio.
Estaba cayendo y no podía hacer nada para evitarlo. No podía sostener la escoba y eso le frustraba. Sintió sus ojos arder y se transformó en mariposa al tiempo en el que Moody caía aún en la escoba.
Vio a Lord Voldemort que voló cerca de ella antes de desaparecerse y Adhara siguió volando, siguiendo el camino junto con los demás y escuchando las maldiciones y hechizos que atacaban a los mortífagos y a la Orden.
Pero pronto, la pequeña mariposa se vio rodeada por dos mortífagos uno de cada lado. Cayó en picada con rapidez hacia el bosque tratando de perderse entre los frondosos árboles y quedó escondida, viendo como los mortífagos se cansaban de buscarla, ya que siendo de tamaño relativamente pequeño era casi imposible verla debido a la falta de luz.
Comenzó a volar hacia la tierra, se transformó nuevamente y se acercó al cuerpo Ojoloco. Tomó la escoba en su mano y sollozo sin poder impedirlo.
—Lo siento, lo siento —susurró limpiando sus lágrimas y escondiendo el cuerpo del mago entre los arbustos.
Se transformó nuevamente en mariposa y comenzó a volar sin elevarse, quería mantenerse cerca de la tierra, pero permanecía alerta ante cualquier ruido.
Era cansado, sí. Sentía que llevaba horas volando, pero cuando menos lo espero, vio a lo lejos su destino: la casa de Ojoloco Moody.
Entró por una de las ventanas y se transformó nuevamente mirando a su alrededor, el traslador se había desaparecido ya, por lo que tendría que llegar a la madriguera volando.
Salió nuevamente para comenzar a volar, pasaba entre los árboles y lo hacía tan rápido como nunca antes. Al llegar a los setos que cubrían la madriguera se transformó nuevamente en humana, salvo que ahora ya no era Harry, era solamente Adhara.
Comenzó a correr rápidamente, salió de los setos y siguió sin parar a la madriguera, donde estaban Remus, su hermana, Harry y Hermione afuera de la casa.
Quería correr a Harry y darle un fuerte abrazo al ver que se encontraba bien, Pero entonces, las varitas de Remus y Nymphadora la apuntaron.
Adhara paró en seco. Vio salir a Bill y Arthur de la casa y trago saliva al ver las dos varitas apuntándole, como si fuese la culpable de todo. Por instinto levantó las manos.
—Nos han traicionado esta noche —dijo Remus.
—Si claro, me encantaría ver a Harry muerto —ironizó sin poder evitarlo.
—¿Qué fue lo que nos prometimos la noche del Mundial de Quidditch? —preguntó Nymphadora, su mano está temblando mientras apunta a su hermanita.
Los labios de Adhara temblaron. Harry simplemente estaba resistiendo las ganas de correr a abrazarla.
—Nos prometimos que si llegamos a tener hijas nunca les pondremos nuestros nombres —Nymphadora sonrió y bajó su varita para abrazar a su hermana.
—Lo siento Adhara, Bill y Juniper vieron cómo mataban a Ojoloco y después tú habías desaparecido —explicó Remus tomando el hombro de la chica.
—Lo sé —murmuró sintiendo su garganta arder—. Yo, tenía que desaparecer —dijo en voz baja.
Harry miró a Adhara aliviado.
—¿Están todos bien? —preguntó caminando hacia el interior de la casa.
—George está herido, ha perdido una oreja —comentó Hermione tomando el brazo de Adhara.
—¡Adhara! ¿Es ella en realidad? —preguntó ilusionada la señora Weasley.
Adhara asintió aun aturdida—. ¿Qué ha pasado? —preguntó Bill a la chica.
—N-nos acorralaron al menos una docena de mortífagos —relató con un dolor en su garganta—. Íbamos bien, pero entonces uno de ellos me estaba por atacar y Ojoloco lo mató y... Voldemort, e-él de se apareció —miró sus manos, nerviosa, Nymphadora está acariciando su espalda mientras solloza en silencio—. La maldición golpeó a Ojoloco en el rostro, pa-para protegerme y... —no pudo terminar por que sus labios volvieron a temblar y sus ojos se cristalizaron.
Nymphadora abrazó a su hermanita y Adhara se abrazo de la metamorfomaga que se encuentra sollozando. Ella estaba consiente lo mucho que su hermana admiraba al ex auror, él había sido su mentor y le había tenido fe cuando muchos no lo habían hecho. Se escucharon algunos vasos volar y ambas hermanas se separaron. Una botella de Whiskey de Fuego comenzó a servir del líquido en los vasos y todos tomaron uno.
—Por Ojoloco Moody.
—Por Ojoloco Moody.
—Por Ojoloco Moody —dijo Harry un poco tarde.
Miró a Adhara, quien tiene su vista fija en el líquido.
—Adhara, ¿por qué te desapareciste? —preguntó Remus con curiosidad. Nymphadora gruño molesta.
—¿Estás dudando de mi hermanita, Remus? —inquirió cruzándose de brazos.
—Basta —pidió con lágrimas en los ojos Adhara—. No peleen, quedé con Ojoloco de hacerlo... no me desaparecí, seguí con ustedes —comentó dejando el vaso.
Remus frunció el ceño al escuchar eso. Adhara soltó un suspiro pesado y se transformó en mariposa. Los presentes la vieron asombrados, a excepción del trío y de Ginny, quienes estaban acostumbrados al verla en su forma animada.
Volvió a transformarse y tallo sus ojos.
—Por si te interesa saberlo, Remus, Voldemort se dio cuenta y me siguió. Mando a dos mortífagos a acorralarme y me salve escondiéndome en el bosque —dio un trago de whiskey de fuego y dejó el vaso con delicadeza. Se cruzó de brazos y con su puño limpio sus lágrimas—. Fui por el cuerpo de Moody, pero recordé sus palabras y cuando llegué había perdido el traslador. Vine volando, no tenía caso traerme la escoba —explicó.
Hubo un momento de silencio y Remus soltó un suspiro pesado.
—Lo siento —murmuró.
Harry permaneció en silencio—. Yo confío en todos ustedes —dijo mirándoles—, y espero que entre ustedes también haya confianza.
Adhara miro a los ojos de Harry. Aquellos lindos ojos verdes se vieron cristalizados al ver a la chica soltar una lágrima.
—Debemos de ir por el cuerpo de Ojoloco —dijo Bill.
—¿Ahora? —preguntó la señora Weasley.
—Sí, antes de que lo hagan los mortífagos —asintió su hijo.
—Yo sé dónde está —murmuró Adhara—. Lo escondí entre unos arbustos.
—Bien, indícanos por donde, te quedarás aquí —le dijo Remus.
Adhara no replicó. Camino hacia afuera de la madriguera para explicarle a Remus y Bill donde había caído el cuerpo de Ojoloco. Se abrazó a sí misma y entonces lentamente camino hacia el thestral que estaba olfateando los grandes setos. Estiro un poco su mano y el animal se dejó acariciar por la bruja.
—¿Por qué todos les temen? —susurró al thestral—. Creo que eres... adorable —confesó sonriendo un poco.
Harry miraba a Adhara desde la puerta, pero no pudo acercarse a ella, sabía que no debía hacerlo.
Por más que quisiera abrazarla y besarla, sin importarle que los vieran, no logro hacerlo y era por su bien.
Nota de autora:
¡Que onda! Debo confesarles que esta fanfic la tengo terminada desde junio del año pasado (comencé a escribirla en abril de hace ya casi un año) y bueh, tengo de que todos los caps aquí ya en Wattpad y yo JURABA que para esta parte nadie estaría leyendo bc son muchos capítulos y bueh, pues quedé bc a ustedes si les gusta, ah.
Nos leemos pronto, pequeñes mariposas 🦋
Lots of love, Cici x
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