Jihyo termina de arreglar algunos detalles del pastel de cumpleaños y sonríe de satisfacción.

—¡Jihyo!—grita Dahyun mientras entra a la cocina.—¡Guau! Si que se nota tu esfuerzo.—halaga.

—No es la gran cosa.—responde Jihyo mientras voltea sus ojos.

—Cambiando de tema...—comienza a decir Dahyun.—¿Encontraste una cita para la boda de Jeongyeon?—pregunta ella.

—Aún no, creo que iré sola.—responde Jihyo y comienza a ordenar los materiales que había utilizado para hacer el pastel.

—Yo puedo ayudarte.—recomienda Dahyun y ayuda Jihyo a recoger los materiales.

—No tienes porque hacerlo.

—¡Por favor! No soportaría que fingieras estar bien, mientras la mujer a la que amas se casa.—dice Dahyun enojada.—Simplemente...—ella traga y decide quedarse en silencio. Jihyo trata de no profundizar en el tema y se dirige a lavar sus manos.

—No me importa si estaré sola, solo apreciaré que ella esté feliz.—le deja en claro a su amiga.

—Jihyo—Dahyun suspira y la abraza.—Tienes un buen corazón, no mereces sufrir más.

Habían pasado siete horas de trabajo, Jihyo siempre se quedaba hasta tarde para cuadrar las cuentas y de una vez preparar su especialidad: galletas de jengibres. Prepara el glaseado de crema color rosado y va decorando la galleta con mucho cuidado. ¡Ama hacer esto! se siente tan feliz, Jihyo considera que su trabajo es un escape para sus problemas.
La mayor pensaba en cómo prepararse para la boda de su ex amada Tzuyu, ella pronto se casaría y sin duda Jihyo quiere preparar el mejor pastel de bodas.

—Mañana será un largo día.—susurra.

En ese instante, Jihyo recuerda la perfecta boda con la que su ex amada sueña, una tarde en la playa y disfrutando de una gran fiesta entre medio del sonido de gaviotas y olas.

La campana de su repostería suena, Jihyo levanta un poco su cabeza y observa hacia la puerta. Coloca la galleta junto a la crema y las dejas sobre la mesa. Se dirige a ver, la puerta de la tienda se encuentra abierta y puede sentir la fuerte brisa entrando al lugar. Mira hacia todo lados con la malicia de que haya entrado un ladrón, cierra la puerta y coloca el letrero de "CLOSED". Se dirige a la pequeña sala de vigilancia y comprueba que nadie estuviera en la repostería.

Una vez asegura todo, vuelve a su lugar de trabajo, frente a las galletas de jengibre y a la crema se encuentra algo cubierto de harina. Jihyo observa con curiosidad y agarra aquel pedazo de cartón duro, lo sacude y sopla par de veces.

—¿Qué hace esto aquí?—se pregunta.—Libro de recetas mágicas.—lee, abre el viejo libro y se dirige a leer el índice.—¿Pastel de papaya para una aventura inolvidable?...—comienza a leer—pastel de frutas del amor, donas rellenas de buen humor.—pasa la página.—pastel de queso para curar la depresión página 348.—Jihyo permanece en silencio y observa aquel libro extrañada. Se dirige a buscar la página donde se encuentra la receta para curar su depresión. —Un poco de coco para que piensen que por ser feliz estás loco, una pizca de azúcar...—Jihyo lee en voz alta y anota la receta en la palma de su mano.

De repente algo extraño comienza a suceder, las páginas del libro se mueven rápidamente, pasando de una en una. Jihyo tira el libro sobre la mesa y observa confundida hacia todos lados, en su lugar de trabajo no hace nada de viento. El libro se detuvo en una página, Jihyo se acerca despacio.

—Prepara a tu pareja ideal...—lee el título de la receta—Chica de jengibre.

Receta:
1. Prepara una lista de las cualidades que más admiras de una persona y compáralas con cada ingrediente que vayas a utilizar.

2. Mucha azúcar, para que endulce ese triste y roto corazón, pero ¡cuidado! No tanto porqué te puede dar diabetes.

3. Toque final; una lágrima de desamor.

Jihyo comienza a escribir, ésta ríe, es tan absurdo si lo intenta, es obvio que no tendrá a su chica de jengibre. Busca un tazón junto a los ingredientes y los coloca sobre la mesa.

—Un poco de azúcar morena, para sus ojos color marrón brillante...—comienza a decir—una gota de miel para el sabor de sus labios, una deliciosa y fresca fresa, para que muestre seguridad y belleza...–agrega cada ingrediente al tazón.—una pizca de limón en polvo para que se dé cuenta de nuestra realidad...—hace una pausa—dos hojas de vainilla para que siempre sonría, una pizca de canela para su ternura...—Jihyo observa todos los ingredientes, pero faltaba algo.—y una gota de naranja para que sea un poquito torpe.—Jihyo intenta colocar un poco, pero el frasco se abre por completo y derrama toda la poción.—¡Oops! No creo que eso sea un gran problema.—finaliza de decir y comienza a mezclar los ingredientes.