𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟎𝟏
Maise despertaba entusiasmada, amaba escuchar los cantos del gallo cerca de su ventana, el olor de la naturaleza le traía paz y le hacía sentir plena, amaba el campo, el olor a tierra mojada y como esta se volvía onda al punto de enterrar sus pies y mancharlos.
Hoy era un día muy feliz para ella, montar a caballo era su pasatiempo favorito y más si era con su hermano adoptivo, Min Yoongi. Aquel pálido le hacía ver lo gracioso y la amargura de la vida, le daba tanta ternura por como sus ojos se asemejaban a los de un lindo gatito blanco.
—¡Ven a desayunar hija, tu hermano te espera!—grita su madre.
—¡Voy mamá!—responde.
De inmediato baja de su cama y estira su cuerpo, escuhando como sus huesos truenan, sintiéndose relajada.
Toma sus pantuflas de Bob Esponja y sale de su cuarto dirigiéndose a la sala donde estaba su hermano y madre, acompañados de Back, su hermoso Husky.
—Te tardas demasiado enana, no sé qué tanto haces.—exclama Yoongi, dándole un sorbo a su té.
—Eso es porque duermo mis 8 horas correspondientes, envidioso.—respondió, sacándole la lengua, recibiendo un golpe en la mano por parte de su madre.
El castaño reía divertido por hacer enojar a su hermana.
—Por cierto...—comenta este, llamando la atención de ambas mujeres. —el señor Jeon me informó que tienen unos problemas en su empresa.
—Oh por Dios...
—No dió detalles de como pasó pero avisó que mandaría a alguien para ver cómo va la empresa de aquí y monitorear los trabajos de la Hacienda.
—Espero sepa cómo se maneja una aquella persona.
—No empieces enana, esto es para apoyarlo.
—Solo espero no sea como aquellos riquillos que se sienten dueños del universo. —Maise sonrió forzadamente y observó a su mascota venir hacia ella.
—Debes entender que juzgar a las personas sin aún conocerlas, está muy mal hija. Yo no te eduqué así. —recriminó su madre para después colocar su desayuno frente a ella.
Margarita era una mujer honorable y admirable, desde que su esposo falleció cuando Maise tenía 17 años, supo cuidar más de su familia y sacarlos adelante, con ayuda del señor Jeon, un viejo amigo de su esposo.
—Ya no quiero escuchar quejas ni nada por el estilo, así que desayunemos tranquilamente y después vayan a donde tengan que ir.
—Si madre. —respondieron ambos hermanos al unísono.
🤠🐎
Jungkook veía por la ventanilla del avión los terrenos de aquel lugar, era algo que le encantaba puesto que él era muy perfeccionista y ver cómo aquellas tierras se veían bien de acuerdo a cada hectárea y la mínima separación, lo hacía ver espectácular desde aquella altura.
Había venido a México con el propósito de velar por la empresa de su abuelo, no quería que quedara en bancarrota como la de Seúl, tener que lidiar con el pésimo negocio que estaba por hacerse y haya fracasado, pegó en su ego.
Estaba aferrado a que conseguiría su propósito con aquellos empresarios, sin embargo, todo había sido en vano, incluso pensaba que no le podía ir peor cuando de regreso al departamento, esperaba encontrar a su prometida para que lo ayudara a poder estar tranquilo, pero fue como un balde de agua fría al verla desnuda y cabalgando a su mejor amigo Eunwoo en su sofá.
Tan sólo recordarlo lo hacia sentir repugnancia hacia la pelirroja.
Su teléfono vibró y lo tomó para verificar quién era, pero al ver el nombre de Jiwon, sintió un sabor amargo y apretó el móvil con fuerza, deseando poder sacar su dolor.
Kang Jiwon aparentaba ser una mujer dulce y próspera, pero todo se había ido al carajo por su infidelidad.
—¡Pasajeros, en 10 minutos aterrizamos!.
Observó la ventanilla del avión y admiró desde aquella altura el paisaje que brindaba Guadalajara, su padre había sido claro que al llegar al aeropuerto tendría que estar en el centro de la ciudad para esperar a las personas que irían por él.
Anteriormente había venido con sus padres, pero los años pasaron rápidamente y era obvio que no sería lo mismo. Las cosas habrían cambiado, lo cual lo hacían sentir nervioso al no saber a qué lugar ir.
Tomó su teléfono viendo la hora, las horas en el avión lo ayudaron a relajar un poco su mente y olvidarse de todo lo que pudiera atormentarlo.
Después de todo, valía la pena estar en el campo.
🤠🐎
La castaña veía el lago mientras acariciaba el pelo de su caballo, su hermano había dicho que tenía que dejar a su caballo para tomar su camioneta e ir por la persona que estaría a cargo de la hacienda y lo de la empresa de vinos y licores.
—Amo esto Spirit, vivir al aire libre sin escuchar ruidos de autos o personas caminando de un lado a otro con prisas. —exclamó mientras se acercaba a la orilla del lugar.
Maise había estudiado para enología para poder ayudar al señor Jeon con el cultivo y la venta de estos. Era algo que le apasionaba hacer y ver que cada cultivo salía a la perfección sin ningún tipo de afección, lo hacía tan emocionante en su vida.
—¡Maise! Ve a dejar al caballo, vendrás conmigo. —dijo Yoongi quien apareció detrás de ella mientras iba en la camioneta.
—Deja de llegar así de la nada, me asustas imbécil.
—Sólo apurate, ¿quieres? Tengo que ver algunos asuntos de los vinos y la transportación de estos a Estados Unidos.
Maise asintió y tomó a su caballo, subió al animal y fue directo a los establos para guardarlo ahí, una vez que llegó y dejó a su caballo, subió a la camioneta y emprendió viaje junto a su hermano en busca de Jungkook.
🤠🐎
Jungkook hablaba con su padre mientras veía meticulosamente a su alrededor, tenía desconfianza por las personas que no dejaban de mirarlo de arriba a abajo, no sabía si era por como iba vestido o si era por su belleza.
—Papá, ya he escuchado tantas veces lo mismo, haré lo posible por arreglar la empresa de Seúl.
—Quiero que escuches cada indicación que te dé mi ahijada y su hermano, ellos igual son socios mayoritarios de la empresa junto a la hacienda y las demás fábricas.
—Lo sé, sé cuanto los adoras pero estoy desesperado, no veo a nadie por ningún lado y la gente no deja de mirarme.
Una camioneta blindada aparcó frente a él, casi cerca de sus pies, Jungkook no entendía nada, su mente había quedado en blanco e imaginaba que lo raptarían y jamás llegaría a su destino.
Yoongi observó al chico, tenía entendido que era él por la foto que le había mandado el señor Jeon, mientras tanto, Maise lo observaba burlona por la cara que este tenía.
—Es él, la descripción de tu padrino es exacta a la de este chico.
—Pues baja a ver, tiene una cara de susto. —comentó para reírse de Jungkook.
Su hermano bajó del auto y se acercó al pelinegro que de inmediato se sintió aliviado, pues Yoongi era de su misma nacionalidad y podía entenderlo perfectamente, hablaba poco español, así que necesitaba a alguien que hablara igual que él.
—Gracias por llegar a tiempo, ¿eres la persona que mandó mi padre?
—Si, soy Yoongi Lovera, tu debes ser Jeon Jungkook, ¿no?
—Si, soy yo.
Yoongi sonrió forzadamente y asintió, le indicó que subiera a la camioneta no sin antes subir sus maletas y acomodarlas un poco, una vez listo, subió a la parte trasera, pero al levantar su mirada, vió a una hermosa castaña mirarla con el ceño fruncido.
—Así que tu eres el nuevo empleado. —Jungkook no respondió tan sólo quedó embobado admirando su rostro. —Oye Yoongi, ¿qué le dijiste para que me mirara así?
—No lo sé, está ¿extraño?, solo déjalo tranquilo, ha de estar cansado del viaje supongo.
—Bueno, espero sirva de algo al menos.
Jungkook ignoraba como los hermanos peleaban entre sí, aunque no era una pelea exagerada por precaución, su mente estaba en un trance y es que ver a Maise le había encantado de alguna manera, incluso se le hacía extraño que el tal Yoongi tuviera un apellido que no fuera coreano, después de todo, buscaría la manera de saber más de ellos y conocerlos a cada uno, en especial a la castaña que veía la ventanilla con atención después de dejar de pelear con su hermano.
¡Hola! Espero les guste el primer capítulo de esta nueva historia, no pienso hacerla de muchos capítulos, así que la terminaré cuanto antes.
Nos leemos pronto y no olviden dejar sus comentarios para saber que tal les parece.
Nos leemos pronto 🥰
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