"La menta del chocolate caliente." Delilah tarareaba sentada en las escaleras del porche mirando hacia la calle en la que vivían los Potter. Otras familias de magos saliendo a ver caer la primera nevada.

Remus se acercó a su hermana y apoyó la cabeza en su hombro, su propia taza en sus manos calentaba la sensación de frío. "¿Deli?"m

"¿Hm?"

"James pidió mi bendición".

"¿En matrimonio?" Delilah se rió entre dientes.

"Me preguntó si estaba bien que te persiguiera, no quiere lastimarte".

Delilah miró su taza sintiendo caer una sola lágrima, tomo su taza. "No soy una niña frágil".

"Lo sé, pero has pasado por mucho y él solo quiere asegurarse de que estés bien".

"No creo que alguna vez me vaya a sentir bien. Pero está bien porque puede que no esté bien, pero eso no me impide ser feliz, sé que James nunca me lastimaría intencionalmente, lo sé porque yo, lo he conocido la misma cantidad de tiempo que tú, pero necesito tiempo conmigo misma".

"Lo sé y el estaba preguntando por el futuro, pero quiero que sepas que si terminas con alguien, quiero que sea alguien que te trate como si valieras más que el oro".

"Gracias Re".

"No es nada, en otra nota, es Navidad, así que te compré esto". Remus le tendió una caja negra con una cinta dorada y se la entregó a la chica.

Delilah tomó la caja y la abrió para encontrar un anillo que coincidía con el que llevaba Remus.

"Podría amar a Sirius de una manera loca que me hace preguntarme si alguna vez amé a alguien antes, pero De, te he amado desde que estábamos en el vientre de mamá, eres mi persona, mi otra mitad y si no tuviera a Sirius, estaría bien porque te tengo a ti".

"Te amo Remus". Delilah sonrió mientras abrazaba a su hermano gemelo.

"Yo también te amo De".

"Solo te compré un libro".

Remus soltó una risita suave mientras sostenía a la chica un poco más fuerte, "Me encanta ese maldito libro". Delilah se rió suavemente de vuelta.

☆☽︎

Esa noche Delilah no fue a su propia habitación, por alguna razón cuando fue a abrir la puerta no se sentía bien. Dejó que su cuerpo tomara el control y la guiara por el pasillo.

En lugar de eso, encontró la habitación de James y asintió suavemente antes de entrar, James estaba en su tocador vestido solo con pantalones de pijama, mientras elegía una camiseta. A Delilah se le cortó la respiración al ver que se sentía deprimida cuando se puso la camiseta.

"Deli ¿A qué le debo este placer?" James se burló.

"No lo sé, supongo que simplemente no tenía ganas de estar sola". Se sentó en su silla en la esquina de la habitación y cogió un libro de la mesita de noche. Quidditch a través de las edades. Ella no estaba sorprendida.

James se sintió mareado con ella en su habitación mientras la miraba levantarse de la silla y mirar alrededor. No sabía por qué esto lo hacía feliz y un sentimiento cálido se desarrolló en su pecho.

Delilah caminó por su habitación, agitando cosas, mirando libros y lanzando cosas al aire y atrapándolos hasta que se dirigió a su cama y se dejó caer junto a él.

"Me encanta tu habitación, la mía en la casa de mi papá era simplemente púrpura. Todo púrpura porque mi mamá quería que fuera rosa como un color genérico para niñas, pero me negué y me conformé con el púrpura".

"¿Qué color querías?".

"Honestamente, no lo sé. No tengo un color favorito".

"¿Porque?".

"Porque tendría que elegir uno específico. No podría decir verde porque no me gusta el verde vómito, así que tendría que decir... verde bosque o de plantas, pero hay tantos colores increíbles, pero al parecer yo no puedo decidir cuál es mi favorito".

"Respuesta compleja".

Delilah soltó una carcajada cayendo contra la cabecera. "¿Cuál es tu color favorito?".

"¿Eso es siquiera una pregunta?" James sonrió cuando Delilah puso los ojos en blanco. "Rojo."

"¿De verdad?".

"Sí."

"En la poción de amortintia, nunca decías lo que olías".

"¿Cómo recuerdas que eso fue hace casi tres años?".

"Siempre te he prestado atención aunque no lo hayas visto", James dejó caer la cabeza hacia un lado. "La poción me hizo verte de una manera que no eras la hermana pequeña de Remus, nunca olí a Lily. No creo que me gustara después del primer año porque no la extrañé durante el verano, Deli, te olí. La poción te irradió".

"Yo olí, loción para después del afeitado y colonia, olí lluvia fresca y galletas, olí el campo de quidditch y el pulidor de palos de escoba. James, te olí, porque para mí siempre has sido tú".

"Siempre has sido tú para mí también Deli, estaba demasiado ciego para verlo... literalmente".

Los dos rieron.

"Lo siento, te estoy haciendo esperar".

"He esperado toda mi vida por ti, puedo esperar un poco más". James sonrió. "Valdrá la pena".

Y esa afirmación no podría haber sido más cierta. Merecería la pena.