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Con una rapidez impresionante la chica había cambiado su ropa de trabajo por un pijama holgado, bajando a la sala común mientras frotaba su nariz y mejillas, dando así un tinte carmesí a estos, lo cual daba la ilusión de que estaba resfriada, con pesadez medianamente fingida ella comenzó a arrastras sus pasos, bostezando y observando al chico que se encontraba esperándola, sentado en uno de los sofás frente al televisor.

―Sakura, ¿Qué pasó? ― dijo ella, rompiendo el tono de su voz para que pareciera que tenía cierto malestar realmente inexistente en su garganta.

El chico perteneciente a la clase 2-A se levantó rápidamente de su asiento, se veía ciertamente preocupado: ― ¿Izuku? ¿Sucede algo? ― dijo ella, colocando sus manos en sus mejillas como si se estuviera tomando la temperatura a sí misma.

Nervioso, el pecoso se acercó a la azabache, rascando la parte de atrás de su cabeza mientras un ligero sonrojo se teñía en sus mejillas: ― Yo quería invitarte a salir con mis amigos, si acaso querías, ya sabes nunca está de más hacer amigos nuevos y tú eres realmente una buena persona… No digo que mis amigos no lo sean, ellos son buenas personas, no más que tú, quiero decir, em, todos son muy buenas personas, me daba algo de vergüenza invitarte y que pensaras que está mal, porque… tú eres una chica… ¡No digo que ser chica este mal! Las chicas son geniales, tengo dos amigas cercanas que también son chicas, pero, me es complicado hablar con chicas lindas, ¡No es que mis amigas no sean lindas! Es que tú eres realmente muy linda. ― Comenzó a balbucear el, desviando la mirada y sonrojándose con cada palabra que decía.

La de orbes ónix soltó una risa sonora, sincera a diferencia de las anteriores, el nerviosismo del chico le parecía algo realmente divertido, claro, teniendo en cuenta lo imponente que se vería si tuviera un rostro algo más serio, cosa que sería una perdida para la humanidad, después de todo ella creía que el peliverde frente a ella era un ángel: ― Vale, tengo que decirlo, eres muy tierno, Izuku, me encantaría salir contigo y tus amigos cualquier otro día. ― ella le dio una gran y brillante sonrisa al peliverde, cuyo rostro se enrojeció aún más.

―¿Qué es esto? ― dijo uno de los compañeros de la azabache, observándola sonreír mientras se sonrojaba.

―Se siente tan… ― comenzó a decir el chico nuevo, siendo seguido de sus demás compañeros.

―Bien. ― dijeron todos los hombres de la clase c de segundo, sonriendo mientras que un aura brillante emanaba de todos ellos.

Por su parte la mayoría de las femeninas se cuestionaban a sí mismas si realmente eran heterosexuales: ― Si, Bipower. ― dijo Sakura, con un semblante relajado y una media sonrisa, siendo apoyada por Inuko, la cual sonreía.

―Entonces será para la próxima. ― dijo Izuku, casi en un susurro, admirando a belleza de la más baja. ― Puedo quedarme un rato si quieres, a hacerte compañía, ayudarte. Se lo horrible que puede ser un resfriado.

La chica mordió su labio inferior, pasando una mano por debajo de su camisa y tocando el lugar en donde anteriormente había una bala: ― no te preocupes, Izuku, no quiero que llegues tarde a tu salida con tus amigos. Si quieres podemos hablar más tarde por llamada. ― ella observó directamente al de cabellos rizados, haciendo que este notara más fácilmente lo enrojecido que se encontraba el rostro de la más baja. ― Puedes pedirle mi número a Kaminari.

Sakura soltó un jadeo, horrorizada, aún estaba resentida con el mencionado rubio por tan solo obtener el número de la azabache en un día y ahora aquel peliverde simplemente había obtenido su permiso para tomarlo de un amigo: ― El horror. ― dijo la rubia, observando al peliverde despedirse de la azabache.

Aizawa comenzó a mover su pierna de arriba abajo, confundido ante lo que le había ocurrido en estos días, después de todo estaba teniendo una clase de “síndrome de abstinencia” teniendo como adicción arrebatada el cuerpo de la chica azabache con la que había tenido relaciones un mes atrás, el hombre no lograba sacarse a aquella chica de la cabeza, por alguna extraña razón, era cada vez más difícil hacer que se difuminara el recuerdo de aquella noche.

Y fue allí cuando al verla su corazón se detuvo, observándola caminar mientras era acompañada por dos chicas que, para él, no eran importantes, sin embargo, su entusiasmo se disipó al notar que aquella hermosa chica llevaba el uniforme de UA, siendo esta una estudiante mientras que, por su parte, él era un maestro: ― Mierda. ― susurró el entre dientes, observando como un efusivo Denki se acercaba a la azabache, abrazándola por los hombros mientras ella le sonreía.

El entrecejo del azabache se frunció aún más mientras observaba como Denki acercaba su cuerpo al de la chica: ― Debo estar loco. ― el hombre se fue del lugar, decidido a hablar con aquella chica de orbes ónix a solas.

Por su parte la chica causante de los dilemas éticos de Aizawa amplió su sonrisa, observando con su vista periférica como el hombre se iba de la cafetería: ― Denki yo... ― dispuesta a ir detrás de Aizawa la chica intentó excusarse con el rubio, sin embargo, el sonido de una llamada entrante proveniente de su celular la interrumpió.

Con molestia reprimida la azabache tomó su teléfono, observando la pantalla de su teléfono y abriendo sus ojos con sorpresa, Denki, leyendo la pantalla del teléfono de la chica sonrió: ― ¿tu madre te llama muy seguido durante los recesos? ― preguntó él mientras sonreía, ajeno ante la verdadera situación.

Sakura e Inuko se miraron entre ellas, tomando los brazos de Denki y apartándolo de la chica: ― Creo que es hora de conocernos mejor, Kaminari-Kun. ― dijo Inuko, el rubio, confundido, se dejó llevar por las dos femeninas, a penas despidiéndose de la azabache, la cual forzó una débil sonrisa.

Con sigilo la chica fue rápidamente a un lugar en el que, a simple vista, no había nadie que pudiera escuchar su conversación su madre: ― Hola. ― dijo ella, apretando la camisa de su uniforme con su puño, arrugando este.

―_____. ― Dijo la mujer de voz suave, medianamente parecida a la suya.

Ella no pudo evitar estremecerse al escuchar la voz de su madre, aclarando su garganta: ― ¿Cómo estás? ― dijo ella, intentando evitar que su voz se escuchara más aguda de lo normal.

―Eso no importa, querida, luego nos veremos. Voy a ir al punto. ― dijo la mujer, haciendo a la chica estremecerse, hace mucho tiempo que no veía a su madre, exactamente desde que tenía nueve años. ― Aunque no estoy segura, luego veré que hago contigo, lo que quiero ahora es simple. Quiero que entres a una de las clases de héroes.

― Madre… ― comenzó a decir ella, sin embargo, fue interrumpida.

― No me gusta que seas tomada como alguien ordinaria, quiero que seas de las mejores, además, será más fácil para ti ¿no? ― Dijo la mujer.

Reuniendo todo el coraje que podía la azabache habló: ― ¿Quieres saber que no me gusta a mí? Que me hayas dejado sola por ocho años, estoy cansada de que me dejes sola, no te importo para nada. ― una risa femenina no tardó en escucharse del otro lado, haciendo que la rabia comenzara a apoderarse de la azabache.

―Sabes que no es cierto, cariño, te tengo que cortar. Adiós ____. ― el sonido de que la llamada había terminado salió del teléfono.

La azabache mordió su labio inferior, dejando salir un suspiro: ― No lo puedo creer. ― dijo ella entre dientes con rabia, rabia que la había echo soltar varias lágrimas.

Su relación con su madre era un tema algo denso para ella, después de todo no la había visto en persona desde hace ocho años, cosa que influyó mucho en ella, haciendo que solo pudiera recibir amor paternal, sin embargo, en aquel momento ese era un asunto aparte, la chica no podía creer lo que acababa de escuchar, después de que pasara la mitad de su vida esperando una señal de vida lo primero que hace su madre es ordenarle echar todo su plan por la borda y exponerse a ser descubierta, ella intento llamarla y siempre terminaba contestando alguno de los hombres y mujeres con los que su madre se acostaba o simplemente contestaba su tío. Ella paso su mano por su mejilla, frustrada, pensaba que había logrado dominar y reprimir aquel sentimiento, sin embargo, al parecer sus conclusiones fueron apresuradas a los hechos; Con toda aquella rabia acumulada la chica golpeo la pared de aquel callejón en el edificio de UA, lanzando su teléfono mientras susurraba palabras ilegibles en las que insultaba todo su linaje familiar, cosa de la que luego seguramente se arrepentiría.

Cuando el teléfono fue lanzado, cierta figura alta lo tomó en el aire, era un chico con el que ella jamás había tratado, sin embargo, ella sabía muy bien de quien se trataba, Todoroki Shoto, el hijo menor de Endeavor y su experimento exitoso, Touya se había encargado de hablarle muy mal de su propio hermano a aquella chica de cabellos negros. Junto a Shoto se encontraba un preocupado y sorprendido Izuku, el cual se acercó de a poco a la chica, la cual lo observó con duda.

― ¿Tu teléfono? ― dijo Shoto, extendiéndole el teléfono a Izuku el cual no tardo en dárselo a la azbache.

―Gracias. ― dijo ella, observando a Shoto por un momento y dándole una sonrisa débil, manteniendo su personaje, devolvió su vista a Izuku, el cual colocó su mano en su hombre y la observó, preocupado.

― ¿Estas bien? ― dijo el peliverde, la chica mordió su labio, indecisa, desviando la mirada por un momento la chica pensó sobre lo que podría sacar de aquella situación.

Actuando casi de inmediato la de orbes ónix se lanzó a los brazos del de ojos verdosos, abrazando a este: ― No me sueltes, Izuku, te lo pido por favor. No me sueltes. ― dijo ella en voz baja, logrando que el mencionado le devolviera el abrazo.

Lástima, ella odiaba que le tuvieran lastima, sin embargo, aquella situación por alguna razón habia sido beneficiosa para ella: ― Majakutsu, no sé qué pasa, pero, todo va a estar bien. ― la chica giro su rostro a un lado en donde Shoto no pudiera verla, después de todo, una sonrisa se curvó en sus labios.

Respirando hondo la chica levantó la mirada, manteniendo una expresión lastimosa que ablandó el corazón del peliverde aún más, sintiendo como si tuviera que proteger a aquella chica que aparentaba llorar en sus brazos: ― no te preocupes, Majakutsu-chan, no estás sola. ― La chica apoyó su mejilla en el pecho de Izuku, observando a Shoto, al cual, solo le dedicó una pequeña sonrisa que mostraba debilidad.

― ¿En serio estas bien? ― preguntó un preocupado rubio.

La chica apoyó su cabeza en el hombro del chico, haciendo que este se sonrojara: ― gracias a que estás conmigo estoy bien. ― dijo ella, cerrando sus ojos y entrelazando sus dedos con los del rubio.

Kaminari, en su inocencia, creyó que el sonrojo de a chica había sido provocado gracias a la vergüenza que le pudo provocar decir aquello, sin embargo, aquel rostro enrojecido no era más que la consecuencia de haber llorado más de lo debido: ― ¿Segura que estas bien Majakutsu-chan? ― Preguntó Izuku, preocupado por la chica y, en cierta forma, incomodo por la escena frente a él.

La azabache asintió, cansada y con un dolor punzante en su cabeza, el cual era otra consecuencia de haber llorado por la lastima de Izuku, gracias a esto, inconscientemente, había apretado la mano de Kaminari mientras fruncía el ceño: ― ¿Segura? ― dijo el rubio, acercando su rostro al de la chica y midiendo sus temperaturas, después de todo la noticia de su supuesto resfriado había llegado a oídos del chico de particularidad eléctrica.

―Solo es un pequeño dolor de cabeza. ― dijo ella, pasando el dorso de su mano por debajo de su nariz, limpiando los mocos que se deslizaban por esta.

Shoto no tardó mucho en extenderle un pañuelo, el cual ella tomó no sin antes agradecer: ― ¡Kaminari! ¿Qué le hiciste? ― dijo Shinso con el ceño fruncido, observando los ojos y nariz enrojecidos de aquella chica, la cual lucia pequeña a comparación de aquellos cuatro adolescentes.

―Yo no le hice nada, su madre la llamó. ― respondió Kaminari con ligero nerviosismo, con miedo de haber tocado alguna fibra sensible.

El pelimorado prefirió callar ante aquella confesión del rubio, después de todo, no conocía mucho sobre la familia de la azabache y, como toda la clase C, él sabía que era por una buena razón. Justo cuando estaba por acercarse a la chica para consolarla tanto el cómo Denki se vieron envueltos en cintas, siendo así arrastrados lejos de la azabache.

―Ya se acabó el descanso. ― dijo el hombre con cansancio, observando a la chica de grandes, elegantes y finos orbes ónix, luego de unos segundos desvió su mirada a sus estudiantes y los comenzó a arrastrar lejos de allí, teniendo así que gritar una despedida hacia la azabache. 

Izuku se acercó a la más baja, colocando su mano frente a ella: ― ¿Quieres que te acompañe a tu clase? ― La chica entró en un debate mental, sin embargo, no tardó mucho en tomar la mano del peliverde.

―Por favor. ― dijo ella con una media sonrisa, levantándose y observando al mitad mitad. ― siento que nos conozcamos así, mi nombre Majakutsu _____.

―Shoto Todoroki. ― respondió él, frio, sin embargo, curioso ante la femenina frente a él. ― También los acompañare, si no les importa.

Sakura e Inuku observaban desde la distancia, preocupadas por su amiga, sin embargo, pro alguna razón sabían que no debían interferir.

Ella mordió la punta de su dedo pulgar, después de todo mantenía sus uñas cortas gracias a su trabajo, suelo de un rato saco su dedo de su boca para pasar su lengua por sus labios, observando la pantalla de su computadora, específicamente el perfil de Hawks que había tardado un mes en completar, había sido realmente complicado encontrar información, sin embargo, lo había logrado.

―Maldito pollo, es demasiado difícil de sorprender. ― dijo ella, estirándose y suspirando ante el recuerdo de las miles de veces en las que había sido emboscada por las plumas del rubio.

Su mente no tardó mucho en atar cabos, llevando sus pensamientos desde Hawks hasta la liga y, por último, hasta cierto pelinegro con quirk de cremación, aquel hombre que esperaba no volver a ver hasta morir y encontrárselo en el infierno, donde seguramente disfrutaría de los mejores bronceados al lado de su familia.

―Touya, Touya, Touya. ― repitió ella tres veces, como si intentara invocar al mencionado. ― ¿Por esta vida me hiciste tanto daño? Que porquería, jamás te perdonare.

La chica abrió la galería de su teléfono, observando una foto del albino.

La historia de Dabi y _____ se remontaba desde hace mucho tiempo, mucho antes de que ella entrara a UA, mucho antes de que el entrara a la liga de villanos, mucho antes de que ellos se convirtieran en asesinos despiadados.

Todo había ocurrido en primavera…

Hola hermoses.

¿Cómo están? Espero que bien.

Tal vez mañana suba el capítulo en el que empiece a narrar la historia de estos dos preciosos villanos.

Serán como 3 capítulos dedicados a ellos, pero, valdrán la pena.

Espero les esté gustando mucho, Opiniones del cap aquí ―>

Gracias por leer.

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