MiSuk dibujaba un corazón en una pelota de béisbol con la esperanza de que su compañero de clase, por fin, entendiera su señal y aceptara o rechazara sus sentimientos.

—¡SoonYoung! —grito su nombre, sintiendo la adrenalina correr por sus venas debido a lo que planeaba hacer.

El chico volteo a donde lo llamaron, y sonrió con alegría a la chica, saludándola con un meneo de mano.

—¡Atrápala! —dijo y lanzó la pelota con todas sus fuerzas en dirección del rubio.

SoonYoung sin querer, en lugar de atrapar la pelota de béisbol, terminó por darle un golpe con el bate, lanzándola muy, muuuy lejos.

—¡Tarado! —se acercó a darle un golpe en la parte trasera de su cabeza —Dijo que la atraparás, no que le pegaras —reclamó MíngHào a su amigo.

—Yo... ¡Fue un accidente! —hizo un puchero. Miro hacía donde se suponía debía estar MiSuk, pero la chica no estaba más allí —. Debo disculparme con ella —mencionó en voz alta.

—¡Ve ahora mismo antes de que te dé un golpe con el bate! —exclamó desesperado, intentando escapar de los brazos de su novio.

—¡Corre ya, no es tan fácil controlar a la bestia! —dijo Jun, ganándose un par de golpes por parte de MíngHào.

—¿A quién llamas bestia, animal?

SoonYoung prefirió salir huyendo de aquel campo de batalla antes de que también la tomarán contra él. Fue en busca de su compañera para pedirle una disculpa por haber volado su pelota de béisbol.

Tomo asiento en su lugar, soltó un suspiro que reflejaba su decepción y termino por recostar la mitad de su cuerpo sobre la mesa de su pupitre.

—Tal vez lo mejor sea que se lo diga directamente —pensó en voz alta, viendo el cielo azul despejado a través de la ventana.

Kun entró al salón con la esperanza de que su amiga estuviera allí dentro. Cuando lo vio, no pudo evitar sonreír enormemente. Se acercó sigiloso y se sentó en el lugar de SoonYoung.

—MiSukie —llamo con voz dulce a la chica. La nombrada acomodo la mitad de su rostro sobre la mesa para poder ver a su amigo. Kun borró su sonrisa al ver lo desanimada que se veía —. ¿Otra vez él?

—Intentaré ser directa esta vez.

—Y si mejor lo dejas —dijo con tono neutro. Ella negó —. Allá, afuera de tu burbuja en la que solo vez a SoonYoung, hay más chicos que seguro morirían por tener una oportunidad contigo ¡Y tú te aferras al oxigenado ese!

—¡Aun cuando mirase a otros, no sería lo mismo! ¡Me gusta él, no puedo simplemente dejar mis sentimientos de la noche a la mañana!

—Y si te dijera que... tú me gustas —la miro directo a los ojos —¿Lo intentarías conmigo?