Capitulo 19
—Entonces —te mira fijamente— ¿Estás bien pinches lista?
—Lo estoy —sonríes con desánimo.
—Bien —suspira— y recuerda, estúpida —arruga el seño— es la única forma.
—Ya lo sé —ruedas los ojos con fastidio—. Entiendo a lo que quieres llegar, Darkar, se lo que debo de hacer con Jeff.
—Más te vale, pendeja. —Darkar te entregó un pequeño espejo de mano que sacó de su bolsillo— lo necesitarás. Ahora vete lejos, yo voy a vigilar la entrada de la cabaña.
—Cuídate mucho, por favor —le pides.
—También tu —te regala una pequeña sonrisa— ¡Ya! ¡mueve esas nachas y apúrate!
Corrí lo más rápido que pude en un intento por alejarme lo suficiente de la cabaña del bosque, justo como Darkar me lo había pedido. Mi campo de visión se proporciona en base a la iluminación que la linterna de mi celular es capaz de brindarme, no consigo ver más allá de lo que se ilumina con ella, y lo único que oía de fondo era el sonido de las ramas crujir, a medida que avanzaba por las inmensidades del bosque.
Luego de caminar por un buen rato, había encontrado el lugar que tanto buscaba.
—El viejo árbol —me dije a mi misma, mientras me dedicaba a recordar.
~Flashback~
Me senté descansando mi espalda sobre el tronco de aquél viejo árbol y dejé los cuchillos de cocina recién afilados a mi costado, como una ofrenda para él.
Finalmente saqué el espejo de mano que traía conmigo dentro de mi morral.
No sabía si iba a funcionar, ya que la invocación decía que debía estar específicamente dentro de un baño. Pero mis padres me matarían si me descubren.
Y como este es uno de mis lugares favoritos en el mundo, el bosque era mi única opción.
Continué sosteniendo el pequeño espejo en frente de mí, y con mi otra mano dibujé sobre él una sonrisa con mi labial rojo. Casi para terminar, marqué en el espejo unos círculos negros en el lugar de mis ojos con mi delineador, y como detalle final, escribí "GO TO SLEEP".
Ahora solo restaba esperar a que algo ocurriera. Poco a poco podía sentir como si los minutos parecieran horas.
—Son puras mentiras —suspiré con desilusión—. El no es real.
—¿Quién no lo es? —oí una voz ronca, y macabra, justo detrás de mí.
Iba a darme la vuelta, pero recordé que el conjuro decía que solo podía verlo a través del espejo, y que no importara lo que sucediera, JAMÁS, debería voltear.
O él se apoderaría de mi realidad por completo.
—Eres... eres real —sonreí al espejo, aunque todavía no se mostraba ante mí, podía sentirlo tan cerca.
—Entiendo que no tienes ni la más puta idea de lo que acabas de hacer, ¿cierto?
Finalmente lo ví, vestía su típica sudadera blanca, traía la capucha puesta y el cabello hacía adelante, pero aún así podía ver sus labios rasgados en forma de una sonrisa.
Sabía que corría un enorme peligro al haberlo invocado, ya que el problema es que no se sabe si hay una manera eficaz de revertir el conjuro, son todas especulaciones, pero me dije a mi misma que es un riesgo que debería correr.
~Fin flashback~
—Y fue el mejor riesgo que he tomado en mi vida —sonreí al árbol con congoja.
Me acerqué para poder acariciar el viejo tronco, no importaban los años que pasaran, este lugar seguía estando exactamente igual que aquél día.
Pero a todo inicio le llega un final en algún momento...
Tomé asiento y me recargue sobre el árbol como aquella vez, tomé el espejo en mis manos, y comencé a dibujar su rostro tal y como lo había hecho antes.
Solo debía decir "it's not my time to sleep" tres veces, y todo terminaría.
Sostuve el espejo firmemente, observé mi rostro, y por algún motivo, no me veía preparada para esto. Ni siquiera me encontraba feliz ante la idea de que todo terminaría.
Pero sólo me dediqué a soltar un último suspiro en su memoria.
—it's not my time to sleep —musité, podía sentir un gran nudo formarse en mi garganta, y mis lágrimas amenazaban con salir pronto— it's not my time to sleep —repetí, esta vez con el corazón un poco roto, y mi rostro empapado ya de tanto llorar.
—¿______? —escuché detrás de mí. Dí un pequeño brinco al haberme despabilado, y dejé el espejo a un lado sobre el césped.
—¿J-jeff? —lo nombré timida al reconocer su complexión tras haberlo alumbrado con mi celular. Al mismo tiempo que se acercaba lentamente, él vió el espejo en el suelo y regresó su mirada hacia mí.
— Entiendo —suspiró—, pero ¿ni siquiera ibas a despedirte?
—Lo siento, Jeff —lloré sin consuelo.
Corres para abrazarlo y el te envuelve entre sus brazos con fuerzas.
Al final el te separó de aquél abrazo con delicadeza, levantó el espejo del suelo, y te lo entregó.
—Creo que ya es hora de que me vaya a dormir —espetó con cierto desánimo levantando sus hombros. Lo único que pudiste hacer fue brindarle una pequeña y apagada sonrisa.
—Nunca voy a olvidarte, Jeff —confieso, el soltó una risa burlona.
—Vas a olvidarme justo después de terminar de decir la frase por última vez —aseguró.
—¿Cómo? —consulto confundida.
—Yo me voy a ir, y todos tus recuerdos van a irse conmigo también —se inclinó hacia mi para abrazarme—. No recordarás absolutamente nada —susurró en mi oído—, nada de lo que haya ocurrido, que esté relacionado conmigo... ni siquiera a Darkar —finalizó.
—¿C-como es eso posible? —el se encogió de hombros.
—Yo no fuí el que hizo las reglas —respondió burlón.
—No sé si quiera hacerlo —le confieso.
—¿Quieres sentarte un minuto? —Jeff se recargó sobre el árbol, dió dos palmadas sobre el césped a modo de invitación.
—La luna está hermosa hoy —comentas mientras te acomodas a su lado.
—_____ —te llamó, tu solo te dedicas a observarlo— quisiera que... me vieras de otra manera.
—¿A qué te refieres? —frunces el seño.
—Estas a punto de hacerme desaparecer por todo el daño que yo te causé —te mira y sostiene tus manos, puedes sentir las suyas muy frías— pero puedo cambiarlo... yo... ¡Yo puedo cambiarlo! Todavía puedo...
—Jeff... —suspiras. Liberas una de tus manos para acariciar su rostro— Yo te amé tanto —sonríes—pero... quizás ya sea momento de que me dejes ir —sueltas con confianza.
—No se si pueda, _____ —sacude su cabeza mientras la sujeta con sus manos— tu no entiendes —solloza— ¡No entiendes que eres lo único en esta vida que me mantiene cuerdo!
—Quizás yo no sea la indicada —lo observas con pena.
—¿Que va a ser de mí sin ti? —cruzan miradas.
—Bueno, igual te viene valiendo madres, ¿No? —se oyó a lo lejos.
—¿¡Darkar!? ¿Qué haces aquí!? —cuestionas con inquietud.
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