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Una producción de

Director: respaldoRS
Productor ejecutivo: respaldoRS

Protagonizado por X-316 y Ayeka
Antagonizado por...

Previamente en "X-316 and Ayeka":

Previamente, X-316, un prisionero, despierta asustado debido al sonido de unas alarmas, en una celda de paredes azules y una red de energía dorada que le impide escapar. La puerta se abre y entra una chica Skan con la tiara morada de Ayeka en la cabeza, lo que altera al prisionero. A pesar de los intentos de la chica por convencerlo de que es ella, X-316 no le cree. Finalmente, la chica le indica la ubicación de la nave más cercana y le dice que le explicará por qué no puede entregarle la tiara más tarde. X-316 sale por la puerta y se va hacia la derecha, pero es atacado por guardias. Crea una distracción y aprovecha para buscar la bóveda. Al encontrarla, busca un cajón que dice "X-316" y lo abre, sacando su traje. X-316 noquea a cinco guardias y sigue avanzando.

— — — — — — — — — —

X-316 mira a Ayeka y empiezan a caminar hacia la salida, pero son detenidos por un hombre de piel anaranjada idéntica a la de Ayeka.

—Es un Wardall... —susurra Ayeka, X-316 mira atrás del hombre y ve a una mujer Wardall de vestido rojo con toques dorados, pelo castaño largo y con una mirada de seguridad, la cual les dice:

—Yo les puedo pagar lo que quieren e incluso más.

—Duquesa Limball...

—¿La conoces? —pregunta X-316.

—Nunca en persona obviamente.

—Por favor ayúdenme, en mi propio planeta estoy en peligro, si aceptan la misión que les encomendaré les pagaré por adelantado el cambio de nave —suplica la duquesa, haciendo a X-316 y Ayeka cruzar miradas por unos segundos.

—¿De qué se trata la misión? —consulta Ayeka.

Luego de una semana de llegar al planeta Praink exiliado por los Skan, X-316 se oculta en una cueva de las distintas y peligrosas criaturas que rondan la zona.

—No sobreviviré una maldita semana más aquí... —susurra X-316 tirado en el suelo y luego escucha varios gruñidos, por lo que supone que algunas criaturas empezaron a pelear entre sí.

De la nada, una criatura lo derriba desde atrás, haciendo que se le caiga el cuchillo que tenía en la mano. X-316 intenta quitársela de encima mientras la criatura con afilados dientes trata de morderle el rostro, pero al no poder romper la defensa del Skan, saca sus garras de su delgado brazo derecho y se lo clava en el brazo izquierdo, provocando que nuestro protagonista empieza a gritar de dolor.

X-316, Ayeka, la Duquesa Limball y su guardia real se encuentran en un balcón de un establecimiento del planeta Row, con los primeros tres sentados en una mesa.

—¿Cuál es la misión que nos quiere otorgar, alteza? —inicia Ayeka y la duquesa no responde por unos segundos.

—Soy Duquesa, miembro de uno de los gobiernos más poderosos en todo el universo, y toda mi familia se ha ido... Mi esposo... Mi hijo de seis años (humanos)... Todos asesinados... Y luego alguien intentó matarme.

—¿Quién? —pregunta X-316.

—Encontrar al culpable es la misión que les otorgaré.

—¿Sabe quién es? —consulta Ayeka.

—Por favor, deben aceptar la misión —le lagrimean los ojos y la voz se le rompe.

—No podemos aceptar la misión si usted sabe a que nos enfrentaremos y no nos dice —explica X-316.

—Cuando lo digo los mercenarios suelen irse.

—Con mayor razón debemos saberlo.

—Se los suplico... —saca un maletín y lo abre, en él hay mucho dinero Wardall.

—Alteza, queremos ayudarla, pero necesitamos saber a qué nos enfrentaremos, nosotros le suplicamos —razona Ayeka.

—De acuerdo —acepta la duquesa y coloca un dispositivo pequeño en la mesa, el cual proyecta a un ser corpulento de extremidades robóticas muy similares al brazo de X-316.

—¿Alguna identidad que hayan logrado descubrir? —pregunta Ayeka mientras mira el holograma del sujeto.

—Ninguna, no le pudimos sacar el nombre, lo acompañaban individuos aparentemente orgánicos, podemos llevarlos a una de sus escenas de crimen.

—Me gustaría investigar algo primero —pide X-316.

—¿Puedo saber de qué trata?

—Entre jefe y mercenarios debe haber confianza, confíe y confiaremos —la duquesa sonríe y asiente, por lo que X-316 mira a Ayeka y se disponen a irse.

—¿Qué investigaremos? —pregunta Ayeka luego de salir del establecimiento.

—Sus extremidades son... Puede que Bing sepa algo

—Pues devuelta a su tien... —tose varias veces y cae al suelo, pero rápidamente es atrapada por X-316.

—¿Qué ocurre? ¿Estás bien? —preocupado la levanta un poco.

—Había... —toce—. Olvidado mencionarlo...

—¿El qué?

—¿Recuerdas... —respira—, que en nuestro primer encuentro con... —tose varias veces—, los Intergalactic Defenders... usé un hechizo de... —vuelve a toser, por lo que el Skan la sienta en una especie de banca.

—¿Nigromancia? —la wardall asiente.

—Obviamente eso requirió magia negra... —tose nuevamente—. Por cada hechizo de magia negra que uses, uno o varios hechizos luminosos se verán afectados.

—¿De qué forma?

—Usualmente... —respira—, los hechizos de anclamiento no tienen consecuencias, pero este si.

—¿Qué consecuencia?

—Debo estar cambiando de cuerpo constantemente... Mientras más tiempo lleve en uno, más fuerza tomará el ser al que realmente pertenece el cuerpo.

—¿Y si no lo haces?

—Mi conciencia se transportaría a la corona devolviéndole su voluntad a esta chica Skan —se levanta, pero X-316 le señala que descanse un poco más—. Estoy bien, vayamos con Bing y de paso raptamos a alguna idiota que nadie quiera.

Mientras tanto

En el balcón donde estaban antes, la duquesa Limball mira la ciudad mientras su guardia real la custodia.

—¿Confía en ellos, majestad? ¿Quiere que los vigilemos? —pregunta la líder de la guardia real, una chica Wardall de cabello gris, vestimenta atlética que combina burdeo, gris oscuro y blanco:

—Negativo, debo confiar en ellos, no tengo opción... Todos los demás rechazaron y dado que ellos no, si descubrieran que los mandé a vigilar, desconfiarían y no me puedo arriesgar a que se retiren.

—Comprendo.

Minutos más tarde, almacen de Bing

El dueño de la tienda de ciberarmamento revisa su inventario, cuando de repente ve a X-316 y Ayeka mirándolos al lado de la mesa del centro.

—¿Cómo entraron? —pregunta algo asustado y se acerca.

—Magia —responde Ayeka—... Y lo digo literalmente.

—Comprendo... ¿Qué los trae de vuelta? Sobre todo a estas horas.

—¿Conoces a este sujeto? —pregunta X-316 y sobre la mesa coloca un disco que proyecta al atacante de la duquesa.

—No tengo idea de quién es.

—Dado que sus extremidades son de la tecnología que tú vendes, yo diría que sí.

—Ay por favor, amigo —agranda el holograma—. Hay miles de seres que venden esta tec, no es exclusivamente mía, solo soy un humilde distribuidor.

—Entonces nos harás un favor y averiguarás con tus contactos todo lo que puedas de él.

—Veo que te dieron trabajo, a decir verdad, no extrañaba esa actitud de ti, pero está bien, averiguaré lo que pueda.

—De todos modos siempre te doy parte de la paga —toma el disco dispuesto a retirarse, pero la voz de Ayeka lo detiene.

—¿No conocerás a alguien por ahí, de preferencia una mujer, una pobre chica que todos odien? —Bing lo piensa unos segundos.

—De hecho si, no muy lejos a la derecha vive una mujer Swifter, chantajea mucho, todos la despreciamos, no sé para qué la quieres, pero si te deshaces de ella estoy seguro de que nadie la extrañará... Se llama...

—Me será más fácil si no sé su nombre, gracias —se retira junto a X-316.

—Primero vamos a conseguirte un nuevo cuerpo, luego volvemos con la duquesa.

—Me parece bien.

Minutos más tarde, establecimiento a unos dos negocios de distancia del de Bing

—¿Cómo que te niegas a pagar! —pregunta una mujer de piel roja, pelo negro y ojos oscuros que viste un traje ajustado negro—. ¡Escúchame bien! ¡Si no recibo la paga mañana mandaré a decenas de mis hombres por ti, tu familia y a quemar tus propiedades! —escucha la respuesta—. ¡No me interesa, quedas advertida! —cuelga y escucha un golpe en la puerta—. Con algo de suerte este día terminará bien —al abrir no ve a nadie, pero una leve y casi indetectable brisa morada se cuela en su casa y en una de las habitaciones materializa a X-316 y Ayeka.

—¿Entonces solo debo ponerle la tiara? —pregunta en silencio X-316.

—Sí, del resto me encargo yo.

—Entonces empecemos —le quita la tiara y el cuerpo al separarse de ella, cae al suelo volviendo con un aura morado a su apariencia original, la de una guardia Skan (mujer de piel azul).

La mujer Swifter escucha el ruido que hizo el cuerpo al caer, por lo que toma un arma y se dirige cautelosamente a esa sala, al entrar, apunta hacia la zona donde escuchó el ruido, quedando perpleja al ver un cuerpo que no sabe de donde salió, luego escucha algo detrás de ella, pero antes de poder defenderse X-316 la inmoviliza por la espalda y le coloca la tiara de Ayeka.

Un aura morada se materializa en el cuerpo de la Swifter, cambiando su apariencia a la de Ayeka, quién se ve en mucho mejor estado.

—Muy bien, volvamos con la duquesa.

Limball, inquieta da vueltas por el balcón considerando la posibilidad de que sus mercenarios se hayan marchado, pero su angustia no dura mucho ya que la puerta se abre y estos pasan.

—¿Descubrieron algo?

—Tal vez en las próximas horas... Por el momento quisiéramos visitar las escenas del crimen —responde Ayeka.

—Por supuesto, partiremos en la mañana.

—Perfecto, mientras tanto nosotros miraremos que nave nos interesa —avisa X-316 y le pasa un comunicador a la duquesa—. Cuando esté lista contáctenos.

Luego de unas horas en las que nuestros protagonistas se dedican a mirar naves para cambiar alguna por la nave que tienen actualmente, varias naves de colores gris con detalles dorados y un emblema de un ave del mismo color se adentran en la ciudad.

—Ay no... —susurra X-316 y junto a Ayeka se pone a cubierto para evitar que las naves patrulla los vean.

—¿Crees que estén aquí por nosotros?

—Lo dudo, aun así, habrá que movernos con cautela hasta que nos vayamos.

—Ni una palabra a la duquesa supongo.

—Supones bien —una patrulla pasa, pero no los ve, entonces se va—. Esa nave —señala una nave con cuatro alas, dos arriba y dos abajo para luego analizarla con la visión rayos X de su casco—. Las alas se pueden modificar para mayor o menor movilidad, además tiene integradas varias armas y un motor de velocidad suprema.

—Sirve.

—Efectivamente.

—Teletransportación a la nave y cuando esto abra la cambiamos.

—Me encanta como pensamos igual —Ayeka sonríe, le toma la mano y chasquea los dedos, desmaterializándose ambos y dejando una leve estela de magia morada que luego de unos segundos desaparece.

Mientras tanto, en una habitación de un establecimiento que ofrece alojamiento, la duquesa Limball mira por la ventana y ve las patrullas.

—¿Narket? —llama y la líder de su guardia entra.

—¿Si, majestad?

—¿Hay algo inusual como para que la armada del Fénix haya venido?

—Podemos investigar.

—Que sea desde alto para evitar que los descubran.

—Entendido —se da la vuelta para irse.

—Y una cosa más.

—Dígame.

—Tráeme la base de información de mercenarios, puede que estén aquí por ellos, pero debo confirmarlo.

—Claro —ahora si se va.

Casa de la mujer Swifter

La guardia Skan que había sido poseída por Ayeka despierta y obviamente está confundida.

—¿Dónde estás bruja? —camina por la casa y se mira en un espejo, notando que tiene su apariencia original—. ¿Dónde me llevaste?

Al no recibir ningún tipo de respuesta, la guardia busca la salida y al encontrarla decide buscar ayuda ya que no reconoce el lugar, entonces ve a tres figuras mirando un establecimiento a la distancia, por lo que corre hacia ellos.

—Disculpa, ¿me pueden ayudar? —pregunta la guardia y se detiene al estar lo suficientemente cerca, pero se asusta al darse vuelta los sujetos ya que son soldados del Fénix, de la misma clase que atacó el planeta Skan—. Oh no —los soldados le apuntan con sus armas por lo que la Skan se ve forzada a sacar su arma de servicio y hacer lo mismo—. No quiero problemas, solo quiero ir a casa, no sé que es este lugar.

Uno de los soldados dice algo en el lenguaje de la armada del Fénix, por lo que otro le responde a través de un comunicador integrado en su casco y al terminar de hablar se alistan para disparar, sin embargo, la Skan es más rápida y alcanza a derribar a dos con disparos adormecedores, pero luego recibe uno de esos mismos ataques de parte del tercer soldado.

Más soldados llegan a la zona y agarran de los brazos a la mujer Skan para interrogarla en otro sitio.

Nave momentánea de X-316 y Ayeka

—A decir verdad, escondernos en una nave de combate Skan robada no es la mejor opción —confiesa Ayeka.

—Es eso o quedarnos con la duquesa y arriesgarnos a que, si nos descubren, meterla en problemas a ella.

—¿Entonces qué?

—Un momento... ¿La Skan quedó viva?

—Obvio, solo abandoné su cuerpo, no la ma... Ah, ya sé a qué te refieres.

—Si la matan e interrogan sabrán que efectivamente estamos acá.

—¡Ulat! ¡Ulat! ¡Arusan! —grita un soldado desde fuera alertando sobre la nave sospechosa.

—De acuerdo, ¿algún plan?

—Primero donde la duquesa —responde Ayeka, le toma la mano y chasquea los dedos desapareciendo del lugar.

Al llegar, ven que la duquesa está leyendo archivos del imperio del Fénix sobre ellos.

—Duquesa, le podemos explicar —dice X-316.

—No quiero explicaciones, díganme que tienen un plan.

—Tenemos que rescatar a alguien, una vez hecho eso partiremos, preparen sus naves.

—Imposible, bloquearon el planeta, nadie entra y nadie sale hasta que tengan lo que quieren —se dirige a la ventana y X-316 hace lo mismo, notando la enorme nave que orbita el planeta.

La líder de la guardia real de la duquesa entra en la habitación para avisar algo.

—Majestad, entraron aquí, van a revisar habitación por habitación —la duquesa voltea hacia nuestros protagonistas—. Tienen que irse.

—¿Pero qué hacemos? —pregunta Ayeka mientras la duquesa saca algo de una especie de bolso y se lo da.

—Vayan a Ward, muestren, muestren esto en Cilap, los dejarán pasar sin problema, los alcanzaremos en cuanto retiren el bloqueo.

—Podemos ayudar en su escape, majestad —ofrece Narket.

—Negativo, buscarían a quienes nos ayudaron y ustedes quedarían expuestos —rechaza X-316 y recibe una llamada—. Un segundo —contesta tocando el costado derecho de su casco—. Ay no.

—¿Qué pasa? —pregunta Ayeka.

Segundos antes, almacén de Bing

—Ilit ta, ka rotu pin teca K529 orut C... Baj... Uta X-316 (Así es, un sujeto con tecnología K529 división C... Correcto... Para X-316) —dice Bing hablando con un socio.

—¿Tiruja galap X-316? (¿Acaso dijiste X-316) —pregunta un soldado entrando a la bodega con más soldados en su compañía.

—¿X-3.. Gu? (X-3... qué?) —disimula Bing y pone sus manos detrás de su nuca, apretando así un botón en su muñequera derecha para alertar al Skan.

—Vi gu ost galap —los soldados acompañantes le apuntan a Bing con sus armas—. ¿Nan Kali? (¿Dónde está?)

—Nuevo plan, llévame con Bing y tú te encargas de la guardia —propone X-316.

—Bien —acepta Ayeka y se teletransporta junto a X-316 al almacén de Bing, donde ya lo tienen sometido en el suelo.

—¿Me buscaban! —pregunta X-316 (a la par que Ayeka se teletransporta donde dejó a la guardia Skan), a lo que los soldados voltean y empiezan a dispararle rayos aturdidores, por lo que nuestro protagonista se pone a cubierto y prepara un arma en su mano derecha.

Aprovechando que se distrajeron, Bing toma un brazo metálico de su arsenal, le cierra el puño y golpea en las piernas a uno de los seis soldados haciéndolo caer, luego con el brazo metálico lo golpea en el rostro dejándolo inconsciente.

Dos de los soldados se voltean al percatarse de eso y le disparan a Bing provocando que este caiga dormido, pero por esa distracción, X-316 sale de cobertura y dispara letalmente a dos soldados para luego volver a cubrirse.

Uno de los tres soldados restantes dice algo por un comunicador mientras los otros dos disparan alrededor de la cobertura del mercenario para evitar que salga, sin embargo, este último lanza una especie de granada que cae en medio de los soldados y libera una poderosa descarga eléctrica que acaba matándolos.

—Algo me dice que pidieron refuerzos, hay que salir de aquí —dice X-316 y junto con Bing, corren hacia la salida, pero escuchan muchos pasos, por lo que cierran todas las puertas posibles y se aíslan en la bodega—. Estos lugares suelen tener salidas de emergencia, ¿por qué tú no?

—¿Cómo sabes qué no? —contrapregunta Bing.

—Te recuerdo que el casco me lo vendiste tú —dice mientras usa la visión rayos X del casco, luego cambia a la visión calorífica y ve tres docenas de soldados intentando entrar—. Eso no es bueno —activa su comunicador—. ¡Ayeka! ¿Dónde estás? Necesitamos una salida rápida —Ayeka se teletransporta al lugar, pero está completamente sola—. ¿Y la guardia?

—No hay rastro de ella.

—De acuerdo... Hay que llegar a la nave.

—¿A dónde irán? —pregunta Bing.

—Tenemos una misión en Ward, y creo que ahora tú también —contesta X-316.

—Caballeros, están entrando —avisa Ayeka.

—Un momento —pide Bing y toma un dispositivo triangular—. La información que pidieron posiblemente la encuentren aquí.

—¿No vendrás con nosotros? —duda X-316.

—Ser mercenario no es lo mío —le da el dispositivo—. Le haré cómo ustedes, sobreviviré, pero si acepto que me saquen de aquí.

—Entendido —acepta Ayeka y teletransporta a los tres a otro lugar de la ciudad.

—Suerte —desea X-316 a Bing.

—Igualmente, amigos —se retira.

X-316 mira a Ayeka y esta los teletransporta a la nave que habían visto antes.

—Por una vez que quería no robar una nave —se queja X-316 mientras se acomoda en el asiento del piloto y luego se quita el casco.

—Tendrás tu oportunidad.

—Nos detectarán una vez encienda el motor.

—¿Cuándo los escapes han sido sencillos?

—Tienes toda la razón —enciende la nave y con ello el motor.

Al despegar, varios soldados empiezan a disparar a la nave, pero su blindaje resiste todos, por lo que el Skan acelera para irse, pero reciben un disparo de una nave de combate y ese si daña un poco el blindaje.

Nuestro protagonista activa los alerones de combate para esquivar los disparos con mayor agilidad mientras sale de la atmósfera del planeta.

—Muy bien, motor de velocidad suprema listo —avisa Ayeka y X-316 da unos giros fuertes para esquivar múltiples disparos.

—Lo lamento —se disculpa al ver a Ayeka algo agitada—. Velocidad suprema en tres... dos... uno —jala la palanca de la VS y escapan del lugar.

—Bueno... Finalmente hacia Ward —dice Ayeka y mira al Skan.

—¿Cuánto falta para que tengas que volver a cambiar de cuerpo?

—Aún falta —se para—. Iré a ver si puedo de algún modo deshacerme de esa... consecuencia.

Creditos

X-316
Ayeka
Limball
Bing
Narket
Guardia Skan
Mafiosa Swifter
Soldado del ejército del Fénix
Soldado del ejército del Fénix II
Soldado del ejército del Fénix III
Aparición sorpresa

En algún lugar del universo

Una mujer muy alta, de piel gris, cuya mitad del rostro tiene reemplazado con un metal negro con detalles grises que viste una armadura negra con café y el emblema del Fénix en el pecho, revisa unos archivos de objetivos del imperio, pero se detiene al abrirse las compuertas grises de esa oscura sala.

—Ejecutora, esto le va a interesar —dice el soldado que entró usando la lengua de la armada del Fénix.

—¿De qué se trata? —sigue mirando los registros.

—El mercenario X-316 escapó del sistema Skan —la Ejecutora le dirige la mirada.

—¿Donde?

—Planeta Rowell, escaparon de ahí recientemente, pero estamos a la espera de más información ya que intuimos que fueron ahí a buscar alguna misión —la ejecutora sonríe.

—Ordena fijar el curso al planeta Rowell... Quiero supervisar esa investigación personalmente.

—Si, ejecutora —se da vuelta y se retira, dejando a la gigantesca señora de la guerra con cara malvada de tener un plan.

Producción

Director: respaldoRS
Productor ejecutivo: respaldoRS
Director de efectos visuales,
diseñador de portada, banner
y de los personajes: respaldoRS
Inicio de pre-producción
(Idear el capítulo):
28 de Noviembre de 2022
Final de pre-producción del capítulo:
5 de Enero de 2023
Inicio de producción
(Escritura):
12 de Diciembre de 2022
Final de producción:
6 de Enero de 2023
Inicio de post-producción
(Edición):
6 de Enero de 2023
Final de post-producción:
3 de Abril de 2023

Presenta

Una serie original de Wattpad

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