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32.

Ambos llegaron al apartamento de Summer. El castaño lo había pedido de esa manera y ella no sabía exactamente qué o cómo sentirse. Después de todo, él podía escapar cuando quisiera.

Summer estaba recostada de una de las paredes de su sala mientras que Louis miraba por la ventana panorámica. Habían estado en silencio desde que llegaron, y aunque ella se moría por bombardearlo con preguntas, sabía que debía ser paciente con el ojiazul.

—¿Me vas a decir qué pasó?—preguntó finalmente en voz baja.

—Me metieron preso—Louis metió las manos en los bolsillos de su pantalón encogiéndose de hombros sin voltear a mirarla.

—¿Y no me vas a decir por qué?—se encogió de hombros nuevamente. Summer suspiró. —Me enteré que el chófer que iba con tu hermana y contigo ese día murió en un accidente recién, Louis.

Él la miró molesto.

—¿Y qué?—escupió. —¿Crees que yo lo maté?

—¡Por supuesto que no! ¡Sé que no serías capaz de un acto tan atroz!—le replicó igual de molesta. —Te lo comentaba porque quiero que me escuches, la vida es inesperada e incierta, nada... Hey—lo llamó en cuanto él volteó la mirada para no mirarla. —Nada está garantizado en esta vida solo lo que dejamos como seres humanos, está en nosotros decidir si es algo bueno o malo.

—Me importa una mierda tu filosofía.

—No es filosofía, es la realidad de las cosas.

Él no respondió.

Summer se sentía angustiada, una parte de ella, sabía que no saldrían de ahí en buenos términos.

—Tu no lo entenderías, nunca podrías hacerlo—le riñó molesto. —¿Sabes? Estar en esa celda me hizo pensar en muchas cosas, y algo que me dejó claro es que no descansaré hasta ver a esos malditos tras las rejas.

—¿Qué pasó?

—Los molí a golpes, eso jodidamente fue lo que pasó—se acercó lo suficiente dejando su postura relajada, sin embargo Summer no cedería. Ella lo encaró levantando levemente su barbilla descruzando sus brazos. —Y no siento ni un gramo de arrepentimiento. 

—¿Por qué lo hiciste?

—¡Porque se lo merecían, ¿tal vez?!—respondió como si fuera lo más obvio.

—No me grites.

—Entonces déjame en paz—masculló alejándose de ella decidido a irse de ahí. Pero la castaña llegó primero deteniéndose frente a la puerta. —Déjame ir.

—No hasta que hablemos.

El ojiazul resopló.

—No tengo tiempo para esto, estoy cansado.

—Cansado y herido, por eso no te voy a dejar ir por ahí, además no confío en tus instintos vengativos de los cuales ahora me doy cuenta y posees.

—Bien, ¿quieres que te cuente que pasó?—extendió sus brazos sin realmente esperar una respuesta. —Luego del asunto con mi hermana, declararon el volcamiento como un accidente—escupió la palabra con asco.—Debían estar malditamente bromeando, es decir, reconozco que parte de la culpa es mía, si yo no hubiera sido un imbécil cretino mi hermana no estaría muerta.

—Louis...

—El chófer tiene su participación también, pero comprendí que él solo seguía mis instrucciones, así que, ¿quiénes quedaban? ¿Eh?—apretó la mandíbula. —Los bastardos que nos perseguían en primer lugar, ¿por qué no hacerlos pagar? Ellos no se hicieron responsables de nada, ni siquiera me vieron a la cara, solo se escondieron.

—No fue culpa de nadie.

—Oh, créeme que sí, pero ya te dije que nunca entenderías—Summer decidió callar y esperar a que continuara. —Unas semanas después de que el caso terminara así, contraté a un investigador privado para que consiguiera a los que iban en esa camioneta, no fue hasta hace poco que los encontró, era como si se los hubiera tragado la tierra, ni una sola pista, ¿por qué se escondían como ratas si había sido un accidente?

—¿Entonces qué? ¿Decidiste desquitar toda tu ira golpeándolos? ¿Crees que eso te hace mejor persona que ellos?

—¡No estamos hablando de quien es mejor persona! ¡Solo quería que sintieran el mismo dolor que yo!

—¡¿Y en qué crees que te conviertes al hacer eso?! 

—¡¿Es que no entiendes que eso no me importa?! 

Ambos estaban alterados, sus pechos subían y bajaban con velocidad debido a los gritos y el agite. Louis bufó.  

—Esto no nos va a llevar a ningún lado—declaró él abriendo y cerrando sus puños. —Tu nunca vas a entender mi postura. 

La castaña negó lentamente simplemente observándolo.

—¿Qué pretendes hacer ahora?

—No tuvieron lo suficiente.

—¿Vas a ir a golpearlos de nuevo? Louis...—Summer lo tomó del antebrazo. —Que te hayan detenido solo fue una advertencia, ¿acaso quieres que te metan preso de verdad?

—No me importa, ni a mi madre le importa.

—¡Pero a mi me importa por un carajo!—exclamó harta empujándolo levemente. —¡A mi me importas!

—¡Pero eso no es suficiente! ¿Qué no lo ves?—acunó el rostro de su novia entre ambas manos acariciando sus pómulos. —Si no hago esto no podré seguir adelante.

—No, Louis—ella tomó las muñecas del chico y las retiró de su rostro. —Es precisamente por hacer esto que no puedes seguir adelante—Louis bufó apartándose de ella mientras revolvía su cabello. —Todo este odio que te has encargado de alimentar, solo te está dañando a ti, a nadie más, ni siquiera a ellos, ¿crees que acaso esos hombres no tienen cargo de consciencia por lo que su terquedad ocasionó? Estás rodeándote de mucho odio.

—Tuve que haberte despedido desde el primer día—soltó, de repente, sorprendiéndola.

—Una lástima que sea muy tarde para eso.

Louis sintió una oleada de arrepentimiento por haber dicho aquello.

—¿Qué es lo que quieres de mi?—preguntó en un murmuro ya cansado por ese día.

—Quiero que te perdones y los perdones—él resopló. —Sé que es difícil, por eso considero que sería bueno buscar ayuda profesional.

—No voy a hablar de esto con un estúpido psicólogo.

—Entonces múdate, cambia de aires, tal vez eso...

—No pienso moverme de mi ciudad natal, estás loca. 

La castaña apretó el puente de su nariz con dos de sus dedos. Su cabeza ya comenzaba a doler.

—Estoy tratando de ofrecerte soluciones y tu simplemente las rechazas.

—Porque ya tengo mis propias soluciones.

—¿Que consisten en qué más o menos? ¿Golpearlos hasta la muerte?—su silencio la alarmó. —¡Louis!

—¡No voy a matarlos! Sería que dejaran de sufrir muy pronto, yo solo necesito...

—No, estás equivocado en muchos aspectos, pero sobretodo en este, tu no necesitas dañarlos, es lo que quieres, pero no lo que necesitas.

—Summer, déjame ir a mi apartamento—ella negó con su cabeza en respuesta. 

—No voy a permitir que te muevas de aquí, no por hoy.  

—¿Por qué no te pones en mis zapatos por una vez?

—¡Ya cállate! ¡Estoy harta que me digas que jamás podré comprenderte porque esto me duele aun más que a ti!

—¡¿Por qué mierda te importa tanto?!

—¡Porque te amo!—las palabras rebotaron en las paredes resonando en el canal auditivo de ambos. Era difícil decir quien de los dos estaba más sorprendido por aquellas palabras. —Porque te amo, Louis—repitió bajito sintiéndose incómodamente insegura.

—Dios—susurró y sacudió su cabeza.

Summer, sin vérselo venir, sintió los fríos labios de Louis sobre los suyos. Él agarraba con firmeza los dos lados de la cara de la chica con sus manos y, decir que el beso era rudo y urgido era poco. En cuanto la castaña se recuperó de la sorpresa inicial, logró devolverle el beso con el mismo ímpetu. Sus lenguas se daban cortos y delicados toques que los hacía desear más. 

¿Quién dijo que un beso no podía curar todos los males?

Se separaron por la necesidad de respirar como era debido, pero el distanciamiento fue corto. Louis permaneció con los ojos cerrados mientras que ella lo observaba con atención. Él rozó su nariz con la de ella ofreciéndole una tierna caricia. Un corto beso en sus labios, tal vez dos o cuatro o seis, pero las palabras estaban demás. 

Cuando finalmente abrió los ojos, Summer suspiró al contemplar la tranquilidad en su mirada luego de haber detallado lo tormentosos que lucían ese par de ojos de color azul.

—Me quedaré esta noche.

Su novia sonrió complacida. Pero esa sonrisa se borraría de su cara a la mañana siguiente al darse cuenta que se encontraba sola en la cama, sin unos cálidos brazos a su alrededor y, con un pedazo de papel que con burla grabada en su material contenía un seco y corto: 

Lo siento. 

Y vaya que una frase podía contener más de un significado. 



I'm crying... in a cool way.   

La venganza no es buena muchachos, envenena el alma y terminamos dañados nosotros y los que nos quieren. Sé que el perdón no es fácil, pero por lo menos tratemos de simplemente vivir de la mejor manera que podamos.

Gracias por siempre esperar por mis capítulos, su paciencia vale muchísimo para mí. Los adoro♥

pao, x.

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