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Chapter VIII: Desire (Part II)

—Acompañame a acomodar los libros…—dijo la mayor, para después tomar la botella que sostenía y beber de ella un pequeño trago, y seguidamente, cerrarla—. No creo que quieras que te regañen, ¿Verdad?

La coreana suspiró profundamente, intentando regular su respiración, luego con valor tomó los pocos libros que quedaban en la mesa, preparándose mentalmente para acompañar a Momo, entre los pasillos, dónde seguramente estarían a la vista de nadie. Después de algunos minutos, dónde acomodó un par a solas, le quedó el último, que lamentablemente no alcanzaba hasta dónde debía acomodarse, y por arte de magia, sintió una mano en su cintura y otra tomó el libro que sostenía para luego acomodarlo. Al darse vuelta, la pelinegra la miraba sonriente para luego acorralarla contra el estante, por lo que colocó ambas manos sobre sus antebrazos, con ganas de sentir su piel.

—De nada —dijo sobre sus labios, lo que la hizo rodar los ojos de inmediato.

—Ni siquiera te he dado las gracias.

—Si me besas, no tendrás que hacerlo —susurró con tono seductor—, es lo que he estado deseando todo el día.

—Tienes un serio problema de impaciencia —informó Dahyun con una sonrisa, ladeando la cabeza.

—No lo voy a negar.

—¿Y qué es lo que quieres con tanta desesperación?

—A ti —musitó, apretando su cuerpo contra el suyo—, todo el día he estado pensando en que estamos en el dormitorio, y así puedo disfrutar de ti de una vez por todas, Dahyun. —Confesó juntando sus frentes—. El pensamiento de tener mi lengua saboreandote me está volviendo loca.

La nombrada la miró a los ojos, notando sus pupilas dilatadas, que lo único que significaba era que lo que decía era cierto y que la deseaba con notable inquietud.

—¿Qué te hace tener tanta seguridad de que eso va a pasar?

—Quizá no lo dices —dijo buscando su muslo desnudo, el cuál acarició con lentitud—, pero tú cuerpo sí. Y sé… —hizo una pausa para tentarla—, que te mueres porque te toque de la misma forma que yo estoy deseándolo.

Dahyun sonrió sobre su boca y le regaló un beso casto, saboreando su deseo por ella, puesto que al no ser un beso largo cómo el que Momo esperaba, está abrió la boca esperando más que eso, luego se mordió el labio inferior.

—Quiero complacerte, Dahyun —Ofreció de forma sumisa y entregada—, pero necesito escuchar que también lo quieres.

La coreana no respondió verbalmente, pero sí buscó la mano que mantenía en su cintura para dirigirla a uno de sus pechos mientras la miraba fijamente, ante esto, Momo no se contuvo de besarla, atacando sus labios con ferocidad. Dahyun subió ambas manos al cuello de Momo y jadeo muy bajo sobre su boca cuando sintió un apretón en su pecho, seguido de caricias circulares en su pezón, con lo que suponía era su pulgar.

En ese momento, a pesar de que Dahyun no había hablado, rompió la barrera que ella misma había impuesto acerca de dejar que Momo iniciara cualquier cosa, dejándose llevar gracias a su deseo.

El beso era intenso, tanto que ninguna de las dos podía seguirlo gracias a la misma desesperación por sentirse. Las manos de Dahyun viajaban por la espalda de su contraria mientras ahogaba sus gemidos sobre su boca, pues tu toque le estaba excitando más que cualquier otra cosa. De un momento a otro, cuando se quedaron sin aire, Momo buscó con impaciencia sacar su camisa de tirantes de su falda y alzarla levemente para poder tocar sus pechos sobre el sostén con un poco más de libertad mientras se inclinaba a besar su cuello.

Dahyun rápidamente llevó una mano a su boca para callar todos los ruidos que pudieran salir de ella, mientras se sostenía con su mano libre en el hombro de la japonesa, quién no podía contener su lengua, que estaba claramente ansiosa de probar su piel.

Al separarse de su piel, y en un intento de volver a sus labios, Momo se acercó para volver a besarla, pero Dahyun la detuvo con una sonrisa y con sus dos manos, presionó sus hombros para incitarla a arrodillarse, lo que la mayor aceptó encantada. En esa posición, Dahyun admiró por breves segundos el cómo besaba su estómago un par de veces antes de descender hasta sus piernas completamente, puesto que no pudo mantener sus ojos abiertos por mucho tiempo. Cuando sintió los primeros besos en sus piernas desnudas, no pudo evitar recostar la cabeza en el estante y concentrarse en mantenerse en silencio mientras disfrutaba de aquellos besos, en los que Momo estaba comenzando a utilizar su lengua para tentarla cada vez más.

En pocos segundos, los besos ya no eran solo eso, sino que Momo comenzaba a succionar su piel suavemente e incluso llegaba a morderla, y a este punto admiraba totalmente el autocontrol de Dahyun, pues si fuera ella, probablemente estaría haciendo demasiado ruido.

La respiración de Dahyun era demasiado agitada, algo que lo único que hizo, fue alentarla a continuar porque significaba que estaba funcionando, así que subiendo de milímetro en milímetro, poco a poco fue acercándose hasta su zona V, sintiendo el calor emanar su rostro al estar tan cerca, aún sobre su ropa interior, y al dar un beso justo sobre su clítoris, fue que Dahyun soltó un gemido poco audible, hasta para ella, pero al mismo tiempo, el sonido de varios libros cayéndose al piso a lo lejos asustó a ambas, por lo que la menor aventó sin cuidado a la japonesa por los hombros, quién luego rápidamente gateo hasta el pasillo de a lado para intentar levantarse.

Dahyun miró a todos lados con impresión, asegurándose de que nadie estuviera cerca, y luego suspiró pesadamente, sintiendo alivio para luego reprenderse a sí misma, puesto que a pesar de estar en un lugar público estaba dispuesta a todo. Velozmente se acomodó la ropa y golpeó con sus palmas levemente sus mejillas, intentando despabilarse para luego caminar al centro de la biblioteca por el lado contrario dónde la de flequillo había huido.

Momo, después de alejarse a toda prisa, se levantó del piso y corrió entre los estantes y al salir de ellos, intentó fingir normalidad para llegar a sus mochilas, desde dónde pudo ver que Dahyun caminaba entre los estantes, probablemente fingiendo lo mismo que ella, provocándole una risa al parecerle realmente tierno. Con determinación se colocó su mochila y tomó la de Dahyun para luego acercarse a ella y ofrecérsela con algo de vergüenza, sin poder creer lo que estaban haciendo y aún peor, sin saber cómo ella misma había llegado a eso.

Aparte de que fuera tímida, se consideraba versátil. Con Nayeon, el tener relaciones era generalmente salvaje, por lo que al dejarse llevar tomaba la iniciativa para corresponder a lo que hacía con su novia, aunque ella era quién habitualmente iniciaba todo, por lo que estaba sorprendida de sí misma, ya que nunca había sentido tanto deseo y desesperación por una persona al grado de iniciar cualquier tipo de contacto.

Kim Dahyun tenía muchos efectos en ella, y le hacía experimentar nuevas facetas de sí misma.

Al salir de la biblioteca, ambas huyeron para no hablar de lo sucedido, pero era obvio que no podrían evitar por más tiempo dos cosas: hablar y terminar lo que habían iniciado entre los estantes.

La reunión con Jihyo no duró lo que Dahyun esperaba, puesto que realmente no estaba prestándole la atención que era debida al recordar lo de la biblioteca y todo lo demás. Su amiga lo notó, por lo tanto, ella misma le ofreció que ambas fueran a descansar, aunque estaba segura que probablemente Dahyun no lo haría a pesar de que su amiga no le hubiera mencionado nada acerca de la japonesa. Se le notaba en el rostro la necesidad de estar con ella, en todos los aspectos posibles.

Mientras tanto, Momo, quién estaba evitando pensar acerca de lo sucedido —pues estaba tentada a quitarse las ganas ella misma—, trató de drenar su energía haciendo un poco de ejercicio en el gimnasio del campus, y cuándo llegó la hora, tomó sus cosas para ir al dormitorio, llegando apenas quince minutos antes que Dahyun, por lo que cuando llegó, la encontró sentada en la cama, en top y shorts mientras miraba su teléfono. La corena no pudo evitar recorrer a su amiga —no tan amiga— con atención, sintiendo la humedad entre sus piernas abrumarla.

—Hola —Saludó Momo, alzando la mirada e intentando actuar normal—. ¿Cómo te fue con Jihyo?

Momo la miró con curiosidad, notando su mirada intensa, y luego se miró a sí misma, sonriendo con pena.

—Te juro que no lo hice a propósito —dijo refiriéndose a su falta de ropa—, fuí a hacer un poco de ejercicio y acabo de llegar…

El verla ahí, tan natural, y sin necesidad de tener que hacer lo que sea para verse atractiva la hacía sentir más atraída a ella. Dahyun cerró los ojos por un momento y respiró bajo la curiosa mirada de Momo, intentando aclarar la mente por un momento, pero el único pensamiento seguro que tenía era que ya no aguantaba más.

—¿Dahyunnie…?

Cuando la nombrada abrió los ojos ante su llamado, estaba decidida. El estado en el que Momo la tenía era algo que ya no podía soportar, y eso era algo que la misma japonesa tenía que hacerse responsable, por lo que se acercó hasta que se ganó su mirada desde abajo, ya que estaba sentada.

Dahyun suspiró profundamente y sin decir nada, llevó sus propias manos a los bordes de su camisa y la retiró —mientras Momo la miraba atenta—, para luego dejarla caer al piso. La japonesa se mordió el labio inferior y llevó sus ojos a sus pechos cubiertos por un segundo y luego a sus ojos. La menor simplemente asintió, cómo si así le diera permiso para todo.

Momo elevó sus manos hasta sus caderas y acercó un poco más a Dahyun hasta que pudo juntar sus labios contra la piel de su estómago, dejando tan solo un pequeño beso ahí, pero aunque fuera mínimo, aquello no significaba que no le provocara nada a la pelinegra, puesto que soltó un audible suspiro.

Deseosa y aceptada, la mayor buscó el botón de su falda y bajó el cierre para que esta cayera al piso, sobre sus pies desnudos, luego, examinó las bragas de color negro que Dahyun llevaba, para notar que estaban evidentemente húmedas por la parte de la entrepierna, algo que le hizo tragar saliva pesadamente para luego llevar su mano hasta ahí mientras se levantaba de la cama, hasta estar frente a frente, y cuándo pudo ver sus ojos fijamente contra los suyos, presionó su intimidad.

Ante esto, Dahyun acercó sus labios a los suyos inmediatamente, pero no la besó, sino que gimió sobre su boca, y al notar que su toque había sido breve, suplicó.

—Por favor —rogó sobre sus labios—, hazte cargo.

Aceptando aquella orden, Momo se inclinó para tomar sus labios entre los suyos, guiada por el deseo de por fin hacer lo que había estado esperando y lo que le había ordenado la menor.

La de flequillo acorraló a Dahyun contra la puerta mientras aún la besaba con desespero y acariciaba su cuerpo con ansias, recibiendo lo mismo, pues las manos de la pequeña llegaron hasta sus glúteos en un intento de mantener sus cuerpos a la mínima distancia. Cuando el beso comenzó a robarles el aire que tenían, Momo se separó para comenzar a besar el cuello de Dahyun y sin vergüenza, deslizó su mano bajó las bragas de la coreana, sintiendo entre sus dedos la abundante humedad que le serviría para poder acariciarla fácilmente.

—¡Ah…! —jadeó Dahyun al sentir sus dedos fríos, pero no dudó en hacer lo mismo, pues con la misma decisión de antes, también deslizó su mano bajo su ropa interior mientras con su mano libre abrazaba sus hombros para mantenerla cerca.

La mayor se separó de su cuello y buscó sus labios, dejando un suave beso en ellos seguido de un jadeo leve, ya que había intentado callar un gemido. Dahyun sonrió al escuchar aquello y con deseos de más fue la primera que empezó a acariciar la intimidad de la otra, Momo imitando inmediatamente.

Ambas comenzaron a acariciarse, dejándose llevar por el deseo que habían estado conteniendo, gimiendo en unísono sobre sus propios labios, saboreando cada suspiro y jadeo, que lo único que hacía era incitarlas a más y no parar nunca.

Momo, atrevidamente, deslizó uno de sus dedos dentro de Dahyun, quién paró sus caricias ante esto y sacó su mano de su ropa interior para abrazar su pecho y así tener de qué sostenerse, pues aquella sorpresiva acción provocó que sus piernas comenzaran a flaquear.

—M-Momo… —jadeó pero antes de que pudiera decir algo, la nombrada mordió su labio inferior y comenzó a embestirla suavemente, esperando a que se acostumbrara a la sensación.

—Ya disfrutaré —susurró sobre su boca—, quiero que termines primero.

Dahyun asintió con desespero y dejó caer su cabeza hacía atrás, cosa que fue aprovechada por Momo, pues volvió a besar su cuello, incluso a morderlo, llegando a dejar algunas marcas en su blanca piel, intentando que Dahyun se concentrara en ello antes de deslizar un segundo dedo dentro de ella.

—¡Oh! —gritó Dahyun, apretando más a la mayor contra ella—, ¡Sí…!

Momo sonrió contra su piel, satisfecha de hacerla sentir tan excitada, pues su humedad y sonidos lo demostraban, así que continúo embistiendo mientras buscaba sus labios, dejándole suaves besos en ellos consciente de que no podía corresponderle, pues estaba muy ocupada gimiendo.

—¡Así! —indicó Dahyun cuando Momo aumentó la velocidad—, por Dios… —susurró sintiendo el cómo arqueaba sus dedos, acariciando en cada embestida su punto G—, Momo, ya no puedo, ¡Por favor…!

Motivada por sus súplicas, Momo se concentró en acariciar su punto G, lo que parecía hacerle sentir más sensible y temblorosa. La respiración de Dahyun se agitaba cada vez más y más, indicando que quizá su orgasmo estaba cerca, por lo que movió sus dedos con más esmero y a los pocos segundos, un grito de la pequeña y varios apretones consecutivos a sus dedos por parte de su vagina, le hicieron saber que se estaba corriendo.

—¡Ah, ah…! —Dahyun no contuvo sus gemidos—, ¡Momo…!

La menor abrazó su pecho al terminar, respirando agitadamente, y Momo correspondió, acariciando su espalda intentando relajarla, y cuando sintió que estaba un poco más calmada, la separó para juntar sus labios en un suave y delicado beso, el cuál Dahyun apenas pudo corresponder.

La mayor sonrió contra su boca y la miró con picardía antes de arrodillarse sin despegar la mirada de sus ojos, para luego enganchar sus dedos en su bragas y deslizarlas hacía abajo, liberando así su intimidad húmeda. Momo le regaló un par de besos a sus muslos internos, simplemente tentandola para después tomar una de sus piernas con brusquedad y alzarla para acomodarla sobre uno de sus hombros, y así tener mejor acceso y visibilidad.

—¡Ah! —Dahyun gimió ante su brusquedad, pero cerró los ojos y abrió la boca cuando sintió la lengua de Momo comenzar a explorarla sin previo aviso—. ¡Dios, Momo…!

La nombrada dirigió su lengua a su clítoris, y se concentró principalmente en él, puesto que estaba demasiado sensible gracias a su anterior orgasmo, e incluso llegó a succionar, provocando que Dahyun llevara sus manos a su cabeza con desesperación, para evitar que no se moviera de ahí. Cuando creyó consentirlo lo suficiente, deslizó su lengua un poco más atrás, buscando su entrada, la cual lamió circularmente antes de dejar entrar su lengua.

—¡Oh, Momo! ¡Por favor!

Al escuchar que lo estaba disfrutando, la japonesa comenzó a embestirla con su lengua un par de veces, intercalando aquello con lamidas pequeñas y succiones en su clítoris, simplemente saboreando de cada uno de sus gritos y por supuesto, de su sabor. A ciegas, buscó una de sus manos y la entrelazó con la suya, sintiendo cómo con cada embestida que le daba, Dahyun apretaba su agarre en un intento de no gemir tan alto. Aquel patrón satisfactorio, provocó que la menor llegara en menos de cinco minutos, debido a su sensibilidad pero también a la buena estimulación que le había brindado.

Cuando se levantó del piso, Dahyun atacó sus labios para probar su humedad desde su boca, y cuando sus lenguas comenzaron a jugar entre ellas tal cuál frenesí, siendo inevitable jadear al saborearse. Con deseos de hacerle sentir el mismo placer, Dahyun arrojó a Momo a la cama, para después buscar el broche de su propio sostén y retirarselo para quedar completamente desnuda.

La de flequillo sonrió al recorrer su cuerpo, sin poder hacerlo por demasiado tiempo, puesto que Dahyun prácticamente se había arrojado sobre ella, retomando el beso húmedo que habían parado mientras sus manos buscaban a ciegas sus shorts para intentar quitárselos, pero al no poder, se separó y así los retiró junto con sus bragas, seguidamente le retiró el top, dejándola en las mismas condiciones que ella.

—¿Desesperada…? —preguntó Momo, con una sonrisa pícara.

—No te imaginas —susurró Dahyun sobre su boca, volviendo a besarla.

La japonesa intentó volver a bajar su mano entre el beso a la intimidad de Dahyun, pero esta la paró y con fuerza colocó sus dos manos sobre su cabeza, provocando un jadeo de parte de Momo.

—Es tu turno —dijo seriamente, provocando que la piel de Momo se erizara completamente.

La coreana se acercó a sus labios, y cuando Momo se alzó para besarla se alejó considerablemente, burlándose de ella para luego inclinarse y comenzar a besar su cuello con una lentitud inquietante, además, sostuvo el agarre de sus manos fuertemente con una sola para poder bajar la otra hasta su mandíbula y comenzar a deslizar su dedo medio hacía abajo, sintiendo cómo su toque hacía sentir ansiosa a la mayor.

—¿Eso te gusta…? —preguntó sin pudor, deslizándolo más y pasándolo justo en medio de sus pechos hasta su marcado abdomen.

La pelinegra asintió, mirándola hipnotizada, y Dahyun se acercó para besar la comisura de sus labios, adorando del jugar con ella y sus sentidos, puesto que estaba bajando cada vez más su dedo medio.

—¿Debería bajar más? —preguntó fingiendo ingenuidad para luego rasguñar suavemente su piel, provocando un gemido bajito, lo que la hizo sonreír más, ya que ni siquiera podía responderle—. Lo tomaré cómo un sí.

Momo asintió con desesperación y buscó sus labios, esta vez Dahyun permitiéndole besarla mientras deslizaba su mano entre sus piernas y volvía a acariciarla suavemente, sintiendo cómo temblaba con cada toque que le daba e incluso abría más las piernas, intentando darle más acceso.

—Dahyunnie… —gimió sobre sus labios, por lo que sonrió levemente antes de bajar su rostro hasta sus pechos, y así comenzar a besar y lamer cada uno.

A este punto, Momo respiraba con fuerza, inflando el pecho múltiples veces, y fue mejor cuando Dahyun tomó la confianza para penetrarla con su dedo medio, pues cuando lo hizo aprovechó para morder suavemente uno de sus pezones, haciéndola jadear muy alto sin poder evitarlo.

—¡Ah!

La rapidez y profundidad con la que Dahyun la embestía comenzó aumentar, provocando un sonido ahogado gracias a su humedad. La mayor intentaba reprimir sus gemidos, pues a diferencia de Dahyun, ella recordaba que estaban en los dormitorios, por lo que mordía su labio inferior fuertemente.

Cuando la menor sintió que su dedo entraba cada vez con más facilidad, procedió a dejar entrar un segundo, a lo que Momo soltó un gemido ahogado y cerró los ojos con fuerza.

—¡Ya no puedo…! —susurró desesperada—, ¡Por favor, por favor!

Dahyun asintió y cómo antes, la embistió con la misma rapidez, parando de vez en cuando para dedicarse específicamente a acariciar con las yemas de sus dedos su punto G.

—¡Espera…! —Momo suplicó, por lo que Dahyun paró y la miró con atención, notando un brillo particular en sus ojos—, por favor, déjame abrazarte.

La coreana asintió y soltó sus manos, por lo que Momo abrazó su cintura y con la otra mano la atrajo para besarla, y así, Dahyun continúo sus embestidas, disfrutando de sus jadeos sobre su boca. Cuando sintió que sus dedos comenzaban a apretarse y que la humedad abundaba mucho más, notó que Momo restregaba su rostro contra su cuello, mientras la abrazaba con fuerza, siento esto último más estimulante para la japonesa al fin de su orgasmo, pero también permitiéndole grabar mentalmente la excitante experiencia y su hipnotizante olor.

—Dahyunnie… —gimió contra su piel—, se siente bien… —jadeó mientras comenzaba a mover sus caderas contra su mano, por lo que no paró sus embestidas—, por favor, no te detengas.

La nombrada obedeció su petición, y al poco tiempo, volvió a escuchar sus gemidos más seguidos, además de las mismas contracciones en sus dedos, comprendiendo que había tenido un segundo orgasmo. Cuando Momo dejó caer su cabeza en la cama, la atrajo para besarla dulcemente, cada una ladeando su cabeza de vez en cuando, volviendo aquel encuentro más calmado, lento y duradero, mientras la abrazaba con suavidad. Incluso en medio del beso, acarició sus mejillas y cuando se quedaron sin aire, se dedicó a regalarle castos y pequeños besitos.

Sin previo aviso, Momo rodó en la cama junto con ella, quedando sobre sobre ella, y seguidamente se acomodó entre sus piernas, aún besándola. Con habilidad se alzó un poco y entrelazó sus piernas para luego comenzar a frotarse con su muslo, provocando un efecto dominó pues con cada movimiento que hacía, consecuentemente Dahyun se frotaba con el suyo.

Ya no se movían desesperadas, al contrario, ahora todo era lento, pues Momo intentaba disfrutar del momento y hacerlo de la forma más amorosa posible, intentando hacer sentir a Dahyun querida y consentida. Intentando expresar su cariño por ella, que sin poder negarlo, se había convertido en amor.

La coreana ahora abrazaba la espalda de la mayor, y con frote gemía contra su boca, sin poder evitar sonreír levemente ante el placer que estaba sintiendo. Y sí, debía admitir que estaba sintiéndose más deseada y amada que nunca, pero de nuevo, era algo de lo que no estaba segura, pero suponía que ahora, era algo que ahora necesitaban hablar.

A los pocos minutos, con las manos fuertemente entrelazadas, ambas se corrieron, una poco después que la otra, pero juntas al final. Aún agitadas, Momo se acercó para besar a Dahyun con dulzura y cuando se alejó para mirarla, notó sus ojos brillosos y su mejillas sonrojadas, y en ese momento aceptó que era la mujer más hermosa que alguna vez había visto, y que sí, sentía algo por ella, porque lo que acababan de hacer no podría haber pasado si no fuera así.

Dahyun le gustaba, y el verla así, solo hacía que su corazón se agitara, por lo que dudó que sus sentimientos se limitaran solo a eso. Sabía que su corazón sentía más. Tenerla de esa forma tan íntima le había hecho alejar todas las dudas y finalmente aceptarlo.

La coreana le sonrió, lo que correspondió, y de solo mirarse, ambas comenzaron a reír, apenadas de descubrir otra faceta de ellas, pero encantadas, puesto que lo que habían hecho era algo que ambas deseaban, y así, Dahyun dijo:

—Esto no era parte del plan.

No hay mucho qué decir de este capítulo jejeje, espero que les haya gustado. Estamos muy cerca del final. Ahora sí, es definitivo, nos vemos el viernes, solo que esta vez lo olvidé porque estuve un poquito ocupada, lo siento, pero no vuelve a pasar. Promesa.

Nos vemos el próximo viernes, no se olvide de votar si les ha gustado, también comenten mucho 🫶

–B. A. F.

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