Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Cambios y malas decisiones

BRUCE

Desde que conocía a Matt, todo había cambiado drásticamente. Él, que se consideraba la persona más inestable e insegura del mundo, por fin había captado la atención de alguien.

Y no sólo tenía la fortuna de que ese alguien era un apuesto doctor, Matt, ya le había demostrado de mil y una formas que era un buen hombre, y lo más importante, lo amaba.

Era difícil imaginar su vida ahora sin él. Sobre todo por el hecho de que no había día en que no se vieran.

Empezó a frecuentar más el hospital donde trabajaba y por ende se le hizo costumbre visitar a los niños enfermos que allí residían. Ya los consideraba sus amigos y claro está a los infantes les alegraba en demasía sus visitas, no sólo por tratarse de un vengador, sino por la simple cuestión de pasar tiempo con ellos.
Matt prácticamente atendía desde bebés recién nacidos hasta niños de doce años. Así que la edad de su selectivo grupo de adorables niños variaba.

Saludó a las ya conocidas enfermeras que se topaba a su paso, lo cierto es que gran parte de las personas que laboraban en el hospital central, ya lo reconocían y sabían que se trataba del novio del doctor Matt Johnson.

Cuando cruzó las instalaciones hasta llegar a el área de los niños, éstos inquietos se movían de un lado a otro, escondiendo algo entre sus manitas. Se escuchaban las risas y murmullos aún desede lejos.

En cuanto estuvo lo suficientemente cerca de ellos, cada uno fue entregándole una rosa. Al final terminó con un gigantesco ramo, lo que sólo lo dejó más impresionado y entusiasmado.

—¿Qué es lo que traman?—preguntó en lo que era literalmente arrastrado por ellos.

—No podemos decirte.—Lucy, una niña que padecía una terrible enfermedad terminal, y a quién Bruce adoraba con todo su corazón, se disculpó, viéndose comprometida por estar ocultándole la verdadera situación a su amigo.

—Tranquila, nena, lo entiendo.

Como si hubiese activado un interruptor, la niña corrió a abrazarlo.

—¡Te apuesto a que te gustará mucho la sorpresa!

Rió junto con ella y se dejó guiar por los pequeños a otra habitación en donde Matt lo esperaba con la sonrisa más deslumbrante que le haya visto alguna vez. A diferencia de otros días, no llevaba puesta su bata, sino un elegante traje negro que resaltaba su porte y complexión varonil.

A Bruce se le dibujó una sonrisa en el rostro.

Su corazón bombeaba agitado, tanto que temió por invitar al otro sujeto.

Respiró hondo cuando vio la escena de su novio frente a él.

—Hola.—susurró Matt.

—Hola.—respondió nervioso. Aún sujetaba el ramo con firmeza, con el temor de que éste cayera al suelo.

—Bruce.—lo llamó, tomando una de sus manos entre las suyas.—Hemos pasado mucho tiempo juntos, te conzco bien y tú me conoces a mí. —Banner asintió sintiendo el inminente llanto avecinarse por sus ojos.

—Así es.—su voz sonó tan débil.

—Sé que al principio temías compartir tu vida con la de alguien más. Incluso me advertiste que tratándose de ti, jamás podría vivir un estilo de vida normal. Que me estaba arresgiando, que no sería feliz. —negó, sonriendo y perdiéndose en en hombre frente a él. —Pero te equivocaste, amor. Porque a tu lado soy el hombre más feliz del mundo y te amo. Te amo más de lo que imaginas.

Bruce ya era un desastre tanto emocionalmente como por fuera. Las lágrimas corrían fluidas por sus mejillas. Nunca se consideró alguien fuerte, Hulk lo era, Bruce no del todo.Quería ser capaz de responderle, sin embargo no podía. No con ese nudo en su garganta, consumiendo cualquier palabra que quisiera pronunciar.

Matt con dulzura retiró el exceso de humedad en sus ojos y procedió a arrodillarse ante él.

—¿Te casarías conmigo?—sacó de la bolsa del saco un reluciente anilllo.

Bueno, por lo menos estoy en un hospital...

Pensó ante la posibilidad de desplomarse allí mismo.

—Sí.—logró articular con voz temblorosa. —Si quiero, Matt.—de nuevo las lágrimas obstruían inútilmente su vista.

El médico lo envolvió en sus brazos y llenó de besos su rostro. 

Por encima del hombro de su ahora prometido, divisó a Natasha grabando con su celular.

Sonrió al percatarse de que todos sus amigos estaban también allí.

Se vivía un ambiente de inmensa alegría, los niños y todos los presentes, admiraban fasinados a la pareja de enamorados.

—¡No puedo creerlo, después de todo seré madrina de bodas!—la pelirroja los abrazó a ambos entusiasmada.

—No entiendo por qué te emociona tanto, también lo fuiste con Steve y Tony. —Bruce rió recordando.

—Pero ahora es tu boda, es completamente diferente.

—Ya inicié con los preparativos, así que más les vale dar su opinión ahora. Aclarando. —escucharon a Loki tan seguro de sí como siempre.

Matt y Bruce intercambiaron una mirada preocupada.

—Amor, ¿está hablando en serio?—murmuró bajito.

—Oh, sí. Creanme que lo está haciendo.—le respondió Charles a Matt metiéndose en la conversación.

—No te preocupes.—Bruce se abrazó de él.—Todo saldrá bien.

O al menos eso esperaba.








TONY

Esto definitivamente era una locura, más no había marcha atrás.

Ya había pasado más de un mes desde el anuncio de la boda de Bruce y gracias a la experimentada labor de sus amigos, la boda sería dentro de dos días.

Así que tuvo una descabellada idea; organizarle una despedida de soltero a Bruce.

Y allí estaban, Loki, Bruce, Charles y él  en la entrada de un bar gay.

—Esto es horrible, Tony. Yo me largo, no pienso ingresar allí dentro.—Bruce negó abruptamente.

—Admito que Bruce puede tener razón, no quiero ni pensar si nuestras parejas se llegan a enterar que venimos a un lugar así.—Charles también se veía inquieto.

—Oh, vamos. Hablan como si fueramos al mismísimo infierno, además, no vamos a engañarlos, es sólo para que Bruce disfrute del panorama antes de que ya no pueda volver a hacerlo. Apuesto a que será divertido.—comentó alentándolos.

—Apoyo a Stark.—Loki se revolvió su cabello con gracia.— Añadiendo que sólo nos quedaremos un rato y no toda la noche.

Bruce no daba crédito a tales propuestas. Ni siquiera habían entrado y ya estaba colorado y abochornado.

—Alguien nos podría reconocer.—dijo Banner, mirando con discreción a su alrededor.

—Charles no permitirá que lo recuerden, todo resultará bien, así que por favor entremos de una buena vez.

Pese a las quejas de Bruce y el telepata, Loki y Tony por fin lograron convencerlos.

Prometieron no exederse de las 2 am, ese sería su límite.

Desde que pusieron un pie dentro, fueron blanco de varias miradas curiosas.

El lugar se veía bastante bien, debían de admitir. Como una discoteca común y ordianaria, a exepción de que allí circulaban en su mayoría  varones. Las luces de colores cambiaban constantemente en la pista de baile, mientras la música sonaba a todo volumen, casi haciendo imposible escuchar a los demás sin que tuvieran que gritar.

Por supuesto que había muchas personas, aunque sin llegar a exagerar.

Los cuatro tomaron asiento frente a la barra y Tony ordenó sus bebidas.

El barman no tardó en servirles sus copas, no sin antes guiñarle un ojo a Loki.

El dios le devolvió una sonrisa, alentando las risas de sus acompañantes.

—Thor, va a matarte.—Charles miró en dirección a el chico rubio que en esos momentos atendía a otros clientes.

—Ven, esto no está tan mal.—Tony comentó orgulloso.

—Hasta ahora.—Bruce le dio un trago a su bebida, amortiguando su mal humor.

—Relajate, amigo. —le dio unas palmaditas en la espalda.—Se supone que debes de disfrutar esta noche.

—Pues no está funcionando.

—Vaya creí que no sería problema el estar aquí, pero ya van como cinco chicos que tengo que distraer para que no nos reconozcan.

—Ok, yo me voy.—Bruce se puso de pie ante las palabras de Charles.

Tony lo obligó a sentarse de nuevo.

—¡Por lo menos bebamos a gusto hombre! Steve me tiene tan restringido con el alcohol que ya hasta empiezo a olvidar su sabor.

Hicieron caso del millonario y vaciaron el contenido de sus vasos en tiempo récord.

Como Bruce no quería pararse a bailar, siguieron surtiéndose tragos, brindando y bebiendo entre risas. Claro que Charles y Loki en menor medida que los otros dos, alguien debía mantener la cordura.

Tony se percató de que justo detrás de ellos, dos bailarines en escasa ropa, danzaban al ritmo de la música, dando así un gran espectáculo para cualquiera que los viera.

Loki también se dio cuenta y sin pensárselo dos veces, jaló a Bruce de su camisa.

Tony y Charles apenas pudieron parpadear para cuando Loki ya estaba susurrándoles algo a los dos apuestos chicos.

Éstos asintieron comprendiendo y empezaron a bailarle exclusivamenta al doctor Banner.
El castaño no supo como reaccionar, ni siquiera se movía. Se llevó las manos a sus ojos, avergonzado de estar pasando por eso.

Bruce no supo si fue el alcohol en su organismo o el lugar tan ambientado pero comenzó a dejarse llevar y por primera vez en la noche, dejar de preocuparse por lo que podría llegar a pasar.

Loki tampoco perdió el tiempo, se encontraba bailando animado a la par de la música, distrayendo a más de un chico en la pista con sus movimientos lentos.

Tony por otro lado se moría de la risa, como deseaba poder grabarlos, pero eso sería mucho y no deseaban evidencia que los delatara.

El sabor amargo del alcohol en su garganta se sentía bien después de tanto tiempo sin probarlo. No bromeaba cuando dijo que Steve le medía sus cantidades de bebida.

—¡Tony, no creo que debas tomar tanto!—Charles intentó apartar la copa de su mano.

—Estoy bien.—le robó su vaso dándole un trago.—Me siento de maravilla.

—No, ya has tomado demasiado. Te acabaste las bebidas de Loki y Bruce y ya llevas como más de cinco de parte tuya.

Charles corroboró que Tony ya no estaba en sus cincos sentidos cuando lo vio carcajearse y tambalearse en la mesa.

—Dios, esto es como en los viejos tiempos.—rió, acabándose el contenido del vaso.

Charles preocupado miró ahora en la pista donde Bruce y Loki parecían estar pasando un buen momento bailando.

Su cabeza daba vueltas y la música retumbaba molesta en sus oídos, talló sus ojos para hacer pasar aquellos malestares.

—¡No puede ser, quieren joderse a Bruce! Se lo quieren llevar entre esos dos sujetos.—Charles de repente se levantó horrorizado.—No te muevas, Tony. Iré por ellos y entre todos nos iremos de aquí.

Tony no alcanzó a responderle en parte por que aún se sentía mareado y por la simple razón de que Charles lo dejó botado para irse rápidamente a la pista de baile.

—Hola, guapo.—se giró a un costado  para ver a un atractivo hombre sentarse a su lado.

—Hola...—sonrió hacia él y después se dio la vuelta ignorándolo.

—¿Qué haces tan solito?—preguntó cambiandose de lado para verlo.

—No estoy solo...

—¿Te molesta si bailamos?—se acercó invadiendo su espacio personal.

Tony lo inspeccionó de pies a cabeza.

El tipo tenía los suyo, eso que ni que. Sin embargo cuando lo miró directo a los ojos no vio aquel brillo azulado. 

No era su Steve.

Se apartó casi de un saltó del hombre, su corazón latía desenfrenado.

—¡Álejate, yo tengo esposo!

—Pues si yo fuera tu esposo, no te dejaría ni cinco minutos. —lo rodeó en un rápido movimiento, atrayéndole de la cintura.

Para su mala suerte justo en esos momentos su cuerpo no respondía eficientemente a lo que su cerebro trataba de ordenarle.

Hizo el intento inútil de apartarlo pero sólo consiguió que el otro hombre se riera más.

Una cegadora luz lo dejó aturdido  aumentando su dolor de cabeza. Para cuando logró abrir los ojos, vio como ciertas personas le tomaban fotos y grababan con sus celulares. 

Lo siguiente que percibió fue pasar todo en cámara lenta. Loki estrelló con fuerza los aparatos contra una pared cercana y lo ayudó a alejarse de aquel estresante sujeto.

Charles sostenía de igual forma a Bruce, quien tenía una expresión adormilada.

Los cuatro salieron sin preocuparse por lo que ocurría con los demás, ya que estaban literalmente congelados. Obra de Charles, sin duda alguna.

Una vez afuera Tony vomitó y el dios asgardiano asqueado lo soltó haciéndolo caer de bruces al suelo.

—Sabía que nada bueno podía resultar de esta noche.—comentó Charles, secándose el sudor con su manga.

Entré éste y Loki, lo subieron a él y a Bruce en su auto, mientras Charles era el responsable de conducir.

Los ojos ya los sentía pesados como para seguir teniéndolos abiertos. Ahora sólo quería echarse a su cama a dormir.

Su nivel de perdición era tanta que ni siquiera  había visto a su hermano de ciencia, durmiendo tranquilamente, apoyado en su hombro.

—Dejaré primero a Tony, está muy mal y necesita descansar.

—Sólo imploro que Rogers no lo maté después de esto.

Aún estaba despierto pero escuchaba las voces de sus amigos algo lejanas.

—Destruiste esos celulares, ¿no es así? Si  esas fotos salen a la luz, entonces sí será hombre muerto.

—Sí, pero por la prisa, no me fije si alguna otra persona lo fotografió junto a ese hombre.

¿Qué celulares? ¿Qué hombre?...

Su mente ya empezaba a olvidar lo acontecido.

Estaba por caer en un profundo sueño cuando Charles lo levantó y pasándose su brazo por su cuello lo ayudó a bajarse y encaminarse hasta su departamento.

—¡Quiero a Steve!—exigió en un arranque de adrenalina, apoyando su frente en el ascensor.

—No creo que lo ponga muy contento verte así...

Charles temió lo peor cuando llegaron al piso acordado y las puertas metalicas se abrieron.

Peter alzó su cabeza del sillón para ver quién había llegado.

—Pá...

—¿Quién eres tú?—juraba conocer a ese niño de algún lado.

Peter miró alamado a su tío y éste se encogió de hombros.

—¡Por dios, está ebrio!—exclamó conteniendo una risa.—No puede ser, papá  va enfurecerse si lo ve en este estado. —Cambió su expresión por una preocupada.

—Lo siento, Peter, pero tienes que hablarle a Steve, deja que él se encarge de Tony.—lo recostó en el sillón de la sala.

—Está en su habitación, iré a hablarle...—su teléfono vibró. Era Harry.

—¿Sucede algo?

—Es un amigo, le diré que no puedo contestarle ahora.—puso en altavoz la llamada. —Harry escucha...

—¡Cállate, y por  amor a mi trasero, dime que es un photoshop lo que está en tendencia en las redes sociales! Amigo, estoy contigo pase lo que pase...

—¿De qué estás hablando? —consternado miró una vez más a su tío.

Charles empezó a recibir un sin fin de mensajes de parte de Erik. Eso en ningún mundo podían significar buenas noticias.

El adolescente colgó la llamada y una vez que se puso a investigar en la red, lo supo.

—¿Fueron a un bar gay?, dime que  no engañó a mi padre.

—No llegó a pasar nada, y yo ya tengo que irme, también estoy en problemas.—exhaló cansado.— Sin contar que tu tío Bruce y Loki siguen abajo en el auto de Tony.

Se despidió de él en breve y salió corriendo para desaparecer por el elevador.

Tony gimió adolorido. Estaba acostado sobre su brazo y la caída de hace unos instantes empeoró su estado.

Steve recién bajaba, no se sorprendió cuando se encontró con su hijo tratando de levantar a su esposo del sillón.

La noticia la había visto gracias a la rapidez del internet, él ya no era un inexperto con la tecnología, como muchos creían. No podría jamas igualar a Tony o inclusive a Peter, pero sin duda alguna, ya se defendía en ese aspecto tan importante.

Una parte de él no quizo creer lo que leía a través de la tableta, sobre todo por lo destrozado que se sintió cuando vio esas imagenes de el amor de su vida en los brazos de otra persona. Sin embargo allí estaba Tony frente a él cayéndose de lo borracho en su propia casa.

Peter se puso pálido, qué haría ahora.

—Pops...

—Hijo, ya es tarde, deberías de estar dormido. Yo me encargaré de llevar a tu padre a la cama.

—¡Steve!—el moreno extendió sus brazos al verlo tan cerca de él.—Dame un beso...

El Capitán lo cargó sin problema alguno, ignorando las constantes peticiones de su pareja por besarlo. Como consecuencia Tony se acurrucó a su pecho como si fuese un niño pequeño.

—Hablaremos mañana, no creo que puedas resistir más...

El castaño sonrió sintiéndose protegido por los fuertes brazos que lo sostenían, en el momento en que su cuerpo hizo contacto con el suave colchon se quedó completamente dormido.







********

Mierda...

Despertar con resaca no era la mejor sensación de todas.

Buscó el tibio cuerpo de Steve para entrar en calor, más al explorar su lado de la cama con su brazo se dio cuenta de que no estaba. La frialdad de ese espacio le hizo comprender que en efecto Steve ni siquiera había dormido allí.

Se sentó a pesar de que eso le provocó una intensa jaqueca. Miró también el vaso de agua en la mesita de noche junto con unas pastillas para el dolor de cabeza.

Steve...

Las tomó y desasiéndose de las sábanas que lo cubrían, se puso de pie.

No recordaba con exactitud lo que pasó la noche anterior, pero se conocía  a sí mismo y sabía que si de meter la pata se trataba, bueno, él era todo un experto.

A cada paso que daba su cuerpo dolía cada vez más.

Escuchó las voces provenir de la cocina y decidió ir allí.

Steve y Peter desayunaban alegres, alegría que terminó cuando Tony se presentó ante los dos.

Tragó en seco. No entendía nada.

—Peter, ve a tu habitación, necesito hablar con tu papá.—Steve indicó.

El menor asintió sin decir ni replicar ni una palabra y subió por las escaleras, aunque sin llegar hasta su habitación.

Tony seguía parado en el mismo lugar estático sin saber como empezar.

—¿Cómo te sientes?—Steve se había levantado de la mesa, para posteriormente observarlo con los brazos cruzados.

—De la mierda, hace mucho que no pasaba por esto.—bromeó pero Steve permaneció serio.

—No era para menos, ¿qué esperabas después de beber tanto?

—Steve, sé que fue estúpido de mi parte pero fue por una buena razón...

—Estoy muy molesto contigo.—desvió su mirada por un segundo para dedicarse a observar con mayor interés el periódico en la mesa.

—Lo sé, y tienes motivos.—se acercó a él, sorprendiéndose de que Steve volviera a tomar una distancia entre ambos.

Steve y él discutían todo el tiempo, más eran pocas las veces en que duraban enojados, además el rubio nunca se había comportado distante con él por mucho que llegaran a pelear.

Tony no supo si fue la falta de equilibrio o el terrible sentimiento en su pecho, lo que debilitó sus piernas al querer dar un paso al frente.

—¿Por qué no lees la nota en el periódico?, habla sobre ti. Incluso estás en primera plana. —sugirió con un tono que volvió a herir a Tony.

Tomó el periódico para corroborar las palabras de su esposo.

Joder, qué hice...

La foto inicial del periódico era él abrazado de otro hombre.
El perdiodista obviamente se aprovecho de las imágenes para difamarlo y escribir un sin fin de tonterías sin sentido.

—Steve, sé que se ve terrible pero esto está fuera de contexto, sabes que yo jamás te engañaría...

—No es eso lo que me enojó, Anthony.

Demonios, sí está furioso...

Steve nunca lo llamaba por su nombre completo a menos que en verdad quisiera regañarlo.

—Dejando de lado los celos que me produjeron esas fotografías, lo que más preocupó fue tu falta de sensatez en la situación. —lo volvió a mirar.—Fuiste tan irresponsable.—suspiró, reforzando su agarre en una de las sillas del comedor.

—Lo admito, me embriagué un poco, ¿qué con eso? No es como si fuera la primera vez que me vieras así.—también comenzaba a enojarse.

Steve rió sarcástico.

—¿Te estás escuchando?, ¡¿Cómo que qué tiene que ver?!—alzó su voz.—Es una etapa que ya habíamos superado, tu alcoholismo mejoró mucho en este tiempo, no quiero que vuelvas a recaer, e independientemente de eso, ahora tenemos una familia Tony, ¿este es el ejemplo que quieres para Peter?

—¡Por supuesto que no! Sólo quería sentirme como en los viejos tiempos, eso es todo.

El rubio negó incrédulo.

—Así que en los viejos tiempos, ¿eh? ¿Hablas de cuando eras un maldito adicto? o cuando eras un prestigioso playboy que se acostaba con quien sea que se le atrevesara por su camino... Porque sinceramente ya no sé de qué estás hablando.

—¡Maldición Steve! Tienes que hacerlo ver todo tan mal siempre, ¿no es así? Ya confesé que fue mi error, no volverá a suceder. Fin del asunto.

—No. —en sus ojos vio reflejado todo el dolor por el cual estaba pasando Steve.—Yo no estoy en desacuerdo en que salgas a divertirte con tus amigos e incluso que bebas alcohol, pero todo tiene un límite, y tú te exediste esta vez.—deseó golpearse a sí mismo al ver lo mucho en que se esforzaba su esposo por no romper a llorar.

Concluyó entonces que Steve no merecía esto, él era el hombre ideal para Tony en cada aspecto. Hubiera matado a quien se atreviera a dañarlo, qué ironía que fuera él esa persona.

—Esto sólo me demostró lo poco que te importamos como familia. El valor que me das como tu esposo, como alguien que se preocupa por ti porque te ama... ya veo que no es el mismo que yo te adjudico a ti. —forzó una sonrisa.

El verlo así de roto lo estaba poniendo el doble de mal, sus hermosos ojos estaban rojizos y su semblante no era el mejor de todos.
Aún pese a la distancia, no pasó detalle de las cobijas arrugadas en el sillón, era evidente que había dormido allí.

—Steve... Por favor no pienses eso.

—Es lo que es, Tony. —apartó su mirada de la suya.—Así que cuando decidas tomarte enserio lo que juntos hemos forjado durante todos estos años, entonces puedes volver a hablarme.

—Amor, por favor.—quiso tomar su mano pero el Capitán lo retiró sutilmente.

—Te dejé algo de comida, voy a salir con Natasha, regreso en el transcurso del día. Supongo puedes hacerte cargo de Peter por un rato.—se puso su chaqueta y sin esperar respuesta alguna salió con dirección al elevador.

Tony después de mucho tiempo, empezó a sentir pánico de nuevo. Ese punzante dolor regresaba a presionar su pecho, causandole pesadez al respirar.

Odiaba que Steve lo tratara así, pero sobre todo odiaba su aberración por pensar primero en él mismo antes que en los que realmente amaba. 

No se sabía quien sería el primero en dejar correr las lágrimas, si el hombre en la cocina o el atónito adolescente que aún permanecía escondido entre el muro y el inicio de las escaleras.























To be continued...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro