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ᴀǫᴜᴇʟʟᴀ ɴᴏᴄʜᴇ ᴛᴇʀʀɪʙʟᴇ

|𝟹𝟷| ᴊᴜɴɢᴋᴏᴏᴋ

"Jungkook, están aqui"

Eso fue todo lo que necesité escuchar para saber que estábamos en peligro. Tuve que dejar a Tara dormida en la vieja choza con toda la desconfianza del mundo temiendo en que algo podía pasarle si estaba sola, sin embargo no podía decirle lo que pasaba porque conociéndola ella me seguiría, así que confiando en que no iba a despertarse a media noche para buscarme, la dejé, no sin antes observar su rostro pacífico, sintiendo que talvez está era la última oportunidad para verla, porque lo que me esperaba en la aldea no era fácil.

El llamado de emergencia de Jimin fue suficiente para saber que el momento había llegado, que era ahora o nunca, que en una sola noche se iba a decidir nuestro futuro, que era el momento necesario para pensar bien a qué renunciar, para saber si lo que habíamos hecho todo este tiempo para proteger a nuestra especia y a los humanos había valido la pena. No sabía si iba a volver, porque al ser el jefe mi prioridad iba a ser siempre la manada, siempre iban ellos primero que yo, incluso si ahora tenía algo por lo cual luchar.

Me moví rápido, haciendo uso de toda mi furia para activar todos mis sentidos, también conecté con lo que pasaba en la aldea, lo escuché todo, rugidos, lamentos, maldiciones de todo tipo, la preocupación de mi madre y del resto de mujeres. Corrí más rápido para atravesar el bosque y así poder llegar más pronto y proteger a mi familia. Estábamos justo en el borde del  limbo y tenía que resurgir como lo que era, un lobo, un líder. Por mis venas no solo corría sangre, también corría una furia tórrida que casi no podía controlar.

Llegué a la cerca de la aldea y divisé a Jimin siendo atacado por uno de ellos, no lo dudé y salté hasta el otro lado para caer justo sobre el viejo lobo que atacaba a Jimin. Le mordí el cuello haciendo la presión suficiente en mi mandíbula como para acabar con su vida, el viejo lobo cayó a un lado, muerto, derramando sangre de su cuello.

"Seokjin no está aqui, no atendió al llamado, el resto viene en camino"

Mire a mí alrededor notando como un solo lobo de nuestro lado peleaba con dos a la vez, como trataban de hacer todo lo posible para no dejarse lastimar, porque una vez heridos, la batalla estaría terminada.

Más lobos empezaron a aproximarse hacia a mi, Jimin se puso de pie de nuevo y atacó primero, con toda su fuerza. El lobo que se abalanzó sobre mi era más grande en tamaño pero sin duda más delgado, tenía fuerza y me tiró al suelo, trataba de morderme con sus afilados dientes pero no lo permití y mordí su cuello. Se lamentó y se alejó de mi dándome la oportunidad perfecta para atacarlo. Me lo quité de encima y corrí hasta un lobo que intentaba entrar a mi casa, donde mi mamá y mi hermana estaban. Hice un pequeño bosquejo en medio de todo el el campo de pelea, Kyujin no estaba por ningún lado.

Algo curioso de estos lobos que nos atacaban era su color particular, todos eran blancos, o blancos y grises, no había ni uno solo negro a excepción del primer lobo que me había atacado. Corrí hasta el lobo que daba fuertes patadas a la casa de mi madre, ella estaba ahí dentro junto con mi padre quien tenía rotundamente prohibido pelear, había quedado fuera desde el momento uno y me aseguré de que siempreblo entendiera así. Ningún anciano peleaba. mordí al lobo por las costillas, desafortunadamente fue más rápido que yo y me mordió una pata, me lastimó pero no lo suficiente. Con mucha furia mordí su cuello hasta que sangro. Estaba más que seguro de que mis caninos estaban cubiertos de sangre y que parte de mi pelaje también.

Me alejé de la casa nuevamente para no llamar la atención, a lo lejos observé un par de ojos que hervían como llamas de fuego, era Kyujin, estaba oculta entre un pequeño arbusto cerca del bosque, miraba para todos lados sin saber qué hacer.

"¿Nos traicionas?" Preguntó si entiendo que la furia se apoderaba de mi.

"No puedo..." me sentí herido por su traición, su corta respuesta lo decía todo, no iba a pelear con ellos, pero tampoco con nosotros. Por prestar atención hacia ella un lobo me tomó desprevenido, traté de reaccionar rápido pero no pude.

El lobo me tumbó al suelo tan fuerte que juré que pudo haber roto una de mis costillas. Traté de apartarlo dando mordidas que fallaron en el aire, no pude, otro lobo se unió y empezó a rodearme, intento morderme pero rápidamente fue apartado con verdadera fuerza hacia un lado. El lobo que estaba sobre mi se distrajo por lo cual pude atacarlo y morderme el cuello, lastimosamente no tan fuerte como para asesinarlo, pero si lo suficiente como para quitarlo de encima.

Me abalance sobre él y termine el trabajo, hasta que dejó de luchar porque estaba muerto. Miré hacia el lado hasta poder ver a quien me había salvado. Fue Kyujin.

Ella estaba aturdida dando vueltas en su lugar, tenia la cabeza gacha, supongo que temerosa, la final de cuentas era su familia. Me acerqué a ella y traté de calmarla estando cerca para así protegerla de su vulnerabilidad. Miré a mí alrededor, todos peleaban, unos de los mios ya estaban heridos o tendidos en el suelo, pero muchos más de ellos ya estaban muertos. Todos estábamos ocupado.

De la nada, una manada de cinco más se unieron al combate, eran demasiados, ya estábamos debilitados y aún nos faltaba gente. Justo en el momento en el que ellos se unieron, Hoseok, Namjoon, Taehyung y Yoongi se unieron, tras ellos venía Seokjin bastante decidido a atacar.

Ellos se unieron a la pelea derribando al resto de ellos, empezaron a atacar con rapidez y verdadera rudeza, mientras tanto miré a Kyujin, tenía la cabeza en el suelo y se lamentaba. Mi gente derribó a muchos, mordiendo y quebraban huesos, su mente estaba llena de furia sin embargo podía escuchar como ellos disfrutaban de pelear, incluso si también salíamos lastimados.

Kyujin se lamentaba en el suelo, su mente daba vuelta y eso no nos era de ayuda.

"No puedo luchar con ellos..." repetía constantemente, sus palabras hacían eco en mi cabeza mientras trataba de no bajar mi guardia y que así no me atacaran. Sin proveerlo, por la espalda alguien me atacó, me tumbó al suelo una vez más, sentí que una de mis patas se lastimaba al caer. Estaba sobre mi espalda y mordía mi cuello por atrás. No podía moverme, miraba a Kyujin de reojo, aún seguía con la cabeza en el suelo. Mientras trataba de no perecer moviendo mi cuerpo a cómo podía. Seokjin vino a mi rescate y derribó al lobo que me atacaba, logré levantarme del suelo y me acerqué a Seokjin para enfrentar al lobo que me había atacado.

"Corres entre traicioneros, Jeon" dijo él, tratando de respirar con dificultad.

"Mátalo, Seokjin" ordene, tratando de contenerme y no hacerlo yo.

"Este no es cómo , desciende de un clan diferente, es un espia" miré a Seokjin con duda, su mente estaba tranquila, no decía nada "vino aquí para matarte"

"Seokjin..." dije inseguro.

"Diles, sobrino..." Seokjin sin dudar un poco más le mordió el cuello y acabó con su vida.

Seokjin estaba en silencio, su mente también. A nuestro al rededor ya casi todos estaban exhaustos. Dos lobos huyeron y se perdieron en el bosque.

El resto de nosotros estaban lo suficientemente exhaustos como oara echarse al suelo, cuerpos tendidos de lobos yacían en nuestro patio. Las personas que estaban ocultas en las casas empezaron a salir.

Volví a mi estado natural, todos lo hicimos en realidad, mi mamá y el resto de la mujeres empezaron a buscar ropa para que pudiéramos cubrirnos.

Mi madre se acercó y me dio una toalla, también le dio una Seokjin. Tomó a Kyujin entre sus brazos y la llevó dentro. Todos empezaron a moverse y mover los cuerpos muertos.

— ¿Explicas qué fue eso, Seokjin? — pregunté sintiéndo un nudo en la garganta, tratando de procesar todo lo que habia pasado, la pelea y Seokjin.

— La verdad, Jungkook — me dijo, me miró de la manera más vulnerable que pudo — Siemplemente la jodida verdad.

— ¿Eres un espia entonces?

— ¡No por elección! Me mandaron a asesinarte a ti pero créeme que lo intenté y no pude — dijo enojado. Todos los demás empezaron a prestar atención. Jimin se acercó a mi.

— ¿Qué diablos dices?

— Lo que escuchas, tenía que matarte pero cuando miré al debilucho niño de trece años convertirse en líder no pude hacerlo — dijo rápidamente. La furia se apoderó de mí y quise golpearlo — No pude hacerlo, ni yo ni mi padre.

— ¿Todo este tiempo nos has traicionado? Porque esto no sólo se trata de mi, también de la aldea. De no ser por hoy no me entero de esto.

— No iba a matarte, eres mi amigo.

¡Mentira! Un amigo no traiciona a su gente — le dije furioso, Jimin empezó a sostener mi cuerpo y evitar que me fuera contra él — Nunca has sido mi amigo.

— Claro que sí, siempre lo he sido, quieras o no, tú y yo somos amigos.

— Debiste matarme antes tu, para no tener que hacerlo yo contigo ahora — me acerqué a él. Mi madre salió de casa y se puso de mi lado sosteniendo mi brazo.

— Cálmate, hijo. Seokjin es bueno — mi madre tenía lágrimas en sus ojos, seguramente había escuchado lo que se había dicho antes.

— Suéltame, madre — aparté mi brazo de su agarre sin dejar de mirar a Seokjin — Y vete a casa.

— ¡No, no vas a cometer una locura! — dijo ella.

— Escucha a tu madre, Jungkook — Jimin hablaba hacia a mi, asustado por lo que pasaba.

— Toda traición se paga con muerte y ustedes lo saben.

— Te salvó la vida — recordó Jimin — Era el momento perfecto para matarte, nadie iba a notarlo, pero no lo hizo — la mirada de Seokjin estaba sobre mi y rogaba perdón — Piénsalo.

Me quedé en silencio tratando de procesar cada palabra que Jimin decía, porque incluso si yo no quería aceptarlo todo era cierto, Seokjin tuvo muchas oportunidades de matarme pero no lo hizo, el siempre ha sido más grande que yo, sin embargo me cuidó cuando aún era pequeño, se hizo cargo de mi cuando íbamos de cacería, siempre esto ahí.

— Vete, Seokjin. Largo de mi aldea, de mi vista y de mi vida — escupi con rudeza todas mis palabras — No te perdono por esto y creo que es más justo que sufras por perder todo lo que habías ganado con nosotros a que yo te asesine.

— Merezco tu desprecio, pero puedo asegúrate que esto no es doloroso sólo para mi.

Asentí, porque era la verdad, esto también era doloroso para mi pues estaban mis sentimientos involucrados de lleno ya que Seokjin era alguien a quien quería como un hermano.

— ¿Hay algo en lo que no hubieras mentido? — pregunté como última cosa.

— Sí — respondió seguro. Lo mire esperando a que hablara — En qué de verdad te quiero, hermano.

Después se alejó de mi a paso lento, por último me dio la espalda y empezó a caminar lejos de mi, perdiéndose en el bosque.

— Recojan todos los cuerpos del campo y prepárense para largarnos a más tardar mañana. ¡Ahora! — grité. Todos empezaron a moverse.

Mi madre me sonrió con gentileza y tomó mi cara entre sus manos.

— Hiciste lo correcto, hijo — unas lágrima sacaron de sus ojos y recorrieron sus mejillas.

Se alejó de mi hacia la casa. Jimin aún estaba cerca de mi, su mano estaba posada en mi hombro.

— Vamos, hay cosas que hacer.

— ¿Crees que hice lo correcto? — pregunté dudoso de lo que había hecho.

— La verdad, no lo creo, pero no puedo dudar de la elección de mi jefe. Lo que si me desconcierta es lo de nuestra partida. ¿Cuándo tomaste esa decisión?

— Justo ahora — respondí — Hay que irnos, ellos volverán a buscarnos, no quiero que estén cerca de los humanos.

— ¿Seguro?

— Más que seguro. Iré por Tara en la mañana, tú deberías hacer lo mismo e ir en busca de Taeri y su madre.

Jimin asintió y se alejó de mi. Me quedé aún de pie en mi mismo sitio, sin saber que hacer muy bien. Tenia el corazón particularmente roto. Nunca espere esto de Seokjin, jamás pude anticipar su traición. Sí, la manera en la que se unieron a la aldea fue de todo menos ortodoxa, de hecho no creo que hubiera sido normal. Su historia de ser descendientes de nuestro mismo clan solo que su ancestros e había separado del nuestro jamás fue algo de lo que pudiera dudar, sin embargo, al parecer era solo una historia bien hecha, con todos los hilos necesarios para ser creíble.

Era de mañana, tras unas horas de arduo trabajo logramos quitar todos los cuerpos muertos de nuestro de patio y dejar limpio el lugar, ni siquiera yo podía decir que se acababa de desatar una de las luchas más grandes que había vivido.

Algunas mujeres ya estaban preparando el desayuno, otras ordenaban las cosas que íbamos a necesitar una vez que nos marcharamos. Mi padre estuvo de acuerdo con mi decisión y dijo que era lo mejor, que todo lo que yo decidiera se iba a respetar.

Namjoon se acercó a mi con su típica sonrisa de tranquilidad.

— Debo suponer que aun no sabes donde ir — dijo son perder el buen humor — Creo que no esta de más decir que puedes venir a mi aldea con todos los tuyos.

— ¿De qué hablas, Namjoon? Nuestro querido Jungkook vendrá a mi aldea — respondió Hoseok, poniendo su brazo sobre mi hombro — Obviamente se va a unir a la diversión, no a la aldea de un montón de viejos con el trasero agrio.

Me reí.

— No iré con ninguno. La última cosa que hizo Kim Seokjin por nosotros fue buscar un lugar donde quedarnos. Iremos al norte.

— Creo que todos están pensando mal — dijo Yoongi — Me parece que todos tenemos que estar en un solo lugar. ¿Han visto cuanto tiempo nos tomó venir hasta acá y pelear? Creo que debemos estar juntos, ellos van a volver.

— No es mala idea — dijo Namjoon — ¿Dónde deberíamos estar?

— La aldea más cercana es la de Hoseok, además nuestros clanes son más pequeños, podemos movernos con facilidad — dijo Yoongi — Namjoon solo tiene a veinte bajo su cargo, yo tengo a veintiuno. Hoseok tiene a cuarenta.

— Supongo que así será. — respondí. Meditando lo que decían — Puede que nosotros salgamos hasta el siguiente amanecer.

— Nosotros deberíamos irnos ya, así preparamos todo — asentí completamente convencido.

Al final todos éramos una sola familia, sus clanes descendían de la misma línea que la nuestra, todas las mujeres Jeon habían hecho que nuestra familia fuera grande, pues a pesar de que no eran directos en la línea de sucesión, todos perteneciamos juntos, todos éramos uno solo. Al igual que Jimin ellos eran familia, la más cercana que tenía. Todos teníamos la misma sangre, todos éramos el mismo clan.

— Relaja tu mente, Jeon. Nos vemos pronto, jefe — Namjoon me dio una palmadas en el hombro y se alejó al igual que Hoseok y Yoongi.

Empecé a caminar hacia el bosque pues necesitaba ir en busca de Tara. No pude avanzar mucho porque más problemas se acercaron.

— Jeon, necesitamos hablar — era la voz de Taemin.

Me voltee para verlo, no venia solo, venia acompañado con al menos cinco guardias más.

— ¿De qué podría hablar yo contigo?  — pregunté obvio. No teníamos nada que tratar.

— Me parece que tu y yo compartimos a la misma mujer y eso es digno de conversación.

— Espero y no le hayas hecho nada a Tara — advertí apretando mis dientes — O te mataré con mis propias manos.

— Eso fue exactamente lo que ella dijo justo antes de que yo la encerrara en el calabozo — sentí mi sangre arder — Ven conmigo. Si quieres.

No tuve más opción que ceder a su provocación y más le valía no haberla tocado, de lo contrario su vida quedaría en mis manos.


Perdón la hora, pensaba no subirlo pero no me parecía justo.

Ya saben, espero les guste.

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