Dedicatoria: Bunnymoon26

Cada vez que Bin lo llamaba a su oficina, Sanha tenía que controlar los latidos de su corazón. La voz profunda de su jefe, su perfume masculino, la forma en que fruncía ligeramente el ceño cuando se concentraba... todo en él lo cautivaba cada día más.

En su escritorio, Sanha revisaba por tercera vez los documentos para la junta de mañana, aunque sabía que ya estaban perfectos. Era casi las nueve de la noche y la oficina estaba prácticamente vacía, pero él seguía allí, robando miradas discretas hacia la oficina de Bin, quien trabajaba concentrado en su computadora.

Solo quiero asegurarme de que todo esté en orden. –Se decía a sí mismo, aunque en el fondo sabía que era una excusa para quedarse más tiempo cerca de su jefe.

Yoon Sanha. –La voz de Bin lo sobresaltó de sus pensamientos, no se había dado cuenta de que se había acercado a su escritorio.

¿Sí, presidente Moon? –Respondió, intentando mantener su voz profesional mientras su corazón se aceleraba.

Es tarde... ¿por qué sigues aquí? –Preguntó Bin, su tono serio pero con un matiz de preocupación que casi pasaba desapercibido.

Solo quería terminar de revisar los documentos para mañana. –Respondió Sanha, sus dedos jugando nerviosamente con el borde de una carpeta, Bin observó su escritorio, notando lo organizado que estaba todo.

Siempre vas más allá de lo necesario. –Comentó, y por un momento, Sanha creyó ver una pequeña sonrisa en sus labios.

Me gusta hacer bien mi trabajo. –Respondió suavemente, aunque en su mente completó la frase... especialmente para ti.

Deberías irte a casa. –Dijo Bin, y tras una breve pausa añadió. ¿Quieres que... mi conductor te lleve? es tarde. –Sanha sintió que su corazón daba un vuelco.

Oh, no es necesario, presidente Moon. –Se apresuró a negar. Vivo cerca y...

Insisto. –Interrumpió Bin, su tono no admitía discusión aunque sus ojos mostraban una suavidad que reservaba solo para Sanha.

En el silencio de la oficina vacía, sus miradas se encontraron por un momento más largo de lo apropiado. Sanha sintió que sus mejillas se calentaban y bajó la vista, comenzando a guardar sus cosas, lo que no notó... fue cómo Bin lo observaba con anhelo mientras recogía sus pertenencias, ni cómo sus manos se cerraron en puños, conteniendo el deseo de ayudarlo con su abrigo.

Sanha entró al modesto departamento que compartía con EunWoo prácticamente flotando, dejó caer su maletín en el sofá mientras se aflojaba la corbata, había sido un día agotador, pero no podía negar que la vista que le ofrecía su jefe compensaba parte de su esfuerzo ya que la otra parte es que estaba entusiasmado de aprender de todo lo que se pudiera para poder crear su hostal.

Su hermano mayor estaba en la cocina preparando la cena.

¿Otro día admirando en secreto al presidente Moon. –Preguntó EunWoo con una sonrisa conocedora, mientras revolvía algo en una olla, el olor del picante revuelto con pollo hicieron que el estómago de Sanha rugiera.

Sanha se levantó del sillón con esfuerzo para dejarse caer en una de las sillas de la cocina, apoyando su mentón en sus manos.

En mi defensa no sabía que mi anterior jefe tenía un heredero guapo... -Las mejillas de Sanha se calentaron.

Y rico... -EunWoo le miró con diversión.

El que tenga dinero solo le da el plus... deberías verlo, hyung... –Sus ojos brillaban mientras comenzaba a hablar. Hoy durante la videoconferencia con los inversionistas extranjeros, su manera de negociar era tan... intensa, jamás acepta un no y sobre todo se tiene que hacer bajo sus términos y condiciones. –Suspiró. Cuando frunce el ceño concentrado, o cuando da esas sonrisas calculadas de negocios al cerrar un trato... –Sanha suspiró aun más. Y luego, cuando estamos solos en la oficina, a veces lo atrapo mirándome, pero rápidamente desvía la mirada y se pone serio otra vez. –Sonrió ligeramente al recordar esas miradas fugaces.

Sanha-ya, ten cuidado. –EunWoo dejó de cocinar un momento para mirar a su hermano menor con preocupación. Es tu jefe, y además...

Lo sé, lo sé... -Sanha lo interrumpió, jugando con el borde de su manga. Él es el heredero de todo un imperio hotelero, y yo solo soy el secretario que vive en un departamento compartido, pero... –Su voz se suavizó. A veces, cuando me mira, hay algo en sus ojos...

¿Por eso te quedaste hasta tarde otra vez organizando su agenda de mañana? –EunWoo colocó un plato de ramen frente a su hermano.

Si supieras que me trajo su chofer... -Pensó Sanha.

Quiero hacer bien mi trabajo. –Sanha se defendió, aunque sus mejillas se tiñeron de rosa. Además, hoy parecía especialmente estresado por la fusión con los hoteles de Jeju, le dejé todo preparado para mañana, incluso le organicé los documentos por prioridad y le agregué notas adhesivas con los puntos más importantes...

Solo recuerda que mereces a alguien que te vea por quien eres, no solo por lo eficiente que eres en el trabajo. –EunWoo se sentó frente a su hermano con su propio plato, Sanha revolvió su ramen pensativo.

A veces, cuando está distraído, lo veo sonreír al leer mis notas... Es diferente a su sonrisa de negocios, es más... genuina. –Levantó la mirada hacia su hermano. ¿Crees que estoy siendo tonto, hyung?

Creo que estás enamorado, y eso nunca es tonto. –EunWoo sonrió con cariño. Solo... cuida tu corazón, ¿sí? no quiero que salgas lastimado, los chaebol suelen vivir en un mundo diferente al nuestro.

No te preocupes, hyung, sé mi lugar... –Sonriendo tristemente. Pero, tienes razón, debo mantener esto solo como una fantasía.

Hey, no digo que sea imposible. –Acercándose para abrazar a su hermano. Solo... sé prudente, ¿sí? –Sanha asiente, pero en su mente repasa cada pequeño momento del día, la manera en que Bin se pasaba la mano por el cabello cuando estaba nervioso, cómo su voz se suavizaba ligeramente cuando hablaba con él a solas, el calor que sintió cuando sus dedos se rozaron al pasarle unos documentos... esos pequeños detalles que guardaba celosamente en su corazón.

A pesar de que Sanha sabía portar bien sumascara de ser un empleado profesional, su amor secreto por su jefe lo consumíapor dentro, ya que cada vez que ve a Bin su corazón late como loco y aunquesabía cual era su lugar ya que su puesto es inferior no podía evitar sentir unaprofunda admiración por el carácter fuerte y atractivo de Bin.