Capitulo 5
Cristina
No podía creer lo que estaba pasando, Johan me besaba de una manera que podía sentir mi cuerpo calentarse como si estuviera a altas temperaturas.
Me dejé llevar sintiendo que podía confiar en él.
Puede sonar loco, pero creía cuando me decía que me amaba, puesto que yo había empezado a sentir lo mismo por él.
Me desnudo, quito cada prenda de mi cuerpo y se dedicó a contemplarme con sus besos y caricias. No podía creer lo que me sucedía, me sentía extasiada y cuando nos unimos en uno solo entregándome por completo, sentí algo extraño, como si nuestras almas se unieran en una sola para siempre.
Al otro día me sentía cansada, pero feliz. Una sonrisa adornaba mis labios y cuando abrí los ojos lo primero que encontré fue a Johan sentado en una silla frente de mí.
—¿Qué haces? —Rasco mis ojos apretando la sábana en mi pecho.
Es absurdo que ahora me sienta tímida con mi cuerpo cuando él se dedica a cada parte de ello.
—No lo hagas—Dice con voz ronca mientras bebe su café —Me encantan esos pechos, se hicieron para amamantar y ser adorados.
—Qué cosas dices—siento el rostro calentarse.
Johan se levanta y se acerca a la cama sentándose a mi lado.
Trago duro sintiéndome nerviosa ante su mirada intensa.
—Eres tan hermosa—Susurra acariciando mi mejilla.
—Tú no te quedas atrás—Digo mirando su torso desnudo, solo llevaba una sudadera y mi boca se hacía agua al querer pasar mi lengua por esos tatuajes que adornan su pecho.
—¿Me veo hermosa? —Sonríe.
—Sabes lo que trato de decir—Se acerca y besa mis labios despacio.
De un momento siento quita la sábana que cubre mi pecho exponiéndolo, siento como deja de besarme y empieza a besar mi cuello hasta llegar a mi busto donde se encarga en torturarme con su lengua y dientes.
Me aferro a sus hombros y va bajando despacio hasta abrir mis piernas, me siento un poco cohibida y trato de cerrarlas, escucho como gruñe y vuelve abrirlas.
—¿Qué haces?
—Examinó como estás, no quiero lastimarte—su aliento hace cosquillas en mi vagina.
—¿Acaso te volviste ginecólogo? —Río y grite cuando su lengua sale lamiendo los labios —Oh. Por. Dios.
Me retuerzo y cierro los ojos al sentir como me da placer con su boca.
Al final terminamos de nuevo haciendo el amor, no recuerdo las veces que lo hicimos anoche, solo sé que en alguna parte termine desmayada.
Al terminar me lleva cargada hacia la ducha, volvemos a besarnos y nos dedicamos a lavarnos el uno al otro. Johan dice que debo descansar después de haberme tomado varias veces en la noche, pero la verdad es que yo quería más, aunque sí sintiera un poco de ardor en la parte íntima.
Claro, con semejante miembro que tiene.
Desayunamos en el comedor junto a los gatitos, después nos pusimos a ver una película como lo hacíamos antes, pero con la diferencia que esta vez nos acostamos en el sofá, uno pegado al otro.
Bueno, él a mi espalda sintiendo su polla dura y gruesa pegar a mi trasero.
Así nos la pasamos, compartiendo juntos y a la hora de dormir Johan se encargaba de hacerme el amor hasta dejarme agotada e inconsciente.
Los días fueron pasando y nuestra relación se fue fortaleciendo, me sorprendí cuando todos en el pueblo decían que él era mi prometido, no sabía de dónde habían sacado esa idea hasta que una vecina me dijo que era el mismo Johan que se había encargado de expandir el rumor.
Aunque me emociona la idea, no puedo ilusionarme.
Había salido de compras, esta noche había quedado en preparar la cena y al llegar me sorprendí al no encontrarlo en casa.
—¿Johan? —Dejo las bolsas en el mesón de la cocina y empiezo a buscarlo.
Una melodía llama mi atención y cuando salgo hacia el patio trasero donde está la playa mi boca sale un jadeo.
—Hola cariño—Mis ojos se llenan de lágrimas al ver el camino de pétalos de rosa y varias velas a los lados.
—¿Qué está pasando? —Camino despacio sintiendo mis piernas temblar.
Johan está parado en la arena vestido de blanco y a su lado hay varias antorchas encendidas y luces led.
—Desde que te conocí mi mundo se transformó por completo. Antes no tenía ningún motivo de sonreír, todo era sombrío y me sentía en una neblina, pero con tu llegada todo se dispersó y ya no paró de sonreír todo el tiempo—Se arrodilla hincándose en una pierna y saca una cajita —Quiero que seas legalmente mía como yo seré tuyo, te amo y deseo pasar el resto de mi vida a tu lado, por favor permitirme en ser feliz —Abre la caja revelando un hermoso anillo —¿Quieres ser mi esposa?
Con lágrimas en mis ojos asiento varias veces, Johan se levanta y me besa antes de ponerme el anillo.
Puede que todo sea repentino, él y yo apenas llevamos de conocernos hace poco tiempo. Pero lo que me hace sentir, este hombre lo siento verdadero.
Dos semanas después, Johan tenía preparado todo para nuestra boda y di el Sí, delante de nuestros pocos amigos.
Bueno, de los míos, puesto que Johan no conoce a nadie ni le interesa conocer.
Estoy feliz y realmente enamorada de este hombre.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro