Despertar de dioses
Un sueño, una pesadilla, no esto era real.
No podía correr... El enemigo estaba cada vez más cerca de nosotros.
Y ahí estaba de nuevo aquella persona.
—¡Athena! De pronto solo un flash iluminó el lugar.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Había decidido descansar un poco y estar lista para la hora de la cena pero ese sueño se repetía muy seguido sobre todo cuando intentaba descansar, y aún no podía saber que significaba ya había buscado en libros de la biblioteca de Camus y en los pergaminos de Shion pero nada.
No sabía que era lo que me trataba de decir o advertir.
—señorita Athena, está bien– Shion estaba a un lado de mi en el gran comedor.
—¿Ah?– volteando a ver los chicos que me miraban intrigados— estoy bien– para seguir comiendo.
—ultimamente ha estado muy rara– comentó Dokho.
—es solo que estoy preocupada por algunas cosas personales.
—si necesita ayuda con algo, sabe que cuenta con nosotros– hablo de nuevo Shion y yo solo asentí.
Al terminar la cena todos se empezaron a retirar hasta quedar solo Mu, Saga, el patriarca y yo.
—creo que me pasó a retirar para descansar– levantándome de mi asiento —buenas noches.
—Athena– me detuve —quiero darle algo– yo quedé confundida y sorprendida.
El caballero de la primera casa se acerco hasta ellos pasando por un lado de Saga que solo se dedicaba a mirar.
—no sabría si le gustaría, así que le pedí a Mu que me ayudara– entregandome una cajita dorada con un pequeño moño rojo.
—que es esto– abriéndola con mucho cuidado, encontrando en el interior un broche en forma de flor del mismo color que la cajita con algunas piedrecillas de cristal —no tenía porque molestarse en darme esto.
—no es una molestia señorita– sacándolo para recoger un poco de cabello de un lado y ponerlo.
—le queda muy bien– por primera vez Saga hablo dedicando una mirada dulce.
—muchas gracias patriarca– el solo me sonrió y se retiró al igual que Mu.
El silencio se apoderó de aquel salón y se volvía incómodo.
—ya me voy yo también, descansa– mirando a Saga.
—Sasha...Athena– mirando cierto rubor en sus mejillas —en verdad se ve muy hermosa.
—gracias– dándole una pequeña sonrisa para salir de ahí rápidamente.
.
.
.
A la mañana siguiente desperté temprano ya que por fin pude descansar durante la noche sin tener sueños extraños.
Tomé una baño, me puse un vestido no muy largo de color blanco de tirantes un poco gruesos que se ajustaba perfectamente de la cintura para arriba y abajo solo tenía una linda caida, con una cintilla gruesa un poco más arriba de la cintura, unas zapatillas blancas y el broche en mi cabello.
Shion me había pedido que así me vistiera ese día de esa forma ya que era la presentación de las nuevas chicas al santuario.
—ya llegué– corrí hasta la sala del patriarca.
—tranquila todavía no han llegado.
—lo siento santidad, pero pensé que llegaría tarde.
En ese momento se abrieron las grandes puertas mostrando a los chicos que iban entrando y detrás de ellos unas chicas que venían con una capa que las cubría prácticamente todo.
—justo a tiempo– susurro el peliverde.
Colocándose frente a ellos, yo simplemente me quedé un poco atrás.
—señor hemos cumplido con nuestra misión– Afrodita fue el primero.
Pero al igual que todos estaban arrodillado y las chicas también, a forma de respeto.
—encontramos a las chicas que las estrellas anunciaban– está vez Shura.
—perfecto, ya pueden levantarse– mientras caminaban abriéndose paso entre los caballeros para llegar a las chicas —¿Cuáles son sus nombres?
—mi nombre es Jessica López Nati0203
—yo soy Alexa Laesposademarklee
—y yo soy Laila AnggelaQuispe
Las tres chicas se levantaron Y de inmediato voltearon a verme, yo simplemente me quedé algo sorprendida y empecé a sentirme incómoda hasta que Shion me llamó.
—¿Ella es la diosa Athena?– pregunto Laila y el asintió.
—hola– saludé —bienvenidas al santuario.
Ellas hicieron una reverencia.
—les parece si les muestro dónde están sus habitaciones– ellas aceptaron, así que mando llamar a unas doncellas para que las llevarán.
—y ustedes ya pueden retirarse– refiriéndose a los chicos y a mi.
Espere a que saliera todos para hablar con el.
—patriarca, puedo hablar con usted.
—claro que si– tomando asiento.
—es sobre Apolo y Hades– esto al parecer lo tomo por sorpresa, no esperaba que le hablara sobre eso —cree que puedan volver a atacar el santuario.
—es difícil su acceso aquí, pero si existe una probabilidad– esto me desánimo haciendo que bajara la mirada —no debe preocuparse por eso– levantándose para ir hacia mi —nosotro siempre la vamos a proteger.
Por muchas razones sabía que Shion y los chicos no dejarían que nada me pasará.
—Athena– un llamado algo lejos llamo mi atención —podemos hablar– se trataba de Saga.
—en este momento no puedo– mirando a los aspirantes a caballeros que se encontraban con las chicas nuevas.
—solo serán unos minutos.
—Saga, ya no hay nada que hablar...fue un error lo que pasó en Géminis.
—entonces para ti es un error lo que pasó– con una mirada sería.
—estoy demasiado confundida para darte explicaciones ahora, estos días han sido extraños.
—porque simplemente no admites que sientes algo más por mi.
—¿He? Que estás diciendo.
—siempre huyes cuando estoy cerca.
—no es así.
—entonces porque está ruborizada ahora mismo– toque mis mejillas que se encontraban algo calientes.
—claro que no lo estoy– mientras el reía.
Templo de Cáncer:
El caballero de la cuarta casa a encontraba fuera de su templo mirando a la nada, cuando un destello rojizo a lo lejos llamo su atención.
—¿Que es eso?– apenas había acabado de preguntarse, cuando en cerca de la sala del patriarca una explosión de escuchó– alertando a todos.
—demonios no puede ser– corriendo hacia el lugar.
—Saga que fue eso– pregunté.
—hay problemas... serios problemas– debo llevarte lejos de aquí.
—pero porqué.
—no sientes ese gran cosmos– yo simplemente no había desarrollado por completo mi cosmos y aún me costaba trabajo sentir el dw los demás.
Derrepente todo me empezó a dar vueltas y las náuseas se apoderaron de mi.
—Saga– fue lo único que pude decir antes de caer de rodillas.
—Athena– me ayudó a ponerme de pie —en este momento no puedes ponerte así.
Fuera de aquel lugar de la explosión se encontraba Shion y al frente estaban Afrodita y Camus.
—he venido por Athena ¿Dónde está?
—Apolo es necesario atacar el santuario– mirando a dos de sus guardias que solo esperaban la orden para atacar.
—si esa niña no me hubiera engañado no lo hubiera hecho.
—jamás te diremos dónde está– contestó el doceavo caballero.
—solo complican más las cosas– y en cuestión de segundo ya había tomado el mismo a Camus del cuello —¿Dónde está Athena?
Afrodita trato de atacar pero su ataque fue detenido por los uno de su guardias.
—como te atreves a atacar a un dios, estúpido.
—sueltame maldito– Camus forcejeaba tratando de soltarse.
—esa mocosa tiene que aparecer, aunque sea necesario acabar con cada uno de ustedes.
—Apolo, suéltalo– grité —a mi es a la que buscas.
—al fin llegas Athena– soltando de inmediato a Camus.
—yo no estaría tan confiada si fuera tu– empecé a elevar mi cosmos —esto es entre tu y yo– mirando con odio.
Próximo capítulo:
—porque nunca nos dijo lo que había hecho– pregunto Aioros.
—novera necesario que lo supieran– contestó Shion– dejándolos sorprendidos.
—como te sientes– pregunto Isabel.
—no tienes idea cuánto me duele.
—señorita Athena– entro Laila a la habitación, acompañada de una de sus compañeras.
—un caballero dorado nos preguntó por usted– hablo Jessica. De inmediato supe de quién se trataba.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro