5. Hermosura es el concepto
Jane no podía despegar los ojos del hombre que por mucho tiempo había soñado ver. Era demasiado irreal, efímero... perfecto. Su piel tersa, limpia, mucho más bonita y cuidada que la suya era magistral. Su cabello lucía sedoso y brillante. Sus ojos marrones eran vivaces y preciosos. Su boquita apetecible podría fácilmente convertirse en su perdición. Kim Seok Jin era el concepto de hermosura.
Pero... ¿qué hacía en la cama de Nam? ¿Acaso... era cierto lo del Namjin?
—Hyung vino a verme, pero se quedó dormido mientras tomaba una ducha —explicó el líder como si hubiera adivinado sus pensamientos.
El nombrado no dejaba de verla receloso y ofendido porque casi fue pinchado. Jane se recriminó el saltarse uno de los cinco correctos de la administración de medicamentos: paciente correcto. Pero jamás se imaginó que su adorado y precioso Jin estaría en la cama de Nam ese día.
—Lo lamento mucho —se disculpó haciendo una reverencia— Pensé que era Nam Joonssi.
—Está bien, no te preocupes —intervino el más alto posando su mano reconfortante sobre su hombro—. Hyung lo entiende, no es rencoroso. Además, te perdona porque eres army.
—¿Es army? —cuestionó Jin entornando los ojos.
Jane asintió vigorosa.
—Está bien, está perdonada —dijo alzando ligeramente las cejas.
El gesto agitó su corazón juvenil.
—Muchas gracias. —Hizo una reverencia.
Se reunieron en la sala para comer las mandarinas que Yoon Gi había llevado el día anterior. La conversación se llevaba de manera amena y divertida gracias a las ocurrencias de los tres.
—¿Hace cuánto que es army? —indagó el mayor.
—Desde el 2021, Seok Jinssi. No pude estar desde sus inicios —fingió un sollozo.
—¡Hey! ¡¿Por qué no me llama oppa como a Nam Joon?! —se quejó vociferando y atropellando las palabras con rapidez.
—¡Porque no me habla informalmente y no me ha dado permiso! —contestó ella del mismo modo haciéndose la ofendida.
Nuevamente se soltaron a reír.
—Está bien, puedes llamarme oppa, adelante. —La instó con un gesto manual, asintiendo ligeramente.
—Oppa —soltó de improviso junto a una sonrisa coqueta.
Las orejas de Jin se tiñeron de rojo, pero aun así le guiñó un ojo y le hizo un corazón con los dedos. Nam soltó una carcajada socarrona.
—¡Hyung, tienes las orejas rojas! ¡¿Jane te intimidó?! —se burló.
—¡Claro que no! —se defendió gritando, pero poniéndose más rojo—. ¡Solo me tomó de sorpresa!
Nuevamente se unieron en risas.
Aunque ella quiso quedarse más tiempo, no era posible, tenía turno en el hospital. Para su buena fortuna, Nam le pidió a su amigo que la jalara a su centro laboral. Él contestó con una broma, pero accedió.
Estaba muy nerviosa yéndose a solas con él, de verdad le gustaba y no quería arruinarlo. De pronto la cháchara que habían mantenido antes se evaporó, parecía que él tampoco sabía qué decir.
—¿Quieres escuchar música? —preguntó él—, pero que no sea ninguna de nuestras canciones por favor —pidió riendo.
—¿Te gustaría escuchar alguna canción en español, oppa?
—Claro, aunque no entienda nada.
—Antes de aprender tu idioma escuchaba canciones en coreano que ni siquiera sabía que decían, solo entendía saranghae. Lo peor que las cantaba así, creo que convocaba demonios.
La risa escandalosa de Jin inundó sus oídos. Se sintió bien haciéndole reír de esa manera.
Fue gracioso cuando él intentó cantar algunas frases de las canciones en español. Pero eso no lo detuvo siguió intentándolo hasta que llegaron a su destino.
—¿Trabajas aquí? —Observó a través de la ventana el enorme hospital—. Me atiendo aquí por el tío de Nam Joonnie.
—Fue gracias a él que conocí a oppa.
—¿De verdad?
Asintió repetidas veces y le contó como sucedió.
—¿Por qué no te vi cuando vine a visitar a Nam Joon?
—Nos cruzamos en horario.
—Entiendo. Bueno Jane, cuídate mucho y ten un buen turno. ¡Fighting!
—Gracias oppa.
Por poco y le dio un beso en la mejilla, así que, para evitar un error, se bajó apresurada. Le despidió con la mano y corrió hacia el hospital.
La enfermera Oh, la doctora Cha y la interna Yoon, la esperaron expectantes.
—¿Quién te trajo en su carro lujoso? —interrogó entusiasmada la doctora Cha. Su cabello miel brillaba bajo los rayos solares que se infiltraban desde afuera. Sus ojos del mismo color de cabello, brillaban enérgicos. Era de ascendencia coreana y australiana.
—¡No van a creer quién fue! —chilló Jane.
—¿Quién? —continuó la interna Yoon.
—Mi precioso Kim Seok Jin —susurró emocionada.
Las tres se mujeres se quedaron estáticas, luego bajaron los hombros y suspiraron. Le dieron la espalda y caminaron con dirección a la sala quirúrgica.
—Estoy hablando en serio —aseguró ella siguiéndolas—. Es cierto, esta vez no me lo soñé...
***
Jane se preguntó si ese día encontraría a algunos de los miembros en el departamento. Le palpitaba fuerte el corazón esperando encontrar nuevamente a Jin. Y así fue, aunque no solamente a él, toda la banda estaba completa. Los saludó animada; al inicio estaba tímida, pero luego ellos le dieron confianza.
Luego de colocarle la inyección acostumbrada a Nam Joon, se reunieron todos en la sala a jugar jenga.
—Debemos proponer un castigo al que lo haga caer —propuso Jung Kook con voz divertida, ya se estaba riendo mientras imaginaba lo que sucedería con el perdedor.
A Ji Min le pareció una idea extraordinaria.
—¿Jugo de ajo?
—¿Acaso están en un run? —intervino Jane con gracia.
—Aún no lo superan —dijo Jin—. Que no sea algo asqueroso, el perdedor debe bailar como un bufón.
Ho Seok aplaudió animando la idea.
—Eso es infantil —se quejó Yoon Gi arrugando la cara—. El perdedor debe recibir un golpe en la frente.
Tae Hyung negó.
—Mañana tenemos sesión de fotos. Primer plano.
—Si pierde alguno de nosotros nos reunimos y pensamos el castigo, si pierde Jane recibe su golpe —planteó Nam.
La aludida se llevó la mano al pecho indignada.
—¡¿Por qué me quieren violentar?!
Hobi se rio haciendo escándalo.
—Si recibes un golpe de Nam Joonnie no vives para contarlo.
Todos estallaron en risas para decidir empezar el juego de una vez. Iniciaron en orden desde el menor hasta el mayor. El maknae del grupo que estaba acostumbrado a ser el más pequeño hizo ademán de quitar la primera madera, pero Jane se adelantó.
—¡Alto Jung Kook! ¡Yo soy la menor de todos!
—¡Tenemos la misma edad! —se quejó.
—Tú eres de septiembre y yo de noviembre.
—¿Y por qué no me dices oppa como al resto?
—Porque no es eres tan mayor que yo para decirlo, somos del mismo año.
—Nam Joon hyung le dice hyung a Hobi hyung y son del mismo año, Yoon Gi hyung le dice hyung a Seok Jin hyung y solo se llevan meses —expuso como si de un trabalenguas se tratase haciendo reír al resto.
—Okay, okay, voy a empezar —dijo Jane.
Como era la primera tablita no tuvo ninguna dificultad, aunque Yoon Gi intentó desconcentrarla con su bulla. Después siguió Jung Kook y así sucesivamente hasta llegar Seok Jin quien quitó la tablilla con total maestría. Cuando le tocó nuevamente a ella, la torre estaba desequilibrada y tembleque. Los chicos esperaban pacientemente a que fallara. Jane decidió quitar una de encima, la intentó mover con sumo cuidado y despacio, pero el chico de ojos gatunos empezó a soplar para que se cayera.
—¡Yoon Gi oppa! —se quejó haciendo berrinche.
Él no se detuvo y sopló más fuerte. La torre explotó.
—¡No! —chilló dando saltitos.
Ni corto ni perezoso Yoon Gi se levantó de su sitio y se puso a lado de ella, le despejó la frente y preparó su dedo para golpearla. Los chicos reían con diversión.
—Será rápido e indoloro, no te resistas Jane.
—¡No quiero ser golpeada! Mejor otro castigo.
—Hyung no seas malvado, tus golpes duelen —la defendió Tae Hyung sin dejar de reír—. Jane puede cantarnos una canción en su idioma.
—Eso no será divertido —se quejó Yoon Gi, pero cambió de opinión—. Está bien, Jane puede cantar.
—De acuerdo, eso es menos doloroso.
Los chicos se prepararon para verla hacer el ridículo, incluso encendieron sus celulares para grabarla.
Jane eligió cantar "Emergencia de amor" de Laura Pausini. Ellos se quedaron sorprendidos cuando entonó la primera estrofa. La verdad es que ella provenía de una familia de artistas, todos los integrantes de su familia cantaban y tocaban algún instrumento.
Cuando finalizó, ellos la llenaron de aplausos.
—Hey, fui timado —bromeó Jin—, estaba preparado para reírme.
Ji Min asintió.
—Jane es muy buena cantando.
—Podría ser idol —continuó Hobi.
—No, no —terció Jane—, no soy tan buena como una prima que tengo; ella nació para ser una artista. Está en Estados Unidos preparándose para lograrlo.
—¿De verdad? —interrogó Nam Joon asombrado—. ¿Es army también?
—No, sabe de la existencia de BTS, pero no los conoce.
Luego de esa breve conversación continuaron el juego. Ella pudo vengarse de Yoon Gi y hacerle perder, después Ji Min, Nam, Tae, y Hobi, los únicos que no perdieron ni una vez fueron Jung Kook y Seok Jin.
Esa noche fue Jung Kook quien la llevó a casa. Fue increíble el modo que fue capaz de conversar con él, aunque no era su bias, tenían mucha química. Bromearon y se rieron a carcajadas. También cantaron en el camino; el tenor y soprano de ella se llevaban bien.
En la comodidad de su cama pensó en los chicos y lo increíbles que eran.
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