Estábamos almorzando juntos, hablando de cosas triviales y sin mucha importancia cuando me descuidé un momento y las cicatrices de mis muñecas se hicieron visibles.
─ Jungkook─ tomaste mis muñecas entre tus manos─ ¿qué es esto?─ interrogaste
─Sabes lo que son Tae, lo sabes─ dije cabizbajo
─¿Por qué lo hiciste pequeño?─dijiste levantándote de la silla para luego sentarte en mi regazo, quedando frente a frente
─Lo hice, por el simple motivo que mi corazón, mi alma, dolian mucho, me estaba rompiendo, necesita sentir ese dolor físico, necesitaba olvidar tu imagen besando a otro que no era yo, necesitaba ese dolor tan único, Tae─ te dije mirándote, sintiéndome tan desnudo y vulnerable bajo tu mirada.
─ Castigarte de esa manera no es una opción─ dijiste
─ Si disfrutas de ese hecho, si lo es─ coloqué mis manos en tu pequeña cintura
─ Para que sepas, ese chico, solo estaba aquí porque necesitaba sacarte de mi cabeza un momento, todas esas personas siempre fueron para olvidarte Jungkook, y como es de suponer, nunca logré mi objetivo ─ dijiste abrazándome por el cuello para luego crear un tortuoso roce con nuestros labios.

Ya era demasiado tarde, ya todo estaba ardiendo en llamas.