La Conquista del Símbolo del Poder
(Este cuento pertenece al Ciclo Narrativo del Prisionero de Uránide).
"Esto pasó hace mucho tiempo, antes de que descubrieramos que estos entes no eran simples mitos.
Llegué hasta aquí enloquecida, y buscando la forma de traerlo de vuelta. Mientras más te sumerges en los mitos, más entiendes como de desagradable es la realidad, y como de distante estuvimos en nuestra visión. Es algo asqueroso y abominable que nadie debería conocer jamás, en ninguna situación.
Pero ellos se han dejado de ocultar en el velo, y es entendible. Las últimas estrellas están por apagarse, y detrás de ello, solo unas masas negruzcas quedarán, donde alguna vez fue un cielo radiante e infinito.
La verdad es que cuando entré a las viejas ruinas del Dios de la Guerra, esperaba encontrar opulencia y poder, pero no podía estar más equivocada. Su tecnología alienígena inclusive para nuestro entendimiento era como magia de los dioses.
Estos mecanismos funcionan encajando sus componentes más allá de las pocas dimensiones que conocemos, y funcionan en espectros que existen fuera de nuestra lógica común. Aun así, con algo de suerte, quizá no demasiado buena, logré descender hasta lo más profundo de la cámara del Emperador y Dios de la Guerra en busca de sus tomos arcanos y tecnología sin precedentes.
Y vaya que encontré la gran biblioteca, casi inmune al paso del tiempo ¿Cuanto ha pasado desde su muerte? ¿Millones de años? Y aun así, apenas hay polvo en este lugar.
Más allá de los horrores trascendentales, los maleficios incordes y la maldad inmesurable que evoca este lugar, me ha planteado una hipótesis que con cada panteón visitado, se refuerza de sobremanera.
¿Son, acaso, los seres divinos, o con cualidades divinas, todos entes de una desgracia y portento insondable, tan maquiavélicos, como vastos?
No creo en las entidades dadivosas en este mundo terrenal, y lo que yace más allá de él. No me atrevo a decir que nos han abandonado, porque hasta cierto punto, creo que con algo de suerte han notado nuestra existencia ¿Será eso una bendición tras estas revelaciones?
Encontré el cadáver del Dios de la Guerra, impoluto, solo con la herida hecha por el Dios del Horror quien ¿Habrá devorado su esencia, tras esa cruenta batalla? Su desaparición ha calado hasta en lo más profundo del vacío sideral, y ni siquiera su influencia se siente ya.
Donde sea que esté, aquel dios vertiginosamente diabólico, espero jamás retorne, pues su sola sombra es un lastre para toda la creación, no hay error en temerle, pero no le tengo miedo mientras yace desaparecido del tiempo y el espacio.
Me he sobreextendido con estas palabras, pero no he llegado a dilucidar lo que buscaba, aunque he encontrado hallazgos, continuaré mi búsqueda, al menos, esperaba escribirte para que supieras que estoy bien, aunque como van las cosas ¿Quién sabe hasta cuando?
Espero volvamos a vernos pronto, mi estimado. Muchos cariños, tu amiga Haza."
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