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tres



Si JungKook pudiera describir como se sentía en ese preciso momento solo tendría una palabra: ansioso. Viernes, última hora de clase: historia con Kim TaeHyung. Llevaba todo el día pensando en esto, una hora entera mirando al hombre que a su parecer era lo más bello que el mundo había creado. 

<< ¿Debería de insinuarme un poco? ¿Demostrarle de que ya no soy un muchacho inexperto? >> Pensó con su mirada en el techo del aula. Había crecido, ya era todo un apuesto joven; y lo sabía, tal vez podría por fin ya declarar sus sentimientos por el mayor. 

Siempre había soñado con tomar su mano, dejarse abrazar por él o ser acariciar por esas manos tan perfectas que parecían solo poder derrochar cariño; desde que tenía doce y entró en el primer año lo hacía, ahora a todos esos deseos se habían unidos otros más... no tan inocentes. 

¿Pero qué podía hacer? Su profesor era malditamente bonito, tierno, y un cuerpo esbelto que le hacían suspirar

-- ¿Me estás escuchando, oppa? -- Se quejó SaeRom, que se encontraba sentada sobre sus piernas aunque JungKook no entendía el por qué, su silla estaba vacía ¿por qué no se sentaba allí? -- ¿Qué hay en el techo para que le prestes más atención que a mi? -- Reprochó ella haciendo un puchero con sus labios y cruzando los brazos por debajo de su pecho, haciendo el intento de que este se abultase más.

-- Oh dios, eso me pregunto yo Jeon JungKook ¿Qué hay en el techo tan interesante para que no le prestes atención a eso? -- Habló ahora YuGyeom ante los grandes atributos de la chica, por supuesto ganándose un golpe en el hombro de parte de esta. 

-- Eres asqueroso, Gyeom. -- Le susurró Jeon rodando los ojos. 

JungKook se consideraba bisexual, aunque ningún chico le había atraído más allá del contacto físico, le era complicado imaginarse en una relación con uno; pero no lo era si se trataba de TaeHyung, era el único con el que quería aquello. Sobre las chicas, era un poco más simple, sin embargo no le gustaba cuando invadían su espacio sin permiso a cada rato; justo con SaeRom solía hacer al igual que algunas más. -- Oye... -- 

Llamó JaeHyun; quien estaba en el  asiento de la derecha de Kook. -- Están diciendo los de la clase B que si vamos esta noche al karaoke. -- Los ojos del castaño estaban puestos sobre su teléfono, leyendo los mensajes de sus compañeros. 

-- ¡Sí! ¿Te paso a buscar en la moto, SaeRom? Podemos ir juntos. -- Propuso YuGyeom mirando a la chica mientras movía sus cejas de arriba abajo de forma insinuante, para la mala suerte de JungKook esto hizo que la muchacha buscase una excusa para pegarse más a él, rodeando su cuello con sus brazos. 

-- JungKook oppa, dile a tu amigo Kim pervertido YuGyeom que no estoy interesada en chicos vírgenes que leen porno de Star Wars. Pero... ¿Me pasas a buscar tú? -- La chica batía sus pestañas en un intento de verse linda, y JungKook solo sentía que se estaba ahogando con el perfume que ella llevaba ¿Qué era ese maldito olor tan fuerte? Le desagradaba bastante. 

Se encontraba a punto de contestar, rechazando cordialmente la propuesta que ella le estaba ofreciendo; pero por supuesto uniéndose al plan del karaoke. Sus labios se entreabrieron para hablar, pero su cerebro desconectó en el momento en el que TaeHyung entró por la puerta del aula, iba cargando con dos cajas de cartón llenas de cosas en sus manos; además de su bolso colgando de su hombro. -- ¡Ho-hola, jovencitos historiadores! -- Saludó sonriendo un poco con esfuerzo al estar intentando no caerse. 

"Jovencitos historiadores... ¿Puede ser este hombre más patético?" 

"¿Cuánto te apuestas que va a acabar en el suelo con la caja?" 

"¿No pudo quedarse encerrado en el ascensor? Joder, odio esta materia." 

Era todo lo que Tae estaba escuchando, pero se encontraba tratando de ignorar con la mayor de sus fuerzas, andando a pequeños pasitos para no darles el gusto de ver una nueva caída de su parte. -- TaeHyung-Nim. -- Escuchó, haciendo que frenase en seco y alzase el rostro. 

Sus ojos se conectaron en seguida con los de JungKook, quien le había llamado. Uh ¿Estaba permitido que las alumnas se sentasen de esa forma encima de los chicos? Supuestamente habían reglas que cumplir en la institución, pero sus alumnos no parecían muy obedientes. -- ¿S-si? -- 

-- Deja que le ayude, un momento. -- No podía seguir ahí de pie viendo como los brazos del hombre castaño temblaban por el peso de las cajas ¿Acaso nadie estaba viendo que necesitaba ayuda? 

El joven azabache empujó con suavidad el cuerpo de la muchacha que tenía encima para librarse de ella por fin y además acercarse a echarle una mano a su profesor. -- No hace falta, JungKook-ssi. -- Se apresuró a decir al ver como la chica se quejaba en voz alta, mirándole además de mala manera a las espaldas de Kook. Él no quería que esa joven tuviera otra razón más para tenerle  coraje. 

En un intento de llegar a su escritorio rápido para que el chico no tuviera que socorrerle, se propuso darse un poco de más prisa; no viendo por culpa de las cajas que el pie de uno de sus alumnos estaba estirado, por supuesto con la intención de hacerle caer. 

Bueno, siendo positivos no se había caído... pero si había tirado las cajas. 

Por primera vez desde el momento en el que había entrado, la clase tuvo una razón para sonreír y parecer pasarlo bien. 

Pronto Kim estuvo agachado metiendo todo lo que se había salido de las cajas en estas, e igual de rápido tuvo a JungKook agachado a su lado haciendo lo mismo. -- ¿Está bien? ¿Se hizo daño? -- La voz del azabache salió en un tono dulce. 

-- Sí, sí... estoy bien, gracias por preocuparte, JungKook-ssi. -- TaeHyung sonrió mirando las cosas que estaba guardando; al contrario de su alumno, que no pudo evitar perderse en los ojos preciosos que el castaño escondía detrás de sus gafas. 

Kook dudaba mucho que esto hubiera sido obra de la torpeza del mayor, era consciente de que algunos de sus compañeros de la primera fila habrían provocado el pequeño accidente, pero tampoco tenía a quien culpar porque no lo había visto con claridad. Tenía verdaderas ganas de ir uno por uno moliéndoles a golpes hasta que confesaran. 

Pudo ver en primer plano como Tae dejaba salir un suspiro de sus labios, aún así sonriendo. Cuán cansado tenía que estar Kim, y cuanto se estaría esforzando por seguir con todo con una óptima actitud. 

Todos los chicos habían omitido a aquellos dos, poniéndose a hablar de cualquier cosas que desde luego les era más interesante que verles ordenar las cajas. -- TaeHyung-Nim ¿Seguro que todo está bien? -- Volvió a inquirir, estaba posando su mano encima de la de su profesor para evitar que este siguiera tomando cosas y le mirase. 

A Tae se le cortó la respiración en el momento en el que la mano del muchacho se colocó encima de la propia. Los ojos de Kook lucían preocupados y brillantes, desatando un sentimiento de ternura que al mayor le hizo sonreír automáticamente; ese jovencito era adorable. -- Claro que sí. -- Dijo a media voz, porque nunca le habían gustado las mentiras, pero esa normalmente sería una pregunta a la que tendría que responder un poco más edulcorada de lo real. 

Fue una sorpresa el sentir como la mano la libre del hombre pellizcaba apenas un poco; y con toda la suavidad que le caracterizaba, su mejilla izquierda. Kim era su real perdición, quería besarle ahora mismo, ahí, delante de todos los idiotas de su aula para gritarles que ni se atrevieran a molestarle una vez más. 

-- Terminemos de guardar esto, tengo una clase que intentar dar. -- Rió un poco el castaño acomodándose sus gafas de forma correcta antes de seguir con lo poco que quedaba esparcido por el suelo. 

En cuanto todo estuvo en orden Jeon volvió a su sitio; y si viviera en un dibujo animado estaba seguro de que corazones irían rodeándole todo el rato y además habrían dos en el centro de sus ojos oscuros, Dios, estaba encantado con el hombre de piel canela. 

Pensativo, con su belfo inferior tomado por sus incisivos, JungKook se dejó caer en su asiento. -- Amigo, disimula un poco, de un momento siento que vas a levantarte a dedicarle un bolero en mitad de la clase. -- Bromeó YuGyeom en voz baja haciéndole sonreír. 

-- Si eso lo enamora, te aseguro que ahora mismo me pongo de pie en la mesa y se lo dedico. -- 

-- ¿Cómo puede gustarte tanto alguien tan mayor? ¿Acaso sabes su edad? Estás mal con tus daddy issues. -- El rubio claro que podía admitir que su profesor de historia era estúpidamente bonito, aunque a él los hombres no le resultasen atractivos en absoluto; pero de verdad que no entendía como a su amigo podía llevarle gustando tantísimo tiempo. 

Joder, parecía ayer cuando entraron en primer año y JungKook se quedó con sus ojitos abiertos en demasía totalmente brillantes en cuanto ese hombre entró por la puerta presentándose como "Kim TaeHyung, vuestro profesor de historia". 

-- Cuando entramos aquí nosotros teníamos doce y él tenía veintidós, ahora tenemos diecisiete, así que el veintisiete. Diez años justo nos llevamos, tampoco es... tanto. -- Ambos hablaban en voz baja, para que la conversación no pudiera ser escuchada por alguien más. 

-- Oh, sí, super poco. Tú te estabas cagando encima, pero él ya estaba celebrando su primer cumpleaños de dos dígitos, apuntísimo de entrar en la secundaria. -- Por debajo de la mesa JungKook se encargó de darle un golpe a su mejor amigo, mierda, si lo decía de esa forma sonaba horrible, pero en serio a él no le importaban esos años de más. 

-- Bueno chicos, antes de iniciar con la clase... ¿C-chicos? -- Tae carraspeó un poco, porque de todos los jóvenes que habían allí, apenas cuatro estaban mostrándole atención. Pronto dos golpes en uno de los pupitres se escucharon, haciendo que todos se callasen un segundo, Jeon haciendo de las suyas. El hombre le sonrió suavemente antes de proseguir. -- Necesito saber a quien habéis escogido como delegado, debo de informar a HoSeok sunbae. -- 

-- Es nuestro JungKookie ¿cierto, oppa? -- Habló esta vez ChaeWon, dándose la vuelta en su asiento para mirar al nombrado, que se encontraba justo detrás. 

Kim dejó salir una pequeña risa. -- No esperaba menos en realidad de ti, JungKook-ssi, en serio que eres un alumno ejemplar. -- 

Se sentía cálido, se sentía excesivamente bien que él fuera quien lo halagase. Por supuesto que le sonrió de vuelta echándose un poco hacia detrás en asiento >> En muchas otras cosas soy ejemplar también, si me dejas te las muestro. << -- Gracias, TaeHyung-Nim. -- 

-- Bueno, entonces empecemos la clase. -- Tan sonriente como siempre, Tae dejó las cajas a un lado del gran escritorio después de rebuscar dentro de estas y sacar varios carteles que estaban enrollados. -- Lo primero ¿Os sabéis el mapa de Corea del Sur y Asia? Es complicado comprender historia si no sabemos situarnos. Os he traído los mapas políticos de ambos sitios, aunque estaría genial que también os aprendiéseis el mapa físico.-- 

El profesor extendió los carteles, colocándolos apoyados sobre el pizarrón para que los alumnos pudieran verlos. -- ¿Quiere que nos aprendamos eso? -- Preguntó uno de los tantos en tono burlón. -- Está demente, TaeHyung-Nim. -- 

-- L-la verdad no es como si yo quisiera, es parte de la materia y por lo tanto parte de vuestra calificación. No es tan difícil, chicos, os lo prometo. -- Animó, ahora tomando su maletín para sacar de una carpeta varias fotocopias que pasó a repartir por las mesas. Por suerte esta vez no había sido tirado por alguno de esos diablillos. -- Os he impreso un mapa mudo de ambos lugares, para que ustedes lo rellenéis, si alguien necesita más puede pedírmelos. --

-- ¿Eso es lo que tenemos que hacer ahora? -- El castaño asintió con su cabeza. -- ¿Podemos hacerlos en conjunto? -- Tae fue a negarse, pero en cuanto sus labios se abrieron, sin dar tiempo a que su voz sonase, el chico ya se había levantado de su asiento. -- Gracias, TaeHyung-Nim. -- 

Al final simplemente suspiró sin algunas ganas de discutir, su cabeza especialmente hoy estaba en otra parte y no tenía la energía suficiente para intentar agradarle a los chicos. 

De un momento a otro el lugar fue sumido en caos, claro que al ponerse en grupos y poder hablar tanto como quisieran ellos no iban a centrarse en rellenar el mapa, TaeHyung lo sabía, pero se limitó a sentarse en su asiento; él si tenía cosas que hacer, como corregir actividades de otras aulas, así que se pondría a ello. 

El castaño tenía una alta capacidad de concentración, incluso cuando sus alumnos llevaban más de quince minutos conversando y riendo en voz elevada, él estaba sumergido en su burbuja leyendo los folios que tenía sobre el escritorio. Solo hubo una cosa que le hizo salir del trance, y fue el ver la silueta de Jeon frente a él debajo de la tarima. -- ¿Puedo preguntarle algo, TaeHyung-Nim? -- Inquirió el pelinegro con su mapa mudo en la mano. 

Inevitablemente Tae rió de forma disimulada, claro que aceptando la petición, por un momento había vuelto a visualizar al pequeñito JungKook, había tenido un Déjà vu. Fue entonces cuando el más joven tomó una de las sillas libres y se subió a la tarima, colocándose frente al contrario en el escritorio. -- ¿Qué duda tienes, JungKook-ssi? --

-- ¿Por qué nuestra tarea es aprendernos estos mapas? Supuestamente es algo que deberíamos de saber de años anteriores. -- 

-- Bueno, estoy seguro que tu clase nunca los terminó de estudiar, y dentro de dos semanas he de examinaros de los mapas. Podría simplemente pasar y sobreentender que lo saben, pero eso sería desentenderme de sus calificaciones; y mi propósito es que todos os graduéis. -- Explicó subiéndose las gafas para dejarlas posadas sobre su cabeza. -- ¿Te aburres porque ya te los sabes? -- 

El menor relamió sus belfos con delicadeza casi de forma involuntaria, era difícil estar frente a él y no estar pensando en querer darle un besito, aunque fuera pequeñito. -- Claro que no, TaeHyun-Nim, es imposible aburrirme cuando usted es el que está aquí presente. -- 

-- P-pero- -- El castaño estalló en una dulce carcajada, incluso sus ojos cerrándose por estar riéndose tanto. Los alumnos ante aquella risa desconocida se callaron, todos acabando por tener sus ojos puestos sobre el profesor, cosa que le hizo avergonzarse en seguida. -- D-disculpad... -- No tardaron en volver a ignorarle y seguir con sus conversaciones. -- Eres el único que creo que puede llegar a pensar eso, JungKook-ssi. -- Dijo esta vez en un tono de voz suave. 

-- Bueno, no te olvides que más de la mitad de chicos de aquí siquiera saben que Afganistán y Paquistán son diferentes lugares, que España no se sitúa en México, que Latino América no es un país sino un continente y que Canadá no pertenece a Estados Unidos. ¿Por qué espera tanto de ellos? -- JungKook sonrió divertido, posando su mirada en las manos del de piel canela. 

Había un anillo, un precioso anillo de plata que brillaba ¿Eso significa que estaba casado o comprometido? Algo dentro del jovencito se removió con incomodidad, tal vez su corazón intentando salir de su pecho. -- De alguna manera tengo esperanzas puestas en ell- --

-- ¿Está casado? -- Preguntó sin dar algún tipo de rodeo, tomando con delicadeza la mano ajena hasta llegar al dedo anular, permitiéndose a si mismo acariciar la sortija con cuidado. 

Los ojos de Kim entonces también se posaron en el accesorio de plata, sonriendo con suavidad automáticamente. -- No, no lo estoy. Es otro tipo de compromiso el de ese anillo. -- Ambos alzaron sus miradas a la vez. 

El castaño estaba con las comisuras de sus labios alzadas de forma adorable, y a JungKook pronto se le contagió aquella expresión. -- Así que... está soltero. -- Despacio y sin querer hacer algún tipo de movimiento que asustase a su profesor, jugueteó con los dedos de su mano; aunque al final el castaño terminase por apartarla, no asustado por sus acciones sino por sus palabras. 

-- JungKook-ssi, eso no es información que debería de interesarte. -- Bromeó volviendo a ponerse las gafas sobre sus ojos. No podía hablar ese tipo de cosas con su alumno, un joven de diecisiete años.

Se sentía estúpido porque por un momento se le había olvidado donde y con quien se encontraba. Tal vez fuera la personalidad tranquila que Kook mostraba frente a él en conjunto a la dominante sobre los demás a la hora de ayudarle lo que hacía que sintiera tontamente a gusto; pero no podía, tenía que ser un adulto responsable. Ser amigo de tu alumno no era algo ético. -- Pero TaeHyung-Nim... yo quiero conocerle un poco más -- Se quejó, haciendo un puchero con su boca, un estúpido puchero como los que las chicas hacían con él ¿En qué se convertía por culpa de Kim?

-- Eres pura ternura, JungKook, pero no se puede. -- Volvió a canturrear con ganas de pellizcar la nariz de su alumno, en su lugar dejándole un suave toque sobre esta con su dedo índice.

Cuando Jeon estuvo a punto de quejarse un poquito más sacando a la luz una faceta de si mismo que no conocía; haciéndole tonterías lindas a su profesor para seguir viéndole sonreír de esa forma geométrica, sintió como el cuerpo de alguien lo abrazaba desde detrás. -- ¡JungKookie! ¿Me ayudas con el mapa? No puedo solita... -- Dijo una muchacha castaña que había abrazado el cuello del nombrado con delicadeza, juntando su mejilla con la ajena desde aquella posición. -- Porfi, porfi. -- 

-- YoonSeul, estoy hablando con TaeHyung-Nim ¿Puede ayudarte otro? -- Intentó hablar calmado, agachando la mirada, porque se negaba a mirar a los ojos al hombre de piel canela cuando una chica estaba tontamente coqueteando con él. 

-- ¡Pero! ¡TaeHyung-Nim, dígale que me ayude! Esta noche vamos todos al karaoke, si no termino mis deberes mi madre se negará a dejarme ir.  -- 

-- Jeon, nuestra conversación ha terminado así que deberías de ayudarle. -- Cedió el castaño, entonces el joven alzando su mirada para conectarla con la del mayor. No sabía siquiera por qué se sentía decepcionado ¿En qué momento había mezclado sus fantasías con la realidad? ¿Qué pensaba? ¿Que TaeHyung iba a rogarle por pasar otros cinco minutos más conversando? 

Era estúpido. 

El azabache asintió con su cabeza sin emitir alguna palabra, siquiera se molestó en volver a mirarle, apenas tomó su folio que anteriormente había dejado en el escritorio para seguir a la joven que se había ido de nuevo a su sitio para festejar con sus amigas que había conseguido la ayuda de JungKook. >> Me encanta sentirme un jodido premio para los demás. << Pensó de forma irónica, estando a punto de comenzar a andar pero siendo detenido por culpa del castaño que estaba tomó su dedo índice con cuidado. -- G-Gracias por ayudarme con ellos... confío en ti, JungKookie. -- Susurró un poco asustado por el cambio de humor en su alumno que hasta hace un minuto estaba brillando.

Su cuerpo entero pareció relajarse de golpe cuando el mismo joven le regaló una sonrisa ladeada; y no solo eso, Kook apoyó la palma de su mano en el escritorio para acercarse un poco al castaño. -- Nada de gracias, TaeHyung-Nim, ya veremos como me puede devolver el favor más tarde, por mucho que usted sea bonito no lo haré gratis. -- Murmuró con la misma expresión, después moviendo su mano de lado a lado como despedida para acercarse al grupo de chicas que lo estaban esperando. 

Kim se quedó ahí con la respiración entrecortada y ojos abiertos por la sorpresa. 

>> No puede llamarme JungKookie y después pretender que pase de él. << Es lo único que el azabache tenía en la cabeza con una sonrisa triunfante decorando su rostro. 

Cuanto más contacto tenía con el mayor, más adictivo se volvía; y eso que apenas había empezado a dar sus primeros movimientos. La que le esperaba a Kim TaeHyung. 



Otro capítulo para ustedes, angelitos míos. Os quiero. 

Cuidadse mucho, porfi. Kissuu~~. 

101021

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