Extra
Han Jisung
Siempre ha tenido una vida tranquila, sus padres lo amaron desde el primer momento en que supieron de su existencia y por ello siempre fue querido y consentido con todo lo que desease.
Cualquier cosa que pidiese, sus padres se lo darían, después de todo, el dinero jamás fue escaso y su vida siempre fue estable, sin tener que preocuparse de que algo faltase.
Esa vida llena de lujos también llevó a un cierto problema, el hecho de que a pesar de ser tímido y retraído con el resto de personas, también era caprichoso, siempre querría mas de lo que ya tenía, ya sea un juguete, una mascota o incluso... Una persona.
Cuando Jisung quedó cautivado por un niño de su clase cuando apenas tenía cinco años, le rogó a sus padres que lo quería, quería que ese dulce niño lo mirase y estuviese a su lado, únicamente a su lado, pero por desgracia al ser una persona callada y "rara" según sus compañeros, jamás pudo acercarse y ese niño nunca llegó a buscarlo.
Hasta unos días después de su petición, el niño jugaría con él todos los días y solamente con él, para ese niño, Jisung sería todo su mundo.
Sus padres creyeron que estaba bien, tal vez no era una buena forma pagarle a los padres del otro niño para que su hijo tuviese su primer amigo pero al menos así Jisung comenzaría a abrirse. Por desgracia, nada salió como pensaron, pronto hubo caos, peleas y un niño herido llorando.
Trataron a Jisung luego de esto, recuerda hablar con un amable señor quien sería su psicólogo por un tiempo, claro, al principio se negó y estuvo en silencio durante la mayor parte de las sesiones hasta que poco a poco comenzó a abrirse, después de todo, había lastimado a un niño y lo obligó a convertirse en su amigo.
La ayuda sirvió y verdaderamente sentía que estaba mejorando. Se sentía un buen niño cuando daba la respuesta que sus padres o el psicólogo estaban esperando de él. Y luego sería premiado por su padre con un juguete o por su madre con un delicioso cheesecake al llegar a casa.
Un año después, cuando tenía 6 años, se topó con este niño, había lágrimas empapando su rostro y hermosas manchas esparcidas por sus mejillas, también un feo raspón en su rodilla. Cuando Jisung ayudó a este niño y jugó a su lado, sintió algo extraño, la forma en que ese niño lo miraba le hizo sentir como esperaba que ese primer amigo que tuvo sintiese, cuando ese pequeño pecoso lo miraba, Jisung se sentía especial, como si fuese el único en el mundo de Felix.
Pero tan pronto como ese sentimiento apareció se marchó porque debía irse y se despidió del pequeño australiano.
No supo mucho de él luego de eso, la vida sigue, los años pasan y con ello las personas cambian. Jisung era una mejor persona ahora, hizo amigos de verdad, como Minho y Changbin, y se convirtió en un chico más feliz y abierto, dejando parte de su timidez y logrando convivir mejor con la gente.
Aparece este otro australiano en su vida, fue casualidad, se había quedado hasta tarde terminando un trabajo y luego escuchó un fuerte ruido en uno de los pasillos, para cuando decidió armarse de valor y dejarse llevar por la curiosidad, se encontró con un chico de cabello azabache y uniforme desarreglado arrodillado en el suelo, tomando sus libros, los cuales estaban sucios y pateados, para guardarlos de vuelta en su mochila, con uno de los cierres roto.
Jisung se acercó, dispuesto a ayudar, pero en el momento en que el mayor le miró, se paralizó, ya sea por el miedo reflejado en esos tristes y cansados ojos o por lo hermoso que era.
—Tranquilo, no voy a hacerte daño, solo quiero ayudarte –le ofreció una sonrisa amable y tomó los lapices esparcidos en el suelo.
El silencio estuvo presente en todo momento, Jisung analizando al contrario de reojo mientras recogía los útiles, para cuando todo estuvo listo y ambos de pie, se animó a preguntar su nombre.
—¿Cómo te llamas?
—Bangchan... Christopher Bang Chan –murmuró el tímido chico en respuesta.
—Ese es un nombre muy bonito –el coqueteo salió de manera inesperada, iba a disculparse por su imprudencia pero aquel precioso sonrojo que lo recibió valió la pena.
El rostro sonrojado de Bangchan era hermoso, incluso si había moretones en su mejillas y sangre seca en sus labios.
—Yo soy Jisung y es un gusto conocerte, lindura –guiño el ojo y estrechó su mano.
Ese fue el comienzo de su enamoramiento, aparecería cada que Bangchan lo necesitase, lo ayudaría con sus heridas o recogiendo sus libros, haría todo para estar cerca de él, incluso si el mayor siempre intentaba apartarse. Jisung amaba poner nervioso a Chan, amaba ver como sus mejillas y orejas enrojecían y amaba esa pequeña sonrisa acompañada de dos adorables hoyuelos que se dibujaba en su rostro cuando lograba contar un pésimo chiste que era capaz de hacer reír al chico.
Jisung se enamoró profundamente de ese dulce australiano y también de esa mirada, no solo de aquellos ojos que lo miraban tímidamente y con cariño, sino también de esa mirada que le veía como un salvador.
Fue un día donde Jisung intervino, deteniendo a ese grupo de tres que estaba molestando a Bangchan, claro, salió con un moretón en el ojo y nariz sangrando pero todo valió la pena cuando estuvieron a solas en la enfermería de las escuela.
—No tenías que hacerlo...
—No iba a dejar que esos chicos siguiesen molestandote.
El mayor suspiró.
—Gracias... –le sonrió suavemente–. Eres mi héroe –rió levemente, como una pequeña broma pero para Jisung fue mucho más que eso.
No era su objetivo ser un héroe y no esperaba que esa mirada le afectase tanto, se supone que había cambiado, el estaba mejor ahora, era lo que todos esperaban que fuese, pero no puede evitar tener estos pensamientos.
Todos tenemos un lado oscuro dentro de nosotros, pensamientos fuera de lugar que llegan de repente a nuestra cabeza, en todos los humanos hay una bestia oculta, enterrada en lo más profundo de nosotros, pero es decisión propia si destruirla o dejar que se alimente hasta salir a la luz.
Cuando la bestia dentro de Jisung volvió a asomarse, una parte suya estaba asustada y otra estaba maravillada, porque no podía evitar adorar esos ojos que le veían como si fuese su único salvador y quizás lo era, después de todo, Bangchan no tenía ningún otro amigo, Jisung era la única persona en su vida.
Y cuando estuvo a solas en su cuarto, abrazando la almohada y mirando hacia el techo, una amplia sonrisa se dibujó en sus labios.
Jisung podía convertirse en todo el mundo de Bangchan, podía ser la única persona que necesitase, al fin tendría a alguien que siempre estaría a su lado.
Y no lo tomen mal, Jisung aprecia a Minho y Changbin, no es posesivo con ellos, no busca que estén siempre a su lado, es feliz con la relación que tienen y adora su amistad y jamás les haría daño. Pero las cosas son distintas con Bangchan como lo fueron con aquel niño, Jisung amaba a Bangchan, lo amaba más que un amigo, lo amaba tanto que solo deseaba tenerlo por siempre en sus brazos.
Lo amaba de una manera donde todo se distorsionaba hasta convertirse en algo enfermizo, lo amaba hasta el punto de desear que aquellos ojos por siempre lo mirasen, deseaba tomar su mano y mostrarle al mundo que este hermoso chico era suyo y de nadie más. Pero al mismo tiempo lo ocultaría de todo el mundo o le mostraría lo horrible que puede ser el mundo y como todo lo que necesita es a él.
Y Jisung quería asegurarse que así fuese.
Podría haberlo ayudado, podría haber hablado con el director acerca de lo que estaba pasando ya que el mayor no era capaz de hacerlo, pero entonces las cosas se detendrían y Bangchan volvería a creer en el mundo y ya no lo necesitaría.
Jisung tiene que ser siempre el único salvador en su vida pero aparece este otro chico.
Felix, su compañero de clases, y le toma cierto tiempo recordar que es el mismo niño que vio hace mucho tiempo atrás, su rostro ha cambiado pero sus ojos se mantienen igual. Sigue mirando a Jisung con demasiado anhelo y amor y al rubio le gusta esto, sabe acerca de los sentimientos de Felix, después de todo, no es tan tonto como los demás piensan, es sólo que no puede corresponderlo. Jisung amaba a Bangchan, no a Felix pero eso no evita que quiera seguir siendo mirado con esos ojos.
Disfruta la atención, disfruta las mejillas rojas, las acciones tímidas de Felix y también a una parte suya le gusta romper su corazón, porque no importa cuanto lastime Jisung a Felix, este siempre seguirá amándolo. Sabía de quienes eran las notas, sabía lo que estaba haciendo y hubo cierto placer en la forma en que esos ojos se apagaban pero jamás cambiaban.
Hasta que la parte racional de su cabeza entró en acción cuando el chico le confesó sus sentimientos de frente.
—Me gustas –había dicho de repente el pecoso.
Y Jisung sintió como si un balde de agua fría cayese en su cuerpo, le hizo retroceder y reaccionar, darse cuenta de lo que había hecho hasta ahora, del monstruo en el que se había convertido al jugar con los sentimientos de Felix de esta forma, esa confesión le hizo darse cuenta de la horrible persona que era.
Entonces no pudo hacer otra cosa que huir, incapaz de afrontar las cosas, y el hecho de que sus padres lo llamasen justo en el momento indicado le ayudó en su escape. Corrió hasta su casa e intentó actuar con normalidad hasta que pudo encerrarse en la seguridad de su cuarto.
—Dios, que estoy haciendo –murmuró.
¿Cómo pude hacerle esto a Felix? El chico el literalmente un ángel, con un corazón demasiado puro y amable y Jisung era un monstruo que disfrutó de dañarlo, y sobre todo, ¿cómo pudo hacerle esto a Bangchan? Se supone que lo amaba, que debía cuidarlo y protegerlo de las personas que le hacen daño pero al final él también es como ellos, es tan egoísta y cruel y lastimó a dos personas que no merecían esto.
No puede permitir que la bestia dentro suyo gane, no puede convertirse en un monstruo, no puede perderse a si mismo ni su progreso solo por sus deseos egoístas de ser el mundo de alguien.
Entonces busca ayuda y mantiene la oscuridad oculta, encerrada en lo mas profundo de su ser, prometiéndose que jamás volverá a salir.
Cuando Bangchan comienza a juntarse con Felix y alejarse de su lado siente dolor, su corazón está herido pero se lo merece, después de todo, ha sido cruel con ambos chicos sin que estos lo supiesen, merece ser olvidado por ambos y quedarse atrás en el pasado.
Pero luego Bangchan corresponde sus sentimientos y sus labios se unen y es feliz por unos cinco minutos hasta que el mayor se va.
Hay una promesa entre ellos y mucha luz a su alrededor, hay esperanza y felicidad esperándolos.
Está tan emocionado que les habla a sus amigos sobre lo que pasó, escuchando las felicitaciones de ambos mientras fantasea con una maravillosa vida al lado de Bangchan.
—A partir de ahora, seré una mejor persona y lo ayudaré con todos sus problemas, nadie volverá a hacerte daño –susurra en la oscuridad de su cuarto, viendo su fondo de pantalla que consiste en una foto de él junto al australiano.
Duerme feliz esa noche, deseando que las clases lleguen pronto por primera vez.
Pero Bangchan no va a clases el lunes tampoco el martes... Nunca regresa y su rostro aparece en las noticias.
El mundo de Jisung comienza a derrumbarse.
Acercarse a Felix no había sido algo que planease pero ambos están heridos, ambos perdieron a personas muy importantes en sus vidas y después de haber lastimado tanto al chico, Jisung quiere ayudarlo.
Entonces se acercan, su amistad creciendo poco a poco y verdaderamente disfruta estar a su lado, siente que el peso en sus hombros desaparece y por unos segundos, todo lo malo es olvidado y solo se concentra en el dulce sol a su lado. Le gusta charlar con Felix, le gusta salir con él, pasar tiempo juntos, le gusta su nerviosismo y la forma en que sus mejillas se sonrojan cuando toma su mano, piensa que es lindo pero su corazón siempre decae y se desvía a otra parte cuando está solo en su cuarto.
Se siente culpable por esto pero cuando está con Felix, tan solo no puede evitar pensar siempre en Bangchan, en el dulce chico que amaba y con el que jamás pudo disculparse y ser algo.
Le agrada Felix pero su corazón le pertenece a Bangchan y no sabe si alguna vez podrá soltarlo.
Si pudiera volver el tiempo atrás, si pudiera salvarlo, lo haría sin dudarlo, traería de vuelta a ese tímido y herido chico y le mostraría que el mundo puede ser hermoso, que no todas las personas son malas, que vale la pena vivir juntos, que pueden ser felices y estaría a su lado siempre.
Podrían haber sido todo pero terminaron siendo nada.
Y las lágrimas fluyen por su rostro al pensar en lo estúpido que fue.
La vida de Jisung cae en picada con el tiempo, su corazón quebrándose con cada perdida, su salud empeora, tanto física como mentalmente se convierte en un desastre.
El enterarse de que Changbin estaba muerto fue un golpe duro para él y para Minho, se supone que asistiría a su pijamada, que se divertirian todos juntos, que bromearian y verían un maratón de películas, que por tan solo por unas horas podrían olvidarse de todo y ser felices juntos.
Había dolor en todas partes y mucha negación, porque Changbin no podía estar muerto, su amigo no merecía ese destino, él y Bangchan deben estar vivos y ser felices, pero no importa cuanto desee despertar de esta pesadilla, jamás podrá hacerlo porque este es el cruel mundo real. Y tan solo jura que si alguna vez encontraba al culpable de su muerte y de la desaparición de Bangchan, lo haría pagar por todo ello.
Minho desaparece un día, rompiendo sus promesas con ello, le había dicho que jamás se iría de su lado, que enfrentarían estas cosas juntos, que podrían salir adelante y vivir una buena vida por las personas que ya no están, pero él también se va y no sabe donde está, nadie lo ha visto, sus padres están preocupados, la policía sigue buscando.
Todo en su vida tan solo empeora cada vez más, todas las personas que amaba ya no están y no es capaz de poder seguir adelante así, ya no sabe que hacer, todo es un desastre, no quería comer, no quería salir de su cuarto, no quería nada, solo deseaba cerrar sus ojos y desaparecer, soñar con una vida diferente donde sus amigos y amado estarían aquí a su lado.
Por desgracia los deseos no hacen realidad y la vida no puede ser cambiada.
Tan solo queda una persona a su lado y es la única mano a la que puede aferrarse para evitar caer y perderse.
Descubre al culpable, ha convivido con él todo este tiempo, ha permitido que ese monstruo duerma a su lado y lo ha envuelto entre sus brazos, confió en él, lloró en su hombro, compartió su dolor, creyó en su amistad y en que podrían salir adelante.
Ha confiado en ese monstruo que mientras tomaba su mano, le quitaba todo lo que amaba.
Y ahora llora de rodillas frente suyo, suplicando por algo.
Cuando sus miradas chocan, el ve lo horrible que son esos ojos pero esa bestia dentro suyo que había encerrado, regresa y gruñe satisfecha porque sigue siendo el mundo de Felix, jamás dejó de serlo, durante todos estos años Jisung fue todo lo que Felix siempre anheló pero jamás pudo tener.
Puede comprender porque hizo todo esto, Felix quería convertirse en el mundo de Jisung, quería ser amado, y para ello le quitó todo lo que amaba.
Si no era suyo, entonces no podía ser de nadie y Felix dejó que la bestia dentro suyo ganase.
El odio en su corazón incrementa, su propia bestia gruñe y araña las puertas.
Había perdido todo y a todos por culpa este chico, entonces, ¿se convierte realmente en un monstruo por buscar venganza? Quiere verlo sufrir, quiere romper cada parte dentro de él y moldearlo como desease, quiere que Felix siga amándolo y viéndolo como su único salvador mientras lo destruye en pedazos.
Quería que Jisung tan solo lo mirase a él ¿cierto? Entonces, es momento de que afronte las consecuencias por ese deseo.
Jisung se acerca, se arrodila a su altura, besa sus labios y clava el cuchillo en su abdomen, profundo pero no demasiado, después de todo, no quiere que Felix muera, solo quiere darle una pequeña herida. Quiere que quede un recordatorio de este momento, ninguno olvidara donde comenzó todo, donde Jisung al fin permitió que su bestia ganase.
Para cuando el pecoso se desmaya en sus brazos y choca miradas con Jeongin, Jisung solo puede sonreír.
—No te preocupes Jeongin, el monstruo pagará y nunca volverá hacernos daño.
Es cierto, Felix ya no volverá a herirlos.
Pero este nuevo monstruo, quien sabe, despues de todo, Jisung no conoce del todo a su bestia. Solo se dejara abrazar por ella, que la oscuridad lo envuelva, que las garras y dientes lo despedacen hasta no reconocerse. Hasta que el viejo Jisung quede en el olvido y este nuevo Jisung surga.
Con esto, Sweet Bite está oficialmente terminando, muchas gracias por leer y apoyar la historia, espero les haya gustado ♡
Disculpen que haya tardado tanto en subir este extra
¿Qué opinan acerca de Jisung?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro