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13 años

Kohaku miró con cariño la foto de los muñequitos de tela de Yuzuriha saliendo disparados al espacio exterior, un recuerdo muy preciado para ella, antes de guardarla en una caja y colocar esta misma bajo su cama, al igual que varias otras cajas.

Había limpiado cada rincón de su habitación, cosa que no hacía desde hace mucho tiempo, pero últimamente le gustaba mantener su mente distraída con cualquier cosa para no pensar en su pérdida.

Desgraciadamente, hace un par de semanas su madre había fallecido, luego de años luchando contra una muy difícil enfermedad.

Kohaku se sentó en su cama, tomando su celular y mirando los mensajes de sus amigos, sin ganas de contestarle a nadie, pero obligándose a decirles que estaba bien para no preocuparlos.

Se recostó de lado en la cama y siguió mirando su celular, preguntándose qué hacer ahora para mantenerse distraída, ya que no tenía ganas de salir con sus amigos. Quería estar sola, pero ocupada.

Sus amigos le respondieron mensajes breves y de ánimo, que no era grosero no contestar, todos menos Senku, que le envió un link para ver un manga que trataba sobre kendo, un manga que Kohaku había estado buscando hace meses.

Por primera vez en varios días, sonrió.

Era extraño, pero incluso aunque no hablaron casi nada desde que perdió a su madre él aun así de algún modo sabía que ella quería estar sola y mantenerse distraída. Y ella sabía que él entendía que no se sentía con ánimos de hablar, y que aun así agradecía su esfuerzo por tener este tipo de detalles con ella.

Y... de alguna forma, a los pocos días, cuando necesitó verlo, él lo supo.

Cuando no se sintió con ánimos de levantarse de la cama, cuando se quedó llorando debajo de sus mantas, sintiéndose sola, Senku tocó a su puerta.

—¿Kohaku? —Después de días sin verlo, su voz fue reconfortante, pero no tanto como correr a abrirle la puerta y lanzarse a sus brazos.

Él cayó sentado en el pasillo, pero no se quejó y la rodeó con sus brazos mientras ella sollozaba suavemente, apretando la tela de su camisa en sus manos.

No dijeron nada, simplemente se quedaron así unos minutos, antes de que ella secara sus lágrimas y se apartara de él. Ambos se sonrieran con tristeza y se pusieron de pie para ir a sentarse en la cama.

Senku no era bueno con las palabras, así que todo lo que hizo fue tomar su mano, y ella apoyó la cabeza en su hombro, cerrando los ojos y entrelazando sus dedos. Eso la hacía sentir mejor que cualquier charla.

Después de eso, se sintió lista para volver a la escuela y reintegrarse a sus clubes y a salir con sus amigos, aunque había varias cosas que la hacían sentir incómoda, pero Senku siempre estuvo a su lado cuando lo necesitó, y por alguna razón tenerlo con ella hizo todo más fácil.

Su hermana se lo tomó peor que ella, así que eso ayudó a Kohaku en el sentido de que quiso ser fuerte por Ruri y ayudarla a seguir adelante, y así ambas se apoyaron mutuamente y poco a poco reír dejó de ser una rareza en su casa.

Aun así... no había duda de que el que peor se lo tomó fue su padre. No volvió a ser el mismo, se volvió mucho más duro y frío, incluso con ellas, pero no podían culparlo. Intentó todo por salvar a su esposa...

El hueco que quedó en su familia nunca podría llenarse, pero con los meses volvieron a retomar una especie de normalidad, y Kohaku se decidió a seguir su camino y convertirse en una persona de la que su madre estaría orgullosa. Planeaba cumplir todos sus sueños y no iba a dejar que nada la detuviera.

Logró entrar en el torneo femenino nacional, aunque lo malo era que viajaría a otra ciudad y se alejaría de su familia y amigos, pero estaba decidida.

Cuando se lo dijo a Senku, él la sorprendió diciéndole que también viajaría, pero a distintas partes del mundo, y a lo largo de varios meses.

—También estoy decidido a cumplir mis metas. —La miró con una sonrisa—. Será mejor que tengas cuidado, leona, o podría dejarte muy atrás.

Eso la hizo sonreír.

—¡JA! ¡Ya quisieras! No pienso dejarte las cosas tan fáciles. —Le sonrió desafiante.

Él rio emocionado.

—¡Entonces es un reto! ¡Será mejor que cuando regresé seas diez billones de veces más habilidosa! O acabaras siendo una simple espectadora de todos mis logros.

—Tú serás el que se quedé viendo. —Cruzó los brazos, muy segura de sí misma.

—¿Es un reto? —Rascó su oído con el meñique, con una mirada interesada.

—¡Es una promesa!

—Entonces te deseo suerte. —Encogió los hombros, levantando las manos con absoluta despreocupación—. La necesitaras.

—¡Ya lo veremos!

Ambos se fueron decididos a dar lo mejor de sí en sus respectivas pasiones, pero sobre todo decididos a estar a la altura del otro cuando volvieran a verse.

Continuará...

Hola! :D

Capítulo medio sad en medio del azucar ;w;

Ojala q les haya gustado de todos modos :'3 Si quieren mañana les subo otro cap, solo pidanlo ;D

Muchas gracias por leer y no olviden q tienen el fic completo en Patreon!

Tampoco olviden q se les ama!~

Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

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