Caballero, permítame la osadía de mostrarle mi corazón y mi alma al desnudo; perdone el desorden y no se espante si acaso ve en ellos un par de cicatrices y una pizca de oscuridad; no llore si acaso nota abolladuras profundas y vidrios encajados en sus paredes; no se enoje si acaso, aparte de su nombre, hay otro par gravados con fuego; no desvié la mirada si acaso ve demonios emocionales asechando.

Caballero, apruebe el atrevimiento a enseñarle lo más profundo de mi mente; no se escandalice si acaso encuentra entre mis neuronas un par de destellos lujuriosos; no se ponga nervioso si acaso se le cruza en su camino un pensamiento de esos que ni yo comprendo, solo déjelo seguir su camino; no se agobie si acaso se pierde entre mis ideas, a veces les gusta salir sin aviso.

Caballero, deme licencia para tomarlo de la mano y llevarlo a conocer el universo; no grite si acaso el calor del sol le quema la piel de porcelana; no me suelte si acaso se siente inseguro, que me encargaré de protegerla; no se ponga triste si acaso una estrella fugaz se escapa de la atención de esos lindos ojos.

Caballero, no tengo vergüenza en decirle que amo que seduzca a mi corazón con la sensualidad de su sonrisa; que amo que enamore a mi alma con la inocencia de sus ojos; que amo que excite a mis pensamientos con la belleza de su espíritu; que amo que me robe los suspiros con la sublimidad de su palabras y que amo que extienda el tiempo de mi vida con las caricias de sus sentimientos.

Caballero, tengo el descaro de decirle que usted es un ladrón que se ha llevado los latidos de mi corazón para quedárselos usted solo; tengo la insolencia de decirle que usted ha pasado por mi mente y se ha quedado ahí sin permiso ni invitación pero ya no importa puesto que si usted se va, mi juicio se va con usted; tengo la audacia de decirle y de reclamarle que se ha llevado mis suspiros y ahora ellos lo prefieren a usted.

Caballero, tengo la valentía de decirle que si tenerme tan enamorado como me tiene fuese un crimen, usted estaría preso, sin embargo, me temo que, como no lo es, usted puede seguir cometiendo esta dulce e inefable fechoría en mi contra y yo estaría encantado.

Caballero, tengo la desfachatez de decirle que si amarlo fuera una infracción, yo estaría quizá, con pena de muerte, no obstante, en este mundo el amor no es un delito por lo tanto solo me queda decirle: caballero perdone usted mi imprudencia pero... soy desde hoy y para siempre suyo, suyo y de nadie más y por lo tanto lo amo, a usted y a nadie más que a usted.

P. D.: Le dedico la luna llena y la menguante, el sol y las estrellas

Le dedico el invierno de diciembre y el frio de enero

El viento de febrero y la primavera de marzo.

Las flores de abril y los colores de mayo.

Las lluvias de junio y el petricor de julio

La tranquilidad de Agosto y la euforia de septiembre

El otoño de octubre y el sabor a canela de noviembre

Y si me lo permite, también le dedico mi silencio y todo mi mundo

🐴🐐
La OTP en un one-shot con azúcar

Dan R