El bailarín de oro y flamante director de su propia escuela de baile en Seúl estaba encerrado en su oficina cuando alguien tocó su puerta.

— ¿Quién es? — pregunta.

— Señor, soy Jongin... — hace una pausa. — Tiene visitas.

— Pasa, Jongin. — le da permiso a su joven secretario, quien enseguida abre la puerta cerrandola al ya haber ingresado.

— Señor Park, llegó un hombre a inscribir a su niña y diciendo que es amigo suyo de la adolescencia. — dice, lo cual desconcierta un poco a Jimin. — Dice que quiere verlo...

— ¿Cómo se llama? — da un sorbo a su café

— Jeon Jungkook. — el rubio hombre de ya treinta y seis largos años casi se atraganta.

— ¿Jungkook? — pregunta sorprendido, emocionado y asustado. — Ha-Hazlo pasar, por favor.

Trece años.

Hace trece años que no lo ve.

Segundos después, Jongin abre la puerta para dejar pasar a un alto y castaño adulto, portador de la misma sonrisa que sus recuerdos guardaban y una niña de su mano izquierda.

— Jungkook... — dice sorprendido al ver a su viejo amigo ya siendo un adulto hecho y derecho. Se acerca a abrazarlo y observa el par de ojos que lo miran desde abajo. Se agacha y esboza un dulce sonrisa. — ¡Hola, princesa! ¿Cuál es tu nombre?

— Jeon Nayeon, señor... — dice con una tímida sonrisa y haciendo una educada reverencia hacia su mayor.

— Puedes decirme Jimin si quieres. — le devuelve la sonrisa y levanta su mano para que la pequeña le choque los cinco. El mayor en aquella oficina se vuelve a su posición original con el objetivo de charlar con su viejo amigo. — ¿Quiere sentarte, Kookie? Puedo pedirle a Jongin un café para tí...

Jungkook se sienta en el mullido sillón y asiente.

— Pero, ¿podría hablar contigo a solas? — susurra señalando a Nayeon.

— Oh, si. Claro... — le responde. — Espera. — sale de la oficina para minutos después volver con un café y su secretario. Se dirige a la pequeña niña. — Nayeon, me dijeron que vas a estudiar aquí, ¿es cierto?

— ¡Si! — comenta con emoción. — Me dijeron que empiezo el lunes que viene.

— ¿Te gustaría ir ahora a observar la clase y conocer a tus compañeritos? — Nayeon asiente con efusividad. — Bueno, entonces en ese caso Jongin te va a guiar hasta allí, ¿trato?

— ¡Trato! — salta yendo a tomar la mano que Jongin le ofreció, saliendo ambos luego de la escena.

— Bueno, ahora que estamos solos, hyung... ¿Te gustaría ir a cenar a mi casa este fin de semana? — pregunta con timidez. — Sé que pasó mucho tiempo desde la última vez que nos vimos pero me alegra tenerte por aquí otra vez. — dudando, sigue con sus palabras — No te quiero reprochar la forma en la que te fuiste, — baja la mirada. -— solamente me gustaría aprovechar que mi mejor amigo de la infancia volvió. — Jimin se tensa levemente, Jungkook lo nota. — ¡Y presentarte a mi esposa! — intenta quitar la tensión.

Jimin acepta gustoso la invitación.

— Wow, ¿hace cuánto estás casado? No puedo creer que ese pequeño niño que se ponía más rojo que un tomate cada vez que alguien le sonreía hoy esté casado...

— Casi doce años, hace diez tenemos a Nayeonnie. — ríe.

— Una niña muy hermosa, igual a tí. — suspira. — Tu misma sonrisa... — Jungkook sonríe orgulloso ante la comparación.

— ¿Y tú, hyung? ¿Tú te casaste o algo en estos años?

— No, la verdad es que decidí enfocarme en mi carrera... — miente. — No tuve tiempo para relaciones.

O no olvidó a Yoongi.

— Hyung, pasaron trece años y sigo sabiendo cuando me estás mintiendo. — dice pícaramente. Jimin abre la boca sin saber que decir.

— Si, entiendo. — contesta un amable muchacho de sonrisa cuadrada, aparente pasante del productor musical. — Le recomendaría igual que no lo moleste en este momento, él está componiendo y si lo interrumpen... — hace una pausa buscando las palabras. — Digamos que a Suga hyung no le gusta ser interrumpido.

— Dile que soy Jeon Jungkook, por favor. Él va a dejarme pasar...

El joven de cabello azul se encamina en busca del estudio de Yoongi, con Jeon pisandole los talones.

Toca la puerta con tres golpecitos.

— ¡Taehyung, te dije que estoy componiendo! — El pasante iba a responder, cuando es detenido por Jungkook, quien toma la palabra.

— ¿Te parece forma de recibir a tu mejor amigo de la infancia después de trece años? — responde por Taehyung, quien lo mira con los ojos muy abiertos.

Un largo silencio reinó durante al menos un minuto, hasta ser cortado por el sonido de una puerta abriéndose.

— Hola, hyung... — sonríe. Yoongi se abalanza a sus brazos cual niño chiquito reencontrándose con su amado hermano. Taehyung se va para darles privacidad. — Debería enojarme porque no viniste a verme, ¿sabes? Creí que siempre iba a ser tu dongsaeng preferido... — comenta aún abrazado a Min. — Pero hay una forma de compensarme.

Yoongi lo suelta y lo mira.

— ¿Qué cosa?

— Cena en mi casa, este fin de semana... ¡Te voy a presentar a mi esposa y a mi hija! ¿Aceptas?

— El sábado me tienen allí, entonces. — responde con una gran sonrisa.