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Capítulo III

Minatozaki Sana - 7 de febrero de 2022.

Son las seis y media de la mañana y tengo que esperar a que llegue Hoseok para hacer la reunión que tanto quiere y por la que tenía tanta urgencia de que nos viéramos, no pude estar dormida las horas necesarias para que no me salieran ojeras, ahora las tengo y la verdad es que no estoy con un semblante muy bueno, parece que me pasó un camión por encima y que por esa razón es que luzco así.

Es que también, es martes el día más aburrido de la semana, para mí, me toca estar en un lugar que no quiero a una hora horrible sin poder llamar a mi maquillista para que por lo menos hiciera algo por mi, esto es lo peor que le puede pasar pasar a una chica que de trabajo tiene ser perfecta, no es que no lo sea, sin embargo, no estoy en a esta hora para estar despierta soportando a Jeongyeon que luce como si fueran las tres de la tarde, no entiendo como puede estar tan perfecta.

Mi manager parece que se cuida más que yo, que clase de imagen voy a dar para mí primer día.

— El idiota de Hoseok tuvo que hacer esta puta reunión más tarde —. Digo con evidente enojo. — ¿Van a venir todas las modelos? —. Le consulto y se encoge de hombros. — Yoo Jeongyeon eres mi manager debes saber eso —.

— No he dormido bien por culpa de Ryu así que si vas a ponerte como niña pequeña me dices para ir a por un café —. Ruedo los ojos y cruzo de brazos, siento que Nayeon y Jeongyeon me tratan como si yo fuera su hija mayor, me han cuidado y lo agradezco pero tampoco es para que actue así conmigo. Me avergüenza bastante.

— Espero que solo sea conmigo —. Cruzo los dedos. — Y por lo que dije la otra vez me citó a esta hora —. Pataleo un poco hasta que escucho unos pasos que resuenan en todo el lugar. — ¿Crees que sea él? —. Volteo un poco y veo al ser mas insufrible del mundo acercándose lentamente hacia mi persona con una sonrisa de que toda su vida es perfecta. — La putísima madre —. Murmuro entre dientes.

— Oh, Minatozaki tiempo sin vernos —. Fueron los mejores días de mi vida. — Luces como si no has dormido por siglos —.

Imito la estúpida sonrisa que tiene. — Y tú luces como puta barata pero quien soy yo para andar juzgando ¿Verdad? —. Da un paso hacia mi y me levanto. — Los centímetros que tienes de más no me intimidan, Chou Tzuyu —. Veo su cabello. — ¿A cuánto las extensiones? —.

— No sé —. Se estira el cabello para verlo. — Pregúntale a tu madre, tal vez sepa —. Ese fue un buen golpe, pero no me dejaré ganar por la calva.

— ¿Por qué mejor no le preguntas a la tuya? —. Su semblante cambia, sus hombros bajan un poco y la postura que tiene de creerse la mejor del mundo se va.

— Eres una grandísima hija de perra —. Me empuja y pasa a mi lado.

— ¡Ve y empuja a la puta de tu mad- —. Miro mal a Jeongyeon que me cubre la boca.

— Ni se te ocurra hacer un show delante de todo el mundo —. Me señala y suspiro antes de asentir. — Te tendré que poner bozal cuando entremos —. Hoseok pasa a mi lado y sonríe.

— Lamento la tardanza —. Señala la oficina y camino al lado suyo. — ¿Cuánto tiempo tienes esperando? —. Arruga la nariz antes de sonreír.

— Lo suficiente como para hacerme enojar, Jung —. Abre la puerta y cuando paso veo a Tzuyu que está con las piernas cruzadas. — ¿Y esta qué hace aquí? —. Cuestiono.

— Ustedes siendo el nuevo pilar de mi empresa deben saber que en algún momento les va a tocar trabajar juntas —. Me siento, lamentablemente al lado de esa pueblerina.

— Haremos lo posible para que eso nunca pase —. Rio.

— Por primera vez usa la cabeza —. Junto las manos sobre mi rodilla. — Jung, para el bienestar de tu empresa lo mejor es mandarla a desfilar y a mí a los eventos importantes —. Digo. — Tengo buen inglés, buena presencia y conozco a la mayoría de las personas de este mundo —.

— Te recuerdo que fui a París el año pasado —. Levanta una ceja y mueve el cabello dándome en la cara. — Jung, la pelo de carbón tiene razón —.

— Por lo menos no tengo un corte de niña de cinco años —. Nos miramos mal. — Y yo rechacé ir a París —. Le recuerdo. — Tenía cosas más importantes que hacer —. Murmuro.

— ¿Cogerte a una pianista? —. Me tenso, ¿Cómo mierda sabe a qué se dedica Dahyun?. — Tú cara lo dijo todo —. Dice en tono de burla.

— ¡Chicas! —. Volteamos a ver a Hoseok. — Por ahora no hay nada de desfiles ni eventos importantes —. Abre la laptop y le da la vuelta para enseñarnos, me acerco y entre cierro los ojos leyendo con lentitud.

— San Valentín —. Susurra Tzuyu y ruedo los ojos.

— ¡Chou Tzuyu y Minatozaki Sana! —. Gritamos al unísono.

— No puedo estar con esta compartiendo una sesión —. Negamos.

— ¿Por qué carajos su nombre está primero? —. Le doy golpes con el dedo a la mesa.

— Es que los organizadores saben quién es mejor —. Asiento y me mira raro.

— Claro, el burro va primero —. Levanta la mano para pegarme. — Eso es agresión, por favor pegame para demandarte —. Gimo.

— Ni en tus sueños húmedos voy a hacer eso —. Hace cara de asco.

— Ya quisieras que soñara contigo —. Bufo.

— Ya tendrías la mano enyesada por tocarte —. Sale una gran carcajada de mi garganta, si que anda fumada.

— Tu no calientas ni un horno —. Sonrío. — Ya quisieras que piense un microsegundo en ti mientras me cojo a alguien —. Entre cierra los ojos.

— Chicas —. Nos llama.

— ¡¿Qué?! —. Volvemos a gritar al mismo tiempo.

— Se están desviando del tema —. Pasa la imagen. — Las dos vestidas de cupido, en traje de baño, con ropa a juego... —.

— ¿Estuviste fantaseando en la noche? —. Me pongo de pie. — Yo no voy a andar semi desnuda cerca de esta —. La señalo. — ¿Y si quiere abusar de mi? —. Pongo la mano en mi pecho. — Además ¿Ropa a juego? —. Rio. — Ni que me apunten en la cabeza con una nueve milímetros voy a aceptar eso —. Las personas van a creer que Tzuyu y yo somos pareja o fantasear con eso, lo que menos quiero es que me anden emparejando con esa mujer.

— Es esto o me busco a unas profesionales porque ustedes no lo parecen —. Se cruza de brazos y ambas reímos pero al parecer esto no es una broma. — Las contraté para que sean modelos dejando de lado lo personal, esto es su trabajo y créanme que hay muchas que desean estar en su puesto ahora mismo —. Alza la voz y se levanta. — Si no lo hacen entonces van a tener que irse de mi empresa porque no quiero adolescentes en este puesto, quiero a modelos de verdad —.

— Conmigo no vas a contar —. Digo y camino hacia la puerta. — Escogí esta empresa para que se expandiera a muchas partes del mundo y no solo quedará estancada en el mercado asiático —. Empujo la lengua contra mi mejilla. — Te estaba haciendo un puto favor pero ahora quieres que trabaje de la mano con Tzuyu, alguien que no tiene talento, una buena para nada...una —.

— Te recuerdo que sigo aquí —. También se levanta. — Lo que dice la dientona es verdad —. Voy a insultarla pero mejor me muerdo la lengua. — No quiero que por trabajar con esta mi carrera se derrumbe ni mucho menos que crean que somos amigas, lo que menos deseo en esta vida es que me relacionen con alguien como Sana —.

— ¿Gracias? —.

— He estado luchando para no caer en el mismo hueco de las modelos que solo usan su cuerpo como un negocio y que se llevan a la cama a todas y todos para creerse alguien —. Bueno ya se está pasando.

— No es mi culpa que seas mojigata —. Niego con la cabeza. — Si no tengo el trato que me merezco en esta empresa te aseguro que si vuelvo a buscar una tendré más de mil ofertas —. Agarro el bolso y miro a Tzuyu. — Intenta buscar a alguien que te lo meta a ver si dejas de tener cara de estreñida —. La aconsejo y salgo furiosa del lugar.

— ¡¿Te has vuelto loca?! —. No le hago caso a Jeongyeon y sigo caminando. — Esta es la empresa que mereces, saliste de una que te daba un sueldo de mierda y aquí estás como los putos Dioses —. Me jalonea.

— Yoo, te recuerdo que eres mi manager y que no debes tratarme así delante de nadie —. Le quito la mano. — Además la decisión la tomo yo, no tu —. Nunca la había visto tan enojada pero tampoco estoy para aguantarla.

— ¿Qué harás ahora? —. No tengo ni la menor idea. — Te irás a coger a Dahyun porque es tu único escape ¿Ella te va dar el dinero que te pagarán por hacer una sola sesión de tres días con Tzuyu? —. Cuestiona. — ¿Ella va a pagarle a todo tu equipo? —.

— Jeongyeon no cruces la línea —. Le digo ya cansada de que siga así.

— Ella es una pianista arruinada que solo está contigo a ver si encuentra el reconocimiento que perdió —. Eso sí que estuvo de más.

— Piensa antes de hablar Jeongyeon, no quiero verme en la obligación de despedirte y cortar lazos contigo por hablar así de Dahyun —. La amenazo. — Tú no la conoces ni sabes por lo que está pasando como para hablar así de ella —. La empujo.

— Bien, me pasé —. Admite. — Pero también date cuenta que tú carrera depende de esto —. Aprieto los dientes.

— Mi carrera no depende de nadie más que no sea yo, así que vete con Nayeon y cuida a tu hija a ver si eso te relaja —. Le lanzo unos billetes en la cara. — O vete de putas para relajarte —. Aguanto las ganas que tengo de llorar por su expresión. — Tuve suficiente de esta mierda —. Camino hacia la salida.

Detesto ser así pero tampoco voy a dejar que nadie me domine, no como antes.

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