Después de las presentaciones Sebastián debía hablar con Jordan, mientras las chicas esperaban en el auto.

—Oigan, sé manejar, ¿me prestan el auto un momento? Prometo traerlo en buenas condiciones, además así me cansaré menos... Por favor- dijo la chica mirando a Jordan y luego a Sebastián.

Sebastián miro a los hermanos y luego le tendió las llaves a la menor de los Parrish.

—Regresa antes de las 9 o mandaré a buscarte a mis compañeros- advirtió su hermano

—Claro-

Con lentitud, se encaminó a la salida y sonrió para sus adentros, la pequeña estaba en el auto, así que con tranquilidad recorrieron el pueblo, investigando así la ubicación de los diferentes edificios que serían de utilidad: el hospital, la estación de policías, los bancos, la entrada a la reserva de Beacon, los locales de comida rápida, y lo más importante, la primaria y preparatoria.

Al estar cerca de la entrada de la preparatoria, ambas miraban con atención.

—¿Escuchaste eso?- preguntó la rubia

—Suena raro...- dijo la niña

De las sombras, parecía haber salido un cuerpo con ojos azules y corría rápidamente hacia el auto, la rubia se sobresaltó y la niña siguió mirando por la ventana.

De repente y justo antes de que se acercara al auto, alguien la detuvo, era un chico.

Ninguna se bajó del auto, sin embargo, la pequeña gruñía con molestia.

Alguien más tocó la ventana del conductor, asustando a la menor de los Parrish.

—¿Te encuentras bien?- era un chico que traía consigo un bate.

La chica Parrish asintió.

—¿Acaso... Viste algo fuera de lo normal?- preguntó con nervios.

Ella suspiro pero negó con la cabeza.

—No, de hecho, nosotras debemos irnos-

Sin esperar respuesta del chico, encendió rápidamente el auto y condujo por la solitaria calle.

A unas calles de la estación, Noemí recibió una llamada de Sebastián.

—Contesta por favor- le dijo a la niña y puso el altavoz

—Hola~ canturreo la pequeña

—¿Ya están cerca verdad?-

—Sip, seguro ya lo sabes-

—Muy bien, las veo en un momento-

Estacionaron el auto en un lugar cerca de la entrada y bajaron con calma, en la puerta, estaban los dos jóvenes mayores acompañados de una chica.

—¡Mamá!- gritó emocionada la niña mientras corría hacía ella.

—Hola preciosa, ¿estabas cuidando de Noemí?-

—Sí-

Era una chica castaña, de ojos cafés claros y delgada. Tenía un pantalón negro, una blusa blanca y una chaqueta de cuero negra.

Todos se saludaron y a la vez se despidieron, Jordan había solicitado salir temprano para mostrarle la casa a su hermana y debían conversar ciertas cosas.

—Mañana iré a inscribirme en la escuela-

—¿Estas segura? Podemos seguir pagando un maestro para que después te certifiquen...-

—Estaré bien, además, me gustaría conocer a más personas, sólo conocí a mis maestros y eso en el hospital-

—Lo sé, pero me preocupo por ti-

—Estaré bien, sólo necesito ejercitarme bien, llevo un gran avance- sonrió ella

—Eso también lo sé. Por cierto, el doctor me dijo que mañana debías ir por la tarde a un chequeo médico, para que sigan con tu expediente-

—¿El expediente médico no estaba en Nueva York?-

—Sí, los van a transferir por internet a el médico que te atenderá de mañana en adelante-

—Ya veo... Está bien, si me quedo a las clases, pasaré después de la escuela-

—Muy bien-

Al llegar a la casa, Noemí se metió a bañar mientras que el oficial recibía un mensaje:

De: Noor
Para: Mi

Traje unas cosas de Noe, mañana las dejo en el departamento de alguacil. ¿Está bien? 😄

De: J.P
Para: Noor

Claro. Muchas gracias. 🙋

Sin más, acomodó unas sábanas para que se acostara en el sillón mientras su hermana se dormía en la habitación de él.