10: Hogar, "dulce" Hogar.
Nunca en mi vida habría pensando en vivir en el hogar del que fue una vez mi amigo.
- Voy a prepárate tu leche, ¿sí?. - Deje a Yami en su habitación.
Jamás me imagine que estaría aquí, pensé en llevar una vida normal. Nunca espere que llegaría hasta aquí.
Fui hacia la cocina ahí y encontré el charco de sangre.
No puedo vivir en un lugar cómo este.
Y Yami tampoco.
Fui atraer algunos utensilios para limpiar la sangre, he he jabón y cloro, tomé una esponja y comencé a tallar.
Mientras hacía eso, los recuerdos de hace unos momentos llegaron a mi cabeza.
"- ¿Puedes esperarme un momento aquí?." -
- "¿Estás seguro?, ¿no quieres que te acompañe?". -
Negaba mientras le daba a Yami, debía hacerle frente a mí abuelo; apuesto que se pondría a mal en cuanto supiera de toda esta situación tan loca.
¿Qué pensaría de mi? ¿de que su nieto tiene un hijo que no es de su misma sangre?, ¿qué pensaría de qué su nieto está casado solo por compromiso?.
- Esto solo lo estoy haciendo por el niño. Sólo por él. - Me convecí para mí mismo. Me llene de valor y entre a casa, en cuanto lo hice, mi abuelo estaba sentado en el sofá de la sala con la mirada totalmente seria y frente de él había un hombro de porte firme, casi de la estatura de Kaiba, era Egipcio, de ojos profundos y venía vestido de un traje negro junto con maletin plateado.
No pude evitar poner nervioso y pasar saliva temeroso, mi abuelo ya se había enterado de todo y aquel adulto de traje era de seguro el abogado de Atem quien habló con mi abuelo y de seguro quién se encargaría de "prácticamente" estarme custodiando de todo; de Yami, del dinero, de todos los movimientos que yo haría de ahora en adelante.
- ¿Estas seguro de hacer esto?. - La voz gruesa de mi abuelo hizo que tomara un prufundo respiro, la desición ya había sido tomada y por más que quisiera, ya no podría hecharme hacia atrás.
- Sí. - Asegure con firmeza, si me abuelo me veía dudoso de esto, no caveria la duda que él haría todo lo posible por hundir a Atem y meterlo a la cárcel por mucho, mucho tiempo.
Así que no podría dudar, mi abuelo era estricto y duro cuándo se lo proponía. Y ahora con esta situación sería el doble o el triple.
- Ya me explicaron lo que hizo él y lo que hiciste. -
"Joder.
Solo podía maldecir interiormente.
- Me contaron su historia que tuvieron y la de esa chica.-
" ¡Joder!, ¡se acabó!. "
Me sentía avergonzado, humillado y con temor a que mi abuelo me gritara lo peor que era Atem y lo peor que era yo al no decirle la verdad, siempre oculte mis golpes y heridas de él, me justificaba con el cambio de ropa tan drasticamente o le decía que me había golpeado con la esquina de algún mueble. Pero siempre le oculte la historia tan brusca que había llevado con Atem y Amelia en segundo grado, tampoco le dije cuando fui a un psicólogo para recuperarme de todo esto o que alguna vez fui a emergencias por que tenía cuatro costillas rotas.
Jamás le dije nada.
Y ahora, es probable, que lo sepa todo.
- Puedo explicarte. - Tome la palabra.
- No tienes que explicar nada, solo recoge tus cosas y márchate. -
No puedo explicar lo que sentí en ese momento; sentí que me arrebataban mi alma en ese instante y las palabras tan duras de abuelo hechadome de casa, solo me significaban una cosa; ya no tenía familia.
- Joven Muto.- El abogado de Atem se levantó, era hora de irnos y sabía que debían de ir arriba para recoger mis cosas e irme.
Mire el semblante de mi abuelo, este estaba muy serio, no me hablaría por un buen tiempo, sin embargo eso no justificaba el hecho de que le mandara una que otra carta diciéndole lo que pasaba en mi vida, porque sé que el se preocupara por mí y yo por él.
Me di media vuelta y corrí escalones arriba a recoger mis cosas; de mi closet saque dos mochilas grandes y ahí comencé a hechar todo: mi ropa, algunos objetos de valor, mis zapatos y mi laptop, a decir verdad eran pocas cosas, suficientes para que mi equipaje cupiera en esas dos mochilas.
- ¿Es todo lo que llevaras?. - De repente aquel egipcio se apareció a mis espaldas, me asuste, no pude evitar saltar de la impresión, el se encontraba parado en el marco de la puerta y no estaba solo, a su lado estaba un chico más joven que él, era un poco más bajo que él pero aún así no dejaba de ser alto para mí, su piel era blanca, sus ojos eran de color zafiro, un azul muy profundo pero a la vez brillante, su cabello era como el carbón, venía vestido de traje.
- Es lo más esencial para mí. - Dije ignorando el hecho de que existía aquel otro joven silencioso, el egipcio chasqueo sus dedos y enseguida aquel joven pasó, tomó mis dos mochilas y las cargo el mismo para después desaparecer.
- Hay que irnos. - Mencionó el moreno.
Sin más pre-ambulo comenzamos a marcharnos de lo que fue mi hogar, mientras bajaba, mi abuelo aún se encontraba postrado en aquel sofá, pasé de lado de él. Sabría que no me dirigiria ninguna palabra, aún así quería despedirme de él.
- Abuelo, te juro que algún día regresaré y te lo explicaré todo, hasta entonces, solo me queda decirte hasta pronto. -
Cómo espere, en cuanto salí de de casa, mi abuelo no me dirigió la palabra, ni para despedirse de mi.
En cuanto salí Kaiba me dio a Yami se despidió de mi diciendo que me veía mañana en la escuela y que no me pusiera triste, pues no estaba solo en esto, lo teníamos a él, así que si pasaba algo conmigo o con Yami, que no dudará en hablarle, pues él estaría ahí para mí, importando poco las circunstancias.
Le agradecimiento con un fuerte abrazo y me deje llevar por aquel abogado que me dijo que de ahora en adelante mi vida cambiaría por completo.
Cuándo llegue al departamento, el abogado me dijo que me vigilaria desde muy de cerca, aquel joven se quedó conmigo, subió mis cosas de hecho.
Mahad, así es como se llamaba el abogado de Atem, me explicó que aquel chico sería mi guardaespaldas y que además sería sus ojos y oídos para vigilarme.
Después de de aquella presentación y amenaza se fue dejándome, literalmente, sólo.
Termine de limpiar la sangre, me sente en el suelo, cerré mis ojos y suspiré.
No sé cómo haré para que esto funcione. Pero le prometí a Yami y a su padre que los ayudaría, que me quedaría a su lado sin importa el tiempo que se requiriera para que Atem este bien... O se vuelve por completo loco, lo que pase primero.
*Continuará...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro