03 Un Mejor Ritmo
"Lo estoy sintiendo. Por favor, quédate a mi lado.
Para mantener el ritmo contigo, cantaré esta canción.
Me haces querer ser un mejor hombre"
Snow Flower – V Ft. Peakboy
Sí, JiMin bailaba increíble y seguramente EunWoo se lo dijo en más de una ocasión porque en todo momento el rubio sonreía completamente halagado. Hubo algo en esas acciones que no le agradó a JungKook, pero no estaba listo para admitirlo en voz alta. Sólo observó hasta el último instante de esa plática en la que, aparentemente, intercambiaron números de celular y después vio cómo su mejor amigo se alejaba de ahí con una sonrisa burlona en los labios.
¿Se estaba burlando de él?
¿Qué pretendía?
¿De verdad le gustaba JiMin?
Se quedó de mal humor con su abuelo parado a su lado mientras esperaba a que el rubio se acercara.
Lo vio venir con una expresión tímida en el rostro que seguramente era falsa en lo absoluto, porque le gustaba fingir que era modesto. Y era todo lo contrario. Notó que le encantaba tener la atención para sí solo, incluyendo la de EunWoo. Y no sabe por qué, pero eso lo hizo enfurecer aún más.
— ¿Qué te pareció, abuelito? —preguntó aun con esa expresión tímida y que desbordaba demasiada ternura completamente a propósito.
— ¡Pero, Minie! —gritó él—¡Eres el mejor!
El abuelo TaeHyung alzó los pulgares y se acercó a él para abrazarlo con cariño... mucho cariño. El rubio sintió pequeñas caricias en su espalda que fueron como las mejores palmadas en su vida. Después de tanto caos por fin sentía que alguien le reconocía verdaderamente su esfuerzo y lo hacía sentir importante.
—Lo haces maravillosamente, te lo juro—dijo el abuelo, pero asegurándose de que sólo él escuchara—Desecha esos pensamientos que te agobian, porque ahí arriba del escenario eres lo más hermoso de este mundo. Eres como las flores blancas de la navidad. Únicas e irrepetibles.
JiMin sonrió y abrazó con más fuerza al abuelo. No sabía que necesitaba esas palabras tan reconfortantes de su parte. Todo este tiempo siempre presta demasiada atención a lo que sus superiores piensen de su baile y nunca se detuvo a pensar si sus personas importantes pensaban algo bueno de él, no sólo por ser profesional, sino por hacer lo que más ama en la vida.
Se desprendieron del abrazo y luego JiMin miró a donde JungKook se esforzaba por mantener la vista en otro lugar que no fuese la escena de su abuelo abrazando a alguien que apenas conocía. Se sentía extraño al ver que se llevaban demasiado bien y que incluso había mucha comodidad entre ellos. No lo vio correcto, por eso, cuando sus ojos vieron los verdes de JiMin, sintió un impulso que tal vez no podría detener.
El codo de su abuelo incitándolo a que hablara no fue la mejor opción en ese momento.
—Tampoco es como si fuese la gran cosa—escupió sin poder detenerse—Es decir; si fueses bueno tu nombre sería reconocido. Pero creo que nadie en Seúl te conoce. Seguramente eres de esos bailarines que sólo obtienen papeles secundarios porque no se esfuerzan lo suficiente.
Y entonces dio justo en el blanco.
Una fuerte tensión y desánimo se sintió en el ambiente, tanto, que él mismo se sintió inconforme con las palabras que había dicho, pero ya no podía cambiarlo ni tampoco podía borrar el efecto que causó.
Cuando vio el rostro de JiMin y cómo se esforzaba por no mirarlo manteniendo su vista a un costado, supo que había tocado su punto débil y, no sabe por qué, pero eso no le causó satisfacción.
Había una gran diferencia entre ensuciar un simple traje a herir los sentimientos de una persona.
Y él lo sabía.
—Abuelito, ¿dónde está tu baño? —preguntó JiMin con un tono bajo y con una sonrisa falsa—¿Puedo usarlo?
—En esa misma entrada—señaló el hombre—Y está donde siempre acostumbramos; al fondo a la derecha—sonrió como consuelo para él.
—De acuerdo—asintió mirando el camino—Ya vuelvo.
Y se fue con un sentimiento amargo que no era fácil de borrar, porque ha vivido con eso durante tantos días que a veces siente que lo correcto es rendirse y volver a Busan para estudiar gastronomía o cualquier otra cosa que no tenga que ver con el baile. Mientras tanto, JungKook lo observó y por alguna razón no quería que se fuera... quería que se quedara... justo ahí a su lado.
— ¡Eres un cabrón! —le gritó su abuelo y lo golpeó dos veces.
— ¿Por qué me pegas? —lo miró molesto e indignado.
Bien sabía por qué, pero era tan orgulloso que no se detendría a pensarlo o siquiera aceptarlo, no importando que se sentía muy mal y molesto consigo mismo por la clase de hombre en la que últimamente se había convertido. Esto no era divertido.
—No está pasando por un buen momento y tú le dices eso—le regañó y volvió a golpearlo.
—No es mi problema—respondió con acidez.
Otro fuerte golpe impactó en su cabeza que le hizo tirar gran parte del vino en su copa. Sabía que estaba haciendo mal, pero no podía detener el mal genio que tenía, porque una y otra vez iba a su mente la imagen de JiMin sonriendo para EunWoo y eso le hacía molestarse de nuevo.
Todo un idiota.
—Qué decepcionado estoy de ti, Jeon JungKook—le dijo su abuelo negando con la cabeza y con las manos en la cintura—Búscalo y ofrécele disculpas...
—No voy a hacer eso—enseguida se negó e hizo una mueca.
¿Perder su orgullo así sin más por alguien que apenas supo su nombre?
Jamás.
—Sólo te advierto que si JiMin se va, entonces tú también te largas—sentenció y lo señaló con un dedo.
JungKook vio que la expresión de su abuelo era de absoluta seriedad. Pocas veces le tocó un regaño de esa magnitud y cuando era así bajaba la cabeza ante él, porque consciente estaba de sus errores, sin embargo, ya era un hombre y según su lógica; no se dejaría intimidar por él.
—No entiendo por qué lo defiendes tanto—intentó refutar— ¡Yo soy tu nieto!
—Sí, mi nieto que desde que su abuela murió no me visita—respondió con una mirada triste y molesta a la vez—Ese chico es especial para mí porque durante un par de meses me ha hecho compañía, algo que ni tú ni tu hermano ni tus padres han hecho por mí durante estos dos años.
Sólo así JungKook no se atrevió a refutar, porque las palabras de su héroe en la vida calaban profundamente en su ser y le hacían reflexionar sobre sus acciones poco agradecidas con él. Era completamente su culpa y de la familia que su abuelo haya buscado consuelo en un desconocido. Y menos mal se trataba de alguien como JiMin y no de un aprovechado.
Definitivamente estaba siendo un mal hombre y debía remediarlo cuanto antes.
—Abuelo...
—JiMin es importante para mí, por eso está en esta fiesta. Así que más te vale que lo soluciones—sentenció y se marchó.
JungKook se quedó con ese trago amargo en su boca y de pronto el poco vino en su copa perdió relevancia. Le hacía falta su abuelo y debía admitirlo, también recuperarlo antes de que esa lazo tan fuerte que crearon termine por desaparecer para siempre. Y no sólo eso; debía ir con JiMin para pedirle una disculpa sincera por sus malas palabras y por todas esas veces que lo provocó intencionalmente cada vez que se topaban en la calle. Ya no estaba para continuar negando que era él quien lo buscaba y hasta a veces cruzaba la calle para encontrárselo frente a frente.
Fue por la misma dirección en que se marchó y buscó ese baño al que se refería su abuelito. Caminó por el largo corredor hasta que se topó con el límite de la pared y, antes de dar vuelta, escuchó pasos y su voz que se aproximaba hacia él. Al parecer hablaba por teléfono.
—La verdad estoy cansado—dejó salir un suspiro—Si quieres puedes quedarte. Yo me voy al departamento para hacer video llamada con mis papás... De acuerdo, Hobi... No bebas demasiado.
Antes de que diera la vuelta, lo interceptó para que no lo hiciera y le dedicó una mirada que hasta ahora no le había dedicado, porque siempre eran enfrentamientos y momentos de tensión que no pasaban a más, pero esta vez era algo importante y JungKook sentía que debía recuperar algo muy importante. Alguien que hizo inmensamente feliz a su abuelo.
—Lo siento... de verdad lo siento—le dijo con sinceridad y le dedicó una reverencia.
JiMin lo miró y chasqueó la lengua al tiempo que se cruzaba de brazos. Lo que menos quería en ese momento era verlo ni mucho menos tener ese tipo de plática. Antes quiso acercarse a él para arreglar los pequeños malos entendidos, pero cruzó una línea que era demasiado delgada hacia algo que era sumamente sensible para él, y ahora tenía una mala impresión sobre cómo era realmente, así que no quería quedarse a escuchar sus súplicas baratas.
—Eso es lo que piensas de mí y ni siquiera me conoces—le dijo con voz molesta.
—Tienes razón—asintió comprensivo—Me comporté como un idiota.
—Sí, sí eres un idiota—lo insultó y desvió la mirada.
Sólo un par de segundos lo pensó y luego quiso marcharse del lugar, pero nuevamente JungKook se puso frente a él. Pensó que su desesperación se debía a otras intenciones que eran completamente ajenas a él y eso le hizo sentirse aún más decepcionado. ¿Por qué siquiera podría esperar algo de él?
No valdría la pena.
—Apuesto a que tu abuelo te envió a buscarme, ¿no? —lo miró con sorna y se cruzó de brazos.
—Pues sí, pero...
—Déjalo así—volvió a negar decepcionado.
¿Por qué llegó a creer que estaría arrepentido? No, sólo hacía esto porque el abuelito TaeHyung seguramente lo amenazó o lo obligó. No era porque de verdad quisiera hacer tregua y terminar con esto de una vez por todas. Así que, simplemente, lo rodeó para marcharse, pero nuevamente él lo detuvo, esta vez lo tomó de la muñeca.
—No, espera—JungKook habló rápido y con cierto desespero—Por favor, quédate.
Aquello se escuchó como una súplica verdadera que de pronto hizo que el corazón de JiMin latiera rápidamente. Teniendo una mano sujetando su muñeca no le ayudaba demasiado.
— ¿Y para qué? —se zafó y se giró para mirarlo molesto.
—Pues yo...
—¿Para que me sigas hablando despectivamente? Okay, lo siento; manché tu traje, pero no puedo hacer mucho cuando soy torpe—dijo con evidente molestia en sus ojos, era como si ya no pudiese soportarlo más y JungKook se dio cuenta, por eso guardó silencio ni se movió—Y es que he tenido la puta cabeza en otro lado que no he podido concentrarme. Acepté la invitación de tu abuelo porque quería despejarme un poco, pero no tenía ni puta idea de que tú eres su nieto, porque de lo contrario, créeme, no estaría aquí. No habría venido para escuchar cómo adivinas mis fracasos, porque sí, soy tan torpe e idiota que nunca logro conseguir el papel principal. Cuando llegan las audiciones no me concentro y la cago, porque siempre tengo que estar atravesando alguna mierda. Pero tú qué vas a saber. ¡Lo tienes todo! Apuesto a que no sabes lo que es esforzarte de verdad o lo que es quedarte sin comer para pagar la renta. No. Tú no sabes nada. De lo único que debes preocuparte es de no ensuciar tu puto traje y nada más—se detuvo y luego rio sin gracia—Mierda—masculló—No sé ni por qué te digo todo esto... mejor me voy.
JiMin se dio la vuelta para continuar con su camino mientras comenzaba a sentirse muy avergonzado por haber dicho todo aquello. No era lo que quería. No solía confiar en personas que apenas conocía, pero había algo especial en el abuelo TaeHyung y algo inusual en JungKook que no era fácil para él mantenerse en ese papel.
Lo único que quería era salir de ahí y llegar a su departamento, pero nuevamente él se lo impidió y lo sostuvo con fuerza de su muñeca.
—Espera, no te vayas. Quédate, ¿sí? —suplicó con un tono muy distinto a los anteriores.
¿De verdad no quiere que se vaya?
—Tú no me quieres aquí—le dijo con desánimo y aun sin darle la cara.
—Sí quiero—respondió enseguida y sin titubear—Allá afuera me comporté como un idiota. No es justificación, pero sentí celos de... de.... de ver cómo mi abuelo te halagaba.
Ni siquiera él sabía qué estaba a punto de decir, pero al parecer sirvió porque JiMin se dio la vuelta para mirarlo con una ceja arriba.
—Sí eres un idiota—lo insultó y lo miró de arriba abajo—Y bastante patético también.
—Oye, estoy tratando de arreglar esto y me insultas—se defendió sin darse cuenta de que aún no lo soltaba de la muñeca.
—Pues es lo que eres—hizo un puchero y chasqueó la lengua— ¿Cómo te atreves a quejarte? El abuelito me dijo que tú y el resto de tu familia se alejaron desde que tu abuela murió. No sé si no se han dado cuenta, pero él sigue aquí y los necesita. Lo único que quiere es que lo escuchen y que le hagan compañía. Y eso fue lo que hice. Aunque... él me hizo más bien a mí que yo a él.
JungKook se quedó callado ante eso y bajó la vista al mismo tiempo que soltaba la muñeca de JiMin. La culpa era fuerte y el arrepentimiento mucho peor. Seguramente su abuelita Jennie estaría muy decepcionada de él por haber abandonado a su más grande héroe. Ni él ni su familia han sabido manejar su ausencia. Todos eran tan unidos que, la muerte de la abuelita más generosa y hermosa del mundo que pudo haberles tocado, les golpeó demasiado fuerte. Aunque ya era una mujer de edad avanzada parecía que nadie estaba preparado para su partida.
Los abuelitos deberían ser eternos.
—Gracias, JiMin—le dijo JungKook con una media sonrisa muy sincera—Gracias por acompañar a mi abuelo.
—Tsk, no tienes que agradecerme—rodó los ojos y se cruzó de brazos—Él también me salvó—sonrió medianamente.
—Entonces empecemos desde cero, ¿sí? —sugirió y extendió su mano para que fuese estrechada—Vamos por unos tragos y me hablas de ti.
JiMin miró su mano y luego su rostro completamente suavizado. Tenía dudas al respecto porque no lo conocía del todo y seguía teniendo la impresión de que era demasiado gruñón, pero debía hacerlo por el abuelo, porque estaba muy interesado en presentarle a su nieto y no podía defraudarlo en su cumpleaños.
—Al primer insulto, Jeon, te juro que te parto los huevos—advirtió y estrechó su mano.
JungKook soltó una risita soplada y apretó la mano de JiMin con suavidad. Tuvo la impresión de que era demasiado pequeña, además de suave. Fueron muy pocos los segundos, pero los suficientes para notar aquello.
En un abrir y cerrar de ojos estaban en la barra tomando tragos pequeños de whisky mientras hablaban de lo peculiar que era la fiesta. Cualquiera se hubiese imaginado que era para ancianitos, pero esto era demasiado juvenil, como si el abuelo tuviese mucha fuerza para llevar esto acabo. Incluso JungKook estaba cansado, pero tampoco era como si quisiese irse ya, no después de que tenía una agradable compañía a su lado.
Los ojos de JiMin brillaban con la iluminación y sólo hasta ese momento pudo notarlo cuando se perdió por varios segundos en ellos. Luego lo vio sonreír y siguió el hilo de su mirada para ver qué causaba esa sonrisa; se topó con que su abuelo estaba en el centro de la fiesta bailando como si tuviese veinte y se alocaba con las personas que estaban a su alrededor. HoSeok se le unió y le enseñó pasos de baile nuevos e inesperadamente los dos se unieron para bailar juntos.
Aquella imagen les robó sonrisas tiernas a JiMin y JungKook quienes no podían creer que el abuelo tuviese tanta energía para algo de esta magnitud. Ya quisieran llegar a los ochenta y verse así de geniales y llenos de jovialidad.
— ¿De dónde vienes, JiMin? —preguntó de pronto al tiempo que se giraba completamente hacia él.
—Soy de Busan—respondió y lo miró— ¿Y tú?
—También—asintió complacido—Pero cuando la empresa del abuelo creció más, todos nos mudamos aquí a Seúl. Sobre todo mi padre que había tomado el puesto de CEO.
— ¿Y de qué es su empresa? —esta vez se giró a él— ¿Puedo saber?
—Claro—asintió y bebió de su whisky—Mi abuelo fundó una cadena hotelera cuando tenía veintidós años, justo aquí en Seúl. Todo fue modesto y pequeño al inicio, pero lo que él quería era brindar experiencias inolvidables en tiempos navideños como este. Como te puedes dar cuenta, mi abuelito ama la navidad, no sólo porque es su cumpleaños, también porque... mi abuelita amaba estas fechas. De hecho ella fue muy importante para formar los pilares de esta empresa. Formó parte del cuerpo ejecutivo y caminó cada paso a lado de mi abuelo hasta convertir ese pequeño hotel de tres cuartos en un Resort que se amplió a otros países—contó con orgullo—Y actualmente soy el CEO de Jeon's Hotel & Resort. Mi padre también lo es, pero se encarga de la administración en Estados Unidos.
—Wow, eso suena increíble—expresó sorprendido y sonrió.
— ¿Eso no te lo contó mi abuelo? —preguntó.
—No—negó y sonrió—Hablábamos de otras cosas, como mis fracasos de bailarín y en el amor y... no lo sé—se encogió de hombros—La nieve, la navidad, cosas de la vida, de ambos. Lo mejor de todo es que siempre lleva chocolate caliente y tazas de diferentes formas—sonrió aún más.
—Mi abuelo hace el mejor chocolate caliente del mundo—asintió complacido—Y también ama las tazas, sobre todo las navideñas.
—Lo sé—asintió y rodó los ojos.
— ¿Y qué pasa con tus fracasos de bailarín? —preguntó curioso.
—Pues ya te lo dije—suspiró—Sólo consigo papeles secundarios y siento que no he logrado hacer algo más grande con mi vida. Estoy en un buen estudio de baile que me paga bastante bien por las presentaciones y luego están las competencias. Pero siempre me pasa alguna mierda que me desestabiliza en momentos importantes y... termino haciendo malas audiciones.
JungKook vio el desánimo en sus ojos y sobre todo en el cambio de su expresión. Él, más que nadie, lo vio bailar en el escenario y fue bastante hipnotizante. No puede creer que un bailarín como él no obtenga los mejores papeles si lo hace increíble.
—Deberías relajarte un poco—sugirió—Deberías meditar o salir a caminar. A veces, sí te sobre exiges, no consigues nada favorable. Y bueno, mi abuelo siempre dice que lo mejor tarda en llegar, así que sé paciente. Yo te vi ahí y lo haces increíble. Nunca en mi vida había conocido a alguien que bailara tan bien.
—Sé que lo hice bien ahí—se regodeó—El problema es cuando son asuntos importantes... ahí es complicado.
—Date tiempo—lo alentó y acarició distraídamente su mano que estaba en la barra—Y en cuanto a tus fracasos amorosos... ellos se lo pierden, porque si te vieran como yo te veo, seguramente no te habrían dejado.
Las caricias sobre el dorso de su mano más las palabras que JungKook le dijo, causaron una mezcla de emociones en su interior que no sabría cómo explicar. De pronto se escuchó una suave melodía en el lugar, una de jazz que acompañó perfectamente el ambiente que se había originado entre ellos. Tal vez era el momento perfecto que ninguno planeó, pero que sin duda les encantaba.
— ¿Quieres bailar, JiMin? —preguntó y extendió su mano.
El aludido lo miró por cortos segundos antes de asentir y tomar su mano con fuerza. Caminaron juntos a la pista donde enseguida se acomodaron muy pegados para bailar tranquilamente aquella pieza que el abuelito TaeHyung colocó con toda la intención. Desde una parte de la fiesta observaba cómo su plan resultaba a la perfección y eso le hacía sentir feliz. HoSeok también estaba a su lado observando y se sentía aliviado de ver que JiMin jamás volverá a quejarse.
—Abuelito, ¿no tendrás otro nieto que me puedas presentar? Eres buen cupido—le dijo.
—De hecho—el anciano se volteó y lo miró con ojos entrecerrados—Eres prefecto para mi otro nieto; hermano mayor de JungKook.
—Era bromita, abuelito. No vayas a pensar que estoy urgido—habló nervioso.
— ¿Y no lo estás? —se burló—Ven, te voy a enseñar sus fotos para que al menos lo veas. Dudo mucho que venga a esta fiesta.
— ¿No vendrá? —lo miró curioso.
—Quizá no—se encogió de hombros.
HoSeok se fue pensando en esas palabras mientras caminaba a lado del abuelito rumbo a la casa para buscar fotos de su otro nieto. Mientras tanto, JiMin y JungKook continuaban bailando tranquilamente mientras sentían que sus corazones latían con fuerza.
El rubio ha bailado mucho en su vida, pero nunca nada como esto y eso le hacía sentir nervioso. No quería esa clase de sentimientos, pero se vio acorralado cuando alzó la vista y se topó con un par de orbes muy oscuros que lo miraban atentamente. Todo se sintió lejano en ese momento mientras no perdían el ritmo tranquilo de sus pasos y con sus ojos conectados.
Lo estaban sintiendo.
Mantenían el ritmo.
JungKook pensaba que esos ojos verdes y la forma en que lo miraban le hacían querer ser un mejor hombre.
Era fuerte, era poderoso lo que sentían en ese momento y sus mentes conectaban con un solo propósito.
Pero lastimosamente alguien que los había estado observando y no quería permitir que eso sucediera.
—Hola, JungKookie.
Una voz de mujer los sacó de la burbuja en la que se habían metido, y ésta se rompió al instante.
— ¿JiEun? —preguntó sorprendido.
El estómago de JiMin se revolvió, porque era más que evidente que ellos se conocían y ya podía imaginar por qué.
—Sé que no es el momento, pero quisiera hablar contigo... es importante—dijo la mujer y lo tomó del brazo sin importar que ya estaba ocupado.
JiMin se sintió fuera de lugar y rápidamente deshizo la cercanía que tenía con JungKook. Éste lo miró sorprendido y con ojos suplicantes, como si le estuviese pidiendo que no se fuera.
—Los dejo solos.
Fue lo único que dijo antes de marcharse para buscar desesperadamente al abuelito.
¿Quién demonios era ella y por qué siente un hueco en el estómago?
Hellowww!!!!
Continuamos con esta historia jsjsjs
Logré reducir un capítulo, así que se viene lo bueno jsjsjsjs
Gracias a quienes leyeron DON'T BLAME ME :)
Aún me falta agreagar extras que en esta semana estaré subiendo. Tenemos harta chamba :)
Espero que les haya gustado. No se olviden de votar y comentar.
Las tkm!!!!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro