CAPITULO 38
JONG HYUN
Las sábanas cubren nuestros cuerpos desnudos después de una hermosa noche de reconciliación. El olor a frutos rojos invade mi rostro cuando el hueco de su cuello me recibe al rodearla con mis brazos.
De repente, gritos desbordantes irrumpen en el cuarto. Me siento en la cama completamente asustado y veo a mis hermanos de pie a un lado de la puerta. Con rapidez alcanzo a cubrir a D'angelo para asegurarme de que no la vean desnuda, y es una suerte que se encuentre de espalda.
—¿Qué hacen aquí? —pregunto alterado.
—¿Qué se supone que estás haciendo, Jeong Jong Hyun? —Alza la voz mi hermano mayor.
—¡Estaba durmiendo, idiota! ¿Qué otra cosa puedo hacer?
Erika se cubre con las sábanas, está muerta de vergüenza. Nunca ha vivido una situación tan bochornosa, pero ahora me siento culpable.
—Tranquilízate, Jin, ¡deja que se cambie y vaya a la sala! —Intercede Jong Hwan.
—¿No decías amar a Erika? —Reprocha—. Tus actos siempre me demuestran lo contrario. Nunca harás que cambie mi opinión al respecto.
—¿Y eso qué tiene que ver con mi amor por Erika? —Salgo de la cama para enfrentarlo.
—¡Jong Hyun, vístete! —ríe el otro.
Estoy tan dormido que olvidé que no traigo ropa interior. Jamás imaginé que ellos aparecerían así en el departamento. No se les ocurrió venir en días, ¿por qué hacerlo justo cuando llega Erika de viaje?
Busco mi ropa que está tirada por todas partes y comienzo a vestirme. D'angelo sigue de espalda, ha cubierto su rostro con las sábanas y puedo imaginar lo que pasa por su cabeza. Va a matarnos a los tres si no salimos de aquí ahora mismo.
—¿Pueden salir? —Señalo la puerta—. Hablemos tranquilos en la sala —Pido mientras me coloco el bóxer.
—¿Cómo te atreves a hablarnos tan tranquilo cuando estás acostándote con alguien mientras Erika está de viaje? ¡Traes mujeres al departamento de mi hermana!
—Hyung, salgamos a la sala, la chica no tiene la culpa.
—¿De qué hablas? —Río por lo que acaba de decir Hwan.
—¿De qué te ríes? —Me da un golpe.
Ninguno se ha dado cuenta de que Erika es quien se encuentra en la cama. Entre los nervios, y lo adormilado que estoy, no puedo aclarárselos.
—Hermano, por favor, déjame explicarte—continúo riendo.
Hwan impide que Jin me siga golpeando, y es de gran ayuda, porque mis reflejos son nulos.
—Te crees muy gracioso, ¿verdad? Niño estúpido.
—¡Ya basta! —exclama D'angelo.
La cara de mis hermanos es digna de un meme viral.
—Esto es demasiado para mí—dice Hwan—. Los espero en la sala.
Hwan ha quedado estupefacto, una mezcla de nervios y confusión lo impulsó a desaparecer de la escena más incómoda de nuestras vidas.
—¡Ahora sí te mato, Jong Hyun!
Se abalanza sobre mí, esta vez no tengo excusas, me ha descubierto con las manos en la masa. Aunque es una forma de decir, porque si fuese literal, no salgo vivo de aquí.
—¡Hwan-ssi, regresa! —Lo llama Erika.
—D'angelo, estoy bien, ¡cúbrete! ¡cúbrete!
—¡Hyung, cálmate, déjalo! —Lo intercepta—. Vamos a la sala.
—¿Estás loco? ¡Casi me matas! —Me quejo.
—¡Salgan los tres, necesito vestirme!
Con el pantalón y la playera en mis manos camino hacia la sala. Hwan se encuentra sorprendido, pero a la vez, puedo notar una leve risita que no se anima a largar frente al mayor o nos golpeará a los dos.
Jin toma asiento. Su respiración se oye fuerte, truena los dedos de su mano y no puedo dejar de pensar en que de igual forma me sonará la mandíbula si se atreve a estamparlos contra mí.
Erika aparece en la sala con las mejillas ruborizadas, su mirada va hacia el suelo, y lo único que hace es sentarse en uno de los sofás. Los tres tratamos de actuar con naturalidad; no obstante, es casi imposible.
—¿Cómo entraron? —Rompo el silencio—. ¿Y por qué entraron?
—Mamá iba a venir, pero quisimos hacerlo nosotros primero para hablar. Jin abrió la puerta, yo le pedí que llamara para avisar que estábamos fuera, pero ya sabes cómo es.
—¡Y qué bueno que no fue mamá quien entró! —comenta alarmado—. ¡Vaya sorpresa se hubiese llevado!
—Lo siento, pequeña, realmente lo siento— dice Hwan mientras la abraza—. ¿Cuándo llegaste?
—Ayer—responde seria.
Erika no enfrenta a Jin, tampoco me mira y temo que se enoje conmigo por esto. Ahora está de pie, quizás quiere decir algo o solo va a huir de la situación.
—Te desconozco, Erika—Habla el mayor—. No te creí capaz de algo así
—¿Discúlpame? No actúo para agradarte. Ya me tienes harta, Jong Jin.
—¡No me faltes el respeto!
—¡Tú no me faltes el respeto! —Arremete segura—. Esta será la última vez que lo diga. Jong Hyun y yo estamos juntos, y no nos separaremos por un capricho tuyo.
—No voy a oponerme, menos ahora.
—¿Y tenías que vernos así para aceptarlo? —Interrumpo—. Terminamos por tu culpa.
—Desde cuándo ustedes... —Hace un movimiento con la mano.
—No vamos a contarte detalles de nuestra intimidad.
—¡No me refiero a eso! —Golpea mi cabeza—. ¿Cuándo volvieron?
—Ayer regresé de Argentina. Nos reconciliamos después de dos meses sin hablarnos.
—Lo que dije el día de mi boda estuvo mal —Admite con sinceridad—. Ninguno podría conseguir a otra persona mejor.
—Arruinaste todo.
Ella está enojada. Aquí vamos de nuevo.
—¡Ya lo sé! Pero tú eres una niña consentida a la que hay que darle la razón. ¡Te ofendes y armas un escándalo!
—Sí, es verdad —asiente.
Lo reconoce tan rápido que empezamos a reír. Erika no denota nerviosismo, luce cómoda incluso después de lo que acaba de suceder en el cuarto. Cada uno de nosotros tuvo un motivo para enojarse, mas ahora pierde validez. Ella está dando su brazo a torcer, algo que resulta inusual.
—Esto va en serio, desde niños...
Es un interrogante difícil de responder. Mis sentimientos por Erika D'angelo fueron sinceros desde el primer día en que la vi. Mi adolescencia compartiendo experiencias a su lado significaban más que simples vivencias; sin embargo, por respeto a ella, a nuestra familia, oculté muchas cosas. Deduzco que esos sentimientos permanecían latentes en mi interior dando algunos indicios, aunque los ignoré. Como nuestra llegada a Seúl, la primera noche que nos quedamos solos en este departamento durmiendo en cuartos separados. Fue raro, la extrañe teniéndola a unos cuantos metros de distancia. Nos tratamos con cariño, confundimos a muchas personas en la primera impresión. ¿Son novios? Era pregunta habitual en cada nuevo lugar, incluso aquellos que no eran de nuestro círculo cercano lo asumían. El destino lo quiso así y no me di cuenta.
—Pensé que era obvio, ustedes me molestaban cuando nos llevaban a la escuela—Les reclamo.
—¡Porque eran amiguitos! Pero después se convirtió en nuestra hermana y las cosas cambiaron.
—Mi primer beso fue con Jong Hyun—confiesa ella entre risas.
—¿Se besaban? —Abre los ojos el mayor—. ¡Y dormían juntos!
—¡No! Fue el año pasado.
A Jong Jin le va a dar un infarto debido a los comentarios de la castaña. Ella ríe, pero los golpes los recibiré yo.
—Por más raro que suene, D'angelo nunca había besado a alguien, y el año pasado fui su primer beso. Me di cuenta de que la hemos sobreprotegido tanto que nunca tuvo la oportunidad de hacerlo.
—¿Y ese novio que tenías? ¿No lo besaste?
—Primero besé a Jong Hyun, y luego conocí a Seo Won.
—El mismo día para ser exactos—digo al recordar el detalle.
—¿Te besaste con uno en la mañana y el otro por la noche?
Sí, definitivamente le va a dar algo.
—No, eso es lo que hizo Jong Hyun—Alega en mi contra—. Me besó en la mañana y luego se besó con otra en mis narices.
—¡Pero no sucedió nada más! —Me defiendo.
—Sí, porque tenías que traerme al departamento.
—Woah, ustedes son tan liberales—ríe Hwan—. Eso está muy bien.
—¡No, Hwan-ssi! Te voy a explicar.
D'angelo les platica sobre su plan de cambio y el beso como parte del proceso. Sí, suena a experimento y fue conmigo; pero no puedo quejarme, fue el mejor beso de toda mi maldita existencia.
Prosigue con su primer noviazgo, reluce la modestia de su tonto exnovio llamándola hermosa unas 15 veces en el mismo día. Sigo sin entender cómo pudo decirlo tantas veces y no sonar como un completo tarado.
En lo que a mí respecta, vuelvo a pedir disculpas por mi comportamiento. Me sentí mal aquella noche al besar a esa chica, pensé que ya era un tema resuelto.
—Definitivamente ustedes están locos —Asegura el mayor—. Pero ahora que lo pienso... en mi boda dijeron que yo no sabía por lo que habían pasado. ¿Hablaban de esto? ¿De no estar juntos por temor a la familia?
—No se referían a esto, hyung—contesta Hwan.
—Lo decíamos por otra cosa —dice Erika.
—Otro día podemos hablar de eso, hoy no.
—No te preocupes—Toma mi mano—. Ya se lo conté a Hwan, puedo hacerlo con Jin.
Sus terapias la han ayudado, ya no es aquella chica insegura con problemas de autoestima, ahora se ha fortalecido. Al estar separados temía que abandonara sus sesiones; no obstante, puedo quedarme tranquilo, porque ella no se ha descuidado a sí misma.
Mi hermano escucha su relato, uno que duele hasta el día de hoy. Su semblante cambia solo de imaginar lo que padeció en la escuela, pero lo peor aún no llega. A medida que avanza la historia el silencio es más severo, la tristeza y el enojo se mezcla al estar los tres presentes. Ninguno podía imaginar algo así.
—¿Por qué no me dijiste? Pudimos hablar con las autoridades escolares.
—Tenía miedo en ese entonces. Jong Hyun no se enteró sino hasta el año pasado.
—Jonghyunie la defendió de aquel tipo y la acompañó a sus terapias.
—Era lo único que podía hacer—digo apenado.
—Nunca me imaginé algo así.
Jong Jin tiene las manos rojas de tanto hacer presión. Conociéndolo debe estar haciendo memoria de las posibles veces en que eso sucedió y lo pasó por alto.
—Nadie podía saberlo, hyung. Ellos son los más chicos, se llevan bien y tienen sus secretitos.
—Asunto terminado—Concluye mi novia—. No hablemos más de esto.
—No le diremos a mamá lo de hace un rato, ¿verdad? —Carcajea Hwan para romper el hielo—. ¡Todavía estoy en shock! ¡Vimos a Jong Hyun desnudo!
—Ya lo sé, soy superdotado. Al principio causa impacto, luego te acostumbras—Bromeo.
—Ay, ya me había olvidado —Cubre su rostro—. Voy a preparar café.
—¡Mi amor, vuelve! Estoy bromeando.
La situación vergonzosa nos acompañará toda la vida como una anécdota con fines de ser olvidada a través del tiempo. Me alegra estar bien con mis hermanos, estar bien con mi novia, estar bien conmigo mismo porque sé que nada ni nadie me quitará la paz que siento.
Todo vuelve a la normalidad.
—Espero que no haya más secretos entre nosotros —menciona el mayor con su taza de café en la mano—. Hay que ser sinceros de ahora en más.
—¿Hacemos ronda de confesiones? —Ironizo.
—Hwan vino a quedarse al departamento unos días conmigo cuando estábamos peleados y la pasamos muy bien, me compró donas de chocolate.
—¡Erika! Dijimos que sería un secreto entre nosotros.
—¿Viniste a Corea y no le dijiste a mamá? ¡Le mentiste!
—¿Y por qué no te comunicaste conmigo? ¡Soy tu hermano menor!
—Ustedes se reunieron—Apunta D'angelo con el dedo—. No invitaron a Hwan-ssi.
—¿Y tú cómo sabes que nos reunimos? —pregunta el mayor—. Jong Hwan, eres un chismoso. Nos juntamos para arreglar las cosas.
—Se nota—Ironiza—. No arreglaste nada porque Jong Hyun se fue del departamento y Erika se quedó viviendo solita.
—¿Cómo que te fuiste del departamento, idiota? —Deja su taza sobre la mesa.
—Emm... Yo... te lo dije, me estaba quedando con Min Wook...
—Pensé que era solo ese día para vernos.
—Pensaste mal, hyung—sonrío tierno.
—Bueno, eso se considera un secreto revelado —Se entromete la causante de la nueva pelea.
Ronda de confesiones, la hicimos solo una vez y fue un desastre. Recuerdo que nos enojamos un rato, pero luego empezamos a reír. Amo a mis hermanos, eso incluye a mi mejor amiga en este pequeño círculo, aunque nunca la he visto con ojos de hermandad.
Creo que los cuatro estamos pensando lo mismo sobre aquel domingo por la tarde cuando nuestros padres salieron de paseo y nos dejaron solos. A veces cuesta asimilar lo bien que la pasábamos bajo la supervisión de Jin y la compañía de Hwan. Comíamos comida chatarra y nos abastecíamos de helado. No hace falta inquirir mucho de quién era la idea, siempre llevándole el capricho.
—Ayudé a Jong Hyun a impedir que salieras con Bo Gum en la secundaria —Admite Jin frente a D'angelo y esta deja de reír.
—¡Fue su idea! —La miro—. Mi amor, te lo juro.
—Idiotas—Frunce el ceño.
—Jin le contó a Erika que estaba con Haneul antes que a mamá—Le digo a Hwan.
—¡No puedes contar eso! —resopla el mayor—. Tiene que ser un secreto que te involucre a ti, no a los demás.
—Erika y yo salimos una noche con mis amigos —Confiesa Jong Hwan—. Solo papá lo sabe.
—¿Qué? ¿Con tus amigos? —Me pongo de pie—. ¿Cómo se te ocurre? ¡No te das cuenta de que son mayores que ella!
—Te dije que se enojaría.
—Estoy escuchando, D'angelo.
—Al menos no la dejé para besarme con otra—Retruca Hwan en tonto de burla—. Ahora cuenta un secreto propio, seguimos esperando.
—Tengo dos secretos fuertes —Amenazo, ya nada me importa—. En ambos Jin dará un golpe. O me golpea a mí o golpea a Hwan. Elijan.
—Que te golpee a ti para no perder la costumbre.
Trata de descifrar lo que quiero decir y mis gestos logran orientarlo al instante.
—¡Ni se te ocurra! ¡Eso no!
—¿De qué hablan? ¡Los golpearé a los dos!
ERIKA
¿Por qué continuamente tienen que terminar en pleito? Nunca han tenido una pelea fuerte, pero lo cierto es que se han dado un par de golpes sin compasión. En la actualidad Jong Hyun podría lastimarlos sin problema, es más robusto ahora.
¿Qué secreto se traerán estos dos? Parece que solo afecta a Jin, por lo que disfrutaré en silencio.
Como galletas junto a lo último que queda de mi café en tanto los escucho discutir. Se están golpeando entre ellos a modo de juego, mas creo que pueden marcarse si no se detienen.
—Cuando fuimos a Busan y contamos que éramos novios —comienza por decir y voltea a verme— ya habíamos tenido relaciones sexuales. ¡Y te mentimos!
Empiezo a toser, la galleta me queda atorada en medio de la garganta. ¿Por qué dijo eso?
No quiero hacer contacto visual con Jong Jin. Confiaba en mí a ojos cerrados y este idiota decide abrir la boca. ¡Es un desubicado!
De repente, escucho un golpe.
—¡Me golpeaste, hyung! —Lamenta tocándose la mandíbula.
—Lo siento, pensé que te cubrirías ¡Tienes menos reflejo que una babosa!
—¡Oppa! —grito—. Jong Hyun, siéntate, iré por hielo. Siempre lo mismo contigo, Jeong, ¿Cuántas veces más va a pasar esto? ¡Es porque nunca se quedan quietos!
Jong Hwan ríe a carcajadas, las lágrimas acumuladas en sus ojos caen con suavidad por más que se resista. El menor arroja una mirada de bronca, a él nunca le ha gustado que sus hermanos se burlen o hagan chistes en una situación que lo comprometa. Espero que las cosas se queden así, fue pésima idea la ronda de confesiones.
—Jong Hwan se estaba besando con la hermana de Haneul en la boda, estaban escondidos en el baño... de hombres, por cierto.
¿Eso en qué momento pasó y por qué no me lo ha contado?
—¿Con Yu Mi? —sonríe Jin.
—No, con Hye.
Silencio. Largo y extraño silencio.
—¿Hwan, es en serio? ¡¡Con Hye!!
—Oppa, no se te ocurra pegarle a él también —Interfiero—. Hwan-ssi, ¿por qué te besaste con la hermana menor de Haneul en el baño de hombres? ¿Y tú por qué lo sabías y no me habías dicho?
—¡Son dos asquerosos! ¡Hye tiene 16 años!
Esta es la clase de información que no necesitaba saber. Mi hermano más tierno acaba de convertirse en un pervertido ante mis ojos.
—Jong Hyun, dime que tú nunca besaste a una menor de edad —Inquiero asustada.
—No, D'angelo, esa es una línea muy fina con la prisión.
—¡No puede tener 16 años! No lo sabía, pensé que era mayor.
Él se encuentra al borde de la locura; no obstante, el menor parece disfrutar de esa desesperación, porque es malo cuando se pone en su rol de molesto. Lo mismo sucede con el mayor, trae esa sonrisa traicionera marcada en el rostro. Entre los dos van a hacerle la vida imposible.
—¡Es broma, tiene 21! —Su risa característica se escucha en todo el departamento.
Se ha desquitado con los dos. A Jong Hyun le dio un buen puñetazo; a Hwan casi le produce un infarto. Excelente jugada Jong Jin. Ojalá esta sea la última ronda de confesiones o alguien no vivirá para contarlo.
Un día de hermanos era necesario para enmendar nuestros errores. Mamá sabía que llegaba a Corea del Sur y ese fue su motivo para enviarlos a los dos, solo quería que nos arregláramos después de tantas discusiones.
Tenerlos a mi lado me hace feliz, sé que no puedo vivir sin ellos después de tantos años de estar juntos. Son mi refugio y mi lugar de permanencia. Me siento completa.
El departamento se encuentra tranquilo una vez que mis hermanos regresan a Busan. Aprovecho para ir a mi habitación en busca de mi caja de recuerdos, dentro de ella tengo fotos y algunas cosas de mi pasado. Siento que hoy es un nuevo comienzo, hay que empezar de cero, con Jong Hyun nos merecemos nuestra propia ronda de confesiones.
Tengo en mis manos una carta que le escribí confesando mi amor. Yo amaba a Jong Hyun con locura, pero era muy tonta para asumirlo y enfrentarlo. Es hora de que lea esta confesión, que sepa lo mucho que lo quise y quiero.
Él se encuentra en la sala, está a punto de buscar una película para ver en Netflix. Es ahora o nunca.
—Jeong, necesito que hablemos—Me siento a su lado.
—¿Qué pasa? No me asustes, ya estoy herido —Se toca la mandíbula haciendo un leve puchero.
—Hace algunos años te escribí una carta y no te la di. —Extiendo la mano con el sobre—. Léela en silencio.
—¿No quieres quedarte conmigo y la leemos juntos?
—¡No! Esto es demasiado vergonzoso.
No podría estar a su lado, siento que es un momento muy personal.
—Me voy a mi habitación.
Acostada mirando al techo trato de imaginar la cara de Jeong al leer toda esa cursilería. No recuerdo mucho lo que escribí, pero salió de lo más profundo de mi alma y en un estado de tristeza. Me voy preparando para cuando entre por esa puerta a molestarme.
Los minutos pasan y mi novio no aparece. No es una carta larga, muero de curiosidad. Con la cabeza debajo de mi almohada intento no caer en la ansiedad de saber su opinión, ya vendrá a decirme lo que piensa.
El peso de su cuerpo a mi lado me obliga a salir de mi escondite. Me encuentro con Jong Hyun y sus ojos aguados frente a mí.
—¿Qué pasa, Jeong?
—¿Por qué me das esto ahora? Si me hubieses dicho, si yo te hubiese dicho lo que sentía en ese momento... D'angelo...
—Perdón, no me animaba.
—Tú no tienes idea de lo mucho que te amaba, tú eras mi amor imposible —Reímos—. No te imaginas las veces en que he fantaseado contigo. Suena pervertido, lo sé, pero es verdad.
—Ahora estamos juntos, no vamos a arruinarlo —Acaricio su rostro—. Pensé que te burlarías de mi carta, pero llegaste reflexivo.
—¿Burlarme? Esta carta es muy bonita, me hiciste lagrimear en la última parte porque me di cuenta de que en todos estos años lo he arruinado. Perdón. —Besa mis manos para finalizar con un delicado beso sobre mi frente.
—¿Dijiste que fantaseabas conmigo? —Sonrío.
—Lo hago todo el tiempo—Me besa.
Nos quedamos en la cama a fin de confesarnos cada cosa que hicimos para que el otro no sospechara que nos gustábamos. Muchos pensamientos errados, suposiciones apresuradas, visiones diferentes. Quizás me arrepienta toda la vida por no habérselo dicho antes, pero nada cambia nuestra historia. Estamos juntos ahora, es lo que importa.
Jeong Jong Hyun sigue siendo el mismo chico del que me enamoré.
...
¿Qué les pareció el capítulo de hoy? ¿Se esperaban la visita de los hermanos?
¡¡¡ÚLTIMOS CAPÍTULOS DE ESTA HISTORIA!!!
Les propongo publicar viernes, sábado y domingo si llegamos a 100 comentarios por capítulo. Las comentaristas no tienen problema, para el resto un solo comentario suma. Ay, vamos que se acaba en menos de lo pensado jaja ¿Quién dice sí?
GRACIAS POR TANTO AMOR
JK 💜
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