Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Descansa en paz

NATHAN

Miro a Alice, no puedo dejar de pensar en lo mucho que le debo.

Creo que es la primera persona ante la que me muestro vulnerable, a la que me abro.

Nunca antes había confesado tener miedo, a nadie, y mucho menos llorado ante nadie.

Ella se limita a intentar limpiarme la sangre con un pañuelo de papel que ha sacado de uno de los rincones del coche.

-Sé que no sirve para nada, pero al menos no estarás repleto de sangre.

-No, gracias, me siento mejor. -contesto.

-¿Qué piensas hacer con eso? -veo como desvía la mirada hacia el arma que he posado en el asiento.

-No lo sé, tal vez la necesite...

-No. Deshazte de ella.

-Pero...

-No hay peros, no sabemos ni si la persona a la que heriste sin querer sigue viva, ¿y tú piensas en llevar eso en tu bolsillo?

Supongo que tiene razón.

La aparto de forma brusca, ella me mira como exigiendo una explicación y yo le indico que mire atrás.

Se incorpora de inmediato y yo me cierro la chaqueta.

Owen está saliendo del edificio, se enciende un cigarro.

Guardo el arma en su respectivo bolsillo.

Alice se sienta a mi lado en el asiento de atrás.

-Gracias por todo. -susurro.

-Tienes mejor cara. -una pequeña sonrisa ilumina sus labios.

-Sí, supongo que compartir mis preocupaciones con alguien es  bastante liberador. -le devuelvo la sonrisa.

Max aparece unos momentos más tarde por la puerta, veo como le da una especie de papel a Owen.

-Max se acerca. -le digo a Alice, no sé por qué, como si fuera una señal de aviso.

Ella asiente con la cabeza y se levanta de mi lado.

-Ey, ¿qué te pasó antes? Tenías una cara horrible. -Max se acerca a mí.

-Nada, tenía mal cuerpo.

-Ahora pareces estar mejor.

-Lo estoy.

-Me alegro.

-Gracias. 

-Chicos, será mejor que os lleve a casa -Owen se dirige hacia nosotros. -me gustaría volver ya para descansar, ayer no pegué ojo.

-Claro, será mejor que vuelvas a casa. -dice Max.

-Mejor déjanos en el parque. -dice Alice de repente.

-¿No prefieres que os lleve a casa?

-Es que... bueno, mis padres no pueden saber que están aquí.

-¿Y a dónde pensáis ir? ¿No tenéis donde dormir? -esta vez Owen me mira a mí.

-Em... no. -respondo.

-¿Por qué no os venís a mi casa?

-¿Pueden quedarse en tu casa? -pregunta Alice, se le ve aliviada.

-Claro, todo el tiempo que necesiten. -responde Owen.

-Muchísimas gracias tío, te debemos una. -dice Max, me da asco cuando se pone en plan niño bueno e intenta gustarle a todo el mundo, me pone enfermo, bueno, tal vez es por que simpatizar con la gente no es una cosa que me guste mucho.

-Gracias. -me limito a decir ante el codazo de Max.

-Bueno, venga, subid, cinturones puestos, vamos a mi casa.

ALLEN

-Podrías ayudarme. -le digo de repente a Jake.

Llevo como una hora rebuscando por todas partes en la casa con la esperanza de encontrar algo relacionado con la madre de Max.

-No pienso rebuscar en el cajón de las bragas de una señora que está muerta. -suelta de repente, sigue ahí, sentado en el sillón del rincón, observándome.

-Gilipollas...-susurro.

-Te he oído.

-Esa era la intención.

Nada, calcetines, ropa interior, cinturones, de todo menos algo que me sirva, he rebuscado en tantos cajones que ya ni recuerdo cuales he mirado.

-Esta casa está demasiado limpia para no haber vivido nadie en 14 años. -suelta Jake, ''no jodas'' , pienso.

-Voy a mirar en la otra habitación, no he mirado dentro del armario. -digo. -tú te puedes quedar aquí mirando al techo.

-Tampoco tenía pensado moverme.

''Capullo'', mi mente musita de nuevo.

Salgo por la puerta y me dirijo al dormitorio que supongo que será el principal.

Me pregunto qué le habrá pasado a Nathan, sólo espero que no sea demasiado tarde para ayudarle.

Abro el armario, está perfectamente ordenado, no hay ropa de hombre, sólo de mujer, supongo que la mujer que vivía aquí vivía sola. ¿Qué relación tiene Nathan con todo esto? Sí, sé que la madre de Max es su tía, pero, si la madre de Max está muerta, ¿por qué iba Nathan a venir aquí?

De repente un ruido que proviene de abajo me saca de mis pensamientos.

Al principio no le doy importancia, ya que seguramente sea Jake, que habrá decidido bajar.

Pero de repente la voz de un hombre inunda la estancia.

-Vaya desperdicio, han dejado todo hecho una mierda.-dice de repente.

-Que asco. -una segunda voz procede a responder.

Jake aparece andando de puntillas por la puerta, me mira como si me estuviera exigiendo una explicación de algo.

-Ponte los guantes, hay que deshacerse de todo esto.

-Hay que ser gilipollas para dejarse la puerta abierta. -las voces vuelven a retumbar.

Jake se empeña en hacerme señas, no entiendo qué me intenta decir.

Decido acercarme a la escalera, tal vez pueda ver de quien son las voces.

Con un  poco de suerte puede ser ese tal Nathan.

Me acerco lentamente intentando que el suelo de madera no cruja bajo mis pies.

Me asomo como puedo entre las rejillas de la barandilla.

-No se cómo puede seguir viva después de haber perdido tanta sangre. -entonces es una mujer, no puede ser Nathan.

-Esa mujer es una bruja de mucho cuidado, yo me pregunto ¿cómo es posible mantenerse escondido durante 14 años? Normal que esté loca. -¿¡QUÉ!? ¿La madre de Max sigue viva?

Dos hombres altos y corpulentos conversan entre sí, van vestidos completamente de negro.

Llevan mascarillas, están...

¿Están limpiando la sangre?

ALICE

Le agradezco a Owen que les haya dejado quedarse en su casa, entro, no puedo evitar pensar en todo lo ocurrido en este mismo lugar, los pelos se me ponen de punta.

Miro a Nathan, veo como se toca el torso, supongo que la zona herida, de repente caigo en que tal vez ahora pueda limpiarle la herida mejor, e incluso coserla de nuevo.

-Voy a enseñarle el baño a Nathan. -digo mirando a Owen que parece conversar animadamente con Max.

Él me mira y asiente.

Le indico a Nathan que me siga y avanzo hasta llegar al baño.

Entramos, le indico que se siente en la taza.

Se sienta y me mira, se quita la chaqueta con cuidado y la deja en el suelo envolviendo el arma en ella.

Me agacho y le levanto un poco la camiseta, la herida está fatal, me mira.

-Será más fácil limpiarla si me quito la camiseta.

Asiento con la cabeza.

Se quita la camiseta y deja ver su abdomen, definido, y ahora también amoratado y magullado.

Abro el armario en busca de un botiquín o algo que me pueda servir.

Lo único que logro encontrar es algo de alcohol y un paquete de algodón junto a una caja de tiritas y un bote de gel vacío.

Saco el alcohol, el algodón y las tiritas.

-Es lo mejor que he encontrado. -digo mirándole.

-Gracias.

-Todavía no he hecho nada.

-Gracias por todo, por permitir que confíe en ti, por no contarle a Max que fui a verte, y por preocuparte por mí. -me mira fijamente, está serio.

-De nada, es lo que hacen los amigos ¿no? -no me puedo creer que acabe de decir semejante estupidez.

-Supongo. -contesta y yo me siento una estúpida.

Mojo un trozo de algodón con agua y le limpio todo el abdomen, me da un escalofrío, creo que Nathan se ha dado cuenta por que me pone la mano sobre el hombro.

Una vez creo que está todo lo bastante limpio decido mojar el algodón en alcohol. No quiero ni imaginar lo que tiene que escocer, solo le curaré las heridas pequeñas y los rasguños, el corte lo limpiaré solo por los lados hasta que consiga coserlo.

Veo como se estremece al posar el algodón sobre las heridas.

Finalmente le pongo algunas tiritas, como puedo, y me levanto.

-Gracias de nuevo. - dice y me sonríe.

-De nada. -le sonrío de vuelta.

-¿Tú también te quedas?

-¿Eh? - respondo ante la pregunta.

-¿Vas a dormir aquí?

-¿Qué?

-¿Te quedas a dormir?

-Yo... No creo, a mis padres no creo que les haga mucha gracia que vuelva a esta casa.

-Por favor. -me mira, no tengo ningunas ganas de irme, pero dudo que me dejen quedarme- no te vayas.

Suspiro, su rostro ha recobrado el color.

-No me van a dejar quedarme.

-No creo que aguante ni un minuto escuchando a Max intentando hacerse amigo de todo el mundo.

-Max es así.

-¿Así de pedante? -me mira y me sonríe.

Le sonrío de vuelta.

-Tal vez si hablo con Jake...

-Bien, ¿entonces te quedas?

-Lo intentaré. -su sonrisa es bonita, me gusta como se le forman unos pequeños hoyuelos y como humedece sus labios, creo que no se da cuenta, pero lo hace de forma frecuente.

Me acaricia la cara de forma suave y lenta, y yo no puedo evitar bajar la mirada.

Posa su mano bajo mi barbilla y la eleva de forma delicada como sugiriéndome que le mire.

Mi corazón se acelera.

-Voy a ver si Owen te puede prestar una camiseta, con un poco de suerte tal vez encuentre algo de hilo. -digo, mi voz es apenas un susurro.

Soy una idiota, lo sé.

-Está bien. -dice aumentando la distancia entre nosotros y retirando levemente la mano de mi barbilla.

Me giro y salgo por la puerta, Nathan es así, hace que me sienta incómoda y cómoda a la vez, que quiera acercarme y alejarme de él, me hace dudar.

Cruzo el estrecho pasillo que guía hacia el salón, toda la casa está cubierta por un acabado en madera que le da un toque rústico que me encanta, me acerco hacia el sofá en el que Max y Owen están sentados.

Hablan de algo, parece una discusión amistosa, sonrío al pensar en cómo Nathan ha llamado a Max pedante.

-Owen. -les interrumpo.

-Dime Alice.

-¿Tienes alguna camiseta que puedas prestarle a Nathan?

-Claro, acompañame.

-Gracias.

-La discusión no queda así, pienso volver. -le dice Owen a Max, este se ríe.

Le acompaño a su habitación está algo desordenada, pero no más de lo que suele estar la mía.

Se dirige al armario y comienza a sacar ropa.

-Ten, dale esto, así dormirá más cómodo.- dice entregándome una camiseta y un pantalón de chándal.- espera. -dice y se dirige a una caja que hay en el rincón de la habitación.

Se acerca a mí  y me entrega unos vaqueros y una camiseta que me resultan familiares.

-Supongo que no tenemos la misma talla, pero tal vez esto le venga mejor.- le miro, esa ropa es de Dylan.

-Pero...

-Alice, es sólo ropa.

Supongo que tiene razón, pero no puedo evitar imaginarme a Dylan con esa misma ropa paseándose por los pasillos del instituto.

-Gracias. -me limito a decir y me voy.

De repente recuerdo algo y me vuelvo a girar.

-Oye...- comienzo a decir.- no tendrás por casualidad hilo y una aguja, ¿verdad?

-Sí, tengo algo, espera un segundo.

Tras rebuscar en un par de cajones se acerca y me entrega hilo negro y una aguja que espero que sirva para lo que la voy a utilizar.

-Gracias.

-Deja de darme las gracias por todo, estoy aquí para lo que necesites.

Asiento con la cabeza y salgo de la habitación.

Paso por delante del salón de nuevo y noto como Max me observa.

Avanzo hasta llegar al baño.

Nathan está de pie, tiene apoyados los brazos en el lavabo y mira hacia abajo.

-Te he traído ropa.

-Gracias.

-También he traído hilo por si...

-Sí, es necesario.- se gira y me observa, la expresión en su rostro es neutra.

Tenía la esperanza de que no fuera necesario, que me dijera que ya se curaría sola.

-Está bien, si te hago daño dímelo.

Sonríe.

Una vez logro coserlo todo procuro hacer un nudo y me aseguro de que no se deshaga, es increíble como ha aguantado cada punzada.

Se sienta en la taza y me mira dolorido pero esbozando una pequeña sonrisa.

-Me has hecho daño.- suelta de repente con una sonrisa.

-¿Y me lo dices ahora?

-Si te lo hubiera dicho antes habrías parado.

Es verdad.

Sonrío.

Aún me tiemblan las manos de los nervios.

Me agarra de las manos y me acerca a él.

En cuanto me doy cuenta ya estoy sentada encima de sus rodillas, creo que  me estoy sonrojando, siento como mi cara arde.

-¿Por qué te pones nerviosa?

-Yo... bueno...

Me besa, sin más, una parte de mí quiere apartarse, pero otra mucho más grande quiere que ese beso continúe.

-Cállate. -dice de repente y me aprieta contra él, abriéndose camino entre mis labios con los suyos.

MAX

Owen es buen tío, me ha contado como formaba parte del equipo de su instituto antes de comenzar a trabajar, se nota que se ha esforzado por ayudar a llevar adelante a Dylan.

-Bueno, supongo que tendrás hambre. -dice de repente.

-La verdad es que algo de hambre sí que tengo. -en verdad me muero de hambre, agradezco que se haya dado cuenta.

-¿Crees que a estos les gustará cenar pizza?

-Supongo, pero si quieres voy a preguntarles, Nathan no tenía buena cara esta mañana.

-Claro.

-¿Por dónde está el baño?

-Ese pasillo a la derecha, todo recto la puerta del fondo.

Miro el pasillo al que señala, la verdad es que llevan un rato ahí, no se si realmente voy para preguntarles qué quieren cenar o si en realidad voy para ver qué narices hacen que les lleva tanto tiempo.

Me gusta esta casa, es una pena que Owen tenga pensado marcharse, aunque teniendo en cuenta lo que ocurrió es normal que no se sienta cómodo aquí.

Veo como la luz del baño ilumina levemente el pasillo, como si se limitara a aullentar la oscuridad sin llegar a erradicarla del todo.

Me acerco a la puerta, está abierta, me asomo.

Que...

No...

-EEJEEM. -Me aclaro la garganta tan fuerte que me hago daño.

Se... se estaban liando, en mi puta cara, esto no puede ser, es, es, buah, no hay palabras para describir lo que siento.

-Max...- es lo único que dice Alice, pronuncia mi nombre con esos labios, los labios que hace un segundo estaban en los de Nathan.

Miro a Nathan, me mira con indiferencia, como si no me debiera ninguna explicación.

-Venía a preguntar si queríais comer algo, pero por lo que veo ya os habéis comido bastante.- digo y me marcho.

Alice me sigue.

-Max...

-Déjame, ¿vale? Lo último que quiero es hablar contigo ahora mismo.

-Yo...

Veo como Nathan se levanta y se asoma por la puerta, encima está sin camiseta, será... Tengo una rabia dentro que no puedo soportar.

Decido marcharme antes de cometer alguna tontería.

-Fui yo.- suelta de repente el gilipollas de Nathan.

-¿Qué? - digo girándome, ¿a caso está intentando cabrearme aún más?

-Que la besé yo.

-¡Nathan!

-No, deja que hable.- digo, no me gusta por donde va esto, pero si me está buscando me va a encontrar.

-Estaba ahí, parada, y la acerqué contra mí, para tenerla cerca y le besé.-la rabia se ha apoderado de mí para entonces, me cuesta mucho aguantar la ira.- no veas que bien sabe.

Veo como Alice se gira a mirarle con los ojos como platos, es como si no se pudiera creer lo que acaba de decir.

Él sonríe y eso colma el vaso.

Para cuando me doy cuenta ya le he pegado un puñetazo, bien merecido.

Se limita a tocarse la cara y sonreír, no parece querer defenderse y yo le pego otro.

Nada, no reacciona, Alice grita, pero no oigo lo que dice, supongo que pide que pare, es como si no estuviera aquí y a la vez sí.

Se pone en medio, y me empuja, intenta apartarme de Nathan, pero la sonrisa que él sigue sosteniendo incrementa mis ganas de partirle la cara.

Le vuelvo a pegar, no lo hago aposta, es como si mi cuerpo no me obedeciera, o tal vez tengo más ganas de pegarle de las que creo.

Me duelen los nudillos, veo sangre, no se si es de la cara de Nathan o de mi mano, pero no paro.

-MAX, TÍO, PARA.- Owen me sujeta de repente.

-¡YA! ¡SUÉLTAME!

-RELÁJATE.

-Estoy relajado, suéltame.- me deshago de las manos de Owen y miro a Nathan, Alice parece horrorizada.

Me giro y esta vez sí que me voy.

Owen viene conmigo.

-¿Qué cojones acaba de pasar?

-Nada.

-Casi lo matas, pensaba que erais amigos.

-Yo también lo pensaba.

NATHAN

Me limpio la sangre de la cara, algo en mí se alegra de que Max me haya pegado, siento que me lo merecía, que me lo merezco por todo lo que le he fallado, en parte por eso le he provocado.

Alice llora, no me mira, sé que si no le diera miedo la reacción de Max habría salido ya de aquí para no tener que aguantarme más.

Puede que haya hecho una gilipollez provocandole, pero no aguantaba ver la cara de Alice, esa expresión, como si se arrepintiera de lo que acababa de pasar, como si tuviera que disculparse y todo fuera un error.

-Alice...

-Vete a la mierda.- es todo lo que me dice.

Veo como coge el móvil.

Marca un número, está llamando a alguien.

-Allen.- dice al rato, ¿enserio? ¿Llama a ese capullo?- ¿Puedes venir a por mí?

No, no hagas eso, no me dejes solo joder.

-No le digas nada a Jake, por favor. -dice de nuevo.- En casa de Dylan.

Cuelga.

No puedo hablar con ella, no me atrevo, no puedo pedirle que se quede, entiendo como se siente.

Sale por la puerta del baño y la sigo.

Atraviesa el pasillo y yo voy tras ella, sin decir ni una palabra.

Max no está en el salón, Owen tampoco. 

Alice se para en seco.

Me paro tras ella.

-No tienes que irte.- finalmente reúno el valor necesario para hablarle de nuevo.

-Cállate.- dice- Por favor, cállate de una vez.

-Lo siento, ¿vale?

-...- no responde.

-¿Te arrepientes? 

Se gira y me mira.

-¿Te arrepientes de lo que ha pasado? Dime que ha sido un error y te dejaré en paz.

-...

-Si te ha molestado que...

-Me arrepiento.- siento una punzada.- Ha sido un error, déjame en paz, estaba en un mal momento y me has pillado con la guardia baja.

Su mirada aunque llena de lágrimas es firme, no parpadea y está completamente seria.

Me duele que diga eso, tengo la esperanza de que lo diga por despecho y por la rabia que la ciega en este momento, sin embargo, me rindo, decido respetar su elección.

Me giro y salgo del salón, la dejo ahí, en parte para que no vea cómo los ojos se me llenan de lágrimas.

''Me da igual, estoy acostumbrado a estar solo'', me digo a mí mismo.

(....)

Oigo ruido, abro los ojos, he dormido fatal, no sé ni cuando me quedé dormido, Allen vino a por Alice,  Max y Owen se pasaron horas en el porche hablando, y yo me fui a la habitación que Owen me indicó y me tumbé mirando el techo.

Me levanto, salgo de la habitación, he de cambiarme y desayunar si quiero ir con ellos al entierro, no es que quiera, pero quiero ver a Alice y estoy seguro de que estará ahí.

-Buenos días.- Owen me da la bienvenida a la cocina.

-Buenos días.- me limito a decir.

Max está sentado desayunando, no levanta la vista.

-Siéntate, te gusta el café, ¿no?

-Sí, gracias.

Me sirve una taza de café y tras coger una tostada procedo a bebérmela, no me termino la tostada, y aunque tampoco cené ayer, siento que no tengo apetito alguno.

Me levanto de la mesa.

-Voy a cambiarme.

Owen asiente, ambos están ya vestidos.

Subo de nuevo a la habitación y me cambio.

Alrededor de media hora después Owen me llama.

-¡Nathan! ¡Baja, nos vamos!

Suspiro y bajo, ir al funeral de alguien a quien no conoces debería ser una falta de respeto.

(...)

El viaje en coche ha sido incómodo y silencioso, Owen se ha comenzado a poner muy serio, supongo que es lo normal cuando te diriges al funeral de un familiar tan cercano.

En la iglesia había mucha gente, sobre todo críos del instituto, entre ellos venían algunos con la camiseta del equipo del centro, supongo que Dylan debía formar parte de él.

He avistado a Alice a lo lejos pero la he perdido de vista cuando hemos montado de nuevo en el coche en dirección al cementerio.

Al llegar la busco con la mirada, la gente sigue al cura hasta el hoyo que han cavado para el ataúd, esperan a que llegue el coche fúnebre.

Un hombre trajeado se para a hablar con Owen.

Decido apartarme de la multitud para fumarme un cigarro, le he robado un par a Owen, junto a un mechero de la mesa del salón antes de salir, me paro en un árbol a lo lejos y procedo a fumar.

De repente algo llama mi atención.

Un hombre a lo lejos, no forma parte de la gente del entierro, pero tampoco tiene pinta de ser alguien que esté aquí por casualidad.

Va con alguien, es, es una  mujer, rubia, es como si ella no pudiera andar por sí misma.

De repente recuerdo, Kate, si es verdad que Dylan era como un hijo para ese tal Hirch eso quiere decir que vendrá al entierro, si es que no está aquí, si eso es así sería el momento perfecto para atacarle, y para apartarlo de la multitud Kate sería un cebo perfecto.

Tiro el cigarro y corro, corro todo lo rápido que puedo pero no los veo, esa mujer, estoy seguro de que era Kate, y ese hombre, ya no están, ¿dónde cojones se han metido?

ALICE

Nathan no ha parado de buscarme con la mirada en toda la mañana, me alegro de que Jake no se haya dado cuenta, en cambio Max me ha estado evitando.

Le conté a Allen todo lo ocurrido, y me alegro, me quité un peso de encima, prometió no contar nada.

Esta vez busco yo a Nathan, he visto como iba a un árbol, no sabía que fumara.

No está, miro a otro lado, tampoco.

Me doy cuenta de que está corriendo, ¿a dónde narices va?

Me escabullo de la forma más discreta que puedo y le persigo, veo que para y se pone los brazos en la cabeza.

Corro hacia él, no voy a permitir que vuelva a huir.

-¿A dónde te crees que vas?- le digo.

-¡Alice!

-Si esto es por lo de ayer da igual, podemos olvidarlo, tan solo...

-No, corre, tenemos que volver.

-¿Qué?

-Max está solo, y esa gente está aquí.

-¿Qué?

-He visto a la madre de Max, la han traído, y creo que el padre de Max está aquí también.

Me quedo helada.

Él en cambio me coge de la mano y tira de mí para que le siga.

Corro, Max está en peligro.

Veo a Max, está de pie, junto a Owen y a un hombre estirado y con traje.

Me acerco.

Reconozco su cara, ese es el hombre que trajo a Max ayer, es el que iba conduciendo el coche.

-Encantado de verte de nuevo, no me dijiste tu nombre.- le dice Max.

-Soy Hirch, Hirch Conward.- este le tiende la mano a Max, ¿ese es aquel delincuente del que Owen hablaba?

-Ese es el padre de Max.- me susurra Nathan al oído.

¿¡QUÉ!?

-¿Estás seguro?- le digo.

-Sí.-responde.

Tengo que hablar con Max.

Me acerco a él aún más.

-Tenemos que hablar.- le digo.

-No es un buen momento Alice.

-Es sobre tus padres.- lo que digo parece captar su atención, se aparta de la gente y me tira del brazo.

Nathan nos sigue.

-¿Este qué hace aquí? Si esto es una estrategia para que le perdone te juro que...

-No, escúchale, tiene algo que contarte.

-Te mentí, cuando me quedé solo, yo...-comienza Nathan a decir.- Tu madre está viva Max, lo sé por que he estado con ella, está herida, y todo ha sido mi culpa, ella me atacó y yo...-veo como a Max se le hincha la vena del cuello y procedo a sujetarle.

-Nathan...¿qué cojones estás diciendo?- dice Max entre dientes, nunca lo había visto así.

-Me asusté, ¿vale? La cuestión es que está aquí, y tu padre también.

-¿Qué? 

-Sí, ese tal Hirch, es... Es tu padre Max.

Max se gira y me mira.

-¿Tú sabías todo esto?

-Yo...

-Genial, iros a la mierda.- se va.

De repente para.

-No quiero volver a verte en la puta vida.- me mira y sus ojos parecen inyectados en sangre.

Me quedo helada.

De repente el grito de un chico hace que me congele del todo.

La gente del entierro corre hacia el coche funerario, uno de los chicos del equipo está en el suelo.

Corremos hacia allí.

De repente la imagen del maletero abierto del coche y de un ataúd abierto también inundan mi vista.

Pero el cuerpo que reside en él no es el de Dylan, sino el de una mujer, una mujer rubia, miro a Nathan, y por la expresión de horror en su cara y su palidez me doy cuenta de lo que está pasando, esa mujer es Kate.

Es la madre de Max.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro