Fifteen
Era muy tarde cuando nació el pequeño Sunoo y Wonyoung estaba muy cansada, así que Sunghoon pidió por favor si podían volver mañana.
Y como habían pedido, Heeseung y Jake volvieron a la mañana siguiente con regalos para ambos padres y un globito para el recién nacido.
En la habitación encontraron a Wonyoung dándole pecho mientras Sunghoon estaba echado en el sofá tomando una siesta al parecer. Sus ojeras, las de ambos, daban a entender que no fue una noche fácil.
Y por supuesto que no lo fue. El pequeño Sunoo no logró quedarse dormido tan pronto como lo esperaban, mantenía la vista entre sus padres que lo miraban con adoración mientras lo mecían para hacerlo dormir. Él solo los miraba con sus ojitos muy despiertos.
Sería un bebé muy curioso, esos ojitos lo decían todo.
Saliendo del pecho de su madre se puso quedar finalmente dormido.
Los ojos de Heeseung y Jake miraron con adoración al pequeño. Era una copia de su madre.
Jake no pudo evitar conmoverse, al ver tan pequeño y delicado ser, pensando que en unos meses él tendría a su pequeño en brazos. Se lo imaginaba con una piel tan delicada, unos ojitos que desearía que brillen para la eternidad.
–¿Quieres cargarlo Jake? –preguntó Wonyoung, quien notó como miraba al pequeño Sunoo.
Con algo de miedo no dudó en asentir y tomar con delicadeza el pequeño cuerpo entre sus brazos, con temor de que se le cayera o algo. Decidió sentarse en la silla que estaba al lado de la camilla de su amiga para tomar precauciones y poder apreciar al pequeño entre sus brazos. Sunoo tenía una piel tan clarita y unas mejillas tan delicadas y rosadas, parecía un muñequito de porcelana. Unas pestañitas delicadas que se movían con la respiración mientras dormía.
Tocó su mejilla con una delicadeza esperando que no se rompiera. Era muy suavecito, como un malvadisco.
Heeseung se mantuvo sereno con una sonrisa pequeña. Siendo cauteloso sacó su teléfono tomandole una foto a Jake mientras apreciaba a Sunoo.
Sería su próximo fondo de pantalla, pero no tenía porqué saberlo.
La escena se le hacía sumamente adorable, se notaba en el brillo de los ojos de Jake que se imaginaba a su bebé en brazos en unos meses más. Él estaba en las mismas, dándose una idea de un pequeño igual a Jake.
Finalmente y con mucho cuidado dejó al pequeño en la cuna, permitiendo que pudiera estar en el mundo de los sueños mucho más cómodo.
–¿Qué tan cansada te encuentras Won? –preguntó tomando la mano de su amiga para darle algo de cariño.
–Siento que hubiera cargado varios muebles al mismo tiempo, Sunoo dió mucho trabajo para salir. –Miró a su pequeño que dormía placidamente y sonrió.– Pero todo valió la pena, todas esas horas valieron la pena.
Si lo valieron, Sunoo se notaba un bebé totalmente sano.
–¿Qué hay de Sunghoon? –Preguntó esta vez Heeseung.
–Se desmayó cuando se le vió la cabeza. –dijo Wonyoung rodando los ojos, Heeseung no evitó reirse.– tuvieron que tirarle agua en la cara para que reaccionara.
Su amigo era todo un caso. A pesar de todo igual lo quería.
–Hiciste un gran trabajo Wonnie. Sunoo es un bebé sumamente bonito, se parece mucho a ti. –Habló dulcemente Jake.
–Ay que bonito eres, gracias Jake. –dijo conmovida Wonyoung.
El bebé hizo unos pequeños ruiditos de quejidos haciendo que Sunghoon se levantara de golpe como si de una alarma se tratara, yendo a verificar si se encontraba bien o no.
Lo tomó en brazos con mucho cuidado, haciendolo mecer para calmarlo.
–Ya está, papá está aquí. No pasa nada. –arrullaba Sunghoon a la pequeña criatura.
–Así que te desmayaste por verle la cabeza a tu hijo. –se burló Heeseung de él.
Sunghoon fulminó con la mirada a su novia, haciendo reir a los presentes en la habitación.
–Ya te quiero ver en mi lugar. Quien ríe último, ríe mejor. ¿No es así, sol? –tocó delicadamente la nariz de su hijo, haciéndole gorgoritos.
Wonyoung los miraba a ambos con ojos de amor. Agradeciendo tener dos bonitos chicos con ella y en su corazón.
Jake percató como su amiga miraba a su hijo y su novio, mirándolos como si fueran lo más bonito que existiera en el mundo. Enserio estaba muy feliz por ella, agradecía que tuviera a alguien como Sunghoon a su lado pero en el fondo de su corazón sentía una tristeza muy grande, era inevitable tener esa pequeña espina dentro de él.
Heeseung se dió cuenta de ello, diciendole que ya habían estado mucho tiempo y querían darles privacidad a los recientes. Posó una de sus manos en el hombro de Jake, dandole un pequeño apretón para que pudieran salir de la habitación.
Y Jake entendió, luego se lo agradecería al abogado.
El día de la ecografía donde sabría que sería su bebé había llegado.
Negar que estaba nervioso sería una gran mentira incluso para él mismo.
Heeseung dijo que lo pasaría a buscar dentro de una hora y que estuviera listo y bonito. Lo último lo veía medio difícil porque con una panza de cinco meses y medio se le dificultaba sentirse bonito.
Tuvo que comprarse pantalones especiales para embarazos porque los suyos ya no le quedaban. De vez en cuando le pedía a Jungwon sus sudaderas porque eran más grandes y anchas, más cómodas incluso que su ropa o la de su hermano.
Sabía que esto pasaría, lo tuvo claro cuando aceptó tenerlo pero no pensó que le afectaría tanto.
Intentó dejar esos tontos pensamientos de lado y pasó a darse una ducha, echándose loción y crema para cuidarse un poco y porqué no, oler bien.
Aunque en el fondo sabemos que no solo se arregla para él mismo, pero dejaremos que se dé cuenta solito.
Finalmente decidió una camisa blanca grande con una camiseta negra debajo, abotonando un poquito la camisa en los botones de abajo porque si era un poquito tímido cuando le preguntaban sobre su estado.
No es que le avergüence su bebé, eso claro que no es. Solo le molesta un poquito sentirse muy observado algunas veces. Nunca le molestaba llamar la atención, pero se siente un poco intimidado con tantos ojos encima suyo.
Se vió una última vez al espejo acomodando su cabello algo húmedo aún y se dió una última mirada intentando convencerse de que se veía bien. Acarició su pancita dándose una mirada conforme, obvio bebé curioso respondió dando una pequeña patadita.
–Ya sé que sientes como me siento. ¿Es tan notorio a veces? –recibió otra patadita en respuesta, suspiró.– Mami perdona estar así, prometo que estaré mejor. Estoy trabajando en ello.
Su charla fue interrumpida por el mensaje que le llegó, sabiendo que sería Heeseung quien lo esperaba abajo.
Tomó su bolso con sus cosas esperando que no se le quedara nada y salió de su departamento.
Visualizó el auto de Heeseung y a trotes de dirigió con una sonrisa.
–¿No es muy extremo trotar en tu estado?
Jake se encogió de hombros abrochándose el cinturón. –Un poco de actividad física no me hace mal.
Con el ambiente cómodo dieron rumbo al hospital.
☕︎...
No se sentía incómodo pero cualquier cosa o movimiento que haga sentía que sería juzgado por cada señora o enfermera que estuviera ahí. Nunca había estado en esta parte del hospital y mucho menos había acompañado a alguien a hacer una ecografía. Estaba nervioso, su pierna temblando lo decía todo.
También Jake lo notó.
Con suavidad posó una mano en la pierna inquieta del mayor y como por arte de magia esta dejó de moverse.
Eso Heeseung, que buen chico eres.
–No pasa nada, ya falta poco para mi turno. –Tranquilizó Jake– Es gracioso ver como yo soy el paciente y el más nervioso de los dos eres tú.
–Ay por favor, debes estar igual o peor que yo. Solo que eres ya un experto en ocultar esos nervios. –Exclamó Heeseung.
–Si, tienes razón. -soltó una pequeña risa y acarició su pancita.– La verdad es que estoy muy ansioso por saber qué será.
–Saldrá igual que tú, apuesto que tendrá tus ojos.
–¿Y por qué mis ojos?
–Porque sería lindo ver a un, una mini tú. Tendría más galaxias para apreciar.
Si el solo hecho de estar con el mayor le ponía los pelos de punta y mantener sus mejillas rosadas, en ese momento ya no rosadas sino rojas. Tales como las sillas en las que estaban sentado.
Dios, llévatelo y escóndelo en lo más profundo. Su corazón estaba apunto de explotar.
Jamás le habían dicho algo tan lindo como eso, sentía que no era real pero ahí estaba. Desvió su mirada manteniendo su pequeña sonrisa.
¿Tenía respuesta? Claro que no. Digamos que no era el mejor coqueteando.
–L-Lo siento, debió incomodarte, error mío ser así. –Habló Heeseung sin pausas en sus palabras.
–No no no, no me incomodó. Solo no estoy acostumbrado a que me digan cosas bonitas. –Heeseung sonrió por la ternura del menor.
–¿Entonces puedo seguir diciendote cosas bonitas hasta que te acostumbres?
Iiih, alguien detengalo que Jake se nos muere de verguenza.
–Ah...-
–¿Jake Shim?
Salvado por la campana.
Se paró de manera inmediata dejando a Heeseung detrás, con una boba sonrisa. Jake no tenía idea, de verdad no tenía idea de como tenía al abogado casi a sus pies.
–Buenas tardes Jake, veo que esta vez no vienes con Jay.
–Jay tuvo unos asuntos que atender. Él es Heeseung, un amigo.
Auch.
Aún no Heeseung, aún no. Seamos pacientes.
–Bien, ya sabes que toca hoy. ¿como te sientes?
–Bastante ansioso la verdad, no puedo esperar a saber que será.
–Entonces quitemos esos nervios. Acuestate en la camilla y subete la camisa.
Dejando sus cosas en la silla siguió las indicaciones dadas por el doctor.
Heeseung se mantuvo sentado desde lejos no queriendo molestar en el proceso. Tal vez para no seguir incomodando a Jake. El chico le extiende la mano en señal de que quiere que se acerque a él, dejando la invitación libre para saber por su cuenta que sería el bebé.
Con algo de dudas en sus pasos se acercó viendo como colocaban el frío gel sobre el vientre abultado de Jake. El menor tomó su mano transmitiendole confianza entrelazandolas para bajar sus nervios, cosa que funcionó.
Los ojos de Heeseung se sorprendieron cuando ese bultito se veía a través del monitor, ablandando su corazón al escuchar esos pequeños latidos.
Nunca en su vida había tenido un momento tan conmovedor como ese.
–Felicidades Jake, tendrás un niño.
Un niño, iba a tener un hombrecito proximamente en sus brazos.
Sus ojos se tornaron cristalinos de la emoción, no queriendo ocultar su felicidad. Miró donde Heeseung y el mayor le sonrió orgulloso.
–Un niño, estoy muy feliz por ti. -Dijo Heeseung acariciando sus cabellos. Jake aprovechó el momento y cerró las caricias que le daba el mayor.
–Gracias.
Jake no solo le daba las gracias por las bonitas palabras. Le daba gracias por haberlo acompañado a esa ocasión. Heeseung pudo haber tenido algo más que hacer o simplemente haberse negado.
Salieron del hospital con las vitaminas dadas por el doctor. Heeseung le había invitado un helado al menor así que aceptó sin dudarlo.
Ya en la heladería Jake se sentó para ver mejor la ecografía en sus manos, amaba ver como su pequeño crecía cada vez más. Sentía que el día que lo tuviera en sus brazos estaba cada vez más cerca y no podía.
Su pequeño, un niño.
Le emocionaba pensar en las cosas que le gustaría. Si le gustaría bailar o pintar, si le gustaría el rosa o no, si sería alto o pequeño como él. Su mente formaba los escenarios más conmovedores mientras admiraba esa pequeña fotito.
Heeseung volvió con los helados. De vainilla para él y de choco menta para Jake. Heeseung lo miraba con una mueca, no sabiendo como le gustaba ese sabor.
–No me cabe en la cabeza como te puede gustar eso. –Mencionó Heeseung.
–A mi no me gusta. Es bebé, tiene gustos tan raros pero si no se los cumplo está todo el día molestándome. –Se quejó.
Heeseung, quien estaba de frente a Jake. Se sentó a su lado, dejando su copa de helado en segundo plano para prestarle mayor atención al menor. Jake observaba, cada uno de sus movimientos, visualizando y analizando cada paso que daba el mayor.
–¿Pasa algo? Si es por el sabor estoy bien, ya estoy acostumbrado a los antojos y las pataditas. –dijo Jake.
–¿Tienes pensado algún nombre? –Preguntó Heeseung apoyando su cabeza en el puño de su mano.
–Me gusta Riki.
–¿Riki? –asintió mientras cuchareaba su helado.
–Es japonés. Significa fuerza y poder. –Hizo una pausa.– No tiene nada que ver con él si es lo que piensas. En el tiempo que estuvimos juntos aprendí algo de japonés que me enseñaba y hay algunas palabras con bonitos significados que me gustan.
Heeseung asintió. –Es un bonito nombre.
–¿No me regañarás al respecto? –Heeseung negó.– Tampoco sobre el nombre.
Heeseung tomó sus manos acariciándolas.
–Todos sabemos lo que te hizo ese tipo es imperdonable, no hubiera cambiado mucho si se hubiera quedado o no. –Jake asintió ante sus palabras.– Pero fue parte de tu vida por un largo tiempo y obviamente hay recuerdos que permanecerán en tu corazón. Si hay cosas que te gustaría hablar de él, está bien. Yo estaré muy feliz de escucharte.
Esos sentimientos, esas palabras. Escarbar dentro de ese escudo que rápidamente formó, no se le hacía fácil mantenerlo con el abogado siendo tan dulce. No estaba seguro de que serían ciertas o no.
–Heeseung... ¿Qué intentas hacer? –Habló con ojos temblorosos.
–Sé que la primera persona en tu corazón es Riki, pero quiero ser quien mantenga esa maravillosa sonrisa que tienes. Quiero encargarme de que tus ojos siempre brillen, de que luzcas brillante, que te acompañe en los meses que te queda de embarazo. Sería capaz de levantarme a las cuatro de la mañana con tal de cumplirte un antojo. –Llevó sus manos a la carita del pastelero acariciando sus mejillas.– Quiero ser quien escuche tus nuevas ideas y pruebe tus recetas aprobando cada una de ellas.
Jake ya tenía sus ojos cristalizados de nuevo y los cerró para evitar contacto con Heeseung.
Estaba aterrado, sus manos que estaban protegiendo su vientre eran ejemplo del como se encontraba. No le daba miedo Heeseung, él era un ser de luz. Tenía miedo de lo que puede pasar más adelante.
Su mente le jugaba malas pasadas, recordando los malos momentos con su ex pareja. Estaba sanando, sus terapias con Gyu habían sido de mucha ayuda. En el muy fondo sentía que no era merecedor que le tenía el mayor por ofrecer.
–Heeseung por favor.
–Prometo cuidar de Riki como pienso cuidar de ti.
Que estén bien, tomen agüita y coman sus comidas.
Lxs adoro.💗
Nos leemos pronto~
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