sentimientos y emociones
al día siguiente, me lebanté para ir a clases de nuevo y me sentía muy cansada.
después de lo que pasó con ese desgraciado, Sherlock me llebó a mi casa y para mi buena suerte, mis padres ya estaban durmiendo.
subí lo más rápido que pude a mi habitación y me acosté en la cama.
me pasé toda la noche pensando en todo lo que había pasado.
Caleb tubo razón todo el tiempo. Jamás debí haber salido con ese chico.
pero las palabras de Sherlock seguían dándo bueltas en mi cabesa. Esta chica es mucho más digna de amor que tu.
jamás me imaginé que Sherlock pudiera decir algo así. Siempre creí que era un ser sin sentimientos al que solo le importaba el trabajo. Pero estaba muy equivocada.
siempre tuve cierta esperanza de que en algún lugar de ese frío y oscuro corazón existía un ser dulce, amable y cariñoso. ¡tenía toda la razón!
me vestí y peiné mi rebelde cabello. Tomé un vaso de agua y me despedí de mi madre que aún dormía.
al llegar al salón de clases, le conté a Caleb lo que había pasado y se quedó totalmente impresionado
—no puede ser¡Sherlok Holmes te salvó!
—shhh ¡no lo digas en voz alta! -susurré
—hay si. Perdón -se disculpó
—tranquilo. No hay problema. Pero recuerda que nadie debe saber que soy su ángel de la guarda, ni mucho menos que soy mitad ángel -le recordé
—no, no se lo diré a nadie -prometió
Asentí y las clases comenzaron.
mi profesor de francés no había llegado así que a Cal y a mi se nos ocurrió ir a la biblioteca para pasar el tiempo.
¿—cómo vas con el francés mon ami? -pregunté
—no muy bien. Mademoiselle -respondió
—créeme. Si le dieran un premio a la peor en francés de la clase, esa sería yo -dije con desepción
—¡estás loca! ¡tú eres la mejor de la clase!
—¿tu crees?
—si, por supuesto, mademoiselle -respondió
ambos reímos y nos pusimos a leer un poco. Caleb siempre me hace reír cuando estoy triste y esa es una de las cosas que amo de él.
estaba leyendo eleanor&park, cuando recibí un mensaje.
—cal ¿puedes ver quien es? -pedí
—si, claro. Voy -respondió.
—es...Sherlock Holmes ¡Sherlock Holmes! -dijo con alegría
¿—qué dice? -pregunté dejando el libro a un lado
—dice que espera que estés bien después de lo que pasó ayer ¿me dejas responder? por faboooor -pidió haciendo ojitos de cachorro
—si, claro. Dile que estoy ocupada pero bien -dije con una sonrisa.
—ok
terminé de leer y guardé con cuidado el libro en su estante.
—ya me respondió. Dice que le alegra que estés bien y que si puedes ir a Baker Street después de la escuela -dijo Caleb
—sí, dile que sí y pregúntale si puedo llevar a un amigo -dije con una sonrisa pícara
—¿a quién? -preguntó
—a ti, mon ami -respondí con una sonrisa.
—¿a mí? ¿enserio?
—si. Claro
—¡siiii! ¡voy a conocer a Sherlock Holmes!
shhh no lo digas tan alto
—sí, es cierto. Lo siento
—no importa. Me dices que te responde
caminé entre los pasillos para buscar otro libro, pero la verdad es que no tenía ganas de leer. Estaba muy aburrida.
—
Mademoiselle ¡Mademoiselle! -dijo Caleb caminando hacia mi–¡dijo que si!
—perfecto. Dile que nos vemos allá
El timbre sonó y salimos de la biblioteca para irnos a clase de italiano.
cuando las clases terminaron, Caleb y yo salimos de la escuela y lo llevé a un lugar en donde nadie nos viera.
—¿estás listo?
—¿para qué?
—para ir a Londres, claro—¿cómo?
—confía en mi Mon ami
—muy bien. Estoy listo
lo tomé de la mano y nos tele transportamos a Baker Street.
al parecer, Cal no es bueno para los aterrizajes porque al pisar el suelo, le costó ponerse en pie
—dios ¡eso fue genial!
—sí, lo se. Nunca voy a acostumbrarme -respondí
—no, yo menos
toqué la puerta y la señora Hudson me abrió con una sonrisa
—hola señora Hudson, él es mi amigo Caleb
—señora Hudson, es un placer conocerla -dijo mi amigo dándole la mano
—el gusto es mío querido. Adelante, adelante -respondió la señora Hudson invitándonos a pasar.
subimos las escaleras y nos encontramos a Sherlock disparando a la pared con un arma.
—¡hay por dios santo! -grité—Sherlock ¡es suficiente!
—estoy tan aburrido -dijo con frustración
s—i, pero no tienes que hacer eso
el continuó disparando y yo me interpuse.
—¡auch! -grité cuando una bala me dio en el pecho
por un segundo creí que moriría, pero luego recordé que soy mitad ángel y me levanté
—¿estás bien? -preguntó Caleb sentándome en una silla
—si. Soy mitad ángel así que soy prácticamente inmortal
—¡es increíble! -respondió Caleb.
me levanté y rápidamente le quité el arma a Sherlock mientras le decía
—no hagas eso otra vez. Soy inmortal pero duele
—disculpa...de verdad
—no te preocupes, mi pequeño detective -dije acariciando su mejilla—por cierto, este es mi amigo Caleb. Caleb, te presento a Sherlock Holmes
—es un gusto conocerlo, señor Holmes. Soy su fan -dijo Caleb haciendo evidente su felicidad
—igual mente, jovencito -respondió Sherlock con cortecía.
no sabía por que, pero podía notar cierta tención en el ambiente. Hubo un silencio incómodo y Sherlock rompió el hielo
—¿sabe que eres mi ángel de la guarda?
—si, lo sabe
—perfecto. Tengo que decirte algo referente a eso
—dime
—pero tu amigo debe irse -ordenó Sherlock
—iré a ayudar a la señora Hudson y después vuelvo -dijo apenado Caleb
—gracias, mon Ami -respondí
Caleb se retiró y Holmes me dijo
—no logro entender por que lloraste cuando supiste que la sita era solo una apuesta.
me sentí totalmente confundida. Si era tan bueno para consolarme, entonces se suponía que ya debía entender mis razones para llorar.
pero es mi deber explicárselo así que lo hice.
—lloré porque jamás había tenido una sita con nadie. Cuando eres siega, ningún chico se fija en ti. Ya sea porque creen que eres rara y no eres como todas las chicas, o simplemente porque no les llamas la atención. Además, no me había sentido tan humillada en toda mi vida ¿lo entiendes?
—aún no. Siempre e sido malo para estas cosas. Por alguna extraña razón, sentí que sufrías e hise lo que pude para consolarte -dijo Sherlock confundido
—fue muy lindo de tu parte. Eso es algo cercano a la empatía pero no te preocupes. Es bueno
—no necesito sentirlo. Jamás lo he hecho
—estoy segura de que te costará aceptarlo. Tu trabajo jamás requirió de los sentimientos y es por eso que nunca lo habías experimentado
—si, exacto. Es por eso que me niego a...—los sentimientos siempre estubieron ahí Sherlock. Solo tienes que dejarlos salir -aconsejé
—¿por qué lo haría?
—porque a veces las cosas son mejores con sentimientos de por medio
estaba segura de que tardaría un tiempo en comprenderlo pero no iba a rendirme. Me había dado cuenta cual era el propósito de ser su ángel de la guarda. tenía que mostrarle que los sentimientos y las emociones, son lo más hermoso de éste mundo.
—no, no es cierto -dijo de repente Sherlock—los sentimientos y las emociones te hacen débil y es por eso que no perderé mi tiempo en ellos
sabía de su habilidad para leer los pensamientos pero no pude evitar impresionarme.
—wou, me costará acostumbrarme a eso -dije sin poder evitar abrir los ojos de más
Sherlock solo guardó silencio y yo tomé su mano para ponerla en su pecho, a la altura de su corazón.
—lo sientes, ese es tu corazón que late. Sentir no te hace débil, te hace fuerte por las personas que te importan. Pero no es necesario que lo entiendas ahora. vamos a trabajar en eso -dije con suavidad y ternura.
—santo dios, pero que desgracia. Yo no pedí que llegaras a mi vida ¡déjame en paz! -espetó
Sus palabras me dolieron mucho. Las piernas me temblaban y sentí una sensación muy extraña en el pecho. Esto se estaba poniendo difícil
Estaba dispuesta a defenderme pero las palabras no me salían. No podía creer que mi herue y detective favorito me había gritado.
—chicos, la comida ya está lista -dijo la señora Hudson entrando al salón
—lo siento señora Hudson, pero Caleb y yo ya nos vamos -dije intentando no mostrar mi tristeza
—¿tan pronto? -dijo Caleb llegando a mi
—si, recuerda que tenemos mucha tarea que hacer -respondí
Caleb entendió que algo no estaba bien y dijo
—si, es cierto. Debemos irnos. Un placer conocerles -
—igualmente querido -respondió la señora Hudson
Caleb me tomó de la mano y nos retiramos
cuando nos tele transportamos de nuevo a la escuela, Caleb me dijo
—ahora mismo me vas a decir que te pasa
—es Sherlock. Parece que sentir no es su fuerte -dije con ironía
—cuéntamelo todo
mientras caminábamos a mi casa, le conté a detalle todo lo que había pasado.
—¿es una broma? ¡que desgraciado!
—tranquilo, mon ami. Solo está confundido. Pero muy pronto entenderá que solo quiero ayudarle
—no se como puedes tenerle paciencia después de lo que te dijo -respondió con odio
—créeme, estoy muy dolida y decepcionada pero supongo que es mi deber como ángel de la guarda enseñarle esas cosas
—no entiendo como dios pudo darte esta misión. Después de todo, no puedes cambiar a alguien como Sherlock Holmes
—no lo voy a cambiar, solo le enseñaré que está bien sentir a veces -respondí intentando no llorar.
—de todas formas, solo ten cuidado. No quiero que te lastime -dijo acariciando mi mano
—no te preocupes, mon ami. No lo hará. Le demostraré que no puede tratarme así
—está bien, mademoiselle. Solo cuídate
llegamos a mi casa y me despedí de él.
estaba segura de que mis padres aún no llegarían de trabajar así que suvi a mi habitación y lloré para desahogarme.
era extraño, pero me sentía impotente. Como cuando mi papá golpeaba a mi madre y no puedo hacer nada.
pero ésta vez, si podía hacer algo. Caleb tenía toda la razón. Sherlock no tiene ningún derecho a tratarme así por muy confundido queesté.
—tranquila, Helencita. Yo creo en ti
—¡Amenadiel! -dije lanzándome a sus brazos.
—se que es difícil, pero padre hiso esto por una razón Además, eres una mujer muy capaz y fuerte -dijo mi hermano acunando mi rostro entre sus manos
—Gracias, Amenadiel. Pero no se que debo hacer
—las circunstancias harán lo suyo
—¿tu crees?
—si, por supuesto. Tu solo debes calmarte
—te quiero mucho -dije abrasándolo con fuerza
—yo también te quiero mucho. Mi dulce niña -respondió recostándome en la cama para darme un tierno beso en la frente.
Capítulo dedicado a esas personitas que siempre están ahí cuando las necesito.
Pamela, Orlando, Juliana y por supuesto mi angelito de dios.
Antonio Maso Collado, te amo con todo mi ser y el saber que tu estás ahí para mi me hace muy feliz. Maso, , gracias por estar siempre a mi lado y darme un motivo para reír sin importar nada.
Todos ustedes hacen que el mundo sea un lugar mejor. Y sepan que la amistad o el amor no se compran. Y si los encuentran, valórenlos muchísimo y cuídenlos
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