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Negación

Desperté, estaba en mi cama, lo que significa que todo esto ha sido un sueño y nada de esto paso, hoy será un día normal. Me levanté de mi cama y me bañé, todo era tranquilo y normal, me hacía falta; me vestí con la ropa del colegio y caminé alegremente hacía la cocina.

- buenos días hijo ¿Cómo te levantaste? – yo me senté en el comedor.

- bien, muy bien ¿Me hiciste lo mismo de siempre? – miré a mi alrededor y no vi ni a mi hermano ni mi padre, pero no le tome importancia.

- claro que sí hijo, lo que siempre te gusta – me puso el plato donde yo estaba sentado – por cierto, hijo, parece que va a llover, lleva sombrilla.

- sí mama, me voy a llevar un paraguas.

Me comí toda mi comida y me fui, obviamente con un paraguas, porque sí no lo hacía, mi mamá no me dejaba salir. Mientras iba con mi patineta, miré para al cielo, vi que el cielo se estaba como quebrando y que las nubes estaban muy negras, pero no le tome importancia, solo lo ignoré, solo es mi imaginación, quizás fueron las pastillas que comí que me hacen ver cosas que no existen, una droga potente. Llegué al colegio y le puse candado a mi patineta, giré para atrás y vi a Javier acercándose con una sonrisa.

- ¿Cómo estás Manuel? – yo lo abracé.

- mal, todas las noches he tenido pesadillas.

- adivino que esto es la causa de tus pesadillas – él sacó el pequeño recipiente de pastillas que decía HAPPY.

- no lo sé, quizás sí, quizás no.

- ¿Sabes qué es eso? – le iba a decir que pastillas dentro de un recipiente, pero se iba a enojar.

- no, ni idea.

- pastillas alucinógenas, te hace volar, es muy fuerte ¿No te lo estarás tomando? – sí.

- no ¿Cómo crees? – lo siento por mentirte.

- no los tomes, jamás, afecta al cuerpo y la mente, nunca, pero nunca tomes eso.

- te lo prometo, no tragaré ni una de esas cosas – no volveré a tomar.

- y ¿Qué hiciste estos días? – drogarme.

- nada, no hago nada, como sabes, no salimos muchos.

- lo sé, somos parecidos, pero por lo menos a ti te tienen en cuenta.

- Javier, no digas eso.

- pero si es verdad ¿Quién es el único pendejo que come solo? ¿Quién es el único que no ha tenido pareja? Soy el único que no tiene nada interesante que decir.

- yo creo que sí, por lo menos mejor que yo, además yo estoy soltero.

- pero no virgen, en cambio yo sí, virgen hasta los dieciocho, aunque no quiera.

- seguramente encontraras esa persona especial.

- quizás, pero ese no es el problema, el problema no es que no tenga esas historias, sino que todos la tiene, soy un círculo en un mundo de cuadrados, soy un numero de un digito con números de dos dígitos.

- Javier, sabes que no es verdad, eres mejor que yo – él sonrió.

- que sea más fuerte y más guapo que tú, quizás me hace mejor que yo, pero si no tengo amigos para presumir mi fuerza ¿Para qué me sirve? ¿Para qué quiero, si nadie estará ahí para celebrarlo? Estoy solo.

- me tienes a mí, y solo a mí.

El cambio de tema, como siempre y caminamos por los pasillos de la escuela en busca de nuestros casilleros, cuando de repente escuché un grito de sufrimiento y desesperación y me detuve por unos segundos, quería saber quién grito, quería saber quién lo grito y si estaba bien, pero lo ignoré, pasé de él. Además, Javier no se detuvo ni se asustó, simplemente no lo escuchó, simplemente me lo imagine.

- ¿Estás bien? – yo reanudé mi caminata.

- sí, todo va bien.

- quieres saber algo curioso, hoy vi un libro LGTB totalmente original y para nada cliché.

- adivino, hombre y hombre, un negro y otro rubio blanco.

- no, eran mujeres, lo demás si está correcto, adivino que va a decir que hay que aceptar a los homosexuales y ese tipo de amor, es normal y obviamente es original y no es como que todos estén hablando de eso.

- quien sabe, hay gente que le gusta.

- lo sé, no critico a los lectores, ni a la escritora, sino a la idea que está tan quemada, ahora todo tiene que tener homosexuales para ser incluido, porque si no eres inclusivo, eres misógino y un violador de niños.

- moda, seguramente.

- lo son, son pura moda, antes era la moda creer en Dios, ser cristiano y toda esa mierda, ahora la moda es creer que cambiar la última vocal cambia algo – él soltó una pequeña risa.

- yo no sé, no me meto en eso, es toxico y cualquier opinión que des, alguien te odiará, ya sea mala o buena.

- y tengo una duda, si tú eres un trans hombre, ósea un hombre que es mujer.

- creo que sería mujer trans.

- no me importa, todos dicen lo que quieren y si eres gay, todo bien, si no lo eres, estás muerto, pero como decía, un hombre trans, que le gusta los hombres es ¿Homosexual? O ¿Heterosexual? – me quedé callado pensando la pregunta – porque según yo sería hetero, porque ahora es mujer.

- pero podría ser homosexual.

- entonces sería hombre, pero eso significaría que sería un hombre y él ya no es un él, es una ella, así que no puede.

- ni puta idea, así de simple.

- las mejores discusiones filosóficas siempre aparecen cuando pasa cuando caminamos hacía nuestros casilleros.

- tienes toda la razón – ambos nos reímos.

- una última cosa ¿Por qué la gente se cree hombre o mujer? ¿Cómo es sentirse un hombre? ¿Me entiendo? – yo lo miré confundido – lo que me refiero es que esas personas se creen hombre, dicen que tienen personalidad de hombre, o eso pienso, pero ¿Cómo piensa un hombre? ¿Fuerte? ¿Valiente? ¿A si se siente las mujeres trans? Porque si son por la ropa, es estúpido, la ropa no tiene sexo, me puedo poner una minifalda y ya, pero eso no significa que soy trans, simplemente me gusta esa ropa.

- vaya, eres bueno hablando, criticando.

- solo uso mi cerebro y me informo, y escucho, aunque luego me den ganas de vomitar, porque, todos piensan diferente, conozco mujeres más valientes que hombres, conozco hombre que saben mejor coser, mejor lavar ropa que mujeres, que define una mujer, para mí, solo lo que está abajo, lo demás me da igual.

- entonces ¿Estás en contra de los trans? – sentí como todos nos miraban, creo que no saldré vivo de la escuela.

- solo con la idea que plantearon, no lo aclaran y no tiene sentido, porque si llamamos trans a las personas que cambiaron lo de abajo, su órgano intimo porque le era más bonito el otro, yo que se entonces me parece correcto llamarlo así – él se detuvo por unos segundos, seguramente para pensar mejor su idea – pero si es un pensamiento, es idiota, si te sientes como un hombre, no tiene sentido, todos son diferentes, distintos y ellos pelean contra la idea de un hombre fuerte, con ese mito que los hombres no lloran, pero las mujeres que se sienten así, se vuelven hombres, se siente como hombres.

- curioso, aunque puede que estemos equivocados.

- quien sabe, no conozco a alguien trans y eso es lo que veo, es lo que pienso yo, no es como que hay una idea central de eso, es muy ambiguo y creo que eso es lo malo del LGTB, deja todo muy ambiguo y si te lo interpretas diferentes, eres un enemigo para ellos y no explican lo que dice y se contra dicen.

- creo que aprenderán de sus errores, poco a poco mejorarán – llegamos a nuestros casilleros.

- espero que así sea, porque si no, una escopeta suena la mejor idea – yo me reí, obviamente era sarcasmo.

Yo abrí mi casillero y un montón de fotos de mí y me hermano salieron, pero note que mi hermano había sido tachado con un marcador verde, eran veinte o treinta fotos, pero nadie lo noto, nadie volteó a mirar, todos parecía paralizados con sus cosas, así que no le tome importancia.

- ¿Qué clase tenemos? – miré a Javier.

- química, inglés y matemáticas.

- se nota que va a ser un día muy divertido – saqué los cuadernos de esas clases.

- puede ser peor.

- no creo.

Caminamos hacía el salón y noté varias cosas extrañas, primero fue a una chica llorando en un rincón con una persona en brazos, luego vi que en un salón las luces parpadeaban y cada vez que se apagaban, se veía alguien, solo pude ver la puerta por tres segundos y las luces parpadeaban rápidamente, así que no reconocí quien era y también vi a chicos con globos que decían, ojalá te recuperes pronto. Luego de un tiempo llegamos a nuestro salón, intenté abrir la puerta, pero no podía estaba bloqueada y no podía abrirla.

- déjame intentarlo – él movió la manilla y abrió fácilmente la puerta – debilucho.

Ambos entramos al salón, la profesora aún no había entrado, lo que significa que llegamos primero y como siempre, Javier se sentó atrás de todo y yo adelanté y esperamos a la profesora por unos minutos, hasta que entró, se perdonó por la demora, y empezó a dar su clase. Yo me aburrí de eso, no lo veía relevante en mi futuro, pero igual copiaba, la información nunca sobra, aunque prefiero aprender algo que si me sirva más en mi futuro. En un momento yo miré para atrás, para ver a Javier y vi cómo se estaba metiéndose su lápiz a la boca mientras miraba hacía la ventana, la luz le daba en la cara y formaba una sombra. De repente, la sombra de Javier sonrió, y abrió los ojos. Mi corazón se aceleró rápidamente y me giré hacía delante, esperando lo mejor, luego de unos segundos, me volví a voltear y no vi nada raro, toda era mi imaginación.

- Manuel ¿Quieres escribirme que es una Mol? – me giré y la miré.

- claro profesora – me levanté y agarré un marcador.

- y no pasa nada si no sabes, es normal no saber, el colegio está para estudiar.

- tranquila, yo sé lo que hago.

Puse el marcador en el tablero e iba a empezar a escribir, pero un hueco se formó en la pared y una mano me agarró y me metió con fuerza al tablero, atravesé la pared y dio un giro hacia adelante y caí encima de algo, sin causarme mucho daño. Me levanté a mi alrededor y vi que en el piso había varios cuerpos de jóvenes con ropa de nuestro colegio muertos, aunque no reconozco quienes son. Los cadáveres aún estaban frescos, porque me manché con sangre de un cadáver y se veían aún muy vivos. Un cadáver levantó la mano y pidió mi ayuda, técnicamente no era un cadáver, porque aún está vivo; yo corrí rápidamente y le agarré la mano y poco a poco lo sacaba de las pilas de cadáveres hasta que pude sacar su cabeza, pero unas manos le agarraron la cabeza y lo volvieron a meter debajo de la pila de cadáveres, yo lo solté y me alejé.

- esto no es real, esto no es real – me decía eso, quería creer eso.

- la negación no te ayudara avanzar – esa voz me parecía familiar, pero diferente, más grave y más fuerte, me causaba más miedo que la voz de la sombra – eso me dijeron, me encarcelaron, me dejan sin comida, pero si tú vives, yo vivo.

- ¿Me mataras? – yo me levanté e intenté encontrar una salida, pero no había nada, todo eran paredes.

- no, si tú mueres, yo muero, pero si te torturaré sin matarte, todas esas personas que pisas, son escoria, se creían más que yo, me pisaban, estaban arriba de mí, ahora ¿Adivina quién está arriba suyo? – esa cosa se río.

- esto no es real.

- ¿Seguro? Quizás tienes poderes y ver el futuro, quizás solo ves cosas que van a pasar, pero si dices eso terminaras en el manicomio.

- ¿Qué quieres? – un mazo rompió un poco la pared delante de mí.

- quiero verte sufrir, quiero romper tus huesos, ver como sufres, quiero verte pedir que mueras – cada vez se veía como la pared se rompía poco a poco.

- no eres real.

- si lo soy, soy más real que tú.

- ¡Cállate! – abrí los ojos y vi una puerta abierta.

- ¿Te estás divirtiendo? Porque yo sí – corrí rápidamente hacía la puerta – no te vayas, aún no he acabado – un cadáver me agarró del pie y me hizo caer – aún no he acabado contigo.

- pero yo contigo sí, maldito – me pude liberar de la mano del cadáver y salí de la habitación.

- ¡Nos veremos después! – salí corriendo y me choqué con Javier.

- ¿Estás bien Manuel? – yo le sonreí.

- sí, no es nada – miré para atrás.

- ¿Seguro? Porque tienes cara de que acabas de ver un monstruo.

- no es nada, solo no te preocupes.

- está bien – él me miró con preocupación – pero si te pasa algo, me avisas.

- claro que sí, confió en ti.

- bueno, es hora de irnos ¿Quieres ir a mi casa? – se escuchó una campana sonar y todos empezaron a salir de sus clases.

- claro, me gustaría.

- vamos – él camino y yo lo seguí, tenía mis dudas, no sabía que estaba pasando, pero decidí ignorarlo.

- esto no es normal ¿Cierto? Algo no cuadra – dijo una voz detrás de mí – no lo niegues, no lo ignores.

- parece que va a llover ¿Trajiste paraguas? – yo saqué mi paraguas.

- claro, mi mama me dijo que iba a llover – se escuchó un grito detrás de mí.

- ese es el poder de tu madre, siempre sabe cuándo va a llover – él se detuvo – me olvide de algo, nos vemos después – él corrió hacia atrás y se fue.

- adiós, supongo – salí de la escuela y vi a varias personas cerca de un choque, yo corrí rápidamente hacía el choque, pero la gente no me dejaba pasar.

- Dios que horror – intentaba pasar entre todos ellos, pero no podía.

- espero que estén bien – empezó a llover.

- por favor, muévase.

- espero que todos estén a salvo.

- dejen de estorbar – escuché un rayo caer a los lejos y todo desapareció poco a poco - ¿Qué demonios? – vi arriba y vi que el cielo se estaba quebrando un poco más.

- hay que viajar al pasado, para poder salir de aquí, solo recuerda – dijo la misma voz de la otra vez – empecemos desde el principio.

Empezó a llover y yo abrí mi paraguas, pero había algo extraño, las gotas que caían eran de color negras, yo saqué mi brazo del paraguas y sentí como caían las gotas, eran muy viscosas y olían a azufre. Yo empecé a caminar para alejarme del colegio, pero de repente aparecí delante del colegio, como si hubiera dado la vuelta; no le tomé importancia y solo me di la vuelta y volví a caminar. Pero, como la otra vez, quedé adelante del colegio, eso me pareció extraño, me giré y está vez corrí, pero volví a estar enfrenté del colegio. Esta vez no me pude devolver, las gotas negras habían formado un charco viscoso, que me llegaban a los tobillos y me dificultaban moverme, solo tenía una opción, la escuela.

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