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Finalmente Red volteó su pintura para que Chuck la pudiera ver. El cual se quedó un largo rato observándola, Red sabía que podía pintar bien, pero no para tanto.

-Wow Red...-Dijo Chuck en voz baja-¡Tu pintura está genial!-

-¿En serio?-Preguntó Red. Él sabía que Chuck obviamente lo decía en serio, pero le gustaba escuchar que su pintura le gustaba.

-¡Por supuesto! Incluso es mejor que la mía...-Respondió Chuck, primero con un tono muy emocionado pero luego en un tono de decepción mientras volteaba a mirar su dibujo con una cara de perrito regañado. 

 -No digas eso...tu pintura es igual de buena-Dijo Red tratando de animarlo.

-¡Gracias! Pero ahora dime ¿Por qué escogiste la playa?-Preguntó Chuck.

-Bueno...creo que es bastante obvio-Respondió el ave roja-Viví casi toda mi vida ahí, me parecía un lugar muy tranquilo, muy lindo y no me molestaban las otras aves, pero a pesar de eso...no me gustaba estar solo-Concluyó de decir Red.

Repentinamente Red sintió una emoción extraña, algo parecido a un nudo en la garganta o más bien sentía que su estómago daba vueltas. Por su cabeza pasaron recuerdos de cuando era un polluelo, los momentos en los que nadie en la escuela quería estar cerca de él, las veces en las que sentía que el mundo estaba en su contra y su única compañía era la soledad.

Red dio unos pasos hacia atrás, en serio se sentía mal en ese momento, se sentía mareado, confundido, como si el mundo girara a gran velocidad. Chuck notó esto inmediatamente así que se acercó a Red tomándolo de los hombros ya que el nombrado estaba temblando como si estuviera a punto de caerse.

-¡Red! ¡RED!-Exclamó Chuck preocupado, Red se veía bastante desconcertado.

-¿Ah? ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué pasó?-Dijo Red confundido, no tenía idea de lo que estaba pasando en ese momento.

-¡¿En serio, enserio estas bien?! Creo que estabas a punto de desmayarte-Respondió su compañero mientras sostenía a Red de las alas.-¡Y dime la verdad!-

-Lo que pasa es que...-Red habló mientras miraba al suelo, se sentía avergonzado de admitir que todo eso pasó solo por malos recuerdos que tuvo.-Recordé las veces cuando era polluelo y me sentía solo, creo que...no me gustó para nada volver a pensar en eso-

-No tienes por qué sentirte así Red-Dijo Chuck mientras tomaba las alas de Red con un poco más de fuerza-Ahora no estarás solo, ahora tienes amigos, como a mí y a Bomb que nos preocupamos por ti, nunca te dejaremos solo-

El sonrojo volvió, pero de una manera más leve a las mejillas de Red, Chuck lo estaba tomando de sus alas mientras le hablaba para hacerlo sentir mejor. Le gustaba sentir las alas de Chuck con las de él, si pudiera no las soltaría nunca...

¡¿Por qué Red estaba teniendo todos esos pensamientos sobre Chuck?!

¡¿Por qué se sentía así?! ¡Chuck era solamente su amigo Y NADA MÁS!

Red sacudió su cabeza para sacar todos esos pensamientos extraños que tenía.

-Bueno...como te decía es un sitio que me gusta mucho y no cambiaría por nada-Red respondió finalmente a la pregunta de Chuck-Ya me siento mejor...gracias Chuck-

Después de que Red terminara de hablar ambos pájaros se quedaron mirando al contrario durante un rato.

Red solo se perdió en los ojos de Chuck, esos ojos de color verde...en los que se podría sumergir y nunca salir. 

Inconscientemente se comenzaron a acercar uno al otro, ¿Que estaba a punto de pasar? ¿Por qué se estaban acercando tanto? pensó Red.

Todo ese momento fue interrumpido por un sonido completamente extraño, era el estómago de Red que gruñía, tenía sentido, desde la mañana no había comido nada.

-¿Tienes hambre?-Preguntó Chuck, confundido por el sonido que hizo Red-Bueno...sí...tal vez solo un poco-Contestó Red-Ni siquiera he desayunado hoy-

-¿Quieres que vayamos a comer algo?-Sugirió el ave amarilla-Conozco un lugar cerca de aquí...

Por un lado Red se estaba muriendo de hambre e ir a comer no sería mala idea, pero por el otro lado, en tan solo pocas horas de estar con Chuck, una ola de emociones casi lo consume por completo. Tal vez necesitaba un tiempo a solas para pensar mejor las cosas.

Red estaba a punto de inventarse cualquier excusa para decir que no, pero inmediatamente notó que las pupilas de Chuck se dilataron, como si estuviera esperando con ansias la respuesta de Red. ¿Si le decía que sí, que podría salir mal? Total, era una salida de amigos ¿No?

-¿Ah? ¡Claro claro!-Respondió Red-Suena genial...-

-¡Asombroso!-Exclamó Chuck-¡Vamos!, es por aquí-Dijo mientras comenzaba a guiar el camino.

-¡Espera!-Gritó Red-No podemos dejar nuestras pinturas aquí-

-Cierto...¡Oh! Tengo una idea...-

-¿Y cuál...

Red no pudo terminar de hacer su pregunta, porque en un par de segundos Chuck tomó ambos lienzos para luego salir corriendo del sitio y volver antes de que Red pudiera hablar.

-...Es?...¿Qué hiciste con las pinturas?-

-No te preocupes las dejé en mi casa, sanas y salvas-Contestó el canario.-Después podemos pasar para buscarlas cuando terminemos-

-Está bien...Mejor vayamos a ese sitio que dices de una vez, muero de hambre-

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Empezaron a caminar hacia el lugar que Chuck había mencionado, el camino fue un tanto silencioso, Red no sabía que decir para iniciar una conversación y el estar tan callados lo ponía nervioso. Por otra parte a Chuck no parecía afectarle, solo caminaba con una gran sonrisa en su rostro sin siquiera importarle si había un incómodo silencio o no.

Al cabo de unos pocos minutos llegaron al sitio, era un restaurante al aire libre, mesas de madera y ciertamente tenía una cantidad un poco elevada de aves dentro, al parecer el sitio era popular. También tenía un gran cartel en la entrada y se podía leer "Eggcellent Restaurant" en unas letras bastante coloridas y llamativas.

¿Por qué hacer un juego de palabras con la palabra "huevo"? ¿Acaso los servían para comer? No tiene sentido...Red pensó que el nombre del local era un tanto tonto.

-Bueno...¡Aquí es!-Dijo Chuck mientras enseñaba el lugar con sus alas como si fuera un presentador anunciado un premio recién ganado en un concurso. 

-Es...lindo...supongo-Respondió el ave roja mientras aún observa el cartel de la entrada-Mejor entremos antes de que se acaben los mejores lugares-Chuck tomó a Red de su ala y lo llevó adentro del restaurante.

Se sentaron imprevistamente en una mesa que quedaba en el centro del lugar, a la vista de todos ¿Por qué le pasaban todas esas cosas a Red? ¿No se podían sentar en una mesa que quedara en una simple, oscura y solitaria esquina?...Bueno...Casi todas estaban ocupadas, no tenía otra opción.

En la mesa ya estaban colocados un par de menús para poder escoger lo que quisieran comer. Vaya este lugar es elegante-Pensó Red. Ambos comenzaron a leerlos mientras pensaban que ordenar. Y por "ambos" significa "solamente Chuck", Red ni siquiera estaba leyendo las opciones del menú, en su cabeza solamente estaba recordando lo que había pasado hoy.

¿Por qué llegó a pensar que Chuck era lindo? Red nunca había pensado así de ninguna otra ave ni siquiera de algún ave hembra. ¿Es normal que pasara eso? No lo sabía, tal vez preguntarle a alguien experto en este tema sería lo mejor, ¿Pero a quién?

¿Por qué no...Matilda? Ella no solo daba clases para controlar la ira, también era buena dando consejos con respecto al amor, y por otro lado, ella y Terence eran pareja...o algo así desde hace un tiempo. Para el próximo encuentro con ella, Red se dispondría a preguntarle con respecto a todo esto, tenía la esperanza de que Matilda no lo juzgara por sus pensamientos.

-¿Que desean ordenar?- Una voz habló haciendo que Red parpadeara un par de veces para volver a la realidad. Era un ave con una libreta y un bolígrafo en su mano, era el mesero, obviamente.

-Yo pediré la ensalada de frutas con semillas-Dijo Chuck al mesero-¿Que pedirás tú Red?

-Eh...Yo...-Red no había visto nada del menú y hacerlo ahora no era la mejor opción, rápidamente leyó lo primero que vio y eso ordenó.-Pediré la...¿Sopa de gusanos...?-

¿En serio servían eso? 

El mesero anotó los pedidos y simplemente se retiró de la mesa.-No sabía que te gustaba la sopa de gusanos-Dijo Chuck mientras hacia una gesto de desagrado-Ni yo tampoco...Respondió Red en voz baja. Ahora solo quedaba esperar que el mesero trajera sus respectivos platillos.

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