Casi había anochecido cuando SeHun llegó a la casa de JunMyeon con una remesa de tableros nuevos. JunMyeon oyó el motor, había tenido una tarde agradable con sus hermanos olvidándose de la tristeza, pero al llegar a casa el dolor había vuelto a embargarlo. Así que, tomando la chaqueta salió de la casa a encontrarse con SeHun, tal vez así distraería a su mente.

—Esperaba que vinieras antes. —dijo JunMyeon mientras SeHun salía del vehículo.

—Lo siento. Me he entretenido. Esta mañana, he tenido un montón de problemas con todas las obras. —explico SeHun.

—¿Algo grave? —cuestiono JunMyeon sin mucha emoción.

SeHun negó con la cabeza.

—No. Pero quitan mucho tiempo. Por eso he venido a dejar los tablones ahora, con idea de ponerme a trabajar mañana temprano, una o dos horas, antes de ir a la casa que estoy haciendo Nawon. —conto SeHun—. A lo mejor quieres venir conmigo; es una de las dos en las que quiero que trabajes.

—Claro, porque no. —JunMyeon lo observó con curiosidad. SeHun no lo miraba mientras hablaba—. SeHun ¿ocurre algo? Pareces distraído.

—Me pongo así a veces, supongo. —dijo SeHun mientras comenzaba a sacar los tablones de la parte trasera de la camioneta y los iba colocando en una pila ordenada.

Sin que SeHun se lo pidiera, JunMyeon se acercó a ayudarlo, pero cuando alargó la mano hacia uno de los tablones, se ganó el ceño fruncido de SeHun.

—¿Qué crees que estás haciendo? —reprocho SeHun.

—Ayudar. —respondió con obviedad.

—No tienes que ayudarme. —regaño SeHun.

—Pero puedo hacerlo, ¿por qué no debería? —preguntó JunMyeon, sosteniéndole la mirada. Había algo ilegible y peligroso en los ojos de SeHun, una mirada que no supo interpretar muy bien.

—Me pagan por hacerlo. —dijo SeHun, tratando de apartarlo.

—E imagino que te pagan por horas, así que, si te ayudo, le saldrá más barato a Xiumin. —dijo JunMyeon, tomando otro tablón.

—¡JunMyeon! —advirtió SeHun.

JunMyeon contuvo la sonrisa al percibir el tono frustrado de SeHun.

—¿Sí, SeHun? —pregunto JunMyeon con inocencia.

Y SeHun suspiró.

—¿Qué debo a hacer contigo? —susurro frustrado SeHun.

—Dejar que te ayude tal vez. —sugirió JunMyeon con suavidad.

—Creo que ésa no es la respuesta. —dijo SeHun, avanzando hacia JunMyeon.

—¿SeHun? —cuestiono JunMyeon esta vez asustado por el acercamiento.

—Sí, JunMyeon. —dijo SeHun mientras sus labios se curvaban en una sonrisa.

—¿Qué estás haciendo? —reprocho.

—Espera un minuto y lo verás conejito. —dijo SeHun en voz baja, segundos antes de que sus labios se posaran sobre los de JunMyeon.

JunMyeon debería haber protestado, debería haberse apartado, pero los besos de SeHun habían vivido en su memoria tanto tiempo y esos recuerdos habían renacido hace poco que ¿cómo podía desperdiciar la oportunidad de comprobar que no habían cambiado?

El sabor le resultaba tan familiar a JunMyeon como el café que bebía cada mañana. los labios de SeHun eran suaves y la lengua, maliciosamente movediza.

Una pequeña chispa prendió en el interior de JunMyeon en cuestión de segundos, igual que hace seis años.

"No debería ser así". Pensó JunMyeon se suponía que ya lo había superado, que no era un pedazo de arcilla en manos de SeHun y, sin embargo, deseaba poder amoldarse a su cuerpo, deseaba que las manos de SeHun ejercieran sus mágicos efectos sobre él y lo ayudara a olvidarse completamente de Taehyung, olvidarse de ese amor donde solo él había dado todo porque funcionase, pero SeHun parecía estar satisfecho con aquel beso. De hecho, parecía dedicado a perfeccionarlo.

La cabeza le daba vueltas a JunMyeon, sentía flojas las rodillas y el cuerpo en llamas cuando SeHun apartó, por fin, su boca, aunque con reticencia. «No, no, no», querría haber protestado JunMyeon, pero no fue capaz de reunir la fuerza para hablar.

Reprendiéndose por ser la persona más idiota sobre la faz de la tierra, él no usaba a la gente para superar sus dolencias, JunMyeon retrocedió un paso y buscó el apoyo que le ofrecía la camioneta. Al menos, SeHun parecía un poco aturdido, pensó JunMyeon con satisfacción. Habría sido devastador ver salir ileso a SeHun de un beso que había conmocionado el mundo de JunMyeon en unos minutos.

—¿Por qué lo has hecho? —preguntó JunMyeon con voz temblorosa.

—Porque tenía que hacerlo. —contestó SeHun—. No podía aguantar ni un minuto más sin hacerlo.

—¿De verdad? —dijo JunMyeon y sus labios se curvaron en una sonrisa que provocó la carcajada de SeHun.

—No seas tan engreído, conejito. No es muy apropiado. —coqueteo SeHun.

—Pensé que me habías besado para hacerme callar porque te estaba molestando. —replicó JunMyeon, olvidándose de que a él no le gustaba usar a la gente, después de todo ya habían jugado con él varias veces ¿Por qué ahora JunMyeon no podría jugar con los demás? No había nada de malo en jugar el mismo juego que le aplicaron.

—¿Y si hubiera sido por eso te habría puesto de buen humor? —pregunto SeHun, ajeno a las verdaderas pretensiones de JunMyeon.

JunMyeon consideró la pregunta y, al final, negó con la cabeza, dispuesto a seguir con el juego que había tomado.

—No. De hecho, creo que continuaría molestándote. —le respondió a SeHun.

—¿Sin importarte las consecuencias conejito?

—Bastante poco la verdad. —coqueteo JunMyeon.

SeHun miró con curiosidad a JunMyeon por el cambio atrevido que estaba mostrando.

—Has cambiado. —dijo SeHun con cierta tristeza en sus ojos.

—Todos cambiamos. —respondió JunMyeon con insignificancia.

—Pero esto va más allá de un cambio de peinado o ir a la universidad. —puntualizo SeHun mirándolo a los ojos.

—¿Y que con eso? —cuestiono JunMyeon con actitud desafiante.

—Obviamente, estás jugando con fuego.

JunMyeon pensó en ello con cierto asombro. ¿De verdad lo estaba haciendo? Y se sentía extraño por hacerlo, pero también su resentimiento lo seguía motivando, así que opto por seguir y ver que pasaba, pero estaba seguro de que así no acabaría con el corazón roto nuevamente.

—Puede que si. —dijo JunMyeon lentamente y, acto seguido, lo observó con una expresión de pura inocencia—. ¿Algún problema SeHun?

SeHun se quedó mirándolo largo rato hasta que, finalmente, en su rostro se dibujó una sonrisa.

—¿Yo? Ninguno.

—De acuerdo, entonces terminemos de sacar estos tablones y después prepararé la cena. —JunMyeon le sostuvo la mirada—. Si no estás ocupado.

Entonces fue SeHun quien vaciló.

—Estás hablando sólo de la cena, ¿verdad? —pregunto SeHun mirándolo de reojo de manera sugerente.

JunMyeon habría querido olvidarse de sus precauciones y decir que no, que aquello pretendía ser un ejercicio de seducción, que este era su juego y debía salir ganador, pero el poco sentido común que le quedaba se interpuso. Después de todo, SeHun casi lo había destrozado ya una vez.

—Sólo de la cena. —confirmó JunMyeon.

SeHun asintió.

—Me alegra oírlo. —mintió SeHun.

Y al ver cómo SeHun trataba de ocultar su decepción, JunMyeon no pudo evitar añadir:

—Ya hablaremos después del postre.

Eso debería mantener las hormonas de SeHun hechas un tenso nudo durante toda la cena, pensó JunMyeon con satisfacción. Tal vez tuviera una vena traviesa y vengativa, después de todo.

En cualquier caso, nadie merecía verlo en acción más que SeHun por ahora, el hombre que lo había dejado preguntándose qué habría pasado con ellos seis años atrás. Tal vez se habíanre encontrado para que SeHun pudiera devolverle la autoestima y permitirle poder continuar con su vida, como si SeHun y Taehyung no hubieran existido.  

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TnT ¿sera que  fallecio el junmyeon bueno y nacio el suho rompecorazones? averigualo de aca mil años.... okno jaja 7n7 ¿quien mas no quiere que myonie cambie? tae y sehun fueron pendejos, bueno uno más que el otro.