Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Epílogo [2]








Segunda parte del epílogo.















Samira ya había realizado su característico saludo, acompañado del ruidito que tenía enamorada a cierta loba.

No sería un vídeo de su pelirroja favorita sin ese ruidito.

-¿Quieres presentarte tú, amor?- inquirió Samira con dulzura, apartando la mirada de la cámara.

Pilló a Aisha mirándola de forma embobada.

La loba había accedido a participar en uno de sus vídeos, siendo una de las más grandes ilusiones de su chica.

Y no sólo de su chica, sino también de aquellas personas que veían sus vídeos, obsesionados con aquel romance que cuatro años atrás puso al mundo digital patas arriba.

-Soy Aisha y pasaréis veinticuatro horas conmigo para mostraros la vida de mi chica- comentó la loba con una pequeña sonrisa.

Había ensayado esa frase miles de veces, justo como Kasen le había aconsejado.

Se natural.
Recomendó su beta.

Recuerda por quién haces esto.
Insistió su beta.

Samira le sonrió ampliamente, no esperándose una presentación tan natural.

Sabía perfectamente que a Aisha no le gustaba salir en sus vídeos, nunca antes lo había hecho, hasta que un día, de pronto, accede a dejarse grabar veinticuatro horas.

¿No sería eso un poco sospechoso?
No para la despistada pelirroja.

-Mi dulce alfa...- comentó con dulzura, acariciando su mano- Espero que disfrutéis tanto como yo, aún no me creo que haya aceptado.

De pronto la puerta se abrió bruscamente, revelando a una pequeña alfa con su manita entrelazada con la de un pequeño omega.

-¿Qué estáis haciendo?- inquirió Daniela, frunciendo levemente su ceño.

Samira soltó una pequeña risita cuando escuchó a su alfa resoplar debido a la indignación que estaba sintiendo en ese momento.

La pequeña alfa se había adentrado en la habitación de sus padres con la única intención de olfatear a su madre y asegurarse así de que estuviera perfectamente.

Aisha le había pedido que no lo hiciera porque estarían ocupadas, más la niña se estaba sintiendo como un animalito enjaulado al solo poder mantener bajo su vista a uno de sus omegas.

-Estamos grabando un vídeo, amor- comentó Samira con dulzura.

Daniela asintió, no entendiendo nada de lo su madre le había comentado. Le hizo un gesto a Samira, quien entendiendo lo que su hija quería, se inclinó hacia adelante para quedar más o menos a su altura.

Inclinó su cabeza hacia un lado y dejó que su hija la olfateara.

-Está todo bien, papi- comentó la niña hacia Aisha- Mami está muy feliz y se siente protegida.

Samira rió un poco más fuerte, bastante acostumbrada.

-Gracias por el reporte, alfa- comentó Aisha con una gran sonrisa- ¿Estoy haciendo un buen trabajo, entonces?

-Sí, papi- respondió la niña- Yo también estoy haciendo un buen trabajo, ¿verdad?

Daniela se giró para observar a Thiago, murmurando en su oído un ¿puedes dejar a mi papá hacer lo mismo?

Thiago se acercó a Aisha, dejándose olfatear por ésta. No era la primera vez que sucedía, ni tampoco sería la última.

Pero Daniela siempre le pedía permiso a Thiago, aún cuando ambos sabían que él se dejaría para cumplir el capricho de la alfa.

-Estás haciendo un buen trabajo, alfa- la halagó Aisha- Aunque hoy estás un poquito triste, ¿qué sucede, omega?- preguntó con suavidad.

Daniela entró en pánico, tirando del omega para apresarlo entre sus brazos. Éste se dejó olfatear otra vez, ésta vez por la pequeña alfa.

-Es cierto- se quejó Daniela, preocupada- ¡Y ahora qué hago, papá!

-Cálmate, alfa- comentó Aisha con suavidad- Ni siquiera le has dejado contestar, no te alteres.

Daniela realmente no sabía lo que sucedía con ella, lo que aquello que hacía implicaba.

No tenía ni idea de que Thiago era su omega y que aquellos instintos se debían a ese motivo.

Del mismo modo, Thiago no sabía sobre Daniela siendo su alfa, simplemente se dejaba guiar por lo que su cuerpo le pedía en cada momento.

-Alaia me quiere llevar al lago, pero yo no quiero porque Daniela no puede ir- comentó el omega, apenado- Mi hermana no me deja quedarme con ella, insiste en que me llevará al lago.

Ciertamente, Daniela se encontraba castigada por haber mordido a Noah cuando éste había entrelazado su mano con la de Thiago para guiarlo hacia la cocina.

La pequeña alfa emitió un pequeño gruñido, dando un pisotón al suelo debido a la molestia.

Aisha miró a Samira y viceversa.
La loba se encogió de hombros, haciéndole entender que se haría lo que Samira quisiera.

-Está bien- murmuró Samira, rindiéndose ante la ternura de aquel par- Daniela, sigues castigada, pero puedes ir al lago con Thiago.

Ambos comenzaron a chillar, abalanzándose sobre la pelirroja para abrazarla.

-¡Papi, cuida a mami!- demandó Daniela mientras salía de la habitación con su omega de la mano- ¡Yo cuidaré a Thiago, lo prometo!

Aisha miró a la cámara.

-Os presento a nuestra hija Daniela, una copia exacta de Samira pero con peor carácter- comentó la loba con burla- Y su alma gemela, aunque todavía son muy pequeños para darse cuenta.

Samira asintió, riendo, abrazándose fuertemente a la loba.

-Tu carácter, sin duda- se burló la pelirroja- Tu madre me da la razón.

-Yo tengo peor carácter, amor- gruñó Aisha, juguetona.

Definitivamente Samira tendría que cortar lo que sucedió a continuación.

Justo como le sucedía a Abel, Aisha tenía que aprovechar cualquier momento en el que la pequeña Daniela no estuviese rondando a su alrededor para poder mimar a su chica.

Aunque cada uno por causas distintas.

Los gemelos por apego.
Daniela por sobreprotección.

-Daniela, compórtate- refunfuñó Aisha con enfado, intentando por todos los medios que su hija se estuviera quieta en la silla.

Samira estaba por llegar y, según sus planes, iban a pasar una fantástica cena acompañada de su hija y de su hijo.

Thiago ya era como uno más de la familia, por supuesto.

-Daniela, para- se quejó el omega, haciendo un pequeño puchero.

La alfa rápidamente se quedó quieta en su asiento, comentándole a Thiago que ya se estaría quieta, entrelazando de paso sus manos.

-¿Y esto?- inquirió Samira, incrédula- ¿Qué me estoy perdiendo?

-Nada, amor- refunfuñó Aisha, golepando suavemente la mano de su hija, la cual estaba intentando alcanzar un trozo de pan- Hoy cenaremos solo los cuatro.

Samira se percató de que la cámara estaba en un ángulo que abarcaba todo el salón.

Está cumpliendo su promesa.
Pensó Samira, todavía incrédula.

-¡Ay, dios!- chilló Samira con horror- ¿Es nuestro aniversario y se me ha olvidado?

-No, amor- refunfuñó Aisha- Siéntate ya y comencemos o se nos va a enfriar la cena.

La cena pasó entre divertidas conversaciones, sobre todo aquella en la que Thiago le contaba todo entusiasmado cómo ellos habían hecho el pastel.

Aisha le indicó que se quedará un momento en el sofá e, incluso, le sirvió una copa de vino, mientras ella se aseguraba de que los niños se lavasen los dientes y se pusieran el pijama de forma correcta.

-Ya estoy...- refunfuñó Aisha- Que niña, por dios.

Samira dejó la copa de vino en la mesa, riendo.

-Eres una pequeña mentirosa, amor- comentó Samira con diversión, levantándose de su asiento para quedar a su altura. 

Bueno, eso jamás sucedería porque Aisha era más alta que ella.

-Ésta no es nuestra rutina- prosiguió- Estás grabando algo que no hacemos habitualmente.

Aisha resopló, apartándose de ella.

Retiró la mesa hacia un rincón de la estancia, dejando un buen espacio para ellas.

-Es que hoy es un día especial- entrelazó sus manos- ¿Bailamos?-

-Sí que es un día especial- comentó Samira, risueña- ¿Cómo es que estás tan cómoda sabiendo que te están grabando?

Aisha conectó la música que ya tenía previamente preparada, dejándole escuchar su canción lenta favorita.

-Intento ignorar ese hecho- comentó la loba comenzando un vaivén lento, intentando guiar los pasos de la pelirroja- Consejo de Kasen, por supuesto.

-No sé qué sería de tí sin Kasen- se burló Samira- Deberías aumentar su sueldo por todas las veces que ha salvado tu trasero.

-Me lo pensaré, ahora cállate y disfruta, mujer- refunfuñó la loba, algo indignada.

Samira cedió, recargando su cabeza sobre el hombro de la chica, cerrando sus ojos y dejándose guiar por ella.

-Hace cuatro años cuando te conté lo que sentí la primera vez que te ví, todos no lo tomamos con gracia- comenzó a decir Aisha- Pero cuando todo eso sucedió, me sentí por primera vez en mi vida asustada.

Ay, madre.
Pensó Samira.

-Nunca me había gustado nadie, quiero decir, para algo más que...ya sabes- Samira asintió- Tienes razón con eso de que debería subirle el sueldo a Kasen, quizás sin su ayuda no habría conseguido a una hermosa esposa y una hermosa, pero terriblemente inquieta, hija.

¿Desde cuándo somos esposas?
Pensó Samira, incrédula.

-Para mí ya lo eres, mi amor...- respondió Aisha como si pudiera leer su mente- Desde el mismo día que te marqué, pero cómo no, Kasen me advirtió de vuestras costumbres.

¡Ay, mi dios!
Pensó Samira.

Aisha se separó de ella.
Samira observó como ésta sacaba una pequeña cajita de terciopelo de su bolsillo.

Se sintió desfallecer cuando Aisha se arrodilló frente a ella, abriendo la pequeña caja, revelando un anillo de compromiso.

-Amor...- comenzó a decir Aisha- Antes de que nuestra inquieta hija venga a cerciorarse de que cumplo mi trabajo manteniéndote feliz y protegida...- Samira comenzó a llorar- ¿Quieres casarte conmigo, mi dulce y sexy pelirroja?

Samira se abalanzó sobre ella, gritándole un por supuesto que sí, al mismo tiempo que unía sus labios.

Aisha estaba poniéndole el anillo de compromiso cuando escuchó el fuerte portazo que su hija pegó.

-¡Papá, mi mamá está llorando!- chilló Daniela con histeria- ¡No te preocupes, mami, ya voy!

Por supuesto, Daniela apareció con su omega de la mano.

Esa pequeña alfa era incapaz de fallarle a su instinto y, sobre todo, fallarle a su amor verdadero.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro