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Cap. #48 "Superando Barreras"

Pasaron dos semanas desde que mi padre falleció. Habían sido tiempos difíciles.
No me sentía capaz de hacer muchas cosas, ni siquiera de estudiar o reflexionar. Me sentía incapaz de patrullar, me distraía.

Mi rutina ya no era la misma. Sólo estaba encerrada en mi apartamento cuidando a mí mascota Lynx. Donatello siempre me visitaba durante las mañanas y se retiraba en la noche, desgraciadamente, yo no le prestaba la suficiente atención.
Me mortificaban mis pensamientos, me culpaba a mi misma por no proteger a mí familia y permitir lo que ocurría. Muchas cosas eran difíciles. Mi padre había muerto sin conocer a mí novio, sin concluir con su Empresa y sin la meta cumplida de ser una mejor familia. Todo era un desastre.

Eran las 4:00 p.m. en mi apartamento, Donatello estaba conmigo en la sala de estar junto con Lynx. Estábamos almorzando, sólo que, yo miraba las noticias, todas hablando sobre la desaparición de Connor Harrison.

Donnie: Sabes Rose, Lynx no parece ser una lince normal. No es salvaje. -Habló Donnie mientras tenía a la cachorra en sus brazos.

Rose: Lo sé. -Dije afirmando sin dejar de ver la televisión. Él me miró por un momento, soltó a Lynx y entonces apagó la televisión. Le miré confusa.

Donnie: No deberías estar viendo esto. -Me dijo, más no le ví.

Rose: Quiero saber si alguien encontró a mi padre.

Donnie: Si lo encontraran, se lo anunciarán a tu madre primero. -A eso sólo permanecí callada, él suspiró rendido y me miró serio. - Te gustaría... ¿Leer algo? Hay muchas enciclopedias que... -Le interrumpí.

Rose: ¿Las de la biblioteca? Ya las leí todas.

Donnie: Entonces... Falta poco para el patrullaje nocturno. Deberíamos comprarle algo a Linx, ¿no?

Rose: Recientemente lo hicimos, ¿Recuerdas?

Donnie: Ah, claro. -Dijo desanimado, pensó por un momento y entonces se levantó. -Creo que es hora de que me vaya. -No respondí, no le había escuchado claramente. Caminó un poco y entonces me miró. -Rose, ya es suficiente.-Dijo un poco irritado.

Rose: ¿A qué te refieres? -Le pregunté al verle.

Donnie: A todo esto. Ya no eres la misma. -Dijo preocupado.

Rose: He estado pendiente del caso de mi padre, es todo.

Donnie: Ha pasado una semana. He intentado ayudarte como sea posible, pero nada resulta. Te niegas a todo lo que te propongo.

Rose: Creo que estás exagerando.

Donnie: ¿Enserio? Ya no sales de tu apartamento, no nos visitas, no patrullas y ni siquiera estudias o lees. -A eso, suspiré.

Rose: Sólo... He tenido malos días. -Aclaré al volver a mirar la pared. Él suspiró rendido.

Donnie: Será mejor que me retire. -Asentí, suspiró de nuevo y se dirigió a mí habitación para salir por la ventana. Le seguí tomando asiento en mi cama para verificar que nadie le viera. -Tal vez deberías pensar en lo que tu padre hubiera querido. -A eso, sólo miré el suelo. -Te amo, Harrison. Piensa en eso. -Y sólo se fué dejándome con algo para reflexionar.

Me dirigí a la sala de estar con Lynx. Al alimentarla y acariciarle, sólo me dediqué a reflexionar. Donatello tenía razón.
Mi rutina ya no era la misma, supuse que la muerte de mi padre y de uno de mis mejores amigos me había afectado. A decir verdad, no sabía cómo actuar, que hacer, que no hacer. Me sentía atada por un no se qué.

Tenía que hacer algo para sentirme mejor y reflexionar de manera efectiva. Así que salí de mi apartamento para patrullar, caminar me aclararía la mente.

Quise llamar a Donatello para que su compañía se hiciera presente, pero supuse que estaría molesto, así que no lo hice.
La noche era lluviosa, una tormenta a decir verdad. Como siempre, coincidimos el clima y yo en momentos de tristeza.

Comenzaba a pensar que mi decisión no había sido muy buena, los anuncios y edificios me recordaban a mí padre, las pantallas me recordaban a él, también los animales. Salir había sido como un impulso a mí pesar.
Comencé a bajar la velocidad de mi caminata en el tejado de un edificio, me sentía débil. Permanecí de pie observando el paisaje de la ciudad nocturna bajo la lluvia y mi dolor comenzó a surgir una vez más.

Pude haberle salvado, pude haber hecho algo, ¿Por qué no estuve pendiente de su actividad? ¿Por qué tuvo que morir?
Que clase de Dios permite que una familia se destruya así, ¿Por qué de esa forma? Todo estaba listo, sólo faltaban horas para cumplir nuestro prometido. ¿POR QUE? ¡POR QUÉ!

Mi furia surgió de tal forma, que corrí hasta una pared cerca, la golpeé sin piedad, hasta que el concreto comenzó a ablandarse. Mis manos ardían y los músculos no soportaban tanta fuerza, pero no me importaba en absoluto, estaba furiosa. Corrí para golpear un poste de luz que estaba ahí en el tejado. Comencé a golpearlo y de una patada, lo partí en dos.
Después de destruir dos fragmentos pequeños de aquel tejado, me dejé caer en el suelo para permitir que la lluvia me llenara de su llanto. Permanecí así, entonces el llanto comenzó a surgir de mí.

Me culpé muchas veces a mí misma durante esos minutos. Me sentía derrotada.

En un momento, escuché y sentí que algo se acercó. No le tomé importancia, creía que era mi imaginación.

- Nunca creí que te vería así. -Dijo una voz seria. No eran las tortugas, pero me era familiar. No respondí. - Tenía la esperanza de que esa postura la lograría yo mismo. -Afirmó haciéndome entender de quien se trataba.

Rose: Se supone que estás preso... -Dije antes de escuchar que se acercaba a mí, me levanté fugazmente sacando la katana mirándole desafiante. -...Hun. -Sabía que era él. Era el único que buscaría problemas en esas horas de la noche. Me sonrió de lado, portaba una chaqueta de cuero y capucha que le protegía de la lluvia.

Hun: Te extrañé, preciosa. -Dijo descarado.

Rose: ¿Cómo es que siempre eres capaz de encontrarme? -Pregunté con el seño fruncido.

Hun: Soy un tigre, querida. Siempre encuentro a mi presa.

Rose: No tengo idea de cómo es que escapaste de la cárcel, pero sé que te haré regresar. -Él alzó las cejas.

Hun: No estás en condiciones de hacerlo. -Dijo burlón.

Rose: No tienes idea de nada. -Agregué seria.

Hun: Claro que sí, ahora eres una mujer ninja. Me agrada la nueva apariencia. -Me dijo mientras señalaba mi traje de Kunoichy. A eso, le miré con furia.

Rose: Me agrada que sea de tu gusto, por que en estas ropas, algún día correrá tu sangre. -Respondí fría.

Hun: Cariño, no...

Rose: ¡NI SIQUIERA SE TE OCURRA! Será mejor que largues. -No estaba de humor. Sabía que Hun sólo tomaría el tiempo para coquetear, eso más que nada, me molestaba, odiaba su método de hablame. Él al ver mi fúrica reacción, sólo alzó las cejas.

Hun: De acuerdo, ¿Quieres que me vaya? -Preguntó.

Rose: No vale la pena encerrarte de nuevo. No lo soportarías, eres débil. -Dije desafiante.

Hun: Débil... Lo dice la mujer que encontré como cadáver hace unos segundos. -Ahora él había respondido desafiante. Pero, debo decir, que tenía razón. Mejor decidí no comenzar una pelea, así que me despedí.

Rose: Sayonara, Hun. -Dije antes de comenzar a tomar camino de regreso, entonces, él saltó para aterrizar sobre mí. Rodeó mi cuello con su brazo haciéndome una llave en el suelo. Comencé a forcejear intentando salir.

Hun: Ah, no. Cuando salí de la cárcel me hiciste regresar a mí celda, ahora que saliste de la calle te haré regresar. -En eso, sentí cómo me golpeó en un nervio, comencé a desmayarme. Finalmente, quedé inconsciente.

--

Cuando desperté, me encontraba recostada en el suelo dentro de un local. Las luces estaban apagadas y sólo la luz de las ventanas rotas me permitían ver. No recordaba lo que sucedió, pero una vez haciéndolo segundos después, me levanté de inmediato a analizar el lugar. Era una fábrica, la guarida de los dragones púrpura. Estaba sola. Mi ropa y mi cabello estaban secos, así que ya tenía horas ahí. Comencé a preocuparme.

Caminé sigilosamente por el lugar, había un escritorio con muchos documentos. Planos de edificios, estacionamientos, fotos y cosas falsas. Comencé a darme cuenta de que los dragones púrpuras e estaban fortaleciendo, ya no eran los mismos muchachos torpes de siempre. Ahora ejecutaban planes y no estaban nada mal.

Miré más el lugar, pude notar las bolsas llenas de dinero, cuadros y joyas en una esquina. Supuse que habían robado mientras yo dormía, suspiré negándome a mí misma. Una vez más, pude haberlo evitado.

Hun: Despertaste. -Escuché metros detrás. Volteé a la defensiva e intenté sacar mi katana, pero me percaté de que no la tenía. -¿Creíste que te dejaría tener tus armas para cuando despertaras? -Preguntó con su absurda gracia. Fruncí el ceño.

Rose: Sabes que es inútil mantenerme aquí, no soy la vigilante de siempre. También hay tortugas por la ciudad.

Hun: Pero esas tortugas dejaron de patrullar hace un rato. No parecían preocupados.

Rose: ¿Ahora que es lo que quieres de mí?

Hun: Sólo quiero proponerte un trato. -Alcé las cejas mirándole aburrida.

Rose: Hun, es inútil. No voy a caer en tus charlatanerías.

Hun: Oh, no. Esta vez me escucharás. -Rodé los ojos, comencé a dar la espalda. -Claro, si quieres volver a ver a tu padre. -Me detuve en seco. No pude creerlo. ¿Acaso era posible? Comencé a voltear a verle muy lentamente. -Atraje tu atención, ¿No es así? -Me dijo descarado.

Rose: ¿Qué sabes de mi padre? -Dije aun fría.

Hun: Al parecer mis charlatanerías si te hicieron un efecto. -Lo dicho me enfureció, inmediatamente corrí hacia él acorralándolo en la pared con un codo en su cuello mirándole fijamente a los ojos.

Rose: Puede que me hayas privado de mis armas, pero créeme que no querrás saber lo que puedo hacer con una mano. ¿Cómo sabes de ese hombre y por qué te interesa?

Hun: Oh, preciosa, espera. -Decía sin aire. Presioné más su cuello con mi codo. -Supe... que se extravió... los apellidos, era obvio. -Dijo jadeando con una voz muy ronca y sin aire. Yo molesta seguí mirándole con desprecio.

Rose: ¿Crees que es divertido jugar con el nombre de alguien ausente? -Negó como pudo.

Hun: Si me matas, no sabrás nada de tu padre.

Rose: Este engaño no sirve, no eres lo suficientemente fuerte para ejecutar el plan que dices haber ideado.

Hun: Sueltame, por favor. - Le fulminé más antes de retirarme dos pasos. Se dejó caer al suelo y tomó aire con desesperación. -¿Qué es lo que te pasa? No estarías dispuesta a matarme.

Rose: No tienes idea de nada. Eres sólo un bastardo, aparentando lo que en realidad no es.

Hun: ¿Y que hay de ti? Tu también eres débil. Mas de lo que creo, debo apostar.

Rose: Lo dice el hombre que terminó moreteado en una noche de pelea contra una niña y esa niña era yo.

Hun: Te he tenido piedad, podría matarte si quisiera.

Rose: Quiero ver que lo intentes. -Dije desafiante antes de posicionarme para la pelea. Se levantó con la mirada fija en mí y entonces corrió para atacarme. Yo estaba preparada.

Así comenzó la pelea. Él intentaba lanzar puños y patadas hacia mí rostro dando un paso enfrente por cada ataque, pero cada uno la esquivé de maravilla. Yo daba un paso hacia atrás por cada ataque fallido que él intentaba, nuestros ojos transmitían más que furia y rencor, no podía percibir nada más que la fricción de él aire entre sus puños y mi cuello desviándose de los golpes. Por un momento, se cargó de fuerza y entonces lanzó un puño más fuerte, obviamente me percaté a tiempo corto y lo detuve con mi mano derecha, estaba harta, quería terminar con la pelea. Le miré fijamente provocando su confusión.

Rose: Mi turno. -Dije seria antes de dirigir mi codo de la mano derecha que sostenía su brazo a su rostro para después abrir el mismo brazo completo y golpearlo una vez más. Regresé mi brazo a su lugar fugazmente y al cargar mi fuerza en una mano, le dí un puñetazo en la cara, alcé mi pierna y le pateé el abdomen haciéndole caer y tomando provecho de su vulnerabilidad salté para aterrizar en su pecho y así levantar su pesado cuerpo para golpearle una y otra vez con los puños en su pecho y poder volver a derribarlo. Él se giró liberándose de mi ataque dispuesto a terminar conmigo. Por desgracia para él, me oculté entre la oscuridad desviando su atención. Miró confuso a todas partes de la fábrica buscando a la atacante, entonces, le ataqué por detrás con las piernas en un salto provocando que su postura se curveara y volví a ocultarme en las sombras para repetir el movimiento una y otra vez en su cabeza, espalda y pecho hasta que decidí caer sobre él para debilitarlo de nuevo y lo hice.
Rápidamente, se volvió a levantar y pude sentir de su parte una presión en el torso que me elevó y seguido de eso me lanzó hacía un montón de cajas de fábrica aterrizando en cartón que se destrozaba al contacto impactante con mi cuerpo, podía sentir como se desdoblaban las cajas debajo de mi espalda y brazos, no había sido muy agradable. Fruncí mucho más el ceño y con furia salí de ahí tomando una caja para saltar y aterrizar sobre sus hombros y así ponerle la caja en la cabeza. Permanecí con mis piernas en sus hombros como si fuera una silla, tomando provecho de su vista obstruida, me impulsé hacia atrás derivandolo dolorosamente conmigo al suelo para proseguir con una llave de pierna en su cuello. En un momento, le solté para huir de ahí y buscar un arma. Él parecía estar adolorido, pero eso no le impidió tomar de mi pierna evitando mi escape y luego tirarme al suelo de cara. Se levantó furioso, yo rodé evitandole para levantarme y mirarle frente a frente conectando nuestras furicas miradas. Me acerqué rápido, le tomé del hombro izquierdo y con la rodilla de la pierna derecha le pateé en la espinilla para después golpearlo en la cara y dejarlo caer de nuevo. Una vez viéndolo en el suelo, permanecí con el ceño fruncido y asentí para mí para después comenzar a caminar para retirarme.

De pronto, mientras caminaba, algo en mí comenzaba a estar mal. Mi corazón comenzó a sentirse pesado y los latidos eran más fuertes y fatigadores. Estaba cansándome.
No lo recordaba, pero mi fuerza en el tejado bajo la lluvia antes de que Hun se presentara, había sido más de la que podía dar. Mis ataques aplicados a la pared gracias a mí furia, había sido desbordante. El síndrome de fatigamiento estaba activandose después de meses que por fin lo había controlado, no podía creerlo, no quería hacerlo, tenía que salir de ahí.

Para mi mala suerte, Hun no dudó en atacarme al verme sin contra-atacar. Corrió hacia mí con un puño preparado y yo volteé a tiempo para detener su movimiento. Mi mano había detenido la suya, pero no podía aplicar la misma fuerza, mi corazón latía en mis oídos y sólo podía escuchar mi respiración mientras miraba el rostro enfurecido de Hun. Pudo notar mi debilidad, mi precisión ya no era la misma, por lo que los nervios en mí comenzaron a surgir.
Hun sonrió de lado y seguido de eso pasó algo terrible, sentí una fuerte presión en el abdomen. Me había golpeado con su rodilla. El aire había desaparecido de mi sistema y mi expresión se había borrado transformándose en una totalmente nublada. Toda mi atención había desaparecido. Hun me tomó del cuello del traje y me acercó burlándose de mi falta de oxígeno.

Hun: Mi turno. -Dijo mientras me miraba descarado.

Extrañamente, mi mirada no podía enfocarlo a pesar de tenerlo de frente. Soltó mis hombros y fugazmente me lastimó y movió mis mejillas golpeando una vez en la cara con cada puño. Con su pierna, me impactó en el hombro haciéndome chocar con la pared lastimando mis hombros y caderas. Al entrar en contacto con la pared, me sostuve un poco e intenté enfocar mi mirada, cuando pude, noté que estaba acercándose una vez más para atacar, tomé el razonamiento suficiente y me agaché esquivando su puño, seguido de eso giré en el suelo para levantarme con esfuerzo a unos metros detrás de él. Me sentía fatigada y sin fuerza, pero tenía que intentar vencerle aún así. Me coloqué en posición a la defensiva. Él me miró desafiante. Fruncí más el ceño, corrió hacia mí. Le intenté lanzar un puño, pero lo esquivó, me tomó del brazo presionándolo y me cambió de pocision bruscamente para golpearme en una costilla con la rodilla y luego manualmente derribarme al suelo colocándose sobre mí. Puse mis manos en defensa, nuestras manos chocaron y forcejeamos por unos segundos, no pude contener la fuerza que él tenía, ya no podía soportarla. Todo pasaba sumamente rápido y me era muy difícil mantenerme al margen. Tuve que tomar otra medida, así que con la muñeca le golpeé el mentón y así me liberé para ponerme de pie. Él claramente lo notó y con una de sus piernas me atacó con un golpe en mi pierna y al levantarse me cargó una vez más retirándome del suelo para derribarme una vez más e intentar patearme, de nuevo me levanté con esfuerzo esquivando, pero antes de lograr mi cometido, me golpeó en el pecho para después atacar con su puño en una rodilla mía doblándola un poco hacia atrás, y finalmente me pateó en el abdomen una vez más sacándome el aire cruelmente. El golpe fué tal, que me hizo flotar hasta la pared chocando con fuerza. Sentí como mi espalda crujió al entrar en contacto con los ladrillos, una parálisis temporal de dolor en mente y cuerpo. No pude hacer más, así que me caí en el suelo, tenía que tomar aire, me estaba asfixiando. Mis ojos estaban tan abiertos que no podía parpadear, mis pulmones se sentían estrujados, no podía moverme, nada de lo que inhalaba era suficiente, fué terrible.
Tenía que admitirlo, Hun se había hecho más fuerte durante el encarcelamiento.

Hun: Ahora sí me vas a escuchar. -Dijo a metros de mí acercándose, le odiaba. No pude responder. -Es verdad, no sé nada de tu padre. Pero, parecía ser un buen hombre.

Rose: No... Te atrevas a... Mencionarlo. -Decía yo con un gran esfuerzo. El aire que entraba en mi apenas me dejaba sacar pocas sílabas.

Hun: El trato que te quiero proponer trata de lo siguiente; vas a unirte a los dragones púrpura.

Rose: Eres... un bastardo. Por supuesto... que no. -Dije pasando saliva por cada palabra que pude expresar.

Hun: Esas tortugas no valen la pena. Ya no eres una vigilante y puedo ayudarte a cuidarte sola.

Rose: ¿Con qué... propósito?

Hun: Amor, querida. -Suspiré pesadamente, era absurdo.

Rose: Amor, como... como si supieras... de lo que implica.

Hun: Te mencioné una vez que me gustas y no mentí.

Rose: ¿A esto... Le llamas.... Amor? -Pregunté haciendo que me mirara.

Hun: La disciplina es un método importante, princesa.

Rose: Y la demencia un factor que te define.

Hun: Lo sé, déjame mostrarte que tan demente me he vuelto estos días. -Se impulsó para correr hacia mí rostro y noquearme de un segundo a otro con una última patada.
--

Por otro lado, las Tortugas se encontraban haciendo sus actividades individuales. Cada quien tenía una historia diferente que contar, pero específicamente, Donatello se encontraba dentro del Dojo con su padre.

Donnie: ... Y ya no tengo idea de qué hacer. Sensei. Intento animarla con juegos, actividades y con lo que le gusta. Pero, nada funciona. Siento que no soy suficiente, ni siquiera me ha mirado a los ojos estos días... Como su novio, ya no sé que hacer.

Splinter: Donatello, sabes que Rose está pasando por tiempos difíciles.

Donnie: Hi, Sensei. También sé que yo puedo ayudarla, ¿Recuerda el tiempo cuando ella no quería salir de las alcantarillas?

Splinter: Pero, también sabes que en ocasiones, demasiado aceite puede dañar un motor. -Donnie bajó su rostro. -Comprendo que quieras lo mejor para ella, muchas veces funcionó tu método al buscarla, pero en esta ocasión, todo es diferente.

Donnie: ¿Qué sugiere que haga, Sensei? No puedo quedarme de brazos cruzados.

Splinter: Por ahora, estar presente sin estarlo físicamente. Asegúrate de que esté bien a través de mensajes y dale su espacio. Cuando ella se sienta lista de volver a su vida, nos buscará.

Donnie: No lo sé, ella es muy testaruda y no tiene idea de manejar sus emociones. Tardará más de lo que quisiera.

Splinter: Aprenderá a manejarse. Ya verás que lo hará cuando menos te lo esperes.

Donnie: ¿Lo crees?

Splinter: Estoy seguro. Ella te ama. Pero más que nada, te necesita. -Donnie sonrió. De pronto, Miwa entró sin permiso.

Miwa: Donatello, tu monitor está detectando algo.

Donnie: Siempre está detectando algo, es normal.

Miwa: Está emitiendo sonidos. Es irritante.

Donnie: Que extraño. Enseguida voy, ahora vuelvo, Sensei.

Splinter: Iré con ustedes.

Donnie y el Sensei se dirigieron al laboratorio donde el supuesto ruido estaba emanándose. El recorrido era corto, pero durante ese periodo Donnie creyó que se trataba de un error de computadora. Al llegar, las cosas tornaron un curso diferente a su mentalidad.

Donnie: ¿Desde hace cuanto está haciendo ruido?

Miwa: No estoy segura.

Rafa: Donnie, ¿Quieres apagar eso?

Donnie: En eso estoy. Muévete, Leo.

Leo: Donnie, ¿Ésta no es... Tu novia?

Donnie: ¿Qué? -Se acercó y miró la pantalla. -Es imposible.

Splinter: ¿Qué sucede?

Donnie: El ruido es debido a que Rose cambió de posición. Pero, hace unos minutos estaba en su apartamento.

Rafa: ¿No se supone que está en depresión?

Shinigami: Blake no saldría de su lugar sin razón alguna. ¿Y si la secuestraron?

Leo: ¿Dónde está?

Donnie: Esto no es bueno, está en el barrio chino. Y tiene tiempo ahí, casi media hora.

Mikey: Tal vez sólo fué a comer comida china.

Donnie: Tengo que ir por ella, no se ha movido en minutos.

Leo: Vamos contigo.

Splinter: No. -Todos le miraron. -Donatello irá sólo.

Leo: Pero, Sensei...

Donnie: Gracias, Sensei. -Tomó su arma y corrió hacia la salida.

Miwa: Padre, ¿Por qué lo dejaste ir sólo?

Leo: Pudimos haber ayudado.

Splinter: Deben dejarlo manejar sus problemas. Después de todo, ella es su novia. -Y sin más que decir, se retiró.

Donatello corrió buscándome con ayuda de la señal que copió de su computadora a su celular. Estaba totalmente preocupado, temía que algo terrible me pasara.

Por otro lado, yo comenzaba a despertar de mi inconsciencia una vez más. Cuando pude enfocar mi mirada, me dí cuenta de que mi postura ahora estaba de pie, pude sentir mi espalda apegada a la pared y mis brazos estirados a los lados. Estaba encadenada a la pared. No podía moverme. Comencé a analizar el lugar, no podía enfocarlo bien, aún estaba cansada.

Rose: ¿Dónde... Estoy? - Me pregunté a mí misma, alguien me contestó.

Hun: Sigues en la fábrica. -Lo había olvidado durante mi sueño, estaba con Hun. Le miré confusa y ligeramente molesta.

Rose: Basta de rodeos, ¿Qué es lo que quieres? -Pensó mientras abría una botella de refresco, miró hacia arriba y luego me miró con una media sonrisa antes de tomar.

Hun: Te traje para mostrarte lo que he hecho por ti. -Fruncí el ceño. Volteé hacia otro lado, donde pude ver mucho dinero y papeles.

Rose: Robaste, vaya novedad. -Dije después de un suspiro pesado. Él sólo me miró y volvió a tomar. Entonces, pensé, ese dinero no estaba agrupado por cantidad, eso significaba que no venía de un banco. -Un segundo. ¿A quién le robaste todo esto? -Sonrió de lado.

Hun: Eso ya no importa. Gracias a que alguien me metió a la cárcel, ahora no puedo robar en zonas de alta seguridad sin mi gente. Pero, es muy fácil tratar a las personas ahora que te retiraste por las mañanas y las tortugas sólo atacan por las noches. -Dejé de fruncir por un momento. Era cierto, había descuidado el patrullaje. -Creí que te habías retirado, así que conseguí esto para nosotros. -A eso le miré confusa.

Rose: ¿"Nosotros"? -Asintió.

Hun: Todo esto es suficiente para comenzar una nueva vida, en otro lugar. Juntos. -Fruncí el ceño, era ridículo.

Rose: No estarás hablando enserio.

Hun: ¿Ves que me esté riendo?

Rose: Estás enfermo.

Hun: Te daré tiempo para pensar. Sé que con tiempo podrás amarme.

Rose: Eso nunca, ¿Oiste? No puedo aceptar y no voy a hacerlo.

Hun: ¿Podrías por favor dejar de juzgarme un segundo?

Rose: Al contrario. Eres un rufián, un bastardo, un abusador y un cínico. -A eso, se enfureció y velozmente me tomó del cuello acercando su rostro al mío. Estaba muy cerca.

Hun: Escucha, te estoy dando la oportunidad de ver quien soy en realidad. No soy tan malo como piensas, puedo ser mejor.

Rose: Claro, el que me tomes así del cuello es muy diferente a lo que pienso de ti.

Hun: Si vienes conmigo, seremos imparables. Tendremos todo lo que quieras, te protegeré y tu me protegerás. Serías como... Mi Ángel. -Decía muy cerca, estaba oliendo mi rostro y cuello. Quería golpearlo, pero no podía. Le golpeé en el rostro con mi mentón y me soltó alejándose un poco. -Esto es temporal. -Dijo seguro. Le fruncí el ceño por completo. Sonrió de lado descaradamente.

-Deberías estar en la cárcel. ¿Fué difícil escapar? -Alguien había hablado. Hun borró su expresión al igual que yo.

Hun: ¿Quién es? -Me preguntó. No respondí. Alzó una ceja y entonces miró detrás de él. Una tortuga de vendajes morados comenzó a salir de la sombra con su Bo en ambas manos a la defensiva.

Donnie: Suelta a mí novia, Hun. -Le dijo en ceño fruncido.

Rose: Donnie. -Dije para mí.

Hun: Tortuga. -Dijo para sí. Luego, pensó. - Un momento. -Me miró y volvió a verlo confuso. - No puede ser cierto. ¿Ustedes...? -Me miró.

Rose: Te mencioné que no podía aceptar. -Frunció el ceño.

Hun: ¿Cómo es posible que hayas elegido a este... adefesio en mi lugar?

Rose: Tú nunca fuiste opción, nunca lo serás.

Hun: Bien, entiendo. -Nos miró a ambos otra vez. -Pero les diré algo. Si no puedes ser mía, entonces... Tampoco lo serás de él. -Dijo antes de sacar una navaja y atacar a Donnie, quien con rapidez y astucia le tomó del brazo quitándole el arma, le pateó en las costillas y seguido de eso le hizo una llave en la cual el rostro de Hun quedaría sobre la pared.

Donnie: Suficiente, estas jugando con fuego. No sabes con quien te estás metiendo.

Hun: Créeme que lo sé. A propósito, tu novia huele delicioso. -A eso, Donnie frunció el ceño de forma más que furiosa.

Le tomó del cabello, le jaló y le dió dos puñetazos en la cara para después golpearle en el abdomen con el bastón. Hun esquivó su último golpe, se colocó frente a mí e intentó lanzarle una patada al rostro. Donatello esquivó y sacó de su cinturón el disparador K, apuntó y disparó dos veces, Hun esquivó los disparos y desde el suelo le miró desafiante por su falla.

Hun: ¿Eso es lo mejor que tienes? Fallaste.

Donnie: No te apunté a tí, cabeza hueca. -Dijo sonriendo. Aquellos disparos, habían liberado mis piernas de las cadenas. Gracias a eso, pateé la espalda de Hun haciéndole que me viera, entonces, le pateé fuertemente en el rostro para que cayera al suelo. Donnie se acercó y con el Bo usándolo como Bat, golpeó a Hun haciéndole chocar con la ventana a dos metros a mí derecha. Entonces Donnie me miró. -Lo lamento, soy un tonto. -Dijo antes de liberarme de las cadenas restantes. Una vez libre, mi cuerpo cayó sobre él. -¿Te encuentras bien? Te siento... débil. -Dijo preocupado teniéndome en sus brazos. Le miré, sentirle y verle era... gratificante.

Rose: Si, estoy bien. El... Síndrome volvió. -Dije sin dejar le mirarle a los ojos. Él preocupado miró todo mis rostro y cuerpo.

Donnie: ¿No estás herida? Ah, mira esos moretones. -Dijo aún analizando, coloqué mis manos en sus hombros cuando él colocó las suyas en mis mejillas preocupado.

Rose: Oye, oye. Estoy bien. -Dije con nuestros ojos enlazados, sonrió ligeramente y juntó nuestras frentes con sus manos aún en mi rostro. Después, volteó a ver a Hun, quien estaba mirando el suelo en el que estaba recostado.

Donnie: Y tú. -Se levantó con el disparador en su mano y se preparó para disparar, inmediatamente me levanté tomándole de la mano que portaba el arma deteniendole.

Rose: ¡Donnie! Aguarda. -Le dije mirándole, él no me miró, permaneció mirando con desprecio a nuestro enemigo.

Donnie: Te secuestró y te golpeó.

Rose: Déjalo ir. -Le pedí, me miró confundido. Miré a Hun. -Retírate. -Le dije, me miró confuso. -¡Ahora! -Entonces corrió. Miré a Donnie.

Donnie: ¿Por qué? -Preguntó. Le bajé su mano.

Rose: Es sólo un hombre necesitado de perdón. Robó por última vez para tener una nueva vida.

Donnie: Junto a tí.

Rose: Pero aún puede tener una segunda oportunidad. Si regresa, le daremos su merecido, pero, por ahora, es mejor tenerle compasión. -Pensó algo tenso. Luego suspiró y sonrió. Le correspondí su sonrisa.

Donnie: Busquemos tus armas y volvamos a casa. -Dijo con la misma sonrisa. Asentí.

Así fué, buscamos las armas y tomamos camino fuera del barrio chino. Donnie permaneció preocupado, después de todo, yo aún estaba algo débil. Tenía que disculparme con él, había tanto que decirle.

Donnie: ¿Estás segura de que puedes seguir a pie sola? -Preguntó detrás. Le miré algo sonriente deteniendo mi caminata.

Rose: Descuida, estoy bien. Ya recupero fuerzas. -Le dije con una leve sonrisa. Él terminó de caminar poniéndose frente a mí.

Donnie: Lo siento, estoy exagerando. -Dijo con una sonrisa nerviosa. -Siempre has sido más fuerte que yo. -Y finalizó con otra sonrisa, pero sincera. Le correspondí la emoción, pero, luego borré mi expresión.

Rose: Sobre eso... -Comencé a decir. -Lamento contradecirte, pero, no es verdad. -A eso, también borró su sonrisa. -No fuí nada fuerte. Dejé que el dolor me cegara. Que la culpa me comiera a pesar... de no tenerla. -Dije cabizbaja. -Gracias a eso, no pude ver asuntos más valiosos, como tu apoyo y esfuerzo por animarme. -Entonces, colocó su mano en mi hombro. Le miré aún con mis cejas vulnerables y conectamos nuestros ojos. -No valoré tu apoyo. Y enserio, lo lamento. Lo único rescatable de todo lo sucedido, fué el hecho de que Hun me hizo ver que hay más cosas en juego en esta vida. Cosas que puedo salvar. -Suspiré. -¿Podrías... perdonarme? -Pregunté sincera. Sólo le miró.

Donnie: ...No. -Me confundí internamente. -...No hay nada que perdonar. -Volví a sonreírle. -Nadie está preparado para afrontar la muerte de alguien cercano. No sabías que hacer, te entiendo perfectamente. -Dijo conmoviéndome. Me lancé a abrazarle, se sorprendió por un segundo y luego correspondió.

Rose: Soy muy afortunada de tenerte. - Le dije mientras ocurría nuestro abrazo. Pude sentir su gran sonrisa y cómo me apretó más.

Abrí los ojos y pude notar la vista de la ciudad, era hermosa. Pero, en un segundo, pude notar algo extraño.

Rose: Donnie. ¿No es ese el TCRI? -Le pregunté, sin soltarme, contestó.

Donnie: Si, lo es.

Rose: Está... apagado. -Le dije provocando que me soltara. Ambos miramos al edificio. -Nunca lo había visto así.

Donnie: Yo tampoco. -Ambos nos vimos y de un segundo a otro ya nos encontrábamos en un edificio frente al TCRI. Queríamos investigar. -Tienes razón, está apagado. No hay guardias tampoco.

Rose: Mira. -Le apunté con el índice hacia la cima del edificio. -Solo ahí está encendido. Tal vez traman algo. -Dije haciéndole reflexionar.

Donnie: O... Tal vez sólo estamos sospechando de más.

Rose: Entendería tu punto si toda la instalación estuviera en el mismo estado, pero no es así. Hay sólo un piso encendido. ¿No te parece sospechoso?

Donnie: Tienes razón.

Rose: Sólo que... No podemos entrar. La vigilancia por dentro debe ser tan hábil que no se necesitan guardias.

Donnie: Eso no será un problema. -Le miré. -Enviaré una de mis cucaracha espías. -Dijo mientras sacaba su celular. Mientras no miraba, le sonreí, me acerqué y le sembré un beso en la mejilla.

Rose: Eres un genio. -A eso, se sonrojó y rió nerviosamente.

Donnie: Será mejor irnos a la alcantarilla, ahí veremos lo que están tramando. -Dijo ocultando su nerviosismo.

Nos dirigimos rápidamente a las alcantarillas. Al llegar, saludé rápidamente pero, la mayoría estaban algo confusos por nuestro comportamiento. Nos dirigimos al laboratorio y Donnie encendió su computadora.

Donnie: Listo, tenemos acceso al piso. -Dijo una vez que la vista de la cámara espía por fin se reveló en la pantalla. Entonces, comenzó a manipular el curso de la cucaracha. -Tenias razón, están en una junta en ese piso. -Mencionó. Entró a la junta y permaneció ahí.

Rose: Me pregunto si estarán cambiando algo en su sistema, así podríamos saber algo más.

Donnie: Envié dos cucarachas espías.

Rose: Entonces con ella accederé al sistema. -Abrí mi computadora y transferí la segunda señal para acceder. En eso, Splinter entró.

Splinter: Donatello, no te escuché llegar. Buenas noches, Rose. -Dijo amablemente. Ambos estábamos muy concentrados.

Rose: Gusto en verle una vez más, maestro.

Donnie: Lo siento, Sensei. Estamos descubriendo algo.

Splinter: ¿Está todo en orden?

Rose: El Kraang planea algo, estamos por descubrir que es.

Leo: ¿Qué ocurre? -Preguntó el líder entrando, no se le respondió.

Donnie: ¿Ya encontraste algo? - Me preguntó Donnie curioso.

Rose: Sólo un poco. Están mezclando armas clasificándolas en diferentes etiquetas. "Tierra", "Agua" y "Aire". -Respondí mientras tecleaba. Donnie frunció el ceño.

Donnie: ¿Qué tienen los elementos en común con el Kraang? -Alcé los hombros.

Rose: No tengo idea. -Le miré. -¿Tú descubriste algo? -Negó ligeramente.

Donnie: Están en junta, el Superior está dando la conferencia, pero no puedo entenderlos. Están hablando... "Su idioma" -Pensé por un momento, miré al Sensei y luego a Leo. 

Rose: Leo, April está aquí? -Pregunté.

Leo: Si, llegó antes que ustedes. ¿Por qué?

Rose: ¿Podrías llamarla? Es importante. - Le pedí, asintió y Donnie me miró confuso.

Donnie: ¿Por qué llamas a April?

Rose: Ella puede entender al Kraang Supremo. ¿Lo olvidas?

Donnie: Gran idea. -Dijo antes de volver a ver su pantalla, en ese instante, Leonardo y April entraron.

April: ¿Necesitan mi ayuda? -Saludó la pelirroja acercándose en medio de nosotros, asentí.

Rose: ¿Puedes entender lo que dice el Supremo? - Le pregunté. Colocó una mano en su cabeza y al cerrar los ojos comenzó a escuchar. Yo proseguí con la investigación.

April: Están planeando un ataque. Creo... Los están dividiendo por partes y ejércitos.

Rose: ¿Son... estos cuatro? - Le mostré mi pantalla donde se encontraban los tres elementos. Asintió.

April: Sí, son esos. Pero le faltan dos más. -Donnie y yo nos miramos. Ella siguió. -Ahora... está diciendo el nombre del plan, pero no lo entiendo, son números.

Donnie: Un código. Díselo a Rose. -Ella asintió, me preparé para anotarlo.

April: Es... 3000-86-45-32. -Escuché atentamente y anoté. El número me confundía, sin embargo, no era imposible descifrarlo. Saqué el celular donde tenía una imagen de los planos Kraang y el significado de los códigos.

Splinter: Leonardo, llama al resto del Clan.Todos deben escuchar esto. - Le mandó a su hijo, él obedeció.

Rose: Me tomará un segundo. -Dije mientras verificaba. Los demás comenzaron a entrar.

Rafael: ¿Qué sucede? -Preguntó Rafael en nombre de todos mientras entraban. Splinter les cayó.

Leo: El Kraang está tramando algo, al parecer, es importante.

April: ¿Ya descubriste que significa el código? -Preguntó curiosa.

Rose: Ya casi... -Todos me miraron. - 3000, significa "Plan". 86 "Aniquilación", 45 "Guerra" y 32 "Expansión". -Les respondí provocando su confusión, Donnie y yo entendimos inmediatamente. Comencé a frustrarme.

Miwa: ¿Eso que significa?

Mikey: Con peras y manzanas.

Donnie: Es algo terrible.

Rose: Invasión. -Dije con la vista nublada. -No puedo creerlo.

Rafael: ¿Otra invasión?

Donnie: Por eso se están dividiendo, no son clasificaciones.

Rose: Son los terrenos donde atacarán.

April: No quiero alterarnos más, pero el Kraang Supremo está dispuesto a que esto en verdad funcione. Está molesto. -Todos nos miramos. La tensión había aparecido de pronto. Una Invasión, era algo sumamente delicado y muy fuerte.

Entonces, me dí cuenta una vez más de lo afortunada que era al haberme quitado la venda de dolor que la muerte de mi padre ocasionó. Estábamos por entrar a una guerra y de no haber sido por Donnie y por mi, nunca se hubiera enterado el Clan sobre los apocalípticos planes del Kraang.
Las invasiones, ya habían pasado, pero aún así, teníamos que planear una defensa para la humanidad.

Pero, Bueno.
Ya veremos que pasa...

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