O1. 3 A.M.
Llevar un ritmo de vida apresurado era algo más que normal entre los ciudadanos que habitaban en ciudades como Seúl, la corona del país asiático que debía lidiar día tras día con sus pobladores que no tenían tiempo para dormir y respirar al mismo tiempo sin atrasarse en alguna otra de sus actividades. Hacer trabajos hasta tarde y a duras penas dormir cinco horas era lo usual, esa era la "rutina" de cientos de personas que acababan sintiéndose extrañas cuando un verdadero descanso se les aparecía como una brillante oportunidad.
Por eso es que no era raro que un adulto joven con trabajo en una oficina estuviera despierto a las tres de la madrugada con una botella de soju al lado y una laptop sobre sus piernas mientras escribía frenético por miedo a perder la idea increíble que se había cruzado por su cabeza justo antes de dormir, privándolo de su descanso.
Dos semanas pasaron desde que Taehyun, ese chico de aspecto tranquilo y responsable, fue a echarle un vistazo al departamento en el que por primera vez iba a dormir, si es que pegaba un ojo antes de que el sol saliera de nuevo. Tardó algo de tiempo en instalarse, horas de organización y limpieza preventiva que consumieron casi toda su noche, llevándolo a terminar su trabajo a altas horas de la madrugada, por lejos lo que tenía esperado para ser su primera día en su nuevo "hogar".
El momento de la independización familiar le llegó a los veinticuatro, salir de los límites y normativas de la casa de su primo mayor era una maravilla. Su primo Kiyoung era una gran persona, no lo malinterpreten, pero su tía... no tanto.
Que le preguntara siempre a dónde iba, de dónde venía, qué hacía y cuándo lo dejaría de hacer era bastante estresante, y llegaba al borde de lo irritante.
Aquella era la razón por la que cuando llegó al departamento y se encontró a sí mismo hablando con la nada junto al alivio de poder disfrutar de algo tan simple, se volvió su momento favorito.
En ese momento bebió un sorbo de Soju directo de la botella, cada paso lo realizó sin despegar su mirada de la pantalla hasta que su teléfono vibró sobre su cama, la pantalla se encendió y una notificación de un mensaje entrante captó su atención. El texto venía de una conversación que llevaba con uno de sus amigos más cercanos de la oficina, ese que era perfecto para distraerlo cuando intentaba con todo su esfuerzo terminar una simple propuesta.
一"Ve a dormir o te vigilaré por la noche"... 一Leyó Taehyun en voz baja, soltó una risa y después rodó sus ojos hasta en el portátil otra vez一 gracias, Keonhee, pero nadie me detendrá de acabar con este absurdo PowerPoint.
Sobre su trabajo, Taehyun trabajaba en las oficinas de una empresa mediana de electrónicos, South Korea Electronics, su papel era de "pasante" con diversas tareas remuneradas en un cheque anual; cotizaba productos, realizaba encuestas, probaba productos, ayudaba a sus superiores y de vez en cuando se tomaba la molestia de hurgar en el espacio del equipo de diseño con el deseo de algún día ascender sin usar conexiones.
Entonces, él gastaba cada energía que tenía en dar lo mejor de sí para ser notado de forma "espontánea" por sus jefes. Cosa que aún no ocurría, pero ¿Quién sabe?
Diez minutos pasaron, seiscientos segundos en los que estuvo enfocado al cien por ciento en su actividad hasta que al llevar de nuevo la botella del licor hasta sus labios se percató que ya se había acabado la bebida en su totalidad.
Suspiró fastidiado al notarlo.
一Como si tuviera muchas ganas de levantarme 一Taehyun se quejó antes de tomar el teléfono a su lado con su mano libre.
Encendió la pantalla para mirar la hora, tres y doce de la madrugada marcaba el reloj digital cuando decidió que era mejor parar con el trabajo que lidiar con ojeras por el resto de la semana.
Guardó su avance al igual que las cuatro notas abiertas e incompletas que según tenía para guiarse, pero de las que se había olvidado por completo, se sumió en la casi absoluta oscuridad al cerrar su PC, la dejó a un lado y se levantó a lo último con las tres botellas de soju que se había consumido en ese largo periodo de tiempo, pisando el suelo frío con sus pies descalzos solo por ser demasiado perezoso como para buscar sus pantuflas antes de dirigirse a la cocina con el instinto siendo su única guía.
No mucha gente disfruta estar despierto a altas horas de la noche, sin embargo, para él era una de las mejores partes del día. Pues, uno de los encantos de la madrugada, es su tranquilidad, cuando llegas a la adultez, los momentos de calma son los que más se atesoran por las personas atareadas, como ese pelinegro que lavaba las botellas de licor antes de arrojarlas al basurero.
Al terminar se recostó del borde del mesón de la isla en la cocina, su atención se perdió en algún lado de la penumbra, puesto que no había encendido ninguna de las luces en su camino hasta el lugar. Su mente divagó entre ideas sin sentido por un rato, de alguna manera pasó de cuestionarse qué tan bien estaba haciendo su trabajo a pensar en qué tipo de persona sería el chico de veintitantos que dormiría en la habitación cerrada frente a la suya.
¿Sería un chico gracioso o uno de esos fríos calculadores como en las películas? Rezaba para que fuera alguien mínimamente amigable, porque aunque caerle mal no era algo tan común, cualquier cosa podría pasar al vivir con una persona que no conoces y nadie le devolvería los seis millones de wones de depósito que tuvo que pagar junto a los tres primeros meses de alquiler, siendo honestos.
El fin de sus pensamientos llegó en forma de un largo bostezo como señal de rendición ante el cansancio.
Pensó en ir a dormir, pero todo rastro de motivación para ello desapareció gracias al sonido de la puerta principal abriéndose.
Imagina estar solo a las tres de la madrugada, escondido en la cocina oscura de tu departamento cuando alguien que no esperas abre tu puerta.
Lástima que Taehyun no se lo imaginaba.
Tan pronto como el ruido llegó a sus oídos se quedó estático en su lugar, mirando desde allí por el marco de la cocina hasta la entrada. Las ventanas dejaban entrar algo de la luz de la luna llena, cliché, pero conveniente para su idea.
La sombra de nn cuerpo alto, masculino y enfundado por una chaqueta abombada junto a una gorra o algo apenas se distinguía entre la oscuridad. Por suerte el pelinegro tenía buena vista, gracias a eso podía deducir que el tipo estaba de espalda. Aprovechó la ignorancia del contrario para llevar su mano hasta un plato de porcelana entre los trastes limpios, lo tomó con lentitud y sin sacar su vista del desconocido para después esconderse de golpe tras la isla cuando el contrario volteó, mirando en su dirección.
Desde el punto de vista del intruso no había ninguna razón para sentirse observado en un departamento vacío, desde el punto de vista de Taehyun no había ninguna razón justa para la intromisión de un ladrón en su primera noche durmiendo allí.
El infortunio que llevaba con su apellido era colosal.
La víctima de la situación escuchó cómo el otro murmuraba algo inentendible a la distancia en la que estaba, seguido de ello el choque de algo metálico y la puerta cerrándose llenó el silencio.
Una idea inteligente aterrizó en el cerebro de Taehyun: usar su teléfono y llamar a alguien de ayuda. Fantástico plan, solo le hacía falta tener su teléfono.
一Mierda...
Ni modo, Taehyun, fue una buena vida.
Tuvo que respirar hondo varias veces para calmarse, pensó tan rápido como pudo para encontrar una vía de escape; no tenía como llamar, gritar sería arriesgado y no creía que alguien estuviera dispuesto a salvarlo, el departamento estaba en el tercer piso, no había una escalera de emergencia y la única salida estaba obstruida por el "criminal" recién aparecido.
Todas las posibilidades concluían en el mismo punto: enfrentamiento.
Con temor, el muchacho salió lento de su escondite para encaminarse con sigilo hasta el borde del umbral hacia la cocina, se mantuvo oculto como pudo, estando en su destino asomó su cabeza para mirar de nuevo al tipo en la entrada que sentado en el suelo intentaba de forma inútil quitarse sus zapatos.
No robar, no asesinar ni tampoco buscar víctimas de secuestro, no, solo se estaba quitando los zapatos en una clase de método absurdo del que hasta un niño de seis años se burlaría.
No podía ser tan idiota para desatar un nudo, por favor.
Probablemente estaba ebrio o era muy inútil, una de dos.
No está muy seguro de cuánto tiempo pasó observándolo con una expresión confundida, pero mientras más lo hacía, más idiota se veía, a ese punto ya ni le tenía tanto miedo.
一¿Quién demonios eres?
一¡Puta madre! 一Chilló el desconocido cuando Taehyun tomó su hombro medio segundo antes sacárselo de encima de un respingo.
El "señor idiota" se levantó para encarar al pelinegro, este último tuvo como primer impulso la idea de quebrar la vajilla en su mano contra su cabeza, pero se detuvo en el aire cuando el más alto en lugar de atacarlo se hizo para atrás, chocando su espalda contra la pared, justo sobre el interruptor de la luz, el cual encendió las luces de la sala al tiempo que el otro levantó tontamente sus puños, según, dispuesto a defenderse.
El sentido de la vista de Taehyun se volvió nítido gracias a la luz repentina, razón por la que pudo ver de forma parcial el rostro joven frente a él; un chico de su edad, con gorra negra, chaqueta de igual color, mejillas enrojecidas y ojos somnolientos estaba frente a él, apoyando todo su peso de la pared e hipando bajito.
Ambos se miraron a los ojos en ese momento, Taehyun se mostraba confundido mientras que el intruso parecía perdido, se mantuvieron en completo silencio a la vez que analizaban la situación. El contacto visual se extendió por tanto tiempo que el pelinegro creyó estar atrapado en una dramática cámara lenta, abrió su boca para decir algo, pero el contrario se le adelantó cuando exclamó fuerte y claro:
一¡Hwanwoong, hay un ladrón en el departamento!
(...)
Un hombre rubio y de baja estatura, vestido con una pijama de corazones mal puesta, estaba sentado en el sofá largo de la sala de Taehyun, el nuevo inquilino, sentado junto a él estaba la razón de su aparición mientras que en un mueble individual frente a ambos se hallaba el pelinegro que con su batería agotada se sentía del peor humor del mundo, sin saber si sus ganas de asfixiar a alguien eran por el sueño interrumpido antes de su inicio o el susto que pasó minutos antes.
Su plan para tener ocho horas de descanso ya estaban arruinados, desde un principio lo había estado, sí, pero aún así deseaba alcanzar unas seis horas mínimo antes de gastar todas sus fuerzas en sobrevivir a la vida de trabajador en la República de Corea.
El silencio incómodo del lugar fue roto por Hwanwoong, el arrendatario de cabello desordenado que había estado como un rayo por el grito del chico con gorra que internamente Taehyun aborrecía por casi darle un infarto sin necesidad.
Aunque a él ni le importaba, la verdad.
一Lamento que hayan tenido que conocerse así, Taehyun-ssi, es solo que no estaba seguro si Huening iba a regresar 一confesó Hwanwoong一, mucho menos tan tarde 一añadió entre dientes.
Apenas terminó de hablar, el rubio clavó su mirada filosa sobre el chico a su lado, quien mantenía su atención en el techo y su mente en la posibilidad de combinar unas oreos de chocolate con algo de wasabi.
一Son las tres de la madrugada, Huening, ¿tienes algo que decir?
Tanto el rubio como el azabache mantuvieron un ojo puesto sobre el fulano "Huening", como se había referido Hwanwoong a él, mismo quien como respuesta cerró sus ojos con fastidio y murmuró algo inentendible.
一¿Qué? 一Preguntó Hwanwoong un tono más alto.
一Que llegué temprano 一repitió el castaño, ganando miradas confundidas de parte de los otros dos.
一Son las tres de la mañana 一 alegó el rubio, haciendo un fuerte énfasis en la hora para intentar estimular las neuronas alcholizadas del más alto.
一Sí, del sábado 一aclaró一. Es un nuevo día, por ende, es temprano.
El nuevo inquilino frunció su ceño mientras que el dueño del lugar retuvo con todas sus fuerzas las ganas endemoniadas de asfixiar al alto chico de gorra negra.
En cierta forma tenía razón, no lo vamos a negar, pero era una lógica tan confusa que casi mete a Taehyun en un ciclo de pensamiento continuo con respecto a la intensa percepción humana del tiempo cuando este realmente solo es utilizado como una herramienta manipulable dependiendo de la conveniencia de quien forme la oración correspondiente.
Turbio.
En simultáneo el rubio se limitó a suspirar.
一Definitivamente estás ebrio 一susurró Hwanwoong, resignado, para luego dar una palmadita en el hombro del chico一. Ve a dormir.
A paso perezoso Huening se levantó, haciendo un ruidito con su garganta que denotaba su flojera del momento a la vez que se estiraba un poco, posterior a eso comenzó a caminar al mismo flojo y lento ritmo hacia el pasillo que los llevaba a ambas habitaciones, no obstante cuando pasó junto a Taehyun se detuvo un momento para verlo y decir:
一Me llamo Huening Kai, by the way.
Aún encerrado en su maraña de pensamientos, Taehyun asintió como respuesta, olvidando presentarse de vuelta. Ante la falta de comentario del pelinegro al recién llegado, Huening acomodó su gorra con un asentimiento para sí mismo y se marchó a su habitación en silencio.
Tras unos segundos se escuchó como Kai terminó de llegar a su habitación, cerrando la puerta y provocando al mismo tiempo que el rubio se levantara de se puesto de un salto para caer en el posa-brazos del mueble donde el pelinegro estaba sentando tranquilo antes que el otro se le presentará demasiado cerca y con un vivo dejé de nerviosismo reluciendo. El menor lo miró confundido antes de echarse para atrás.
一Mira, sé que debí decirlo antes pero-...
一No soy gay 一interrumpió Tae previniendo las próximas palabras.
Hubo un momento de silencio en donde Hwanwoong se dedicó a procesar las palabras.
一Sí lo eres.
一Para ti no lo soy.
一¡Taehyun! 一Susurró el rubio con frustración, respiró profundo y comenzó de nuevo一 sé que debí decirlo antes, en mi defensa, no estaba seguro de hacerlo, pero tengo que decirte que Kai es un chico... ¿Diferente?
El pelinegro alzó una ceja con confusión dada la poca capacidad del contrario para explicarse.
一¿Tiene algún problema o algo? 一Preguntó Taehyun.
一Mhmm, dualidad, quizás 一contestó, moviendo su mano hacia un lado en un ademán一. Ahora parece un muchacho tranquilo, pero no lo es del todo.
El pelinegro miró fijamente al rubio.
一A veces es como si fuera bipolar 一comentó Hwanwoong, inocente.
一¿Te saltaste todos esos detalles de mi compañero de piso adrede? 一Cuestionó el menor.
Hubo un largo trecho entre la interrogante y la respuesta.
一Sí, bueno... 一risas nerviosas llenaron el silencio para luego terminar de forma abrupta antes de exclamar一 ¡Suerte!
Y al terminar, el chico rubio de pijama de corazones huyó de un tiro como si nada, cerrando la puerta detrás de sí al encontrarse con el pasillo del edificio y dejando a confundido azabache atrás.
El silencio del departamento dio cabida a la voz de la conciencia de Kang Taehyun.
Sabías que era raro no haber conocido a tu roomie en todo el proceso legal y no dijiste nada, bruto.
一Silencio, Bruno.
Tras responderse a sí mismo como un idiota y caer en cuenta de ello, Taehyun suspiró con cansancio antes de levantarse de su lugar y regresar a dormir con las palabras de Hwanwoong rondando por su cabeza con una ridícula voz de ardilla reemplazando el tono original.
No debería darle tantas vueltas de todas formas, solo tenía que conocerlo e intentar llevarse lo mejor posible.
Además, ¿qué tanto mal podría hacer un chico que apenas puede quitarse sus zapatos?
[ЯЯ]
Les recuerdo que esta historia está siendo reescrita, por lo que la mayoría de capítulos serán bastante diferentes. Les recomiendo leerlo para entenderlo mejor en un futuro (y de paso opinar sobre la nueva versión </3).
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¹By the way: "por cierto", "además".
Hay que enfatizar el slang gringo para distinguir a un Kai gringo.
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