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12


Jungkook miraba detenidamente su salón de clases. El lugar se sentía vacío, era sólo un espacio más, un espacio que tomaba sentido cuando sus estudiantes volvían y lo llenaban de vida. Sonrió, ellos eran personas maravillosas. 

Miró la hora, era momento de preparar todo para su clase. Después de leer los maravillosos trabajos que habían efectuado, llegó a la conclusión que ese día estaba destinado para hacer arte. 

Camino poniéndose frente a los grandes estantes de madera. Se colocó sobre las puntas de sus pies, estaba tomando algunos materiales de las repisas.

El sonido de la puerta cerrándose se esparció por el espacio. Sus ojos viajaron cuidadosamente hasta aquel punto encontrándose con Taehyung, estaba perfectamente bello como siempre. Cuando la verde mirada conectó con la suya, Taehyung le sonrió hermosamente.
 
—Hola.

—Hola. —dijo con suavidad. El menor tomó los materiales entre sus brazos. 

—¿Necesitas ayuda? —Taehyung acortó la distancia entre ellos. 

—No, lo tengo controlado. —Un pincel cayó al piso. 

—¿Estás seguro? —rio con suavidad. 

—Cla-claro. —Jungkook no pudo evitar sentirse avergonzado. Continuó con su camino. 

—¡Jungkook, espe… 

En un abrir y cerrar de ojos, comenzó una pequeña lluvia de brochas, paletas y pinceles. Jungkook pudo sentir cómo su cuerpo era tomado con fuerza, cerró sus ojos. El sonido ahogado de un golpe se hizo presente en el salón... 

Abrió sus ojos sin entender muy bien qué era lo que acababa de pasar. Sus luceros se encontraron con el rostro de Taehyung a pocos centímetros. 

—¿Estás bien?, ¿te hiciste daño? —Taehyung le miró fijamente.

—E-estoy bien. 

—Qué alivio. —Soltó con suavidad el cuerpo del contrario. Jungkook estaba bien, él había logrado amortiguar su golpe.

Taehyung comenzó a reír sonoramente. Jungkook sintió como su cuerpo vibraba bajo suyo. Su rostro se pintó de carmesí al darse cuenta que se encontraba sobre él. 

—Lo-lo siento —Separó sus cuerpos con rapidez—. Y-yo… 

Un pequeño chillido se dejó escuchar. Ambos chicos miraron hacia la entrada. Youngsook tenía la vista fija en ellos. 

—N-no era mi intención interrumpir —La chica llevó sus manos hacia sus ojos—. Y-yo puedo volver después. 

El rostro de Jungkook se coloreo de un rojo más intenso. 

—No Sook, n-no es lo que piensas —Jungkook se puso de pie rápidamente—. Yo iba a caerme y Taehyung-ssi trato de ayudar y-y caímos juntos. 

Youngsook destapó sus luceros. Taehyung dejó un pequeño golpe sobre su cabeza. 

—Es verdad Sook, es exactamente lo que pasó. —Youngsook les miró con un poco de incredulidad. 

—Para su tranquilidad, diré que les creo. 

—Realmente no es lo que crees. 

—Como usted diga profesor Jeon. —Los bonitos ojos miel les miró con un poco de picardía. 

—Sook… 

—Buenas tardes. —saludo un bonito chico de cabellos negros. Youngsook reconocía a la perfección aquella suave voz. Sonrió.

—Bienvenido Hwan. —Jungkook le vio y le dedicó una pequeña sonrisa.

—Hola Hwan. —Youngsook dirigió sus pasos hacia Sihwan, olvidando por completo lo que acababa de suceder. 

Jungkook les vio, sonrió. Era hermosa el aura que se formaba entre ellos dos. Youngsook y Sihwan parecían llenar de luz su alrededor al entrar en el mundo del otro. El amor era algo demasiado hermoso...

Poco a poco sus chicos comenzaron a llegar, llenando de vida aquel lugar. Jungkook realmente amaba escuchar aquel pequeño bullicio, él realmente amaba a sus estudiantes. Les miró por un momento sintiendo su corazón lleno. Sintiéndose con un motivo. Sus ojos terminaron descansando sobre un hermoso rostro que parecía percibir lo mismo que él. Taehyung parecía comprender su mundo.

—Buenas tardes a todos.

—Buenas tardes. —Se escuchó al unísono.
 
—Quería agradecerles por acceder a la extensión de la clase y estar aquí puntuales. La razón por la cual empezaremos nuestra clase antes es porque hoy la dedicaremos al lienzo.
 
—¿Vamos a pintar? —preguntó una de sus estudiantes. Asintió. Festejos se escucharon.

—¿Hay alguna indicación para este trabajo? 

—Pues, como recordarán, la clase pasada me entregaron un ensayo sobre sus artistas favoritos. Debo decir que me resultó muy interesante ver sus puntos de vista; es por ello que hoy haremos arte inspirado en sus estilos. Tendrán tres horas para trabajar en sus obras y una de exposición. Así que manos a la obra.

Taehyung miraba como los más jóvenes, comenzaban a preparar sus estaciones, tomando algunos pinceles, lápices y pinturas. Miró a Jungkook ayudar con algunos soportes. Siempre que estaba en aquel salón de clases un sentimiento de dicha y calidez le rodeaba; Jungkook parecía pleno. Se preguntaba si todos lograban ver la cantidad de amor que había en ese lugar. 

—Perdón, qui-quisiera proponer algo. —dijo un poco inseguro. Todos fijaron sus miradas en él. 

—Adelante. —Jungkook le miró un poco confundido. 

—¿Qué piensan de plasmar en el lienzo a una persona de esta habitación que les haga sentir cálidos? —Todos se quedan pensando por un momento. 

—¿De esta habitación? —dijo un chico de cabello marrón. 

—S-sí… —Taehyung rio nervioso. Al decirlo en voz alta, la idea comenzaba a sentirse un poco tonta. 

—Creo que es una buena idea Hyung. —dijo Sihwan. Todos comenzaron a secundarlo. Taehyung suspiró aliviado, Jungkook le vio con una pequeña sonrisa.
 
—Bien, parece que ahora tienen un concepto y un estilo. A trabajar. Estaré revisando sus avances como es habitual. 

—De hecho, quisiera proponerte algo más Jungkook-ssi —Jungkook le miró fijo. Taehyung le miró con suavidad y sonrió con dulzura—. Por favor, pinta junto a ellos. 

Algo se removió con fuerza en Jungkook.
 
—¿A qué te refieres Oppa? —dijo la Youngsook. 

—A que, sí el profesor Jeon acepta, no tendrá tiempo de ver sus avances porque estará pintado junto a ustedes. 

—Pe-pero, nunca hemos trabajado sin él. 

—Sé que pueden hacerlo, tienen un gran maestro. Ustedes saben lo que él espera. Lo harán bien. 

—Profesor Jeon… —Jungkook sonrió; siempre había deseado compaginar con sus chicos de aquella manera, haciendo arte juntos. 

—Acepto la propuesta del señor Kim. Vamos a dar lo mejor de nosotros. ¡Fighting! —Elevó su mano en un puño. 

No hubo una palabra más, todos aceptaron la última palabra de su maestro. 

Taehyung miraba como el salón se llenaba de expresiones llenas de concentración, ojos con determinación... rostros con restos de pintura. Tomó papel pautado y una pluma; él también quería hacer arte. También quería plasmar una melodía, una melodía que hablara de la persona en quien estaban fijos sus ojos, a quien él consideraba el corazón de aquel lugar. Aquella persona que le había dado un sentido diferente a sus días.

Las horas transcurrieron y el blanco se convirtió en color, los pinceles limpios ahora tenían pintura en ellos, los carboncillos y las tizas eran más pequeñas de cómo eran horas atrás. Las huellas dactilares contaban una historia, una que contaba el empeño y amor que había puesto cada ser en su creación.

Todos daban un último vistazo a sus obras. Era momento de mostrar el resultado.

—Chicos, el tiempo ha terminado. Por favor lleven sus cuadros a la zona de exhibición. Los alcanzó en un momento. —Jungkook continuaba dando algunos retoques a su trabajo.

Todos hicieron lo indicado. Taehyung se acercó a la exhibición. Miro cada cuadro, sus ojos comenzaron a ponerse vidriosos...

El salón había quedado en completo silencio, para Jungkook eso era completamente nuevo. Miró por última vez el cuadro que reposaba frente a él. Detalló aquella sonrisa, los pequeños lunares y el verde intenso de aquellos ojos. Era Taehyung, era ese hermoso hombre a través de sus ojos. 

Tomó un paño y comenzó a limpiar sus manos mientras caminaba hacia donde se encontraban todos.   

Mientras sus pasos se acercaban más, las miradas se posaban en él con suavidad. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué todos le miraban así? El oro opaco se elevó hacia uno de los cuadros… ¿Ese era su rostro? Miró el siguiente cuadro y luego el siguiente…

Sus lágrimas comenzaron a descender; era él, en cada una de aquellas pinturas su rostro era el protagonista, nadie más que él. Sus estudiantes se vieron por un momento, todos sabían lo que debían hacer. Todos rodearon a Jungkook en un abrazo. No había necesidad de palabras. Jungkook se sentía amado, por primera vez en mucho tiempo lloraba de felicidad, nunca imaginó significar tanto para sus chicos.

Por las mejillas de Taehyung caían algunas gotitas saladas, definitivamente todos veían lo mismo que él. Jungkook era esa persona que mantenía la unión, quien daba esa sensación de protección y calidez.

Sihwan miró a Taehyung, tomó su brazo y lo incorporó al abrazo. Todos comenzaron a acortar el espacio entre él y Jungkook. Cuando se encontraron uno frente al otro Taehyung sonrió y limpio con cuidado sus lágrimas. Jungkook rodeó con sus brazos al contrario y descansó su rostro sobre su hombro. Estaba demasiado feliz. Los dedos del mayor recorrieron con cuidado los mechones azabaches. Amaba tocar a Jungkook.  

 —No les daré nota perfecta. —dijo Jungkook sorbiendo su nariz. Todos comenzaron a reír.

 —Lo sabemos.

El abrazo se deshizo y todos se vieron con cariño. La siguiente hora pasó de manera veloz, todos hablaron de sus obras, por quien estaba inspirado su estilo y el porqué habían elegido a su profesor como la persona que les hacía sentir cálidos. 




[...]



Jungkook acomodaba algunos caballetes, miro como Taehyung colocaba algunos pinceles en el agua, se acercó con suavidad hacia él.

—Gracias Taehyung. —La verde mirada se posó en él. 

—¿Acaso acabas de usar mi nombre sin los honoríficos? —Jungkook abrió los ojos en demasía. 

—Lo-lo siento… 

—No. No, por favor sigue haciéndolo. Si no te molesta también quisiera solo usar tu nombre. ¿Puedo hacerlo? 

—Claro. —Taehyung celebró en pequeño, Jungkook sintió su corazón desbordar, llevó su mano sobre su pecho. 

—Gracias Jungkookie. —Desordenó los negros cabellos. 

Si Jungkook ya sentía que su corazón no podía más, en definitiva acababa de morir. Si continuaban así de cerca, Taehyung lograría escuchar su corazón. 

—Y-ya es tarde, es hora de irnos. No-nos vemos mañana. —Taehyung formó una pequeña "o" con sus labios. 

—¡Casi lo olvido! Mañana no podré acompañarte; tendremos un evento importante en el teatro… 

—Oh ya veo —Jungkook le miró sin saber si decir lo que estaba pensando—... Taehyung… 

—¿Sí? —Le miró fijo. 

—Bueno... Umm estaba pensando que si no nos vemos mañana, no sabrás cuál es la agenda para el fin de semana... ¿No crees que sería más fácil si guardamos nuestros contactos? Así podré decirte que haré —¿Acaso Jungkook estaba proponiendo guardar sus números de teléfono?—. Si te parece demasiado, olvida lo que dije. 

—¡No! Me parece una excelente idea —Sonrió—. ¿Puedes prestarme tu teléfono? —Jungkook asintió, sacó su celular de su bolsillo y lo extendió hacia Taehyung este tomó el aparato entre sus manos y tecleó su número rápidamente— Listo. Ahora tienes mi número y yo tengo el tuyo —Mostró como la pantalla de su teléfono se iluminaba con el número del menor—. Por favor si necesitas algo puedes escribirme o llamar. 

—Gra-gracias. 

Taehyung volvió a posar su mano sobre el cabello del contrario. 

—A ti Jungkookie. 

Aquellas tres palabras contenían todo lo en verdad quería decir. Era un gracias por dejarme ser parte de tu mundo, gracias por confiar en mí, gracias por ser la persona que eres, gracias por seguir luchando, gracias por existir. 







Tenía vista completa de lo que pasaba al otro lado del cristal. Seokjin tomaba por el hombro a una mujer de piel nívea, sus mejillas estaban empapadas y sus manos reposaban sobre un hombre. El cuerpo de aquel hombre se vio envuelto por un resplandor… 

Un suspiró se dejó escuchar, la chica se derrumbó, cayendo sin vida al piso. Seokjin no tenía expresión alguna, fijó sus ojos en el hombre. 

—Fue un placer hacer negocios con usted —Sonrió—. Que disfrute su nueva vida. 

Alzó su mano, los guardias tomaron el cuerpo sin vida y lo arrastraron como si de un costal de papas se tratará. Daehyun arrugó el ceño. 

—Es tan cruel… —dijo en un susurro. 

—¿Qué es cruel, cariño? —Daehyun se estremeció al escuchar aquella voz. 

—Seul, no te escuche entrar. —Sonrió. 

—Sabes cual es mi especialidad —La fría mirada se posó en él—. Entonces, ¿Qué es cruel? 

“Lo que le hacen a esas personas”, quiso decir. 

—No tener el poder de Jin —Rio—. Debe ser bastante placentero poder controlar a otras personas. —Seulgi le miró analizándole detenidamente. 

—Así que era eso Hyun. 

—¿Qué más podría ser? —El miel se fijó en el marrón. Seulgi bufo. 

—¿Qué te trae por aquí Hyun? 

—Tengo un mensaje para Jin. 

—¿Un mensaje? 

—Así es. 

—¿Qué clase de mensaje? 

—No puedo revelarlo hasta que él esté presente. 

—¿Hasta que él esté presente? 

—Sí. 

—Más te vale hablar —Daehyun negó. Seulgi le miró con desdén—. ¿Con quién crees que estás tratando bastar… 

—Con un simple humano. —El ambiente en la habitación se tornó pesado. Seokjin entró a la habitación imponiéndose. Seulgi mordió su lengua antes de decir cualquier cosa que podría ser contraproducente para ella— ¿Así que un mensaje? —Alzó una ceja— Habla. 

Daehyun posó su mirada en ambos. 

—Es bueno que ambos estén aquí, así no tendré que repetir el mensaje —Rio. Ambos le vieron con cara de pocos amigos. Daehyun, hizo un mueca de desaprobación—. ¿Es imposible sacarles una sonrisa cierto? 

—No tengo tu paciencia Hyun. —Amenazó Seokjin. 

—Bien. Lo que venía a informarles es que los directivos desean hablar con ustedes sobre la expansión del negocio. 

—¿Expansión? 

—Así es, aparentemente Corea tiene un alto número de nacimientos Efís y otros países están interesados en integrarse al negocio como clientes y socios. 

—Tenemos suficientes activos para hacerlo. —cuestionó Seokjin. 

—No completamente, habrá que mover equipos para la captura de más activos. 

Seulgi dibujó una sonrisa enorme sobre sus labios. 

—Esas son maravillosas noticias, eso sólo significa una cosa, los Efís ya no tendrán escapatoria y yo, yo seré la encargada de traerlos a su peor pesadilla. —Rio bajo. 

Seokjin miró a Daehyun, el chico tenía un rostro indescifrable. 

—Bien —El chico sentía la afilada mirada penetrarle—... Gracias por el dato. 

—E-eso era todo por mi parte. Me retiro. —Daehyun dio algunos pasos hacia la salida. 

—Espera, ¿por qué tanta prisa? —dijo Seokjin con voz ronca.

Daehyun sentía su corazón palpitar con fuerza, pinto una sonrisa en sus labios antes de volver su rostro hacia Seokjin. 

—Una subasta qué atender. 

—Ya veo. ¿Qué hay de Geuneul? 

La atención de Seulgi se vio capturada al escuchar aquel seudónimo, se mostró curiosa ante la respuesta. El miel miró fijamente a ambas personas. 

—Como si la tierra se lo hubiera tragado —Sé encogió de hombros—. Así como apareció, también se esfumó. 

—Bien, nada de qué preocuparse entonces. —Seokjin le ofreció una sonrisa falsa.

—Tal y como lo predijiste. —Le regresó la sonrisa. 

—¿Así que una subasta? ¿Gama? 

—Primera categoría —Miró su reloj—. Si me disculpan, la subasta comenzará en breve. Estamos a dos minutos de hacernos un poco más ricos —Sé echó a reír, elevó su mano haciendo un gesto—. Adiós. —Daehyun salió de la habitación. 

—Primera categoría, pero que bendición. 










Hola personitas, he vuelto ('▽´).

¿Qué les pareció el capítulo? ¿Extrañaban a Jin? Yo sí...

En realidad extrañaba a mi trío del mal, aunque, ¿Cómo ven a Daehyun?

Amo mucho como están pasando las cosas entre Tae y Koo, mi corazón no puede de lo hermoso jajajajaja (procede a enamorarse de su propia historia) ≧◡≦

Espero no perderme tanto tiempo... Créanme qué estoy escribiendo esta historia con todo mi amor y sus comentarios y votos me dan tanta vida, de verdad gracias por estar conmigo, les mando un gran abrazo (╥﹏╥).

Besos,

🌌 Vera

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