25. Un viejo drama siempre encontrará la forma de volver
Magnus POV
Hoy había sido un día bastante raro desde la mañana. No solo dormí demasiado, por primera vez en mi vida, si no que mi madre me dijo que tenía un nuevo "amigo". Un amigo hombre. Me lo dijo como si tuviera cinco años.
– ¿Te refieres a un novio, mamá? – se ruborizó como loca mientras asentía.
– Me gustaría que le conocieras, – estaba terminado de cenar antes de ir a ver a Alec. – Mañana, en la cena ¿ok? ¿Estaría bien si mañana no vas a visitar a Alec? –
– Si mamá. Esta bien. –
Después de la pequeña plática con mamá, me fui al hospital. Ahí vi a Isabelle con Alec, riéndose de unas fotos de la infancia de Alec.
– Mira Magnus, lo lindo que era Alec de bebé. – me pasó una foto donde Alec salía sonriendo a la cámara con unos girasoles en su mano.
– Aww... bebé, – Alexander se cubrió su rostro con sus manos. – Eras tan adorable. No que hayas cambiado, aun eres muy tierno. –
– Por favor...–
– ¡Oh! Tengo unas noticias, – ambos me miraron interrogantes. – No me lo vas a creer cariño. –
– ¿Qué pasa Magnus? –
– Mi mamá tiene un novio, – hubo un silencio antes de que Alec hablara, haciéndome un espacio en la cama.
– No veo porque no lo tendría, – dijo. – Tu mamá es una mujer muy guapa. Muchos hombres querrían salir con ella. –
– Es mi mamá Alec...–
– Oh mi querido Alec, – Isabelle me interrumpió. – ¿Ganándote a tu suegra con cumplidos? –
Mientras Izzy se carcajeaba Alec se puso rojo. Ella amaba burlarse de él, era demasiado sencillo, incluso con cosas pequeñas.
– Bueno, – dijo finalmente Izzy, dejándose de reír. – Dinos más acerca de este nuevo hombre de tu mamá. ¿Es sexy? ¿Cuántos años tiene? –
– Bueno... no lo he visto aun, ni tampoco se su edad, pero le voy a conocer mañana. Así que cariño, no podré venir mañana. Pero te llamaré en la tarde. –
– Está bien Mags. –
– Pero al parecer su hijo está o estaba en el escuela. Así que mamá piensa que le conozco. –
– ¿Te dijo su nombre? ¿de su hijo? – preguntó Alec. –
– No. quería que les conociera mañana a los dos. Oficialmente. –
*
– Voy por un café, – dije mirando a Alec metido en un libro. Jace estaba viendo un programa y escribiéndole a alguien, apuesto a que Clary. – Jace ¿quieres uno? –
– Si, gracias. Negro con azúcar y leche. –
Cuando estaba parado enfrente de la maquina expendedora, esperando por el café de Jace, tuve el presentimiento de que alguien me observaba. Discretamente, miré alrededor pero no había nadie en el pasillo. Me encogí de hombros y tomé los cafés. Iba de regreso y aun sentía que alguien me observaba. Y me hacía sentir molesto y asustado al mismo tiempo. Una vez más miré alrededor, pero seguía sin haber nadie, excepto el personal de medicina. En la esquina de nuestro pasillo, como lo llamaba, escuché un susurro. Pero no pude comprenderlo del todo, y después escuché una voz familia. Demasiado familiar.
– Aun te vez demasiado violable Magnus. –
Santo dios, mi corazón se detuvo.
Mi cuerpo se tensó y mi respiración se aceleró. Mi café cayó de mis manos, esparciéndose por el piso. Estaba asustado de moverme. Pronto sentí su aliento en mi cuello. Sus manos recorriendo mi brazo derecho y mis ojos se aguaron en un segundo. Lentamente me giré y cuando le vi, todo volvió a mi.
En frente de mi estaba un chico, el hombre de mis peores pesadillas.
Oliver Haywire
– ¿Me extrañaste Magnus? – respiraba con dificultad. Era como si no pudiera llevar aire a mis pulmones. Se inclinó hacia mi, haciendo que mi cuerpo temblara y me susurró. – Te he extrañado demasiado. –
– Yo... tengo... que ... irme... – tartamudeé cuando Oliver acarició mi mejilla con sus dedos. Era un toque gentil, pero me hizo temblar de miedo. Las cosas que solía hacerme estaban impresas en mi mente. Era como volver en el tiempo, cuando tenía quince años. El Magnus asustado, asustado de Oliver.
– No vas a ir a ningún lado – me empujó a la pared más cercana, empujándose a mi cuerpo. Comencé a pelear, pero sabía que no tenía sentido, era más fuerte que yo. No solo físicamente, si no mentalmente. Tragué duro, cuando su mano tocó mi espalda.
– Por favor... déjame ir...–
– Aun eres delicioso, – dijo pasando su nariz por mi cuello, y yo congelado. Rogaba por que alguien viniera, incluso aunque no me estuviera haciendo daño. – Me hace querer probarte. ¿Extrañaste cómo nos divertíamos? –
– No... – susurré.
– Apuesto que tu nuevo juguete no te puede follar como yo lo hacia, ¿verdad? – me negué a hacer algo, incluso mirarle, pero Oliver pensaba lo contrario. Tomo fuertemente mi barbilla, e incluso si yo era más alto que él, me hizo mirarle, justo en sus diabólicos ojos cafés. – No te da el placer que yo te daba ¿verdad? –
– Por favor... déjame ir.,, –
– ¿Te hace gritar como yo? – sus manos recorrían mi pecho. Y dios, de mis ojos corrían las lágrimas. Quería gritar por ayuda, pero no podía encontrar mi voz. – No puede ¿verdad? Nadie puede. ¿Y sabes por qué? –
Movió su otra mano para jalar mi cabello, fuertemente, haciéndome gemir de dolor. Una de sus manos estaba en el cinturón de mi pantalón.
– Por que eres mío. Siempre lo has sido y siempre lo serás. ¡Me perteneces! – Oliver golpeó la pared con su puño haciéndome brincar. – ¡Me perteneces! –
– Yo... pertenezco a Alexander... – el pequeño susurro salió de mi boca. Y al segundo siguiente recé por que no me matara, mientras apretaba con sus manos mi garganta. En ese momento solo pensaba en mi dulce Alexander, sobre lo mucho que le amaba y como el amaba a mi arruinada persona. Como éramos felices.
– Magnus... – la voz me sonaba familiar. Y no podía estar más feliz de escuchar esa voz en toda mi vida. Oliver me dejó ir y se volteó a ver a esa persona. Jace miraba de mi a Oliver. – ¿Está todo bien? –
– Yo...–
– Alec me mandó por ti...–
– ¿Así que tu eres su nueva puta? – interrumpió Oliver con desdén. – Siempre te gustaron los rubios. Como la perra de Camille. –
– Jace... vámonos...–
– ¿Quién mierda eres tu? – preguntó Jace acercándose a nosotros, y tomando mi mano. Quiso alejarme de Oliver, pero el otro no se lo permitió.
– ¿Quién soy yo? ¿Quién mierda eres tu? –
– Jace, por favor... – el rubio se paró a mi lado y empujó a Oliver lejos de mi. Oliver parecía un loco con odio en su mirada mientras nos miraba a Jace y a mi. – Volvamos ... por favor... Jace...–
– Nos veremos pronto Magnus, – Oliver me susurró, mientras Jace me arrastraba por el pasillo.
Después de que cerrara la puerta del cuarto de Alec, me sentí desplomar. Ahora estaba arrodillado en el suelo, intentado tomar aire. Mi mundo giraba, sentía que todo mi cuerpo temblaba. En mi mente aun estaba el rostro de Oliver, mirándome posesivamente.
– ¡Magnus! ¡Magnus! – la voz de Jace sonaba en algún lugar, pero no me podía concentrar. Unas manos estaban en mis mejillas, levantando mi rostro, dejándome ver unos puntos dorados. Pero el resto era un borrón. Finalmente me comencé a enfocar más cosas. Jace estaba arrodillado en frente de mi, sosteniendo mis brazos, tratando de hacer que reaccionara. – Magnus, concéntrate. Vamos Magnus. Respira, inhala y exhala, inhala y exhala. –
No supe cuanto tiempo estuve hiperventilando, pero eventualmente me las arreglé para calmarme. Jace mascullaba algo y pasaba sus manos por mis brazos, en un intento de consolarme. El teléfono de Jace comenzó a sonar. Era Alec.
– Si, si, estaremos ahí pronto Magnus fue al baño, – el resto no lo escuché, mientras respiraba profundamente, y lento. Las lagrimas caían desde mis ojos hasta mi camisa. Jace me ayudó a levantarme y por un momento nos quedamos en silencio. Estaba agradecido de que Jace no dijera nada, porque no podía sopórtalo. – ¿Estás bien Magnus? –
Solo asentí y me dirigí a la habitación de Alec. Una vez ahí, en un segundo, Alexander supo que algo estaba mal.
– ¿Qué pasó? – nadie hablo. – Magnus, cariño, estás muy pálido. ¿Qué pasó? –
– Se encontró con un chico en el hospital... –
– ¿Quién era? ¿Maggie, cariño? – Alec me tomó en sus brazos y me guió a la cama. La preocupación era evidente en su rostro. – Cariño, habla conmigo, por favor. – Cuando me quedé callado, miró hacia Jace. – ¿Cómo lucia ese chico, Jace? –
– Cabello café, ojos cafés. Era extraño. – Jace decía. – Le estaba sosteniendo...–
– Oliver, – susurré. – Era Oliver. – Los ojos de Alec se oscurecieron, siendo casi negros. Hizo puños sus manos haciendo sus nudillos blancos. Podía escuchar como se aceleró su corazón.
– ¿Estás bien Mags? ¿Te lastimó? Juro que voy a matarle si te puso un dedo encima. –
– No lo hizo, Jace llegó... – abracé a Alec, probablemente apretándole mucho, pero le necesitaba. Necesitaba su cercanía, su esencia, su dulce olor combinado con frutos, eso me calmó. Sentí como mi alrededor se llenaba de él.
– Esta bien amor, esta bien. Estoy aquí. – Acariciaba mi espalda y besaba mi frente. – No te va a hacer daño de nuevo. Estoy aquí. –
En algún punto me quedé dormido en los brazos de Alec, siendo despertado para decirme que las horas de visita habían terminado y que me tenía que ir a casa.
– Te llamo mañana bebé, – nos besamos lentamente, y apasionadamente, haciendo que Jace bufara. – Te amo. –
– Yo también te amo. –
Por órdenes de Alec, Jace me llevó a casa, quedándose en el auto hasta que cerré la puerta. Asegurándose de mi seguridad, por su hermano.
*
Al siguiente día, después de la escuela, estaba ayudando a mamá a preparar la cena. Decidió que sería algo lujoso. Hizo pollo a la parmesana, una tarta de fresas. Trajo un vino semidulce. Yo estaba sentado en la mesa cuando se fue a vestir, y volvió realmente sorprendente. Mi mamá en sus cuarentas, se veía bastante bien. Se había puesto un vestido a la rodilla con unas zapatillas altas. Su cabello largo estaba amarrado, se puso un poco de maquillaje con delineador y mascara y un labial nude. Incluso se puso su mejor perfume, que se había comprado en Paris.
– Mamá... te ves fantástica. –
– ¿Eso crees bebé? –
– Si... – me sonrió tímidamente. A veces me preguntaba de quien heredé mi seguridad. – ¿Quieres que me vaya a la casa de Ragnor esta noche? ¿para que tengan privacidad? –
– ¡Magnus Bane! – no pude evitar sonreírle, mientras se sonrojaba. – Yo no... nosotros no...–
– Mamá no tengo cinco años. Se lo que hace la gente. Incluso yo lo hago. –
– No necesito saber lo que haces con Alec. – Sonó el timbre, y mamá fue a abrir la puerta. – Te escuché una vez. –
Cuando abrió la puerta había dos hombres. El mayor era rubio, con ojos cafés. Y el menor era castaño y ojos chocolate. Me parecía familiar, pero no podía recordar su nombre.
– Michael, hola, – intercambiaron besos en mejilla. – Y tu debes ser Chis. Pasa. –
Ambos entraron. El chico se veía bastante incomodo, y me veía cautelosamente.
– Este es mi hijo, Magnus Bane. Magnus este es Michael y su hijo Christopher, – mamá nos introdujo. Le di la mano a ambos, antes de ir al comedor.
Nunca en mi vida había estado en una cena tan incómoda. Nadie hablaba. La atmosfera era pesada. Este chico, Chris, me era familiar, pero no lo lograba recordar. Mamá me lanzaba miradas para que dijera algo, lo podía notar.
– Entonces.... Sr. Cartwright...–
– Puedes llamarme Michel, Magnus, – me interrumpió.
– Bien, entonces...Michael... ¿cuánto tiempo has estado con mi mamá? –
– Casi seis meses, – miré sin poder creerlo a mi madre. – Nos conocimos en su restaurante. –
– Mamá ...¿por qué no me lo habías dicho? –
– Estabas muy ocupado con tu propia vida, cariño, – me sonrió y tomó mi mano. – Rara vez estas en casa. –
– ¿Ese es tu otro hijo? – inquirió Michael, mirando la foto en el gabinete. Ah, la foto de Alec y yo en el carnaval. – No recuerdo que dijeras que tenías dos hijos. –
– Oh no, – explicó mi mamá. – Ese es Alec, el novio de Magnus. –
Y ahora estaba esperando esas miradas de disgusto por parte de Michael y Chris, pero me sorprendió que no llegaron, aunque si se sorprendieron un poco.
– Sabía que te recordaba de algún lado, – dijo Chris hablando por primera vez. Le miré confundido. – Eras el novio de Oliver. –
En ese momento toda la sangre se drenó de mi cabeza. En ese momento le recordé, estaba en una fiesta de esas a las que iba con Oliver. Era el único que sabía de nosotros.
– Si...–
– ¿Sabías que volvió a la ciudad? – Chris me sonrió. Estaba seguro de que él nunca supo lo que Oliver me hacía. – Apuesto a que estará feliz de saber que...–
– Te mostraré mi habitación ¿qué te parece Chris? – no le di la oportunidad de responder, le jalé a mi habitación y cerré la puerta detrás de nosotros. Me miraba confuso. – Mira Chris... no le digas nada a Oliver de mi. ¿ok? Por favor. –
– Creí que ustedes dos...–
– Lo que tuvimos está en el pasado. Un mal pasado. Y no quiero volverle a ver. –
– Él estaba realmente feliz de saber que seguías viviendo aquí y que asistías a la misma escuela. – mis ojos se abrieron. ¿así que ese maldito me estaba siguiendo? – Mi hermanastra le dijo de ti. Pero ella nunca mencionó un novio. Quizá quiere volver contigo. Pero hey, eso no funcionaria, ya que va a volver a Alemania en unas semanas para terminar la escuela. –
*
Por el resto de la semana le estuve evitando... bueno, algo así. Digamos que nunca me encontré con Oliver para nada. Cada vez que iba al hospital, Alec se aseguraba de que Jace me llevara a casa, o Robert. Pero un día, justo antes de que fuera a visitar a Alec, se acercó a mi. Pero antes de que siquiera dijera una palabra, o hiciera algo, finalmente tuve el valor de defenderme.
– ¡No tienes derecho a tocarme! ¡No tienes derecho ni a hablarme! ¡Me lastimaste! ¡Pude haberte denunciado! ¡Pero no quise tener nada que ver contigo, eres basura! ¡Un maldito abusivo, que le gusta lastimar a personas débiles! ¡Pero ya no te tengo miedo, ni te lo tendré! ¡Me dijiste una vez que nadie me amaría como tu, y tuviste razón, nadie me amará como tu! ¡pero encontré a alguien que me ama más! ¡Que me ama de verdad! ¡Que me ama por como soy, que no me lastimaría jamás! ¡Tu no mereces que nadie te ame, porque eres un bastardo! Y siento lástima por ti, porque, después de todo lo que me hiciste, fue capaz de superarlo. Pero tu, tu siempre serás el mismo chico estúpido que usa a las personas para liberar su enojo, ¡porque vives asustado! –
Me alejé de él, dejándole sin palabras. Con la cara en algo y una seguridad en mi, entré al hospital.
Finalmente era libre. Libre de mi propio drama y de mis miedos. Libre.
Nuevo cap... este es más como el cierre de Magnus C: espero que les guste y nos vemos mañana con el segundo capitulo de Be My Escape. La nueva historia Malec que si no la habían visto les invito a que pasen a leerla
Hasta luegoo.. C:
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